Extradición de Fujimori. ¿Será verdad?

No todos los días escuchamos noticias como estas, no siempre los hombres están dispuestos a revertir el destino de otros pocos que, haciendo ostentación de su prodigiosa y no siempre comprendida buena suerte, pululan entre gente inocente que ignora la verdadera responsabilidad que ellos tuvieron en hechos que marcaron a nuestras sociedades, tanto en lo político como en lo humano, cuando ellos fueron los encargados de gobernar, como en el caso de Fujimore, los destinos de nuestro vecino y tristemente golpeado “hermano país del Perú.”

La Justicia chilena, de una vez por todas, decidió resolver en cuanto a este ciudadano peruano-japonés, y ya somos testigos de cómo, por primera vez en la historia, se extradita a un gobernante para juzgarlo por delitos de Lesa humanidad en el país en donde éste gobernó. Sin duda que éste debe ser un momento histórico para los Tribunales de Justicia chilena, y en especial, para esos jueces que tuvieron tan grande responsabilidad dentro de un circulo que a veces parece más proteger a los delincuentes que condenarlos. Sin embargo, como chilenos y habitantes de este mundo convulsionado, nos debe quedar claro una idea fundamental en lo que respecta a la decisión final que tomaron los Tribunales chilenos en el día de hoy, y es que cuando a alguien se le acusa de un delito como de “lesa humanidad”, estamos hablando de palabras mayores, un delito como este, debe quedar claro en nuestro consciente colectivo, que es un delito contra todos nosotros, es decir, que para cometer esta clase de ilícitos hay que pasar por sobre los derechos de los seres humanos, ya sea en su carácter o en su dignidad, lo que agrava la condición de este señor en lo que respecta al Derecho Internacional, que no es más que una justicia de carácter más ético que real, no obstante, hoy día ha quedado demostrado que la Justicia chilena si tiene cojones para poner al servicio de la Justicia Universal, la vida de uno de los últimos poderosos de una seguidilla de dictadores que enturbiaron e hicieron de Mesías en un período en donde los pueblos Latinoamericanos, conocieron el látigo de estos pequeños Cesares romanos.

Fujimore, ex presidente peruano, seguramente esperó algo más de Chile, no en vano decidió relanzar hace varios meses atrás su candidatura política desde nuestro amado Chile, no obstante, la sentencia de hoy deja muy en claro, que la Justicia chilena no tenía más alternativas que ésta, eran demasiados los ojos que estaban interesados en este caso, era demasiado el peso ético de él como para dejar a este ciudadano en completa libertad. Quedan sobre esta sentencia sí, enormes nebulosas que jamás podrán diluirse, como, ¿qué habría pasado si se hubiesen aplicado los mismos criterios para juzgar y condenar finalmente a un dictador como Pinochet? En este sentido, la Justicia chilena quedará en deuda por la eternidad con quienes pensamos que en el gobierno dictatorial de Pinochet, sí se cometieron delitos de lesa humanidad, la lista es enorme, los testimonios, elocuentes, el desastre ético de nuestra alicaída justicia chilena, viene hoy día a mostrarnos algunos gestos diferentes de una actitud soberbia con la cual ellos han procedido durante largos años de nuestra historia, son muchos los casos en que definitivamente no hubo ni habrá justicia alguna para quienes cometieron delitos de este y otros tipos, el problema entonces toma otra dirección, es justo preguntarse ¿por qué se condenó a generales de la nación y otros por casos de desaparecidos o torturados y no se condenó al que promovió y predicó hasta el cansancio, el odio contra quienes no pensaban como él? ¿qué explicación podrían darnos ahora, con el paso de los años, quienes debieron haber juzgado y condenado a un dictador como este? No seamos inocentes, los Tribunales de justicia chilenos, al igual que las comedias y los comediantes, viven y tienen su propia corruptela, sus propios artistas, y como consecuencia de ello, sus propios reality, los que, en su formato televisivo, a manera de Canal Católico, Megavisión, Televisión Nacional de Chile, etc., me son completamente fastidiosos y agotadores, razón por la cual, he decidido ignorarlos y orar, rezar, o como se quiera decir, pero, convertir a una de las murallas que existe en nuestro espacio domestico, en una muralla a la manera de muro de los lamentos judíos, con el propósito de hacer que el Dios del cielo nos proteja de tanta falsedad y mediocridad intelectual que ya ha sobrepasado todos los límites.

Por ello, la impresión que me queda después de esta noticia, es simplemente, ¡chao Fujimore! Estoy segurito que allá en Perú todos los que te odian estarán celebrando esta decisión, los que te aman, dichosos de alegría por volverte a ver, ni ellos mismos sabían si alguna vez los dioses del Olimpo te traerían de vuelta, sin embargo, me queda una humilde y final reflexión para los hermanos peruanos que tal vez no crean en la justicia peruana, o mejor dicho en la justicia humana, hay un Dios del cielo que todo lo ve y todo lo escucha, templar los espíritus parece ser la mejor medicina en este momento en el que sus peores pesadillas vuelven nuevamente a ser realidad, quiera Dios que pese en el alma la cordura, y que todo el odio que este personaje pudo haber sembrado en sus corazones, pueda revertirse y transformarse en paz verdadera, esa que sólo viene de lo alto, esa que sólo Él prometió cuando anduvo por acá en la tierra. A los tribunales chilenos, nada, simplemente el silencio, hicieron lo que deberían haber hecho siempre, pero, la soberbia y la casi deidad que algunos de sus jueces parece estar viviendo, sólo me hace pensar que este no sea más que un alarido de un poder del Estado sin ningún tipo de gobierno sobre sí, y totalmente desconectado y Omnipotente. ¡Pongan luces entonces en todas las escalinatas de los Tribunales de Justicia chileno, Santa Clauss está de vuelta!