Cuando una plegaria es insuficiente

Que fácil es guardar silencio, que fácil resulta callar detrás de una actitud que nos protege contra el frío, no el frío de las calles, sino el de las almas. Un hombre que dice tener un mensaje de Dios para la sociedad en la cual él está viviendo, no puede ni debe callar, no debe guardar silencio como lo hacen muchos. Y es verdad, muchos también han optado por una clase de vida matizada de espiritualidad, desde allí oran, ruegan, pero a quienes les ha sido asignado un deber, no pueden parapetarse detrás solamente de una actitud o una palabra, o una plegaria, para ellos las palabras del Pastor Luther King aún están frescas, están frescas porque él nos sigue hablando del silencio más bestial y atroz del que tengamos memoria, es el silencio de los bondadosos, el silencio que hoy guardan los que dicen estar creyendo las mismas cosas que creyeron los primeros cristianos.Nuestra generación no se habrá lamentado tanto por los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.

Pero qué clase de bondad de esta?Pero qué clase de espiritualidad hoy día fomentan con sus cantos los interpretes del gozo?De la bestial invasión de cantantes y predicadores tipo hamburguesas, fast food o couch potato, en nuestra clonada espiritualidad nacional, sólo unos pocos son los responsables de este crecimiento cuantitativo, sólo comparable con la obesisdad mórbida, los Srs. Ministros de Dios, que fanfarronean desde un púlpito haciendo alarde de sus aptitudes narcisistas, y el cristianismo erotizado en donde los tiene sumido el mercantilismo actual de la NEW CROSS o la Nueva Diversión espiritual.