Friday, March 01, 2013

Un ecumenismo disimulado pero evidente.




















Podría, o quisiera más bien dicho en este instante, poder hablarles de las cosas que ocurren y afectan poderosamente mi salud, y que por supuesto, no dejan de ser importantes para el desarrollo de mi propia y valiosa fe cristiana, sin embargo, los acontecimientos históricos presentes, me impiden por este momento, detenerme en esta real inmensidad que me aqueja, y en la cual, diariamente, y por Su Misericordia, estoy recibiendo de parte del Dios Bendito del cielo, una extraordinaria fortaleza que me permiten, si bien no recuperarme del todo, hacer muchas cosas que por mucho tiempo no puedo, como por ejemplo, disfrutar un poco trabajando en mis quehaceres domésticos, los cuales, por la naturaleza de la vida que llevamos, se encuentran llenos de actividad creativa, y además, incluyen el bienestar con nuestros pequeños hijitos. Pero bueno, de ello estoy agradecido de Dios, no siempre puedo, y para mí, el día comienza con una bella invocación que me permite constantemente, mantener una comunicación fluida con Su Persona, lo que se traduce a aspectos que no podría detallar en este solo trabajo, sin embargo, no todo se trata de hacer lo posible por superar las dificultades que puede traerte la vida, como en el caso de la enfermedad que me agobia, sino que además, agregar a esto, el hecho de que debemos, querámoslo o no, estar defendiendo, constantemente, ese gran capital que reúne en nuestras vidas, aquellos principios por los cuales, muchos de nosotros aún, mantenemos una fuerte y siempre férrea disyuntiva no solo con el sistema imperante y babilónico que nos oprime, sino que además, con el propio cristianismo protestante que hoy día, y gracias a la permisividad de los exponentes de su decaída realidad, no admite ni defiende ningún tipo de convicciones a la manera en la que Dios, a través de casi todo del contenido de Su Palabra, nos lo impone y nos inspira a proteger. Aún a pesar de esto, sé que existe en nuestra realidad espiritual, esa clase de cristianismo que solo piensa que estamos en este mundo para alabar y bendecir el Nombre del Señor, nada más para ello, lo que virtualmente impermeabiliza a estas realidades, contra cualquier tipo de germen reflexivo que pudiera colaborar a la comprensión del Propósito de Dios en el proceso que hoy vive el cristianismo mundial, sin embargo, el pricipio divino está allí, al alcance de todos, para que todo Aquél que en ÉL CRÉE, no se pierda, y tenga vida eterna. Entonces, si solo debemos pensar y vivir nuestra fe en estos días en base a LAS ALABANZAS Y A LOS ADORADORES DE MODA:

¿para qué tener La Biblia con nosotros?

¿Para qué La verdad?

¿Para qué El Camino?

¿Para qué La Vida?

¿Para qué Las CONVICCIONES?
De este modo, y a la hora en que muchos de ustedes descansan, El Bendito y Santo Espíritu de Dios, que guía e ilumina nuestras almas, ha venido hasta mi vida, y nuevamente, como tantos de los días y las noches en que me he acostado sin dejar de pensar en todas las cosas que hoy día ocurren en este mundo, me toca, e inunda lo más profundo de mis ser, y vuelve mis ojos en fuentes interminables de lágrimas que llegan hasta mi alma, limpiando todo lo que este mundo a veces es capaz de ensuciar tan solo con la mirada. Y Su Presencia, Su Bendita Presencia, no solo toca mi alma para infundir en ella estos maravillosos sentimientos que en este momento afloran, como rayos de luz en el interior de este cuerpo que a veces no logra defenderse ni valerse como debiera, lo que resulta demasiado incomprensible para mí, pero ÉL, lleno de Su Magnifica Misericordia, habla también a mi vida, de todas estas cosas que hoy día sabemos que no suceden porque sí nada más, desde luego que no, porque sabemos que nuestro cristianismo, gracias a Él, por lo menos el de aquellos que no siguen dictaduras espirituales ni posiciones súper manipuladas como las que existe en el día de hoy, está basado esencialmente, en todo el conocimiento y revelación que nos ofrece el propio y Bendito mensaje de Su Palabra, y por el cual, nuevamente y gracias a Dios, nuestro entendimiento y nuestras vidas se ven claramente beneficiadas con Su Gracia y Su Benevolencia. Y en segundo lugar, porque dependemos aún de la profecía y de la inspiración bíblica, y en ese sentido, debemos estar atentos a lo que ocurre en nuestro alrededor, porque todo lo que habrá de determinar el proceso de la Iglesia de Cristo en esta última parte, dependerá también de estos mismos acontecimientos, hechos que tal vez, y de una manera casi increíble para mi persona, sorprendente incluso, nuevamente y con toda seguridad, la propia cristiandad apóstata actual, hará caso omiso, total, cantantes cristianos y predicadores de la nueva fe actual, pueden hasta prescindir de aquellas cosas que para habernos Cristo alcanzado con Su Gracia, tuvieron hasta que dar su propia vida, muchos de los grandes héroes con que cuenta nuestro difícil pero bello cristianismo.

El problema entonces con que cuenta el cristianismo de las alabanzas y de los profesionales de la predicación, para allegarse a los términos en que Dios desea tratar con nuestras vidas, puede que no sean menores, desde luego que no; y aquí viene tal vez la implicancia para mi propio cristianismo y Ministerio, el haber podido perseverar gracias a Dios y durante todo este tiempo, sin tener que condescender con las propuestas de supuestos Apóstoles o paradigmas de la flojera espiritual actual; el problema entonces, se puede plantear de muchas maneras, contamos con un enorme abanico de posibilidades que nos permiten mirar la realidad, de muchas y diferentes maneras, sin tener que someter el principio divino escritural, a las más sesgadas e inicuas maneras de interpretación como las que hoy mantienen en práctica los ya antes mencionados exponentes de este tipo de realidad espiritual. No obstante, la interrogación, la duda, la reflexión, fuente de muchas de mis grandes disidencias con la fe de los pervertidos seguidores de agoreros espirituales, me permiten inquirir de manera libre y sin temor a los escupitazos que puedan llegar hasta mi vida por este solo concepto, y preguntar:

¿y el ecumenismo pregonado por cantantes tipo como, Marco Witt y todo este fabuloso ejército de nuevos profesionales que produjo esta dudosa fe cristiana actual de los sentidos, permitirá que la Voz de Dios, al hablar el Señor a través de alguno de sus instrumentos en tan delicada circunstancia a toda la comunidad cristiana, se haga sentir de tal modo que los cristianos afectados con semejante forma de cristianismo, comprendan el valor de los días que vivimos y de la fe que deberíamos estar defendiendo con toda nuestra alama?

Pues bien, lo dudo, honestamente, y es allí precisamente en donde se presentan para mí, los grandes problemas y dificultades que deberá prontamente solucionar antes, si es que así lo desean, antes de la Venida del Señor a este mundo, esta forma de cristianismo predecible y comercial que no consideró jamás, contexto ni hechos históricos que dan perfecta forma y dinamismo, al propio contenido y destino de La Profecía Bíblica, es más, personalmente creo, que el hecho de que esta forma de credo haya calado tan profundamente en el alma de gente que se supone conocedora de La Palabra y del Propósito de Dios, se debe, en una manera simple de decirlo, al propio desconocimiento que ellos tienen del fundamento bíblico que prohíbe, rigurosa y estrictamente, la deserción o abandono a los principios que motivaron la manifestación o el origen de nuestra fe en El Hijo de Dios.

El ecumenismo como tal entonces, nunca será en el contexto de la historia, moderna del cristianismo, una forma de condescendencia espiritual e intelectual con la religión católica imperante, desahuciada totalmente por los grandes exponentes de la espiritualidad comercial actual, ejemplos hay muchos, ustedes decidan cuales, desde luego que no, para mí, no deja aún de admirarme incluso, el hecho que, por tantos años, y de maneras tan obvias, un cristianismo que se supone basado como dije antes, en los mismos principios que dieron forma y mantienen vigente el valor de nuestra fe, haya desertado en cosas que me parecen tan básicas, tan fundamentales, pero no desechables, nada que podamos desvalorar o menospreciar, menos ahora que La Bendita Presencia de Dios, nos inspira para que estemos en completo interesados en las cosas que ocurren y deberán acontecer como dije antes, por tratarse de fundamentales para el perfeccionamiento de nuestra fe y comprensión del proceso que deberemos seguir antes que El Salvador de nuestras almas, venga este mundo y retire, poderosa y misteriosamente, a todo hombre que ha permanecido en Su Voluntad, aguardando y vigilando Su Deseado Retorno, y además, luchando como debe ser, para impedir que los artificios y engaños de este mundo, no terminen por destruir lo que un día Cristo, en Su Gran y extraordinario Amor, cimentó en nuestras almas.

Su bendita Palabra lo dice de este modo:

“Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de La Palabra del Testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. (Ap. 12 : 11)

Pero muchos, sabemos que muchos en este tiempo, han preferido ignorar semejante demanda de Dios, permitiendo que “otros”, en la más absoluta orfandad algunos, nos quedemos defendiendo lo que ellos simplemente, no han querido ni desean defender. Sin embargo, y para nuestro consuelo espiritual, todas estas cosas son necesarias de que acontezcan, incluso, con aquellas personas que, comprendiendo lo mismo que nosotros comprendemos del contenido Bíblico, no hacen ningún tipo de esfuerzo por llegar a sincerar sus vidas, un solo ápice, dejando este aspecto que tiene, profunda e importantísima implicancia en el desarrollo de nuestra fe cristiana, para un tiempo en el que tal vez, ya ni siquiera se pueda reflexionar en estas enormes y monumentales verdades. El caso es que, aún quedando ciertos hechos para que la Venida de Nuestro Amado Salvador a este mundo se haga realidad, estamos claros que habrá de acontecer una terrible Apostasía dentro del cristianismo vigente, el cual, desde hace mucho tiempo, dejó de defender verdades, para convertir la fe del Hijo de Dios, en una fuerza mercantil que no cuenta, con ninguna clase de moderación u objeción moral que le permita advertir el peligro en que se encuentra, de tal modo que, la Apostasía, declarada proféticamente por el Apóstol Pablo en varias de sus cartas, y por los otros Apóstoles que también hablaron inspirados por Dios, ha sido absolutamente ignorada como piedra fundamental y eje de la maquinaria profética que sustenta y da vida a nuestra esencia espiritual, provocando un vacío tan grande dentro de la cristiandad bautizada y señalada por esta insidiosa y pertinaz forma, que ninguna de las alabanzas y predicaciones de la prosperidad de estos grandes magnates de la fe cristiana actual, podrá siquiera llegar a tocar con todo su arsenal de mentiras y de seducción espiritual en la cual tienen postrada y cegada a gran parte de la cristiandad protestante mundial.

Pues bien, para asumir el costo de La Palabra que me ha tocado defender en este tiempo, muchos saben a qué cosas Dios ha permitido que con mi vida, incluido mi núcleo familiar, tengamos que enfrentarnos, desde luego, nada ha sido fácil, por supuesto que no, como también pienso en lo difícil que debe ser para muchos de ustedes, muchos de los cuales me han hecho llegar el testimonio de sus vidas, los cuales has sido valorados y que ahora sirven de inspiración en aquellos días en que mi cuerpo no puede seguir luchando, pero no así mi alma, el caso es que, el que todas estas cosas, siendo ignorados por estas catapultas de la Nueva Era Espiritual, también deben hacer grandes y difíciles esfuerzos para que la verdadera fe de nuestro Señor Jesucristo, que se halla encallada en lo profundo de nuestras almas, y desde donde El Santo Espíritu de Dios gime, con sonidos indecibles proclamando La Venida de nuestro Salvador y manifestación de los verdaderos hijos de Dios, se mantenga intacta y sublime en medio de un tiempo en donde sabemos que el engaño, la mentira, y toda clase de maquinaciones venidas desde las tinieblas mismas, estén en completo uso y práctica por los propios supuestos defensores de la fe cristiana, de manera que, y debido además, al fuerte testimonio que El propio Espíritu Santo de Dios nos da de esta condición espiritual en que nos encontramos, nosotros, como hijos de Nuestro Amado Dios, tengamos absoluta confianza en Sus Promesas y en la esperanza en la cual hemos sido Llamados y aceptados en Él.

Mantenerse entonces en una posición adversa al común del cristianismo, por una cuestión de carácter fundamental, para nada es cómodo, las convicciones a las cuales estamos llamados a mantenernos viviendo y defendiendo incluso con nuestras vidas, hoy día deben seguir teniendo la importancia que siempre han tenido, no obstante hoy, hoy es un tiempo que nos debe hacer reafirmar en nuestras valiosas vidas, todo lo concerniente con el principio divino que nos mueve, ¿acaso no fue aquello que reprocharon los profetas a la Nación israelita cuando, luego de haber sido liberados de la politeísta e idolátrica realidad de los egipcios, y además, cuando ya se constituyeron en un Reino, deliberadamente dieron la espalda a estos valiosísimos principios? ¿No fueron acaso valientes hombres como Isaías, Jeremías, Habacub, y tantos hombres más, los encargados de amonestar al pueblo de Dios por el olvido a estos verdaderos pilares o reglas morales por las que ellos debían proseguir? El ojo crítico y fidedigno que pesa diariamente sobre aquellos que creyeron y aceptaron el trato de Dios para con nosotros en este tiempo, eso sí, en los términos de Dios, no es para nada algo que podamos pasar inadvertido o ignorar, no se puede además, Dios, El Eterno Dios del Cielo, todo lo ve, todo lo ausculta, es capaz de advertir en su Omnisciencia, todo lo que nos sucederá, por lo tanto, es capaz también de guardarnos y de protegernos de todo mal, de todo peligro que pueda acechar nuestras vidas y las vidas que dependen de nuestra realidad espiritual y familiar, de no permitir que el engaño, que es la “HERRAMIENTA CON MAYOR USO POR NUESTRO ENEMIGO NATURAL”, pueda tocarnos, y de este modo, poner en riesgo todos aquellos beneficios que nos produce diariamente, el estar tomados de Su Bendita y Maravillosa Misericordia. Desde luego entonces, que todo tiene su precio, pero, también debemos ser honestos y testificar que la fidelidad de Dios en tal circunstancia, puede llegar a conmover incuso, las entrañas del más endurecido corazón, Dios, en Su Amor maravilloso, ha dispuesto para este tiempo, de una Palabra que permitirá, a quienes incluso desean escapar de esta Babilonia en la que se encuentran en el día de hoy, absolutamente LIBERADORA, Dios está poniendo en el corazón de muchos fieles hombres, al igual que aquellos que no doblaron sus rodillas frente a la idolatría, un corazón de verdaderos pastores y hermanos del Amor del Dios Verdadero, de un tipo de Amor que hace mucho tiempo no habíamos podido percibir con mi mujer, pero que gracias a Su Inmensa Bondad, hoy día no solo vemos que ÉL capaz de ofrecernos, sino que además, nos permite disfrutar, humildemente y con mucha sencillez, de todo el cariño de un pequeño remanente de almas que solo aspiramos a verle un día, a recibirle después de todo el sufrimiento y el dolor que ha significado para aquellos que han decidido, en un tiempo como este, mantenerse a la distancia de toda esta verdadera levadura de muerte que profesa y practica la religión que en este instante, protegida por los cobardes ecumenistas del protestantismo mundial, ve como la vergüenza de ser prototipo, al igual que en el recorrido de casi todos estos 2000 años de historia, de vergüenza, pecado y de degradación moral y espiritual, se desploma, sugiriendo además con ello, que la venida de un próximo pontífice, traerá días mejores a una realidad que ha vivido en completa indiferencia a los principios divinos, como toda la opulencia y riqueza de la cual han hecho ostentación:

“Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de sus fornicaciones”. (Apocalipsis)

Para ello, el mundo ha sido cegado por Satanás, por ello es que él no descansa, por ello además es que muchos de nosotros no hemos tenido vacaciones, de ningún tipo, porque solo vigilando y meditando en la eternidad de nuestra Bendita Redención, estaremos a salvo de los ardides de este enemigo que se ha propuesto para este tiempo, hacer retroceder y destruir en el alma de los hombres, el legado indisoluble que nos dejó el cristianismo de la persecución y del sufrimiento, el cual, avalado por la Palabra de Dios y por el valor de la historia que nos convoca, ha sido simplemente ignorado por las castas religiosas actuales, las cuales, a vista de todo ojo que pueda darse cuenta de la realidad que vivimos, manejan a su antojo el proceso de una realidad que sin duda alguna, aún no logra entender el costo y la importancia de dicha deserción en el campo de las convicciones.

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