Saturday, November 22, 2008

Una deserción Sobrenatural.
























¡Sobrenatural! Suena comestible, digerible, tentativo para el paladar espiritual de quienes necesitan de este tipo de canto para subsistir en una realidad espiritual como esta. Pero si uno piensa y reflexiona con honesta conciencia, son muchas las interrogantes que podríamos hacernos cuando pensamos en qué cosas son más importantes a la hora de entender el mundo de Dios, y por supuesto, el propio, o el nuestro. No sé si será tan importante lo sobrenatural en un mundo plagado de injusticias sociales y de las otras, no sé si quienes están interesados en darnos una explicación más o menos comprensible de lo que ellos entienden por sobrenatural, podrá colaborar a quitar si quiera, un solo niño de las calles en esas oscuras noches de invierno. Entonces uno piensa, ¿quién o qué clase de personas buscan este tipo de música o canto en un tiempo cuando lo natural, más que lo sobrenatural que nos va quedando en este mundo, aún conserva algo de la pureza con que Dios lo creo y lo dejó en este planeta? Es probable que sean personas muy alejadas de la realidad, muy conservadoras como para ejercer el propio destino de su fe, gente moralista y jamás comprometida con verdaderas causas, ese tipo de gente es la que necesita a un cantante hamburguesa que les retorne al paraíso inventado por Norteamérica y todos sus títeres, para recordarles que lo más adecuado cuando el mundo se nos viene abajo por causa de unos imbéciles, es pensar en lo SOBRENATURAL.



Pero yo, como compositor de música cristiana, me pregunto, ¿cuánto le habrá costado a él traernos a este mundo terrenal y mundano como mi piel, un CD titulado, Sobrenatural? ¿Se habrá mojado? ¿Habrá recorrido alguna calle en las nocturnas realidades de su México querido para inspirarse en toda esa tragedia de seres que habitan las tétricas esquinas de la vida? ¿Habrá pensado en la enorme montonera de niños que son utilizados como mercadería sexual en su propio país? Me muero de ganas de saber cuál es el costo, pero saben, voy a elucubrar:



“Se me ocurre que la compañía discográfica, absolutamente manejada por cristianitos de DERECHA, le había solicitado a él, al restaurador, que hiciera alguna peguita nueva, una de esas pomadas que sólo un predecible interprete de alabanzas comunes y corrientes como él sabe hacer, y él, dispuesto a convertir en oro todo lo que toca, por supuesto estaba disponible, ya todos lo saben, el dinero llama al dinero, ¡la avaricia algún día puede romper el saco Marcos! Pero a él eso no le importa, la cuenta bancaria desde hace mucho rato sobrepasó una buena cantidad de ceros como para detenerse y reflexionar, una vez más, en el dolor de los seres humanos, de los que trabajan día a día, de los que sufren por causa de la indiferencia con que son tratados por estas verdaderas cofradías espirituales a modo de La Edad Media.”


Habrá muchos que han de defender a un pelafustan como este, que jamás nombra a las Putas que hay en el mundo en un rincón de su vergonzosa y cobarde propuesta musical, que no se contamina con nada, que no bebe, que no sé qué cosa hace para mantenerse tan imbécil y predecible, mientras yo aquí me sirvo una copa de vino en el nombre de una antigua divinidad que los hombres adoraron alguna vez en un momento de la historia, cuando la vida era menos predecible y lo sobrenatural era simplemente, parte de una experiencia, no como ahora, que colabora al enriquecimiento de unos pocos que nada saben ni desean saber de los que sufren en este mundo. Así Marco, o Marcos, o Marquitos, te vas a poner viejito muy pronto, y es posible que termines hablando del amor como muchos otros más que ya se dieron por vencido, claro, guardando las diferencias, los demás, en algún lugar perdido de tu realidad, y tú por supuesto, con tu enorme y vergonzosa barriga de predicador intelectualoide, absorbiendo los cálidos rayos de sol que caen sobre tu México querido, contando desde luego, y sin que se nos olvide, que los hermanos de DERECHA de esta Latinoamérica sufriente, te han hecho rico, y que tendrás tiempo suficiente como para esperar tu muerte contando los cochinos dólares que te has ganado sin aportar realmente nada a la creatividad musical y literaria cristiana.

No te defraudes por mí, ni tú ni tus seguidores, seguiré intentando ser un buen cristiano, no te preocupes, aún hay hermanos que solicitan mi música, y no me vas a creer, también adquieren mis CD, y a ellos sí que los encuentro valientes, y sabes por qué, simplemente porque mis cantos dicen algunas cosas que a muchos de tus seguidores y a ti mismo no les gusta nombrar, así de duro.

Lo realmente contradictorio de todo esto, es que al Señor le gustaba hablar de la semilla de mostaza
de la higuera
de la vid
del agua
de la luz
del pan
de la levadura
las redes
los botes
de los peces
del trigo
de la cizaña
de las bienaventuranzas
de la cruz
del dolor
de la tierra
del mar
del viento
de las nubes
de las ramas
de los pájaros

y cuántas cosas más que existen en el mundo natural, pero a ti, eso tampoco te importa, y eso que en esta oportunidad no me he ido en la profunda, simplemente recordé que una de las mayores cosas que me alucinó de La Persona de Cristo cuando en mi juventud le conocí, fue el tratamiento que dio a la dignidad de las personas, ¿o no te recuerdas que dignificó al ser humano que había en una sola Puta?

Pero bueno, Sobrenatural entonces, para desertar aún más del dolor, para ignorarnos más, para despedirte finalmente de los que te causan algún tipo de problema en lo que respecta a mantener vigente tu imagen de Nerd. Ah se me olvidaba, como eres el restaurador de la alabanza, necesitaba que me dieras algunos consejitos para escribir mis próximas canciones, el único problema, es que por ningún motivo, por ninguna razón, me vayas a pedir que renuncie a lo que ya tú conoces, a mi propio mensaje, a mis adoloridos huesos, a mi enfermedad, a los olvidados de este mundo y de tu podrida realidad de religioso hipócrita de mierda, hacerlo, simplemente me haría estar en el mismo lugar que el tuyo, y eso, por nada del mundo querría hacerlo, menos con mi vida, ni con mi canto.

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