Tuesday, October 30, 2007

¡ Perdón !



























Hoy es el día "D" para Aarón Vásquez, el cual ya fue declarado culpable del asesinato contra Alejandro Inostroza, y es un día "D", porque en definitiva, sabrá cuánto cuesta actuar sin medir consecuencias, sin meditar en lo que se va a hacer. Puede que los representantes de la justicia chilena le den una penalización muy baja, quién sabe, pero lo realmente claro, es que deberá, el tiempo que ellos decidan, pasar un tiempo de mucha reflexión en un lugar que jamás pensó él iba a ocupar, un lugar destinado para los delincuentes, para los que cometen toda clase de fechorías, ese mismo lugar será, de hoy en adelante, el hogar para un joven, que teniendo todas las oportuindades en sus manos, optó irremdiablemente por la menos apropiada.

La reflexión no obstante, no está dirigida al propio Aarón, el cual debe estar sumamente destrozado con esta situación, y no quiero provocar más herida en donde la hay, no señor, he decidido centrar mi reflexión en la importancia que tienen los padres en los modelos que estamos entregando a los hijos, y de cómo esos mismos modelos afectan la conducta de los hijos. Los padres de Aarón tienen su propia responsabilidad y culpa en los hechos que acontecieron, me pregunto, ¿cómo un Pastor de almas puede predicar y enseñar el Evangelio a otros cuando sus propios hijos no creen en lo que él está tratando de enseñar? ¿cómo logran safarse de este problema muchos Ministros de Dios que desconocen la importancia que tiene el respaldo de una familia convertida?


Los padres de Aarón no cumplieron, para nada, demostraron que para ellos era mucho más importante servir a los requerimientos de la congregación que salvar el alma de su propio hijo, y en esta perspectiva, paradójicamente, el único inocente vendría siendo el propio Aarón. ¿Acaso no sabían los padres de Aarón en las condiciones espirituales en que estaba él? ¿Qué hicieron para mejorar esa condición? ¿Qué hacía Aarón cuando su padre impartía La Palabara en los días de culto? ¿Qué excusas daba? ¿Por qué no recibió ayuda espiritual y moral cuando se detectó su inclinación al alcohol? ¿Acaso nunca fue violento? Si un padre cuya misión es precisamente ordenar y orientar los valores y la vida espiritual de muchos seres humanos, y no es capaz de detectar inmensa necesidad en la vida de sus propios hijos, porque es muy probable que Aarón sí haya pedido ayuda en algún momento pero tal vez nunca fue oído, ¿de qué estamos hablando? Por lo tanto, cualquier argumento agravaría más aún la falta. Pero bien, los consejos de un padre también pueden ser ignorados por los propios hijos, eso está más que claro, yo también los ignoré, y no por ignorarlos me perdí en la vida, gracias a Dios, y en esto tienen verdadera importancia los padres, ya que son ellos los encargados de proteger y cuidar el patrimonio lúdico e intelectual de sus hijos, nadie más podrá cumplir mejor con estas demandas que ellos mismos, pero en la realidad, ello no ocurrió, Aarón seguramente vivió rodeado de bendiciones y no careció de nada, es decir, su vida afectiva fue valorada desde la condición económica y no desde la valórica, lo que transgrede, enormemente, los derechos de una persona que debiera recibir una formación moral y espiritual de acuerdo a la realidad que hoy estamos viviendo, y más tratandose de alguien como Aarón, hijo de un Ministro de Dios, y no la que defiende a los demás y olvida a los propios.



Si la jornada de La Prosperidad sigue entonces impartiéndonos su apestoza y vulgar doctrina, el Evangelio todo se verá afectado con estos principios, y quién sabe, tal vez más pronto que tarde seremos nuevamente testigos de cómo la vida antivalorica que fomentan los Predicadores y exponentes de esta fastidiosa pobredumbre espiritual, produce los efectos que hoy estamos viendo en la vida de la familia Vásquez, porque el problema hace rato dejó de ser un problema solo para Aarón, es el concepto "familiar religioso" que ha sido impuesto en esa realidad el que está en duda, es que no se puede burlar de manera alguna el fundamento bíblico y luego pararse a dictar enseñanzas que tal vez, ni los propios familiares son capaces de practicar. Los prejuicios que desentrañan estas "coberturas espirituales", son demasiado icomprensibles como para tratarlos aquí, pero estoy seguro de que en otros casos, más humildes tal vez, la regla sí funciona, y no porque precisamente el poder del dinero es el que convoca a las almas a asirse de algo tan enorme y difícil como el Evangelio de Jesucristo, sino, porque la humildad en la que el propio Evangelio fue expuesto hace más de 2000 años atrás, es la base de una realidad cotidiana que a veces, más carece que sobreabunda en cosas materiales, y que al conocerlas, la típica invitación a servirse una tacita de té con un pancito con mantequilla no falta, y para qué decir la conversación. Este ejemplo de muchos cristianos que en nuestro país hacen patria aún a pesar de sus enormes y grandes necesidades, debiera ser valorado y comprendido como un fenómeno social y espiritual de gran envergadura, y no pasar ignorado por quienes ven el proceso de la fe como una invitación o incitación al consumo y a la esclavitud en la que nos tiene preso "a todos" el sistema comercial actual.
Aarón deberá comparecer en un rato más a oír la sentencia que le será leída, no deseo para él mal alguno, ya opiné sobre la condición de su alma y creo que su convertimiento es irremediable, del mismo modo y afán como su padre habrá predicado salvación a otros, creo que es la hora de predicarle a él la única verdad que traerá descanso para su alma, JESUCRISTO, y esta verdad, por el amor que tengan hacia su persona, ojalá esta vez le sea expuesta con mucha más claridad y honradez que las otras verdades intermedias que le fueron enseñadas antes, no con sobornos ni arreglos espirituales que sólo prodrían en la práctica, perjudicar aún más la condición del propio Aarón.


En cuanto a la familia de Alejandro, nuevamente pido perdón, un perdón del alma a ellos y a los eternos amigos de Alejandro, por quienes dañaron sus vidas desde el momento mismo en que aconteció todo esto, es justo que ellos sepan que dentro del mundo Evangélico existe mucha gente honesta que jamás ha hecho algún mal a alguien, y que siempre están dispuestos a dar una mano a quien la necesite, por esa gente, ojalá, el perdón pueda también servir como ungüento para sus almas y en la templanza del espíritu, la resignación frente a un hecho que jamás, pero jamás debió haber ocurrido.


















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