Sunday, February 03, 2008

Fetidez espiritual v/s Sinceridad cristiana.


















Los cristianos de hoy al parecer, asfixiados del placer espiritual que les brinda la buena música del Templo sólo desean una cosa de los cantantes cristianos que tenemos una postura al menos, contra la envestida de la Prosperidad y del Gozo, que nosotros, con la fuerza de nuestras convicciones y honestidad con las cuales componemos nuestras propias composiciones, proporcionemos a la cristiandad actual, un tipo de canto que proyecte a la gente que nos ve y que nos observa, que el ser portador de la simiente del Evangelio de Jesucristo en medio de un mundo sumido en el más absoluto y letal relativismo y hedonismo como éste, es una de las cosas más bellas, hermosas y paradisiácas que nos pueda estar ocurriendo. Ellos, por influencia y afectados fuertemente por el hedonismo de una cultura que lo ha relativizado absolutamente todo, han llegado prácticamente a concordar con el sistema de vida que estamos viviendo, y se han construido de manera que hasta los más grandes dilemas del ser humano de hoy, ni siquiera logren tocar las fibras del corazón de un cristianismo que agoniza, y que de manera casi indiferente pasa por alto estos, y un sinfín de otros problemas más generados por la forma de vida con que el hombre de hoy está abordando la existencia.

Los cantantes cristianos actuales propagadores del Gozo espiritual y dependientes de la Industria comercial de la fe, por ende, son defendidos a muerte por sus seguidores “y por cristianos que no entienden absolutamente nada acerca del valor de la palabra en estos días” cuando se les analiza con la inobjetable y siempre precisa lupa de la verdad. Pero ellos, si mal no entiendo, son defendidos más por lo que han venido a respaldar o representar que por el contenido de sus “alabanzas”, porque eso solamente expresan, gozo, alabanza, adoración, éxtasis, sonambulismo, eso nada más – como si tuviese alguna gran dificultad escribir una alabanza a un Dios que nos mira con misericordia desde el cielo - no hay mensaje profético en sus alabanzas, ellas carecen por completo de realidad histórica, no hay contextualización, no es importante entonces darle un vistazo de vez en cuando a esa incomprensible a veces estructura de pensamiento generada por aquellos hombres que en la antigüedad llamaron “profetas”, y qué decir de los problemas que aquejan a millones de seres humanos en todo este planeta, para los cantantes pertenecientes a la vieja y podrida escuela de la ralea norteamericana, la propuesta sigue y seguirá siendo la alabanza, la adoración, ni un miserable episodio de verdad para despertar o apoyar en algo a quienes tienen enfrentamientos verdaderos con el sistema y no con sus imaginarios molinos de viento.

Quienes los defienden, sólo están tratando de justificar con ello, el estilo de vida que hoy han adquirido gracias a su compromiso con el sistema, no por otra cosa, una vez más, no quieren oír un solo rasgo de la verdad de Cristo, a ellos les basta con sentirse gozosos y creer que todo marcha sobre ruedas y que jamás las plagas y los juicios del Apocalipsis llegarán a tocar hasta nuestra podrida realidad, es más, ellos encontraron que La Pasión de Cristo ha sido una de las películas más interesantes que se han producido, y por lo tanto, justifican el sadismo de un energúmeno como Gibson que sólo está interesado en mostrar sangre y más sangre al modo de Hollywod en sus ya demostrado sadismo escénico, y sin considerar, como en el caso de la muerte del Señor Jesucristo, la verdad bíblica irrefutable acerca de los hechos acontecidos. No podemos obviar el que ya se haya comprobado que la muerte de Cristo en el Calvario de la Cruz, se debió a un colapso en una de sus Arterias provocada por la angustia y la tristeza de soportar, en opinión de los Evangelistas y de los científicos, el peso de la hipocresía humana y del pecado de todos los que habitamos este planeta, y no sólo de algunos. Ahora si a esto le sumamos los golpes recibidos, ¿qué tenemos? Al Soberano Rey de Reyes agonizando en la cruz después de cinco horas de soportar el peso del pecado y la ruindad humana. Es decir, lo que mató al Señor Jesucristo fue el pecado, Él, por su naturaleza y su juventud, pudo fácilmente haber resistido la paliza que otros, en su lugar, resistían hasta tres o cuatro días, pero el peso psicológico, moral y espiritual de la bajeza humana tuvo su precio, allí está el problema, si aceptamos lo que Gibson dice, entonces están demás los Evangelios.
El cristiano actual sin embargo, no tiene tiempo ni se lo hará para oír acerca de los conflictos que a diario rondan nuestras cabezas, es más, no se ha preparado para ello, menos para oír a cantantes, poetas, escritores, etc., que quieran hacerle ver algunos puntos de gran importancia en los cuales deberíamos estar reflexionando, ¡ya! La nueva fe de la Prosperidad y de La Visión Económica del Evangelio del Señor Jesucristo, ha simplificado en un 1000 % el discurso original de los Apóstoles de Cristo, y por lo tanto, ya no requiere del hombre reflexivo para alcanzar sus metas materialistas o consumistas. Un ejemplo de ello, es el uso que se ha dado a la palabra “compromiso con Dios”, la cual se cita o se ciñe a parámetros que puedan respaldar solamente La Visión del Elegido o en su defecto, el interés de LA INSTITUCIÓN religiosa, pero jamás, dentro de las exigencias propias de la realidad del Reino de Dios, de un Reino totalmente denostado y materializado por los promotores de Gozo Artificial o Plástico. La frase: “deudas para con Dios”, se haya claramente definida en el diccionario de los carroñeros actuales, y sólo se debe concebir como una deuda en “dinero, diezmos, ofrendas, GEDEONES, etc.”, pero jamás en servicio a los demás, en compromiso con los Ministerios nacionales tan dejados de la mano de los que hoy día dicen llamarse “cristianos.”

El alma del que invade conciencias para utilizarlas en los bajos y oscuros antros del negocio de la fe prostituida, posee una inventiva singular y prolífica, casi Hollywoodense, es capaz de mandar hasta el mismísimo infierno a quienes no estén de acuerdo con sus predicamentos, así de simple, así que nada debería sorprendernos. Entonces, dentro de lo predecible, el cristiano actual, provisto de ese barniz de espiritualidad derramado sobre sus enjutas cabezas, tan propio de negociantes y mercaderes que no temen al látigo de la justicia de Dios, sólo espera favores, concesiones, sólo aguarda que nosotros, con nuestros dones y talentos que Dios nos dio, y que a precio de vivir en un completo EXILIO ESPIRITUAL hemos protegido de las malévolas conciencias de quienes no tienen ni la menor idea de lo que es ser un hombre sincero en medio de tanta porquería, seamos lo bastante básicos e hipócritas como para esconder a las demás personas que nos leen, nos oyen o han visto nuestro trabajo, una verdad tan potente y elocuente como la que estamos exponiendo a la sociedad toda, es decir, si pudieran sobornarnos, ellos se alegrarían de que ni siquiera pudiésemos tocar el tema, y que la gente siguiera ignorando el que hoy día la cristiandad toda, haya prácticamente desertado de los principios bíblicos para dar lugar a una fe externa basada más en el qué dirán, que en el, “esto es lo que soy para Dios, y no hay más.”

Nada entonces está más distante de la realidad que esto, porque aunque de niño aprendí a decir las cosas por su nombre, y además a asumir el costo de ello, el hipócrita siempre tendrá todas las de ganar, en eso nos superan, no hay forma de ganarles, el hipócrita es capaz de seducir con su encanto, así como el cristiano actual está muy bien adiestrado por lo propios cultores del Gozo para SOBORNARSE Y SOBORNAR a los demás a como dé lugar.

Pero, dentro de una realidad como la nuestra que ofrece de todo un cuanto hay para que el alma y el intelecto humano encuentre, a precio de Mercado Persa una enorme Tranquilidad y Paz sin igual, la hipocresía posee sus propios argumentos y estrategias, ella tiene muchas y particulares formas de seducción que representan un verdadero peligro no sólo para el cristiano actual, que dice que no miente, sino para quienes tienen la responsabilidad ética de decir, desde la realidad del arte por el cual estarían dispuestos hasta entregar sus propias vidas con tal de no aceptar ofertas y sobornos envueltos en papel de celofán, una verdad tan incuestionable y elocuente como es el verdadero estado de la fe actual, por ello es que la hipocresía no se maneja sola, en su dinámica espiritual contingente, ella posee su propio cuerpo de acompañantes que le dan poder y autoridad sobre las conciencias de aquellos que caen sin pausa ni medida en los mismos tentáculos de su escabrosa realidad, una de sus mejores conquistas es la mentira.

El hipócrita, ferviente y solidario servidor del sistema religioso institucionalizado, exhibido además, como uno de sus más grandes logros y paradigmas, aparece aquí mostrando uno de los disfraces más utilizados y que dentro de esta plagiada y mal copia del cristianismo original, el que más rédito le ha dado, es el de SANTURRÓN, que es una copia más o menos parecida a la de un cobarde, pero en versión espiritual. Desde esta perspectiva, el hipócrita logra zafarse de los cuestionamientos, que a esta hora de la noche son mínimos, logrando penetrar las escasas defensas con que cuenta la realidad espiritual para defenderse de estos mismos agentes de las tinieblas, apoyado sí, de una vestimenta casi similar a la de una oveja. Pero está decidido, deberá por mandato de los inquisidores, de censurar de manera despiadada y casi fatal a los únicos cristianos honestos que aún permanecen sobreviviendo dentro de esa ciénaga, la imagen del grupo no puede ni deberá dañarse de ningún modo, los intereses del todo deberán protegerse a costa de extirpar a los indecentes honestos que se atreven a cuestionar el proceder de quienes dicen estar representando el Carácter de Cristo. Los ofrecimientos y sobornos tan propios por estos días de quienes deberían hacer algo por proteger el único y real patrimonio de una realidad espiritual sesgada como es la honestidad, son ofrecidos cual mercader que trae sus productos para ofrecerlos dentro de los mismísimos pasillos del tabernáculo, y como por arte de magia, sus procedimientos jamás son dados a conocer.

Así el hipócrita logra zafarse además, del que una congregación o conjunto de creyentes, pueda de verdad saber si a ese especifico creyente le interesará la construcción interna de las cosas, el valor de un Propósito que ha costado a lo largo de toda la historia, la sangre de miles y miles de creyentes en el Nombre del Señor Jesucristo, el costo que se ha de pagar en la vida diaria por decir a la gente la verdad que sale de un alma cansada de los hipócritas. Fui testigo muchas veces de cómo se oculta verdades a la gente con el pretexto de estar protegiendo a los más débiles, es decir, según la lacra institucional, quieren que creamos que la mejor forma de enseñar y de educar a quienes desean del alma seguir los pasos del Señor Jesucristo, es ocultándoles la verdad.

¡ Vaya predicamento!

¡Vaya forma de pensar!

¡ Al carajo con todo eso!

¿Pero quién dijo que el ser cristiano en medio de un mundo incrédulo y hedonista como el nuestro iba a ser fácil? ¡Y si lo fuera! - de verdad no podría ser cristiano, no tendría ningún valor para mí vida el defender lo plausible, siempre será mejor andar por el camino estrecho y evitar los atajos que te ofrece la religión actual a modo de sobornos.

¿Pero en qué están pensando algunos cristianos hoy día para pretender sobornarme con palabras dulces como: “Dios te ofrece paz y tranquilidad”, “voy a orar por ti”, “deberías ayunar para que Dios sane tus heridas y saque de tu corazón toda raíz de amargura”, sólo para que deje de decir lo que pienso y abandone mi causa?

¿En qué se ha transformado el cristianismo entonces para que la gente proceda de este modo, para que la religión ofrezca este tipo de seducción a alguien como yo, que en todo el tiempo que la salud y las fuerzas me acompañaron para servir a mi Cristo cuando fui joven, hice más que cualquier religioso que hoy día enarbola la bandera de la fe cristiana sin haber pagado un miserable costo por esa esquelética y casi anoréxica fe que hoy día los tiene parapetados y disparando estupideces contra alguien que les dice la verdad, tal cual como la dijo cualquiera que se atrevió a confrontar la hipocresía y la mentira de este mundo, y en especial la de los hijos de Dios?

- Pero el soborno - ¡Aaaah, el soborno! ¿Cuántos han aceptado fama, dinero, puestos en las congregaciones a cambio de un silencio bestial y atroz que jamás dejará tranquilas a las almas, y a las conciencias que saben que tienen deberes mucho más allá de la pura contemplación del espíritu humano?

- Nuestros queridos hermanos y Ministros de la famosa mini Babilonia Jotabeche, después que murió el mafioso de Vásquez, nos pueden dar cátedra de lo que es la avaricia y el amor por el poder para luego aparecer en las revistas sabatinas del algún conocido periódico nacional, exhibiéndose cual paradigmas de la Justicia del Reino de Dios en nuestra pobre realidad nacional y espiritual.
¿Pero qué es eso de que van a orar por mí para que me tranquilice?

¿Para que tenga Paz y Tranquilidad?

Sepan, quienes me ofrecen tal soborno, que la paz y la tranquilidad no es para hijos de Dios sino para cobardes, para desertores, para quienes ya no tienen conflictos por decir o intentar sostener la verdad de Cristo en este podrido mundo, un verdadero hijo de Dios no necesita en este mundo paz ni tranquilidad para luchar en el Nombre de Jesucristo, sólo AGALLAS, para enfrentar los desafíos que la vida va poniendo por delante, sólo FUERZAS, para enfrentar y sortear con inteligencia los enormes escollos, que a modo de molinos de viento, Dios ha puesto delante de nuestro camino para que nos fortalezcamos y nos hagamos HOMBRES, y no otra cosa, eso nada más, la paz y la tranquilidad que alguien anónimo me ofrece a mi blog a cambio de sosegar mi búsqueda y mi anhelo de justicia, con el respeto de ellas, es para señoritas, pero no para un HOMBRE como yo, que delira cuando siente el peso de la responsabilidad por todo lo que está diciendo y reflexionando no tan sólo en este trabajo, sino en toda la expectativa creativa que Dios me ha dado, como es mi poesía, mi música, mis libros, y como si fuera poco, en cada una de las líneas que dan forma a las letras de mis canciones, las cuales me sería muy difícil explicar el cómo se vive y se duerme, si es que tienes suerte, una sola noche de tu vida con imágenes tan fuertes como el hambre, la miseria, y la desdicha humana rondando tu cabeza. Aparte sí, de dolores y del malestar propio de una enfermedad crónica como la que debo sobrellevar a diario.

Los cantantes cristianos de moda saben mucho de paz y tranquilidad, ellos han llevado al pueblo cristiano a ese estado casi de levitación espiritual en el cual se encuentran, yo en cambio, jamás he requerido siquiera que oren por mi, salvo con quienes tengo ciertos afectos que nos unen en un mismo espíritu, es más, no creo en el ayuno, el ayuno no va a cambiar mi forma de pensar, el ayuno no hace a nadie mejor cristiano, los fariseos que ayunaban y hacían alarde de esto en público fueron fuertemente criticados por el Señor en su tiempo, por lo tanto, el que quiera y sienta de ayunar, que lo haga, pero esto se trata de la Gracia de Dios y por lo tanto el Ayuno no es una nueva Ley ni un requerimiento para los cristianos, así que no voy a dejar de alimentar y de sustentar mi cuerpo teniendo una enfermedad que todos los días me resta fuerza y que debido a la ingesta de medicamentos me debilita aún más, sería un loco si aceptara tal oferta. Todos los pasados de peso en el Evangelio deberían ayunar, como un acto de sumisión para poder mejorar en algo la salud, y darle al cuerpo un pequeño respiro, porque al parecer, hay varios que se la han pasado en puras “fiestas espirituales.”

Se acaba el tiempo entonces, cada una de las profecías bíblicas se habrá cumplido cabal y totalmente antes de la Venida del Señor a este mundo, aunque muchos estarán y seguirán esperando que se cumpla el Apocalipsis bíblico, yo no voy a desertar de la verdad de Cristo ahora para convertirme en “un buen cristianito” sólo porque a algunos no les gusta mi estilo ni mis palabras, lo he dicho otras veces, no voy a dejarme sobornar por nadie, ni por el más humilde de los hermanos, para ello, voy a seguir derramando litros y más litros de tinta sobre mis angustiados papeles para intentar una vez más, despertar las conciencias adormecidas de cuanto cristiano hay en este país, a pesar de todo lo que puedan pensar de mi, aunque quieran distorsionar descaradamente mi mensaje y proyectarme como un odioso de la fe cristiana evangélica, lo que no es verdad, porque muchos que me conocen saben de la dedicación y del esfuerzo que hice para ayudar a mejorar su condición.
Pues bien, aquí estoy, y escuchen bien, aunque tengan sus predilectos o sean meretrices de algún sistema religioso, aquí voy a estar cuestionando lo que hacen por haber mentido, por haber usufructuado del Nombre del Señor Jesucristo. Haber, ¿en qué miento? ¿En qué me he equivocado al decir que muchos Ministros del Evangelio se han convertido en ricachones gracias a la ignorancia de la gente? ¿Dónde está la mentira? ¿Quién miente?

Por lo tanto, mi música, mis versos, mi voz, mis palabras, todo será utilizado por Dios para dar crédito a lo que Él me ha ordenado decirle a quienes aún no entienden el significado y propósito de nuestra fe cristiana. Todo se moverá entonces, no seré yo solamente el que salte la muralla, muchos en este tiempo están ya decididos a no quedar impávidos, muchos buenos cristianos serán la peor astilla para un sistema que nació y morirá en el error, esto se encuentra claramente establecido en la profecía Bíblica, y si quieren ignorarlo, allá Uds., pero La Palabra lo dice claramente:

“He aquí yo estoy a la puerta, si alguno oye mi voz, yo entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”
Apocalipsis 3 : 20

Para terminar, mi aporte es conocido por muchos en este país y no tengo por qué volver a detallar lo que hago o no hago con mi vida en servicio a Dios. Voy a seguir en contra entonces, voy seguir nadando contra la corriente, no hay manera en que pueda desprenderme de esta enorme verdad, cueste lo que cueste, no quiero ser parte de la hipocresía religiosa ni menos defender cantantuchos que se las dan de espirituales y jamás han ocupado una sola línea de sus castradas composiciones para hablar del hambre y de la miseria humana, de la propia miseria que hoy día inunda la realidad espiritual de nuestro mundo. ¿Acaso el Evangelio que hoy día predica Chaparro, Benny Him, el mismo Marcos Witt, y otros más, ha impedido el dolor de la gente? Acaso las predicaciones del pirómano de R. Buncker o como se escriba esa mierda de esquizofrenia norteamericana ha hecho más humilde a esa podrida nación? Créanme, nada de eso ha ocurrido, solo que todos estos guiñapos de la fe babilónica norteamericana se han llenado los bolsillos de dinero y Uds., con su silencio, han colaborado a la prostituta para que engorde aún más de lo que ya había engordado. Y piensen en esto, deberán dar cuenta alguna vez a Dios por su silencio, preocúpense de eso y no de contradecir a alguien como yo que ya tiene en su haber muchos, pero “muchos”: ¡Así dice el Señor!
Finalmente, si son tan espirituales quienes me critican, que creo que lo son, de eso no me cabe ninguna duda gracias a los consejos que me dan, ¿por qué no intentan tomar esta clase de cruz una sola semana de sus tranquilas y apacibles vidas? Veamos, ¿qué es más difícil, hacerse el leso o tomar la responsabilidad? Y son tan especiales y perfectos, ¿por qué nunca los ví en mi caminar por este país defiendiendo alguna causa? ¿Creen que Dios es tan ciego para no ver lo que hay en el corazón de un cristiano? ¿O, piensan que Dios está de acuerdo con los hipócritas como uds. y a los sinceros los deshecha? No sean tan básicos, el Reino no es de cobardes sino de valientes, y a ellos Dios los necesita hoy para enfrentar los grandes desafíos que tiene preparado desde hace mucho, antes de sacar a su Iglesia de este inmundo y podrido sistema, ¿o lo están pasando regio como para no desear salir de aquí? Y si no tienen otro tema más que el criticar a los que decimos verdades, por qué no se hacen a un lado y dejan el camino abierto a los que sí estamos interesados y tenemos propuestas para cambiar y afectar con el Evangelio de la Verdad a la gente de este tiempo? No nos hagan perder más tiempo del que ya hemos perdido, quédense tranquilitos en sus munditos pequeños, sigan alabando y adorando a Dios en sus templos y hagan como el avestrúz, pero por nada intenten detenerme y detener a quienes piensan como yo, no podrán sobornarme jamás, no soy como Marcos Witt y toda esa saga de comerciantes de la fe, me interesa el dolor humano y el sufrimiento, con eso tengo bastante para no desear tener paz ni tranquilidad, no importa si apoyan con su mugroso dinero mi humilde ministerio, el dinero no lo es todo para servir a un Dios como el nuestro, a ellos sí les interesa el vil billete, a hombres como Chapararo, que vive engañando a costa de GEDEONES y toda esa sarta de mentiras a simples ignorantes, ¿por qué no lo critican a él? ¿por qué no opinan sobre ese fastidio? No tienen agallas para ello, no nacieron para ser libres, sólo el hombre libre y liberado por Cristo es capaz de decir lo que piensa, todo lo demás es mentira, uds. mienten y seguirán mintiendo, pero yo no voy a condescender con gente como uds., mi palabra no está en venta, mi conciencia está limpia como para decirle a estos antropófagos de la fe podrida, que se vayan al infierno, que se pudran, que no hay un sólo lugar en este universo en donde se podrán esconder del que Viene para ocultar toda esa maraña de mentiras con las cuales han creado su imperio. Son una vergüenza para todos esos hermanos que conocí en los campos chilenos cuando salí muchas veces a repartir testamentos, ellos, con un esfuerzo sobrehumano, caminan horas para llegar a sus templitos y estos, viven sólo del pedir y del robar, eso es lo que son, ladrones, salteadores, sinvergüenzas, corruptos, fetideces de las más podridas que emergen de este lodo al que llaman vida espiritual, pero que jamás han dado muestra de ser lo que ellos dicen ser. Haber, entonces. ¿quién miente?

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