Sunday, February 01, 2009

El costo por decir la verdad de Dios.


















¿En qué pecamos cuándo nos atrevemos a declarar lo que Dios ha puesto en nuestros corazones, y no precisamente para que se añeje dentro del alma y esperemos que otros nos digan cuándo y cómo debemos decirlo? ¿Qué falta podemos estar cometiendo? ¿En qué podemos convertirnos? La verdad, es que muchos, dentro de la realidad evangélica, desearían que sus íconos actuales de la mendicidad espiritual, pudiesen decir algo importante como para cambiar en algo, el triste y deprimente espectáculo que hace largo rato ya vienen dando muchos aquellos que dicen ser, “los representantes de Dios”, sea en la latera expresión de las fábulas musicales de estudio, o simplemente versiones locales con aires de centroamericanos o mexicanos. El caso es que, más hipertrofia espiritual, no creo que exista, no obstante, el ataque artero de la horda espiritual se hace sentir, se dice ser conocedor de Las Escrituras, aunque manejan ciertos y únicos textos bíblicos que todos conocemos, pero que sacados de su contexto pueden significar todo lo que cualquier patán desea que signifiquen. Así de económico es todo, lo único que podría ocurrir entonces, como hace poco me ocurrió, es que nuevamente, por declarar lo que Dios desea que declare, alguien se atreva a vomitar sobre mis escritos y asegure con verdad, casi bíblica, que el Juicio final Dios lo ha creado para terminar con personas como yo, sin “pitutos” dentro del sistema religioso que me aseguren un porvenir más que dichoso, sin condescender con los mediocres, sin buscar mi propio provecho en la manifestación del mensaje que Dios me ha dado, sea este en forma de canto o escrito.


El problema es que, desde hace mucho tiempo dejé de pensar en el Juicio final, no es tema para un verdadero hijo de Dios, un siervo, o un instrumento de Dios aquí en la tierra, debe pensar en lo que debe decir cuando la circunstancia histórica y las convicciones urgen que la palabra revelada en el corazón, sea dicha sin tapujos, sin imitar a nadie, tal como uno la entiende, sin pasar por la escuela norteamericana, sin mencionar a los profetas de la esquelética versión del Gozo espiritual, allí, en esa soledad, un verdadero hijo de Dios debe confrontarse a sí mismo y estar atento, despierto, nada puede ni debe moverlo, la voz de Dios es inaudible en ciertos momentos, pero cuando hay vocación, uno aprende a moverse en el plano del Reino, el Llamamiento en tales circunstancias, nos permite pesar cada palabra y considerar si lo que vamos a decir, está o no dentro del Propósito de Dios. No es fácil entonces percibir y comprender de qué modo Dios te hablará la próxima vez, no tenemos seguridad, por ello, es que cualquier intento de soborno espiritual, cualquier modo de amedrentamiento venido desde las mismísimas tinieblas, no debe significar más que una reacción lógica de la horda por querer anular, desde su mesurada y siempre comodísima posición, todo intento del Todopoderoso Dios por dar a conocer, a su pueblo, a sus hijos, y finalmente, a SU REMANENTE, lo que Dios está pensando con respecto a la condición y situación de sus enviados y del mundo en general.

El pueblo evangélico, con todas sus perversas manifestaciones, también ha desertado en el plano de la fe histórica, esto es algo que no se puede obviar. Oí una noticia hace poco en donde algunos representantes de la curia protestante chilena, pedían perdón, perdón por no haberse preocupado por los problemas de la gente, por no haber considerado la situación social de nuestros compatriotas. En ese momento pensé, entonces, nuevamente, y gracias a Dios, hemos dado en el clavo, está escrito, está publicado, el gran pecado ético después de varios años ha sido descubierto, no hay modo en que el Espíritu Santo sea engañado, ninguno de estos meretrices del sistema actual podrá esconderse de la auscultación de la Presencia de Dios, no hay alabanza, no hay estado espiritual capaz de defenderse de una realidad tan agobiadora y profunda como es la realidad de Dios. Sus títulos, sus triunfos, su condición económica, sus “pitutos” dentro de La Moneda, sus reuniones a titulo de clero protestante, no son excusas suficientemente fuertes como para que la Presencia de un Dios que todo lo ve y todo lo sabe, pueda evadirse.

De este modo, queda claro que Dios habla, sí señores, habla, clarito como el agua, revisen páginas pasadas de este blog y lo tendrán más claro, “el pecado nacional”, “la responsabilidad sacerdotal”, ¿pero acaso ustedes creen que ellos me van a llamar para preguntarme de qué modo Dios trata con mi vida para escribir de este modo? ¡No señores! Porque a penas se oyó el perdón, fue tan suave que los cobardes al final le pidieron a una mujer con voz muy suave y juvenil que terminara ella de disculparse con el pueblo chileno por tal drama ético. En los tiempos de David o de los profetas, esto hubiese servido para llamar al ayuno y a las cenizas por supuesto, vestiduras rasgadas y todo eso, sin embargo, el perdón pedido por tales desertores de la fe histórica de Dios, es semejante o tiene directa relación con la visión que ellos tienen del dolor de otros seres humanos, mínima. De otro modo, ¿cómo uno entiende que un problema Ético de esta envergadura haya sonado más a : ¡puchas que la embarramos!, en vez de:


¡Estamos arrepentidos por haber cometido tal pecado, por habernos preocupado más de la plata y del crecimiento de nuestras congregaciones en vez de haber obedecido al llamamiento que nos hace Dios a través de Su Palabra! ¡Estamos avergonzados de nuestro proceder! ¡A Dios pedimos perdón, por no haber oído la voz de nuestros profetas a quienes hemos simplemente olvidado y enterrado! ¡Le hemos fallado a Dios y estamos dispuestos a cambiar!
Pero yo no oí nada de eso, fue como una brisa, algo muy etéreo, fue como decirlo y no decirlo, algo así como te presto y no presto. Esa no es, ni ha sido nunca la voz de Dios, Dios cuando habla, habla clarito, no balbucea, eso es para los niños, para los que aún, a pesar de ser viejos en la fe, necesitan que les den la mamadera todos los Domingo por que o si no, les pasa lo que me ha escrito uno de esos eternos anónimos que se retuercen de odio entre las sábanas cuando uno declara lo que Dios nos pide que digamos, aún al costo de que no queramos decirlo, tal individuo, usando La Palabra de Dios, me ha escrito diciéndome que me voy a ir al infierno, que el Juicio final está preparado para mí, por todo lo que he dicho, por el modo que he elegido para declarar las cosas que Dios me ha dado, por decir “mierda” en vez de estiércol, por decir “putas” en vez de prostitutas, ¿acaso el uso de estas palabras podrá cambiar el sentido y el propósito del mensaje? Y si es así, ¿por qué las mismas librerías cristianas venden diferentes versiones de La Biblia, acaso todas no dicen lo mismo? Es obvio que no, y créanme, muchos cristianos van al templo porque tienen miedo del Juicio final, hacen obras para tratar de hacer descansar sus conciencias no arrepentidas de corazón, tal cristiano que me escribe, ignora entonces que la propia Palabra de Dios enseña que los hijos de Dios NO IRÁN AL JUICIO FINAL, no existe tal afirmación, los hijos de Dios, según La Propia Escritura, “han pasado de muerte a vida y no vendrán a condenación”.

Yo creo en eso, no creo en la fe restaurada y ni mucho menos, no necesito de visión celular u otras gimnasias espirituales para comprender tal fundamento. El apóstol Pablo lo dice claramente en las cartas a los Tesalonicenses. Así que, es una pérdida de tiempo, del único modo que pudiera perder mi salvación es a través de una BLASFEMIA CONTRA EL ESPÍRITU SANTO, cosa que jamás he hecho, por lo tanto, no tengo miedo, estoy en la brecha y si Dios me sigue dando salud, a pesar de las maldiciones que me escupe tal personaje, seguiré cantando mis lamentos y mi visión de la realidad, sólo Dios podrá impedir que La Palabra deje de salir de mi boca. En todo caso, sería bueno que tal “hermano”, escudriñara La Escritura y aprendiera que existe a lo menos, dos palabras para definir la condición que estoy aclarando, EL BIMA Y EL CRITERION. Pero ese es tema para más adelante. No obstante, es necesario recalcar, que la caída de la nación Israelita se debe a problemas éticos semejantes a los que hoy día está planteando la curia eclesiástica evangélica chilena, el mensaje profético lo deja bien en claro, los ricos se apoderaron de todo y luego olvidaron a los débiles y pobres, situación que Dios no pasó ni dejará pasar por alto jamás. El concepto de la justicia entonces, con la aparición de Cristo, toma nuevas fuerzas, y en el mensaje del propio Señor Jesucristo, se entiende que Él no pretende dar una nueva lección al respecto sino, poner en vigor lo que la ley y los profetas ya habían establecido, el amor y la preocupación por la condición del prójimo. El olvido Ético de los representantes de la religión organizada en días del Señor con respecto a los pobres y necesitados, era evidente, como evidente era también su orgullo, las descaradas explicaciones que dieron para no hacer lo que la propia Ley que ellos decían respetar al pié de la letra les demandaba, no los dejó bien parados cuando tuvieron que escuchar las sentencias que el Señor Jesucristo les dió, por no preocuparse por los que sufren, por los desvalidos, por los olvidados, y como ellos no estaban dispuestos a ceder un solo centímetro de lo ganado, ni a perder nada de lo que tenían y habían conseguido a costo de practicar, vivir y fometar una religión pervertida y llena de formulismo, Cristo entonces se transforma en un estorbo y por ello deciden asesinarlo

Pues bien, como decía, no es fácil escribir, cantar o como sea, decir lo que Dios nos pide que digamos en el tiempo que nos ha tocado vivir, porque se trata de una acción que está más relacionada con el Carácter de Cristo que con la sensualidad con que hablan hoy día las plañideras del sistema, señoritas que no se atreven a oír un par de verdades por miedo a perder todo lo que el sistema horrible este les ha ofrecido a cambio del silencio. Porque para confirmar que he dado en el clavo una vez más, tendría que ponerlos a todos en una hilera enorme dentro de estas páginas declarando y confirmando que antes ya lo había dicho. Pero eso no les gusta, les gusta el canto decorativo, la música decorativa, el arte decorativo, esa que suena lindo pero que no dice nada, nada valorable, nada que complique o haga reflexionar de veras a los hermanos, todo debe verse lindo, ¡que Dios es grande! Pero eso ya lo sabemos todos, saber de lo enraizados que estamos aquí, de lo inconforme que Dios está con nuestras actitudes cobardes y soberbias cuando Él nos habla a través de algún instrumento, eso si que no, eso no es Palabra de Dios, a eso le llaman “RESENTIMIENTO”, entonces no sean cristianos, sean cualquier cosa menos cristianos, porque el noventa y nueve por ciento de Las Escrituras está escrito por hombres inconformistas, resentidos contra el sistema del cual les tocó ser testigos y profetas. ¿Qué parte de La Biblia lee una persona que critica en este tiempo a un hijo de Dios por decir un par de verdades? De seguro lee el salmo 23 y duerme tranquilamente para luego despertar y seguir viviendo el mismo sueño, pero sin responsabilidad, sin compromisos serios con Dios, sólo el Domingo o el Sábado en la reunión de jóvenes. ¿A eso hoy día se le llama cristianismo? ¿Dónde la vieron?

Por ello no valoro está puesta en escena de la fe evangélica mundial, vendida al ECUMENISMO, prostituida y llena de incongruencias, el triste espectáculo lo están dando todos quienes no se atreven a desprenderse de tal cultura y por fin, ofrecer al mundo sin Cristo una verdadera salida a tanta corrupción y porquería que nos cansa ver a diario. De seguro cuando esta clase de personas se informan, leen La Cuarta, o La Segunda, o La Que sea, jamás La Palabra como es, sacan un texto de ella con pinzas y ya creen tener una verdad, pero no reconocen cuando se equivocan, no tienen humildad para ello, han sido enseñados para tener GOZO y PASARLO bien, aunque la propia Palabra de Dios nos indique que en este tiempo debemos lamentarnos y llorar. Pero esto no cuenta para ellos, y como no cuenta, es necesario hacer las diferencias, porque la evidencia interna de La Palabra de Dios, nos muestra que la Iglesia de Cristo en el proceso de la historia, se prostituye, sí señores, SE PROSTITUYE, y como se vuelve PUTA, o FORNICARIA, Dios no deja sin esperanza a su verdadero pueblo, a ellos les llama REMANENTE. ¿Pero qué es un Remanente? ¿El contenido? ¿El litro de leche que pasa por el colador? Imposible, Remanente es lo que queda, no en el recipiente en donde vaciamos la leche sino, en el COLADOR.

Desde hace tiempo que perdieron el Norte, se creen perfectos sólo porque tienen todos los medios materiales, lean Apocalipsis entonces, lean lo que el Ángel declara a Laodicea, que representa el espíritu y la condición actual de la esquelética versión de la fe comercial. Yo sé que no tengo plata para grabar ningún CD ni editar libro alguno, sé además que no tengo ni un solo peso para poder hacer una grabación decente que me ayude en parte a palear mi dificultoso Ministerio, pero eso no es motivo para no servir Al que todo lo dio por mi, esa no es razón para no seguir escribiendo canciones, El Apóstol Pablo ya lo dijo:

“TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE”.

Me gustaría saber, ¿qué harían algunos si Dios les pidiera hoy día que sólo se sostuvieran en Su palabra y con solo un instrumento frente a todo este enorme sistema? ¿Cuánto durarían? ¿1 mes, 1 año, un par de semanas? ¿Cuán valientes son, a ver? ¿Pero querrán soltar todas sus amarras para seguir solamente la voz del Altísimo? ¿Desearán no tener vacaciones y tratamientos especiales cuando deban declarar todo lo que Dios ponga en sus corazones? ¿Estarán de acuerdo con que un hijo de Dios reciba tratamiento de advenedizo en medio de su pueblo?


Por eso yo no imito a los mediocres de hoy, no tienen valor, su cristianismo no me dice nada, ni el de sus seguidores, por eso mi guitarra no desea dejar de sonar, aunque no tenga un solo centavo para grabar, aunque vomiten sobre mis cantos, YO SÉ QUE MI REDENTOR VIVE, eso es suficiente, sólo Dios sabe si tendré fuerzas para terminar mi labor, pero yo, desde mi realidad, desde este organismo cansado y enfermizo, seguiré dando hasta la última pelea, hasta que Dios nuevamente diga basta, sólo así me dormiré, sólo así descansaré, pero antes, jamás.

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