Monday, July 21, 2008

¡Música Sepúlveda, la osadía de una niña!



















Una Ministra que no oye cuando alguien le dice que está equivocada y que las cosas pueden ser mejor de lo que ella piensa, no puede esperar otra cosa que un balde de agua fría cuando una de esas personas que ella misma ignoró, deliberadamente, no encuentra ya la forma de decir o hacer sentir lo que piensa. Defender lo que uno cree en tales circunstancias, puede tornarse muy complicado, sobretodo cuando quienes debieron haber hecho algo para corregir el problema de la Educación en Chile, no hicieron absolutamente nada, simplemente observaron, no tomaron precauciones, no visionaron de modo alguno lo que en el futuro iba a ocurrir, ¿y para qué?


Porque si pensamos en el origen del problema, puede resultar tristemente fatigoso excursionar en las escarpadas montañas de nuestra historia, es que nuestros males, en el presente, insolucionables, tienen su propia raíz, su propia génesis en el pasado, en la Conquista misma, en la Colonización, en el nacimiento de nuestra Patria, aún así, nos las hemos arreglado para llegar al 2010 con una abultada cuenta en el Banco, y un billetito extra en el bolsillo por si se nos ocurre comprarnos algo en el camino, como por ejemplo, un submarino de última generación para nuestra Armada, o aviones de combate super veloces y capaces de atravesar el cielo infinito de lado a lado en una cuestión de segundos. Pero ¿a qué costo? ¿O pensábamos que iba a ser gratis? De ningún modo, porque nada en esta vida es gratis, todo cuesta, pero entonces la pregunta debería ser otra, o por lo menos plantearla desde otra perspectiva, la que sería de este modo:

- ¿A quién o quienes les cuesta más alcanzar sus propios proyectos en la vida?

Es obvio que siempre ha existido seres humanos que han debido pagar enormes costos para alcanzar metas que parecían imposibles, para ello, tuvieron que invertir muchas fuerzas, sin las cuales, difícilmente hubiesen podido llegar hasta donde llegaron, sin embargo, también ha existido otra clase de personas, de esos que siempre van a la segura o van a lograr ser alguien o algo en esta vida aunque todo esté contra ellos, en alguno de los casos, sólo por ser descendientes de algún conocido personaje de la farándula nacional. Dentro de este selecto grupo de especiales también se encuentran los herederos, esos que no deben hacer absolutamente nada para lograr algo en la vida, el apellido lo dice todo, esa es su carta de presentación, en esta realidad, ellos saben que la historia está del lado de ellos, así que por lo tanto, las puertas de las oportunidades estarán siempre abiertas de par en par para que esta clase de personas ocupe el lugar que por historia, y no por méritos propios, le corresponde.


Existe por tanto, una variedad inmensa de especies en este verdadero “zoológico de gentes”, las cuales, difícilmente podríamos enumerar detalladamente, para ello, faltaría tinta y mucho papel. ¡Síííííí! Mucho pero mucho papel y tinta, ríos y ríos de tinta, y aún así, creo que no alcanzaríamos, porque ello tomaría mucho tiempo, mucho trabajo para enumerar a tantos sinvergüenzas de profesión que se han nutrido de la leche materna con que el Estado ha privilegiado sus estómagos, olvidando a los que no tienen descendencia, a los expatriados, a los periféricos, pero en fin, lo triste de todo, no es que la vaca entonces haya dado lo que por naturaleza debe dar, LECHE, sino que históricamente en nuestra podrida realidad, hayan sido siempre los mismos los que mamaron hasta reventarse, dejando, como dije anteriormente, a muchos compatriotas sin teta ni vaca, y por supuesto, sin leche que digerir.

La iniquiedad social, producto de la separación del hombre con Dios, y por puro efecto del pecado que hay en el hombre, se haya instalada casi de por vida dentro de nuestra propia sociedad, todo porque nuestros mecanismos de defensa o anticuerpos sociales y espirituales tales como:

- políticos
- religiosos
- moralistas
- espirituales
- sociólogos
- psicólogos
- pedagógicos

y por supuesto, periodistas de todos los medios, tanto escrito como televisivos, no han sido capaces de construir una verdadera estrategia que permita a los ciudadanos comunes, comprender la verdadera dimensión de la gran catástrofe social, espiritual e intelectual que estamos viviendo en este último tiempo, la que no se soluciona con páginas o programas plagados de erotismo y vulgaridad, no porque sus gerentes y editores, a veces también son parte de esas castas privilegiadas que a lo largo de nuestra historia, han sido depositarios de todas las
perversas herencias que dejaron sus antepasados, olvidando que dentro de una Patria existe millones de personas sin ninguna clase de oportunidades para mejorar en algo su calidad de vida. Pero a ellos, el tema nunca les tocó profundamente, sólo como concepto, jamás nunca como bandera de lucha, todo porque ellos no nacieron para esto, sus castas tuvieron el máximo de cuidado al blindar sus conciencias con tal de que nada se perdiera, y que si por esas cosas de la vida alguien con agallas e intelecto adecuado, y por méritos propios intentara ocupar un lugar que sólo ellos debían ocupar, por lo menos el costo que debería pagar tal ser humano habría de ser ejemplar, tan inmenso como para que otros ni siquiera lo intentasen, y quién osara llegar hasta ahí, olvidara para siempre en donde había nacido y de dónde era.

De este modo entonces, es que se podría explicar, a mi modo de pensar, el cómo el llamado “PITUTO CHILENSIS”, funciona siempre para algunos y para otros jamás. Pero ahora estamos hablando de la Educación en Chile, tema que para nada es menor, porque se trata de un DERECHO, un derecho que el propio Estado debe asegurar que se cumpla para que todas las personas nacidas y que viven en este país, tengan acceso a una Educación, Salud, Vivienda, etc., de calidad, ese debe ser uno de las mayores propósitos que ha de mover a cualquier gobierno que ha sido elegido por todos los ciudadanos, democráticamente, no existe por tanto, ninguna prerrogativa o evasiva que pueda convertir al propio Estado en un ser hemipléjico sólo cuando se trata de la Educación de sus hijos, el actuar de este modo, hablaría de una acción de tipo deliberada de parte de él para con aquellos que más dependen de políticas públicas como somos la mayoría de los chilenos, tal vez por ello mismo es que el conflicto de la Educación hoy día se ha trasladado a otros campos del acontecer nacional, poniendo a nuestros gobernantes y políticos en general, en una posición de inconsecuencia cuando se trata de demandas salariales y mejorías en aspectos laborales.

Intentando buscar entonces una explicación a la reacción de Música Sepúlveda contra la Ministra de Educación, parece ser, nuevamente y por enésima vez, que es mucho más fácil hacer carrera en este país, en todos los estratos, sean ellos políticos, religiosos, sociales, etc., atacando las consecuencias más que la causa o el origen del problema, obviamente este es el camino más corto, el más cómodo, el más estridente cuando un periodista o un religioso moralista se encuentra frente a una cámara de televisión y unilateralmente define una enorme situación nacional, solo en unos muy vagos y esqueléticos segundos antes de un podrido comercial de alguna de esas enormes casas comerciales que pagan sus sueldos, porque el problema si mal no entiendo, no es la niña Música Sepúlveda, sino, “La Educación Pública en Chile”, no obstante, los periodistas han alardeado con eso del orden social, del respeto que debemos a nuestras autoridades, y otras muchas explicaciones que han dado del porqué una niña no debería hacer jamás lo que hizo Música, y por favor, quienes leen este Blog, por nada del mundo puedan llegar a creer que estoy de acuerdo o haga causa común con la chica, jamás, pienso que una acción de este tipo contra una persona mayor y más siendo la máxima autoridad de la Educación en Chile, no ennoblece la causa de quienes luchan por una educación de calidad en nuestra Patria, pero aislar la reacción de la chica de su contexto verdadero, en mi opinión, representa una evasión al fondo del asunto y no contribuye a dilucidar esta maraña de intrigas que mantiene a gran parte de los estudiantes de colegios públicos, prácticamente divorciados de las autoridades y en una actitud totalmente beligerante. Por ello además, la pregunta que deberíamos hacernos todos, todos los que estamos interesados en el bien común más que en el de algunos pocos, es la siguiente:

- ¿Qué hace una niña como Música Sepúlveda lidiando contra tales molinos de viento?

- ¿Acaso no debería haber estado en esa hora en otra cosa en vez de encontrase lidiando con una Ministra que a nadie escucha y que siempre carece de autocrítica?

Eso de que todo estaba confabulado para que ese día las cosas terminaran en lo que terminó, me parece atrofiante e irracional, lo más relevante en este asunto para mí, no se encuentra precisamente en el jarro con agua lanzado a la Sra. Ministra, sino, en el por qué una chica como Música Sepúlveda, de sólo 14 años, se atrevió e hizo lo que hizo. Nuestra hipócrita y casi inquisitiva realidad social ha decidido cortar por lo más fácil, exigir disciplinas del infierno para castigar tal reacción, por ahí, el Sr. Alcalde, Raúl Alcaíno, nos ha provisto de una excelente y muy edificante disciplina inquisitiva para que una niña de 14 años aprenda a respetar a sus autoridades, como por ejemplo, expulsar a la niña y no permitir que sea matriculada en ningún colegio, es decir, utilizando el mismo criterio:

- ¿Qué merecerían los Alcaldes, Diputados, Senadores, Ministros, o quién sea, que con la plata de todos los chilenos viajaron, comieron, y lo pasarlo el descueve?

- ¡Nos interesa su opinión Sr. Alcaíno!

- ¿Qué piensa usted de los tiranos que mataron he hicieron desaparecer chilenos utilizando el aparato de Estado como protección para cometer sus asesinatos?

- ¿Qué piensa de los millones que el ex dictador de Chile guardó en Bancos extranjeros?

- ¿Qué mereció él?

Y a los del gobierno:

- ¿Quién paga por el Transantiago que ha fastidiado la vida de los compatriotas que viven en esa urbe?

- ¿Quién asume el costo y la responsabilidad penal de ello?

Para qué vamos a deslizarnos en esta clase de reflexión, mejor continuemos, porque para mi, la última decisión de nuestra querida Presidenta me parece una locura, eso de ofrecer ayuda en dinero de todos los chilenos, no sólo de los católicos, sino de todos nosotros, incluso de los que no profesamos la fe católica para terminar un templo católico, es una verdadera vergüenza para nuestra gobernante. Pues bien, también los medios de comunicación han hecho frente a esta acción y han decidido condenar, unánimemente, a la niña Música Sepúlveda, no obstante, me parece que para condenar a alguien y de este modo, hay que tener cierta moralidad y cierta ética, sin la cual, el juicio puede resultar una arma de doble filo, y en ese caso estaría tocando la realidad programática ignominiosa a la cual nos tienen prácticamente condenados de por vida los propios canales de televisión abierta que en nada contribuyen a la reflexión y educación de nuestro pueblo, obviar el que cada día representa una gran y completa mediocridad la línea de programación de ellos, nos haría cómplices, cómplices de la vulgaridad con que nos tratan, cómplices de la forma en que los programas de farándula disectan a otros seres humanos a vista y paciencia de todos quienes esperan algo más que una cirugía estética de la vida que estamos llevando como sociedad, por lo mismo, para nada felicidades Música por lo que en tu adolescencia te has atrevido a hacer. ¡No! ¡Míl veces no! Aquí debe primar la cordura, no sé hasta dónde ni cuánto, sólo sé que así debe ser, así se vive en sociedad, no obstante, después de este balde de agua fría que hemos recibido todos, absolutamente todos de manos de una chica que se atrevió a desafiar a una de las máximas autoridades de este país, y hacerle ver su desagrado a través de un acto que a su escasa edad, difícilmente pueda ella misma comprender en toda su dimensión, nos queda la siempre final y cristiana reflexión:

- ¡El que se encuentre libre de pecado, que lance la primera piedra!

Finalmente, buscando tal vez alguna justificación al acto cometido por Música Sepúlveda, es difícil comprender lo que pasa por la mente y la conciencia de una niña en la que aún sus parámetros de vida no están completamente formados, pero, aunque nos cueste aceptarlo, su reacción tiende a darnos mucha claridad con respecto a los cobardes de este país que no han sido suficientemente valientes como para confrontar ellos mismos a quienes en este instante, tienen la responsabilidad de oír a la gente y hacer que las cosa funcionen como tienen que funcionar, una niña como Música, aún careciendo de parámetros familiares fuertes, aún siendo una niña problema, aún careciendo de privilegios, está obligada a responder a disciplinas tanto en el hogar en donde se está criando, como en el colegio en donde estudia, decir que aceptamos el que una niña de esa edad está suficientemente preparada y madura ya como para tomar el toro por las astas, y luego cuando se le inquiere al respecto, no manifestar ningún tipo de remordimiento ni arrepentimiento por lo que hizo, simplemente es una locura, y por lo tanto, navegamos a la deriva, aún así, aunque ella no hubiese cometido tal acto, es claro que ni el gobierno, ni el parlamento de nuestro país, han sido lo suficientemente maduros como para honrar y dignificar la confianza que un día la Nación les brindara, sin embargo, quién pregunta:

- ¿Cuándo harán su propio Mea Culpa los políticos de este país que ganan una fortuna sin hacer absolutamente nada?

- ¿Cuándo reconocerán públicamente sus propios errores y no se culparán entre ellos?

- ¿Cuándo pagarán por cometer esa clase de errores?

- ¿Acaso la chica del balde de agua fría será ahora la culpable de que el Transantiago no funcione como debe ser, a pesar de los millones de dólares que se inyecta cada mes para mejorar su funcionamiento?

- ¿Será responsable Música Sepúlveda de las platas que se han perdido en todas las instancias a que nos tiene acostumbrado este gobierno, y en especial, en las alcaldías como por ejemplo, la de Recoleta?

Yo no lo creo, ella es muy niña aún para sobrellevar el peso de los errores de otros, no obstante, ninguno de los grandes políticos de este país se atrevió, en todo lo que lleva esta mal llamada Democracia, ha hacer sentir a una autoridad política mayor lo que pensamos la mayoría de los chilenos, en ese caso, Música Sepúlveda ha dado una lección de osadía, desproporcionada por su juventud, como dije anteriormente, pero una lección al fin y al cabo, por ello, antes de condenarla, esperemos que crezca, confiemos en la Educación Pública, ¿cómo sabemos? ¿Quién no dice que algún día ella misma ocupe un puesto de importancia en nuestra decadente realidad política nacional? ¿Quién sabe, los milagros existen, y por qué no habría de suceder uno aquí mismo y cuando más lo necesitamos?

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