Tuesday, August 08, 2006

Poesía

Sobre la delgada línea de la vida

Sobre la tenue y delgada línea de la vida
caminan solitarios los cuerpos de la noche,
los cuerpos que laceran con asombro sus heridas
los cuerpos que anteceden con miradas indecibles y tardías

las tempranas luces de la aurora que retarda silenciosa
el despertar del nuevo día.

Sobre la delgada y fulminante línea de la vida
los cuerpos de la noche se deslizan a escondidas,
los cuerpos que en la noche permanecen inmutables
transcurren por el tiempo sin motivos preocupantes,
las almas que en la bruma se diluyen sin sentido
se sostienen con imágenes que aparecen fantasmales.

Sobre el destello incorpóreo de las invertebradas sombras
transitan distanciados y descalzos los cuerpos de la noche.
Los cuerpos que enmudecen tras el velo de las noches moribundas
convergen dilatando el inquietante murmurar de los gemidos
y el estigma indescriptible de las horas que se apilan,
arroja en las entrañas de la noche inconcebible
una lágrima que envuelve las miserias y los sueños de unos ojos lastimados
que por cierto ya no ríen.

Sobre la delgada y frágil línea de la vida
los cuerpos que en la noche se desnudan con el frío,
deambulan consternados y distantes de las luces fulgurantes
de los sueños que los niños construyeron expectantes.
Las almas que acompañan a los cuerpos de la noche
viven arrastrando siglos de miseria todavía, y sin embargo,
las almas que perdieron su destino en esta vida, viven hoy,
en el único lugar en donde ellas pueden abrigarse
en el único y breve espacio en donde todas las praderas de los sueños
pierden su sentido
en donde toda la miseria que circula por los cuerpos que se adhieren,
permanece
casi de por vida
inmutable tal vez
tal como si se tratara de una oscura y permanente pesadilla que congrega
sobre la cubierta de sus fúnebres laderas,
las siluetas desarmadas y agrietadas de los viejos torbellinos
las eternas cicatrices que dejaron los inviernos recorridos
y en las frágiles memorias de los siglos inventados,
el sueño indestructible de los cuerpos que transfieren
con siluetas sobre el lecho enmudecido de las horas sus gemidos.

Sobre la delgada y frágil línea de la vida
los cuerpos de las almas que en la noche se deslizan,
ya no son desconocidos,
pueden ser determinados sus orígenes lejanos
pueden ser rastreados hasta sus más pequeños y sentidos movimientos.
Los cuerpos de las almas que humedecen con siluetas
las sonrisas matinales
no residen como el sol que parpadea electrizante por las sombras de la tarde,
se muestran a mis ojos simplemente desprovistos
con toda su encumbrada y marginal fragilidad
con toda su distante y virginal precariedad, y descubro,
que a pesar de los impávidos desiertos
los cuerpos de la noche sobresaltan con sus frágiles sonidos
mis oídos materiales,
mostrándose a mis ojos, imperecederos,
demasiado incontenibles como para ser contados
eternos y mortales, como para descifrar la magnitud
de todos sus enigmas rigurosamente austeros,
austeros como el frío de las lluvias que agoniza en el silencio
de sus crónicas y eléctricas heridas.

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