Grooming al acecho o nuestros hijos en peligro. I Parte

Hay programas de televisión que siempre valdrá la pena ver, sentarse y reflexionar con algunos periodistas acerca de un tema tan importante como la aparición en Internet de los llamados “groouming”, no debe haber dejado a ningún padre indiferente la semana que pasó. Es que cada cierto tiempo los canales chilenos hacen un gran esfuerzo por humanizar y asumir el rol comunicacional – pedagógico que la sociedad les ha asignado, a un costo enorme, ciertos periodistas logran safarse de la mediocridad en la cual nos tiene sumido la televisión chilena, y nos ofrecen una reflexión siempre necesaria e importante en circunstancias que los propios canales adolecen de las mismas o peores perversiones que el drama tratado en un programa del canal católico la semana que pasó.
El programa en cuestión, intenta ser una investigación seria al corazón mismo del oscuro mundo de los groouming, personajes siniestros que, gracias a la posibilidad que brinda el Internet de pasar inadvertido detrás de la pantalla, abusan de menores, proporcionando a la sociedad toda, una nueva y terrible forma de delincuencia virtual, que por ser virtual, no deja de afectar y dañar las vidas de los niños y niñas abusados por esta clase de delincuentes.

Mientras el programa avanza, los periodistas logran sorprendernos con algunos testimonios de niñas abusadas que, naturalmente, nos han de conmover por la cobardía con que actúan estos malhechores, en ello no hay duda que el programa nos sensibiliza y nos hace reflexionar en un tema que muchos padres no logran entender ni menos interesarse en confrontar. El periodista a cargo, con el formato y el lenguaje indicado, ha intentado despertar nuestras miradas y trepamos con él en los riesgos de dejar a nuestros hijos frente al computador sin ofrecer ningún tipo de limitaciones, sin siquiera enseñarles o interesarnos en los oscuros pasadizos por donde avanza la mirada de un navegante virtual, cuando no tiene medida, cuidado, ni menos la ayuda del Espíritu Santo para usar el Internet.

De este modo el programa avanza, poseyendo la razón y el verbo adecuado para hacernos sentir que el problema de verdad es serio y enorme, nos convencen con imágenes que respaldan el hecho de que existan estos pervertidos, a veces, en el interior de nuestros hogares sin tener limitación alguna para ingresar, y otras, dentro de los Ciber que ofrecen servicio por Internet a un muy bajo costo y también sin registrar absolutamente a nadie cuando hacen uso de los computadores, es decir, sabiéndonos invadidos de esta nueva forma de perversión sexual, la sociedad aún no comprende el terrible dolor que deben sobrellevar los propios niños que han sido abusados por esta nueva casta de pervertidos sexuales. Pues bien, a estas alturas, se nos ha mostrado ejemplos en Estados Unidos de cómo se trabaja a nivel de policías para atacar un mal que a diario está quebrando a nuestros hijos, y por consiguiente a nuestra sociedad. El final se aproxima, y ya tenemos a dos grooming acorralados por los ciber policías que luchan desenfrenadamente por ganarle a estos degenerados, un espacio en el que ellos están cometiendo un grave delito contra nuestros hijos.

Con testimonios de madres llorando y todo, el programa acaba en un momento, dejando enormes interrogantes flotando en nuestras conciencias, cual si fueran incapaces de posarse y generar algún tipo de discusión seria al respecto.

El programa terminó. Pero yo no tengo Internet, aún así hago uso de él, he hablado en varias oportunidades de sus peligros, he escrito al respecto, no obstante, un programa tan importante que pretende despertar nuestras conciencias, se encuentra totalmente incompleto si se deja algunos temas sin tratar, y en esto creo que para ese programa pesó el poder católico que frena la reflexión en su verdadera esencia. Me explico, en ningún momento, en ninguna instancia del programa, ninguno de los periodistas involucrados en este tema, hizo alguna reflexión con respecto al por qué una niña de 10, 11, 12, 13, 14, 15, o la edad que sea, se desviste frente a una cámara para ser observada por una persona que no conoce. ¿Qué tipo de niña hace tal ejercicio? ¿Cómo los padres permiten que niñas de tan poca edad se mantengan hasta elevadas horas de la noche frente al computador? La soledad que viven hoy nuestros hijos, da para mucho, el dolor que ello representa, tal vez sea aún mayor que todo el daño que estos pervertidos están haciendo a través del Internet. No es posible que una niña, de una edad tan corta, se desvista de este modo sin tener seguridad de lo que está haciendo y para quién, el problema se traslada entonces a otro espectro de nuestra sociedad, se trata de nuestros modelos, de las imágenes que los niños están capturando día a día frente a la televisión o al computador, la soledad de ellos es tan grande que les permite crear su propio mundo, ajeno a parámetros fuertes de conductas, estaríamos hablando de una problema endémico de nuestra sociedad, y en ello, todos estamos involucrados, desde los padres que no advierten peligros cuando una niña de 10 años, vive prácticamente frente al computador, hasta los más indiferentes que piensan que en ello no hay peligro.

Una niña de 10 o más años, a cierta hora debería, luego de hacer sus tareas y preparar sus útiles para el día de mañana, encontrarse descansando, eso es lo normal, este sí es un parámetro que corrige conductas, pero, en una sociedad como la nuestra, que no desea tener medidas y que sólo piensa en el placer, no es extraño que este tipo de delitos pasen a ser parte de nuestra vida diaria. Por lo tanto, las interrogantes deberíamos nosotros hacérnoslas, y no dejar que la pinturita de estos programas cubran un dolor tan enorme como el que se ha pretendido exhibir, al costo de limitar una sincera y profunda reflexión, por el ánimo de no querer ahondar en el verdadero origen de estas enfermedades sociales. Las niñas de hoy han sido tan ferozmente estimuladas por los medios de comunicación en su aspecto sexual, que ya no es extraño el que la iniciación se dé mucho antes de lo que era lo normal. La música, el cine, la televisión, toda esta enorme cadena de valores relativos, sólo ha contribuido para que antes de la aparición del grouming, las niñas ya estén preparadas, por lo tanto, el descubrir a un par de grouminng o degenerados virtuales y ponerlos detrás de las rejas, no resuelve el problema en cuestión. ¿Qué vamos a hacer para que nuestros hijos tengan un desarrollo normal en su vida afectiva y sexual? ¿Qué haremos como sociedad para que el estigma de las perversiones sexuales y otras, sea erradicado por completo? ¿Estarán dispuestos los propios canales de televisión chilena a colaborar para que sus programaciones ofrezcan a nuestros hijos, una enorme oleada de elementos valóricos que ayuden a su desarrollo? Dejo planteada las interrogantes, pero creo que lamentablemente, nosotros como padres, no tendremos la ayuda

necesaria de los propios medios de comunicación para confrontar a este tipo de delincuentes, por lo tanto, deberemos asumir que la labor de padres no termina con sólo proveer o revisar tareas, sino que ahora, interesarnos en lo que ellos hacen y enfrentan cuando se sientan solos frente a un computador, dejarlos allí expuestos sin ningún tipo de compañía o enseñanza, solo favorecerá la aparición de tales pervertidos, y ello, será entonces con la complicidad de los propios padres y ya no sólo con la de los niños que sin protección alguna se exponen a tales experiencias.