El Apocalipsis de cada día.
Muchos
son los que creen que aún el Apocalipsis bíblico no ha ni siquiera comenzado, y
por lo tanto, hablan de imágenes supuestamente bíblicas que no tienen relación
con el modelo o forma de vida que hoy día estamos viviendo, por el contrario,
aplican dichas figuras a un tiempo futuro en donde, supuestamente, el llamado Apocalipsis
bíblico, se desenvolverá con toda su potente tormenta de juicios divinos.
Quienes piensan de ese modo, seguramente no cuentan con los recursos adecuados
como para poder enterarse, a través de los noticiarios más importantes del
mundo, de cuál es el verdadero estado de la humanidad actual, el cristianismo
incluido, desde hace mucho tiempo, no logra comprender que si no es capaz de
discernir el tiempo de Dios, entrará en una especie de nebulosa espiritual que
dará como conclusión, la llamada Apostasía. No obstante, no hay que ver debajo
del agua para darse cuenta que dicha condición de la vida espiritual, no se
halla lejos de nuestras lúgubres realidades, el campo espiritual, saturado de
vida sensual y comercial, no solo nos debería dar un índice o señal del tiempo
que estamos viviendo, sino que además, ponernos en una perspectiva confrontacional
que nos haga ver diferentes, en muchos aspectos, y de este modo, demostrar con
evidencias fuertísimas, que La Venida de Cristo a este mundo, no es un juego, sino,
la consumación de un proceso espiritual e histórico que ha dejado en el camino,
miles y millones de seres humanos muertos, otros millones amputados de alguna
parte de sus cuerpos, dolores y enfermedades costosas y dolorosas, en fin, una
tragedia innombrable en donde La Iglesia de Cristo, con su modo sensual y
parapléjico en el campo de los milagros, avergüenza al mundo entero con su
acomodada estadía en ese paraíso ficticio de las alabanzas y las predicaciones
por televisión.
Las
enfermedades, cada vez más difíciles de tratamientos en el campo de la ciencia,
no solo avanzan poderosamente, no obstante, solo la condición inmoral del
cristianismo actual, no permite aclarar al mundo entero, que si bien ciertos
juicios profetizados en el libro de Apocalipsis para el tiempo del final, aún
no se han desarrollado, es cierto que muchos de ellos ya pasaron a ser parte
del recurso histórico del mundo secular y el de la fe. Debido a esto mismo, es que
a predicadores y adoradores profesionales, la muerte de millones de personas en
el mundo entero debido a la peste bubónica por ejemplo, casi no cuenta, para
ellos, deberían haber muchos muertos más. Pero sigamos, ¿y toda esa montaña de
cadáveres que dejó el brote de influenza a comienzos del siglo pasado? ¿La
Tuberculosis, el cáncer, y por cierto, una de las plagas más terribles de este
último tiempo, el SIDA? También habría que señalarles a los escépticos profesionales
de la fe cristiana actual, que muchos de los tipos de cáncer que hoy proliferan
en el mundo entero, se han originado en la detonación de armas nucleares, y es
más, con la explosión de las bombas de Nagashaki e Hiroshima, se inicia un
proceso de profundo dolor para la humanidad que hace poco tuvimos la
oportunidad de observar cuando, en la nación del sol naciente, Japón, un enorme
terremoto logró destruir las protecciones de una antigua base nuclear que alimentaba
con electricidad a gran parte de ese país, el daño provocado al ecosistema por
esa sola planta, equivale a la detonación de no sé cuántas bombas nucleares
juntas. Si esto no es Apocalipsis, entonces, ¿qué es? De este mismo modo,
aunque los tercos científicos y gobernantes de la ex Unión Soviética lo quieran
negar, el daño que provocó la antigua base nuclear de Chernobil a los seres humanos y al ecosistema en general, todavía
hoy, en pleno siglo XXl, sigue dañando las vidas de las personas, efectos que
pueden ser constatados en los hospitales ingleses en donde son tratados, muchos
de los hijos de aquellas generaciones que han nacido con el estigma del daño atómico sobre
sus espaldas. El daño ha sido inconmensurable. Si esto no es Apocalipsis, entonces, ¿qué es?
La
espiritualización de la fe cristiana por parte de los grandes economistas de la
saga teológica gringa, solo han producido indiferencia, sí, mucha indiferencia
contra el dolor y la desdicha humana, por ello es que el hambre, que en el
mundo entero se ha tomado millones de vidas INOCENTES, no cuenta en sus
predicaciones y en sus cantos de alabanzas, la economía espiritual les permite
negar de primera mano, el hecho de que nos encontramos viviendo un Apocalipsis
interminable, que no sabemos cuándo llegará a su fin, lo cierto es que los
vestigios humanos que dejó, tanto La Primera como la Segunda Guerra mundial, se
cuentan por millones, al igual que los desamparados que produce cada día este
ignominioso sistema económico mundial que implantó el Anticristo. Si el
cristianismo actual espera señales acerca del tiempo que deberá aparecer el
Hijo de Dios para juzgar, de una vez por todas, a todos quienes han llenado
este mundo de miseria tanto espiritual como intelectual, no hay otras, las
señales están dadas, solo falta el actor más importante, y ese es Jesucristo,
el cual, en un momento de estos aparecerá, y los muertos en Cristo se
levantarán primero, pero de señales, el mundo está lleno, como llena la
historia de niños violados, de dictadores que son capaces de matar niños y
mujeres con el propósito de hacer valer sus ideales, como lo que sucede en
SIRIA. Si ello no es Apocalipsis, entonces, ¿qué es? ¿Qué es para el
cristianismo de las alabanzas el saber que a diario se mutilan niños en Siria?
¿Qué puede significar para hombres súper poderosos como Witt y sus seguidores
la palabra Treblinka, o ya se olvidaron de los campos de concentración?
Yo no
espero más de este tipo de cristianismo, lo tengo claro, por lo tanto, tampoco
tengo dudas de qué irá a suceder, lo inobjetable para mí, es que la propia
indiferencia del cristianismo actual, no permite que el corazón de Dios pueda
sensibilizarse contra todas las injusticias que a diario debemos soportar en
este podrido sistema, teniendo un Dios enorme como el nuestro, debemos soportar
estoicamente la enfermedad, porque de milagros, ni hablar, esa es la realidad
que estamos viviendo, por ello es que no creo en los predicadores actuales ni
en los profesionales de la música cristiana actual, porque más enorme es el
daño que provocan en la vida valorica y espiritual de quienes creen en ello,
que lo positivo que ellos puedan dejar, por lo tanto, mi esperanza está puesta en Cristo, no en este
sucio sistema ni en un cristianismo pusilánime que niega el valor y la
importancia de la verdad en la vida de los seres humanos, de ser así, estaría obligado a pensar como todos los seudo
profetas que hoy día invaden nuestros hogares con sus predicciones apocalípticas,
y como yo no creo en ellos y sí en lo que Cristo predicó, solo aguardo en sus
promesas, no hay mejores días para la humanidad, pero el recreo espiritual para
la, supuesta Iglesia de Cristo, pronto terminará, en ese instante desearán
contar con los disidentes que desdeñaron, violentamente de sus sesgadas congregaciones, para poder comprender
en algo lo que se encuentran viviendo, pero me temo que ello no será posible,
ya todo está dado, llega el tiempo de los escogidos, y la luz de Cristo ha de
resplandecer, y de ser así, ¿cuál de los cantantes profesionales podrá siquiera
percibirlo?
Solo en
esa condición precaria, los seguidores del dios establecido por el sistema actual,
sabrán cuán difícil es realmente luchar por unas cuantas convicciones, el
cristianismo apostata, sabrá en ese momento, que la guerra espiritual apuntaba
más a una confrontación valorica que de la otra, y por lo tanto, muchas de sus
llamadas “guerras espirituales”, no tenían sentido, el Anticristo no aceptará
excusas, solo la Gracia de Dios permitía que los hombres disintieran, todo lo
demás era mentira, así que, frente a una perspectiva de esta naturaleza, yo no
estaría seguro de nada, salvo de todas las adversidades que me toca a diario
enfrentar por causa de Su Bendito Nombre y de Su Santo Evangelio.
¡A Él
sea toda Honra y toda la Gloria!
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