Wednesday, August 20, 2008

Cómo se enmudece una conciencia.
























¿Y en dónde se encuentra el verdadero cristianismo entonces? ¿En dónde podemos hallar al hombre de verdad? ¿Al no contaminado? ¿Al que no es capaz de cambiar su discurso y ponerse del lado de los corruptos por un puñado de sucios millones de pesos? ¿Al que no se vende al sistema? ¿Al que no elige la carrera de político para no trabajarle un día a nadie? Pareciera ser tarea de arqueólogos y de antropólogos, pareciera ser que la brújula se nos pierde y el enjambre de códigos virtuales se nos agolpa y no nos deja ver el horizonte con claridad, con esa misma y ritual claridad que teníamos cuando este país no poseía aspiraciones de nada, en donde la gente, tal vez con menos recursos, era capaz de sacarse todo y dárselo a quien lo necesitara. El hombre, desde la aparición del sistema de libre mercado ya no es el mismo, el socialismo de antaño dejó de ser el ideal de muchos que creían que el hombre que vive en sociedad es capaz de comprender el dolor de los demás e involucrarse con él para darle el apoyo y la dignidad que todo ser humano necesita para existir. Ha desaparecido de nuestra realidad entonces un recurso que podría ayudarnos a enderezar en algo la condición de nuestra sociedad, la propia dictadura del consumismo nos dicta a diario que el poder y la satisfacción personal, es el mejor camino que ha de elegir el hombre actual para vivir una vida de realización personal, no obstante, el prójimo, al cual el Señor Jesucristo hace dos mil años atrás reubicó en importancia al concederle sanidad y preocupación, ya prácticamente ha dejado de ser crucial para determinar políticas sociales, culturales, espirituales, valóricas incluso. Los vaivenes por los cuales atraviesa la humanidad, llegan hasta nuestras realidades periféricas, haciendo sucumbir cualquier estrategia proteccionista, el precio del petróleo, ahora justificación para todo tipo de alzas, nos hunde en desesperadas y tétricas parcelas de dolor cuando, al ver nuestras cuentas de la luz, del gas, del agua, vemos cómo y de qué manera la crisis energética mundial sirve para que los potentados económicos regionales y mundiales, nutran su indiferente estrategia comercial, con abismantes y agotadoras jornadas de inestables y abusadoras tormentas de egoísmo.


El hombre actual, sucumbe entonces a todo tipo de posibilidad redentiva, el propio cristianismo se ha embebido de tales circunstancias, hoy la religión promueve el bienestar económico y material más que el espiritual, predicadores y cantantes cristianos de moda hacen innumerables esfuerzos por darle muerte al que pudiera hacerles frente. De un modo fantasioso y anticristiano, han convertido la propia propagación de la fe cristiana en una profesión algo más que rentable, suculentas ofrendas son las que recogen los llamados Apóstoles modernos cuando, a través de extenuantes campañas radiales y televisivas, intentan mantener vigente a costa de dinero y flojera de la más inmoral e infame condición, una imagen de hombres especiales que la divinidad ha elegido para encausar nuestras vidas en medio del lodazal en el cual sucumbe la humanidad toda, sin encontrar salida aún a tanta miseria espiritual. En tal condición, la única alternativa posible pareciera ser el hundimiento, el genocidio cultural y espiritual, al cual me opongo, al cual combato desde el lugar que este podrido sistema me ha permitido sollozar a costa de tener que lidiar incluso, con una forma de cristianismo que en nada ha aportado con sus teorías e ilusiones de Prosperidad, que en su mayor expresión nos hablan de cómo la vida espiritual puede servir más para enmudecer la conciencia que para ablandarla, cuando la necesidad de la humanidad no tiene color político ni condición social, se trata simplemente dolor humano, a modo de drogadicción, a modo de políticos corruptos, a modo de Almirantes y Generales que con sueldos estratosféricos se tornan impermeables al sufrimiento igual que los podridos políticos de mundo.


Ministros de Estado convertidos en verdaderas estrellas de televisión gracias a las mentiras que deben propagar a diario por los noticiarios, nos resultan cotidianos, han llegado incluso a formar parte de nuestro subconsciente colectivo, soñamos con sus discursos, nos sobresaltamos con sus anuncios, llegamos a temerles, pero se trata de un temor irreverente, una irreverencia justificada para quienes debemos armarnos día a día y dar cuenta de nuestra existencia delante de quienes más amamos en momentos en que el sistema no otorga ninguna clase de oportunidades para mejorar, aún así, se nos critica, se nos tilda de inconformistas, de asistémicos, pero ellos, jamás serían capaces de vivir con sueldos de miseria un solo podrido mes de sus vidas, se llaman así mismos, “servidores públicos”, pero terminan sus jornadas de servicio con los bolsillos llenos de vil dinero y una carpeta llena de contactos que aseguren, a quienes nos han servido supuestamente, por un tiempo prudente y sin que se note, un porvenir mucho más pleno. Sus hijos, en tales circunstancias, no tendrán miedo del invierno ni del mañana, el servicio público supuestamente desarrollado por sus progenitores, les ha bendecido al extremo de poder asegurarles carreras universitarias sin tener que pasar por el exiguo y siempre difícil “colador”, y por supuesto, mucho trabajo, muuuuucho pero muuuuuuuchos contactos a sus nobles herederos sólo por llevar el nombre de sus antepasados. Así amigos, la cadena jamás se romperá, así la injusticia seguirá nutriéndose, con malos servidores públicos, con malos gobernantes, con pésimas políticas de salud, con decadentes y poco originales propuestas para ir y hacer volver del trabajo a las personas, sin tener que pensar en el tiempo que se pierde en ello, sin tener que invertir una barbaridad en movilizarse cuando ese tiempo debería el hombre libre pasarlo con sus hijos. Seguirá nutriéndose entonces este podrido e injusto sistema con terribles y atávicas deudas que jamás se pagan y abandonan la mente del trabajador, con decadentes programas televisivos que permanecen de por vida adormeciendo las conciencias de las almas acorraladas como reces al degolladero. La gente nuevamente deberá llevar sobre sus espaldas, la enorme carga mortuoria que han dejado sus mediocres gobernantes sobornados, ellos mirarán la gran ciudad de repente, antes de llegar a sus hogares, y verán con espanto, el lugar en donde este vil sistema les ha dejado disputando diariamente, un mísero lugar dentro de esta miserable y desorientadora realidad. Amparados en esta clase de sistema, el Estado no oye, se desentiende de sus responsabilidades, no admite cuestionamientos, es demasiado Omnipotente como para advertir que el agua a diario nos sube hasta el cuello, aún así se han armado para las próximas elecciones, son capaces incluso, tanto políticos de Derecha como quienes nos gobiernan, de invertir obviamente el dinero de todos los chilenos para que los votantes, o sea nosotros, seamos tan estúpidos y volvamos a creer en sus malévolas maniobras políticas para alcanzar o seguir en el poder.


Lo inusitado de todo, sin embargo, es que en medio de esta trivialidad de espantosas tragedias cotidianas, los cara duras que nos gobiernan, nos digan luego que quienes disentimos con el sistema anticristiano que han construido a costa de comprar conciencias ilustres y de las otras, que quienes no apoyamos su ideología mercantilista de políticos corruptos e innecesarios como el peor de los desperdicios, pertenecemos a una ralea de antisociales o asistémicos, es decir, nosotros seríamos los malos por no defenderlos, nosotros somos satanizados por declararles que ellos no saben gobernar nuestras vidas, haciendo de nuestras existencias diarias mucho más duras y complejas de lo que Dios nos ha mandado sobrellevar, poniendo cargas tributarias abismantes sobre un pueblo al cual le deben su estadía en ese paraíso que ellos llaman “el poder”, ellos nos llaman a nosotros asistémicos, algo así como bichos raros, parásitos, y son ellos mismos los que a diario se nutren del alma de la gente que confió en sus promesas que jamás se cumplieron. Entonces, porque han olvidado Al que creo las almas, Al que un día nos dio la vida, no vamos a quedarnos callados, ¡escúchenlo bien, no nos vamos a quedar sentados esperando que la marea nos arrastre y nos cubra como un día cubrió New Orleans!, ¡clamaremos al Dios de la Justicia!, ¡oraremos al Dios de la misericordia y Él nos oirá!, y por último, gritaremos nuestra verdad si es necesario, pero no vamos a estar quietos ni en silencio, de eso tengan plena seguridad. Sé que este podrido gobierno ha invertido todos estos millones en lo que ellos llaman CULTURA, pero también tengo certeza que todo esto lo han hecho para que nadie tenga nada que decirles cuando aparezcan las listas con las platas que se han robado hasta aquí, en proyectos nunca realizados, en puentes mal construidos, en sistemas de salud nunca bien implementados, en leyes mal concebidas, en sueldos millonarios para funcionarios públicos que jamás hicieron bien su pega, hasta el mismo momento en que mi mente aún no descansa tratando de enhebrar las palabras para que de una vez por todas, los que vivimos sobre este pedazo de tierra llamado Chile, entendamos que no debemos temer decir la verdad como es, y no como a muchos les gustaría oírla.


Yo sé que los cristianos del sistema actual no desean que un cristiano como ellos hable de estas cosas, a ellos les escandaliza que una verdad como ésta se encuentre circulando por Internet sin que nadie haga algo para evitarlo, estaban acostumbrados a sus predicadores de Derecha, ignorantes y podridos en flojera, nunca comprometidos de verdad con el dolor del prójimo, henchidos de placer espiritual, como el canto y la música que ellos llaman “espiritual”, y con la cual han sobornado sus empáticas conciencias, ellos desean palabras floridas para adornar la realidad, para enmudecer la boca que una vez Dios ordenó que se abriese y que no callara jamás, ellos pretenden, con sus cantos impregnados de placer, que un hombre como yo, dude al menos de la verdad que me toma la vida para poder manifestarla. Para mi, no hay alternativa que valga, puedo construirme a partir de mis desidias con el sistema, a partir de mis propias contradicciones, puedo enarbolar con libertad la bandera de mi fe dentro de este sistema sin necesidad de pertenecer a la farándula espiritual de los comerciantes actuales, estoy desposeído, es cierto, no hay apoyo para quienes vivimos en la disidencia, estamos señalados por los abductores de conciencias, pero nadie podrá impedir que la línea de una nueva poesía se escriba con la misma fuerza con que Dios nos envía a veces sus tormentas de rayos estridentes, no señor, hemos adquirido el temperamento y el carácter que se necesita para ejecutar precisamente, esta clase de trabajos.


A los cristianos de este sistema se les ha olvidado sí, el valor del mensaje profético, ellos han ignorado voluntariamente la importancia de un mensaje con estas características en medio de un sistema en que la injusticia social y de las otras, son razones más que suficientes para que la propia Nación de Dios, con un Llamamiento de este porte, sea capaz de confrontar a quienes tienen la responsabilidad de ejecutar políticas o de redactar leyes que protejan a los más desvalidos, Dios no le ha pedido a Su Pueblo que calle en momentos que debería protestar, no señor, el giro ético que la cristiandad ha dado en este tiempo para evadir su Llamamiento profético, tiene consecuencias, aunque no lo quieran ver de este modo, los ejemplos están a la vista, no obstante, dentro de esta misma realidad, es claro que existe hombres que no se han arrodillado frente a esta babilonia moderna ni han ofrecido el silencio de sus conciencias para impedir que la voz de Dios se escuche, al igual que Daniel, aunque sea en los suburbios de la ciudad, aunque sea en pequeños reductos de la periferia, quienes han obrado de este modo de seguro tendrán sus conciencias tranquilas el día que tengan que comparecer ante el Tribunal de Cristo, pero quienes se han vendido a la Prostitución espiritual de la Prosperidad y del Gozo, de seguro una estadía en la Gran Tribulación con pasajes reservados y todo les vendrá muy bien, ¿o pensaban que todo iba a ser gozo nada más? Pues lean Las Escrituras, no hay otra alternativa, o se mojan el potito con la realidad, ahora y ya, o tendrán que poner el cuello algún día por culpa de la indiferencia con que han actuado, predicadores y predicados, en esta horrible realidad en la que los seres humanos son nuevamente esclavizados como animales para justificar las iniquiedades de un sistema corrupto y anticristiano como el actual.

De seguro los señoritas seguidores de Witt y toda esa casta de maricones me van a criticar nuevamente por lo que estoy diciendo, ellos, que el espíritu ECUMÉNICO no se lo sacan ni con todas estos exorcismos juntos, no estarán nuevamente de acuerdo en nada conmigo, me escribirán para corregirme, para advertirme que un hijo de Dios no debe decir, “maricones”, no señor, eso es muy feo, un hijo de Dios debe hablar con amor, pero les pregunto, ¿con qué clase de amor le habló Dios a Israel cuando, con una actitud de soberbia que raya en la indiferencia, rechazó “olímpicamente” el mensaje profético? Ya no se puede hablar así, hay demasiado en juego, hay muchas cosas que han sido guardadas por temor a no sé quién, pero llega la hora en que todo se moverá, todo lo que está debajo de este sol que nos alumbra tendrá que moverse, diputados, senadores, gobernantes, curas y pastores, rabinos y ortodoxos, todo se moverá, incluso la cristiandad, incluso los parásitos que no le han trabajado un día a nadie y que hoy día llenan los canales de televisión abierta ofreciendo espectáculos de muy pobre calidad.
Al parecer, nos va acostar un poco encontrar al hombre que no se vende al sistema, tal vez tengamos que buscarlos en los antros, allí en donde pululan los perdedores, a lo mejor en las tribus urbanas, por que al parecer, desde hace mucho tiempo ya que esta clase de personas desertaron del sistema, huyendo de la corrupción y de los corruptos, de todas las plagas y sus consecuencias, solo para poner a salvo sus conciencias, solo para salvaguardar por un instante, mientras dura la tormenta, el estado de lucidez con que actúan a diario quienes se oponen, ferozmente, a ser sobornados por un sistema que ya no discierne entre buenos y malos, ni entre día ni la noche.

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