Thursday, October 05, 2006

Los chupasangre disfrazados de blancanieves

Eso de que en el pedir no hay engaño, lo tienen muy clarito quienes dicen estar en perfecta armonía con la verdad revelada en Las Escrituras. Sermones hay por montones, es cosa de elegir, tal o cual predicador se hace de un nombre y ya, a pedir no más, total en el Nombre del que todo lo dió por nosotros se puede hasta mentir, y en eso no hay duda, son millones y millones del cochino y maloliente dólar que se necesitan para hacer que esta montaña de farsantes se precipite sobre nuestras cabezas y decidan invadirnos a costa de ocultar la verdadera sangría que ha dejado en el mundo entero, la más atróz de todas las maldiciones, me refiero a la globalización. Si pues, la tecnología mercantilísta del libremercado también se instaló en el evangelio, y a no creer, goza, al igual que quienes viven esta especie de "mesianismo" bíblico, de un respetado privilegio que sólo pueden comprender los que la sustentan, ellos le llaman doctrina de la prosperidad, otros le dicen, la economía de Dios, como quiera llamarse, el caso es que a ellos mismos le ha proporcionado grandes y suculentas ganancias del pervertido "en Dios confiamos", aquí mismo en Chile la verguenza no se ha hecho esperar, son muchos los predicadores y congregaciones que han iniciado una verdadera guerra religiosa pública contra aquellos que dicen ser Ministros de Dios y que sin embargo, de forma permanente, han sido sorprendidos quedándose con la plata de los Diézmos. Se trata de cuentas bancarias aledañas, periféricas, ocultas, allí donde la Ley no los pueda alcanzar, en ese territorio oscuro y pedragoso en donde impera la ley del libremercado, topón pa dentro, como se dice en CHILE, no tienen nada de tontitos total hacerse de una personalidad jurídica no estan difícil, que horribles son, llegan a dar miedo.
Pero como en nuestra querida patria impera la Ley del más fuerte, seguiremos viendo predicadores profesionales comprando radios, gimnasios, sinagogas, propiedades, etc., este es tema de todos los días, Santiago es muy grande para eso, yo lo sé, hace muchos años atrás recorrí gran parte de esa ciudad llevando La Palabra de Dios en forma de canto a gente muy periférica, realmenente uno se puede perder allí, pero quienes no se pierden son ellos, es el lugar más apropiado para ocultarse de la Ley, es el lugar que contiene más encrucijadas para gente siniestra que busca a través de la fe de otros, enriquecerse a costa del dolor y de las necesidades de quienes han creído a pié juntito en la bondad de ellos.
El mundo los ha conocido, el mundo los ha reverenciado, el mundo los ha amado, pero queda poco tiempo, pronto vendrá a esta tierra aquél que el mundo NO HA CONOCIDO, pronto se hará presente y desde esta urbe de mediocridad y de miseria espiritual, Él sacará a Su Iglesia, y para ello no necesitará las grandes sumas de dinero que necesita por ejemplo, un Fernando Chaparro para predicar el Evangelio, o a un Beni Himm, verdaderos cuatreros de la fe moderna que simplemente han preferido pasar por alto el inmeso dolor de un mundo que cada 4 segundos pierde un ser humano por causa del hambre.
Cuidemos lo que tenemos, si no tenemos nada, aún hay tiempo de comprometernos con Dios, el único tiempo que se pierde es el tiempo que perdemos sin hacer nada para que otros conozcan a Jesucristo a través de nuestras vidas.