¿Qué tiene de valioso el cristianismo actual entonces?

¿Qué es lo que se valora entonces en el cristianismo actual? ¿Lo creativo? ¿Lo nuevo? ¿Lo decente? ¿Lo clásico? ¿Lo valórico? Nada de eso es importante para los impostores que se nutren de la falsedad, de lo mágico, de lo sensual y plácido que puede resultar el cóctel de mediocridad venido del Norte. Hay todo tipo de ofrecimientos para envolver y confundir las mentes incapacitadas para advertir el dolor, la miseria es total. Nunca se habló tanto de dinero en el campo de la fe, nunca fue tan importante las ofrendas, los diézmos y los aportes, los aniquiladores de conciencias lo saben muy bien, no admiten ignorar absolutamente nada, son capaces de hacer descender oro del cielo con tal que las almas no claudiquen por nada del mundo, ellos a fin de año necesitan cambiar su automóvil, es que un hijo del Rey no puede vivir una vida austera, sería proclamado como un símbolo de pobreza, algo que según los misioneros y catedráticos gringos, el Dios del cielo no puede tolerar en hombres escogidos para seguir y afrontar los peligros propios de un Llamamiento como este.

¡Son demasiado predecibles, demasiada materia como para creerles, demasiada fantasía como para seguirles! A pesar de aquello, es lógico que siempre habrá quienes van a estar dispuestos a todo por seguirles, por comprarles la pomada que no necesita de tanta proclamación ni esfuerzo como la verdadera exposición del Evangelio de la Gracia de Dios. A estos seguidores de agoreros entonces, los detesto, no los pesco, ninguna línea de mis nuevas y antiguas canciones, ningún espacio por pequeño que sea en mis poesías, está disponible para ofrecerle a estos ensombrecidos pero engominados hombrecitos de Dios, una miserable palabra, que se jodan, con sus miserables cantos, con sus empobrecidas visiones de plástico, por la insensatez para admitir que han estado bailando al ritmo de hombres que aún no saben de verdad lo que es el soplo del Omnipotente Dios.

Pero voy a hacer un acto caritativo en esta oportunidad con todos ellos, voy a contarles en unas pocas líneas nada más, el cómo Dios me inspiró a escribir uno de mis libros. ¡Sí, libros, dije libros! Hubo un momento en mi vida en que tuve una visión, porque para escribir temas relacionados con Dios, no sólo la creatividad hace falta sino que además, la inspiración divina. Pues bien, en aquella visión pude ver una ciudad cercada de muros, muros que contenían miles y millones de


Entonces, cuando ya había comenzado mi libro, decidí contextualizarlo dentro del ambiente profético propio de naciones con Llamamientos tan o más enormes que las Torres Gemelas, ¿y saben ustedes cuál fue la primera ciudad que Dios me inspiró a contextualizar dentro de ese espectro? Sí pues, New Orleans. ¿Qué coincidencia no? Si fuera ciego a lo mejor, si fuera seguidor de Marcos Witt tal vez, pero no, aunque les duela a mis detractores, que tengo por miles, es a mi y no a ellos a quienes Dios reveló esta profecía, me gozo por ello, porque si bien estoy lleno de dolores y malestar por mi enfermedad, mi espíritu se encuentra intacto, preparado apara asumir lo que Dios me está pidiendo que haga hoy por Él. Es que nunca se van a cansar, nunca van a admitir algún fracaso, a ellos la Palabra de Dios les llama, “Montes altos”, soberbia, orgullo, y una




Me encuentro aquí de nuevo entonces, observando mis contornos, el mar, las montañas, los bosques, los enormes eucaliptos que llenan los espacios, tal vez hoy día no hubo visiones, pero la mejor visión fue el observar que la vida toda nos cita de vez en cuando para dar cuenta de lo que somos y hemos hecho con ella, allí donde estamos, allí donde nos movemos, y para ser sincero, creo que siempre le deberemos, por todo lo que Dios nos da, por todo lo que hace que nuestras convicciones, aún subsistiendo en la periferia, sigan y se mantengan intactas, con la misma fuerza con que los árboles van creciendo, del mismo modo nos seguimos aventurando en esta especie de experiencia ilimitada y enriquecedora, en todos los aspectos, de todos los modos, sin necesidad de ver o ser asistidos por los antídotos televisivos con que cuenta la sociedad para enclaustrarnos en la mediocridad en la cual viven muchos cristianos incluso, pensando que así se encuentran a salvo, que cuando llegue la tormenta estarán protegidos por esa cadena de porquería con que la imagen televisa, logra embaucar la conciencia de los predecibles seguidores de fantasías espirituales.
¿Qué ha privilegiado el cristianismo actual entonces, la profecía, La Palabra de Dios, la revelación, el entendimiento, el discernimiento? Nombren una sola profecía que haya salido de la boca de uno de estos cantantes de moda que se haya cumplido, y les creo, pero como eso no ha ocurrido ni va a ocurrir tampoco, seguiré esforzándome para continuar en mis escritos, en los textos de mis canciones, en lo que viene. Ello me ofrece un panorama cercano a Dios, muy cercano a sus designios, como las visones que no se agotan, que no se llenan de polvo como los

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