Wednesday, December 10, 2008

Lo que el viento aún, no se lleva.
























Sé que al cristianismo actual le incomoda el que una conciencia más o menos despierta, les esté enrostrando constantemente todo aquello que no son capaces de denunciar, o decididamente dejar por culpa de la llamada prosperidad o cualquier tipo de mierda espiritual que en nada aporta a la vida valórica. Para ello se arman de valor y se ofrecen como inquisidores, de modo que la perra con alestin, mil veces pateada y escupida, no llegue a contagiar a nadie con su enfermedad.

Ellos, maestros del disfraz y la vulgaridad, cambian de voz y de escritura, con un esfuerzo casi sobrehumano logran esbozar un par de palabras, que más que palabras parecen balbuceos, balbuceos que a ellos, sin mediar siquiera una mínima reflexión u honesta autocrítica, llaman lenguaje, desde allí me enfrentan, se envalentonan, muestran sus dotes de inquisidores, porque eso fue lo que le heredó la puta de Roma, porque de ahí vienen, no son hijos de los verdaderos como los profetas, como los apóstoles, como el mismísimo Esteban, el primer mártir del verdadero cristianismo, que por declararles la verdad a los corruptos religiosos de su tiempo, pagó con su vida. Pues bien, luego de una jornada casi imposible en donde el trabajo, no el de predicador, no el de conformista o placentero adulador de las alabanzas, sino el de verdad, te vence en todo el ámbito de tu existencia, viene el Espíritu de Dios a refrescar tu alma para que te olvides de todo lo que pudiera ensombrecer tu vida, con tal de que cuando mires el azul del cielo, comprendas que todo eso lo ha hecho Dios para ti. Allí te olvidas de los mediocres, de los falsos aduladores, de los desertores de la verdad, logras llenarte de la dulzura de su Presencia y te fortaleces en el silencio, dejando tus herramientas a un lado, para que la paz de Dios inunde por un momento, aunque pequeño, el enorme y apacible momento que te ha brindado Él, tan sólo con Su Presencia, y nada más.


Pero no todo ocurre porque sí no más, hay señales en el camino, señales que a veces ignoramos o no queremos comprender, son las señales que nos envía Dios para que tomemos en cuenta lo frágiles que son nuestras vidas en este planeta, que nadie tiene la vida comprada, ni por creer o no creer en Dios, la vida simplemente ocurre, y que cuando empiezas a encontrar las respuestas, no te das cuenta que has pasado más de la mitad de tu vida buscándolas. Pero ya, las tienes, y eso basta, al menos eso es lo que uno cree. Vivir en tanto, cimentados y arraigados de lo que somos y anhelamos ser, sin mediadores humanos posibles, sin escarnecedores de conciencias de por medio, puede resultar un verdadero desafío en este tiempo, un tiempo en donde todos desean el producto terminado y nadie se construye para crear lo que otros no están dispuestos a hacer, sólo porque no tienen ni las fuerzas ni la creatividad suficiente como para lograrlo, desde allí se envalentonan, pero jamás produjeron sus propias obras, viven de lo que otros hacen, tal vez podría justificarlo cuando eres un bebé cristiano, tan sólo un embrión, pero no cuando te has pasado la vida creyendo y sustentando lo que otros dicen que debes creer y no lo que Dios te demanda creer, los otros, simplemente olvidan, olvidan sus vocaciones y adquieren el producto desde la misma fábrica, esos son los despreciables. Finalmente, existe gracias a Dios en este mundo, unos pocos que sí están dispuestos a pagar un precio por todo lo que la vida les demanda, sea bueno o sea malo, cual sea la imposibilidad, ellos enfrentan, porque no se nutren con la porquería ni la basura que han inventado hoy día para anestesiar las conciencias, sino más bien, buscan en la propia naturaleza de la cual se han rodeado para adquirir algún tipo de conocimiento que les haga comprender un poco más, el por qué y hacia donde vamos, el por qué vamos a ir al cielo, el si seremos merecedores de tal experiencia, el de cuándo ello ocurrirá.


Creo que sólo una vez en la vida he vivido y visto la vida a través de los ojos de otros, cuando ya me cansé, comencé a ser yo mismo… y listo, era al fin una persona, con criterio, con decisiones propias, con una manera de decir y de hacer las cosas, aunque a los demás no les gustara, uno debe vivir y velar por lo que uno es y no lo que dicen o desean los demás que nosotros hagamos con nuestras vidas, porque al fin y al cabo, de eso es lo que tendremos que dar cuenta algún día a Dios, de lo que somos y elegimos ser, y no de lo que otros quisieron o pensaron que debíamos ser, por eso no comprendo al cristianismo de hoy, por eso me declaro un apóstata de sus costumbres, de sus ritos, de sus predicadores y predicaciones, algunos pensaban que no se puede vivir así, a ellos les digo, están equivocados, Dios nos ama aún cuando no tenemos opiniones muy condescendientes con quienes tienen la responsabilidad de aclararnos en algo el propósito de Dios, aún así, yo he aprendido a prescindir de toda el circo y la epidemia religiosa que hoy dice estar representando el pensamiento de Dios, para no intoxicar mi alma, con impostores, con predecibles parlanchines, con religiosas y costumbristas modas espirituales, solo para hacerme responsable de lo que soy y no tener que depender de lo que diga el próximo predicador que visite estos lugares, sólo así he aprendido a ser un hombre de verdad, un hombre libre, con conciencia, con mis propias falencias, con mis honestas deserciones, con toda mi ensimismada realidad, desde donde puedo ver la realidad tal y cual es, y no como me la ofrecen los embaucadores de moda, pintada, disfrazada, hermoseada, sino, al desnudo, esquelética a veces, desnutrida, pero realidad al fin y al cabo, una realidad que a pesar de ser concebida allá, justo donde pare el lodo neuronal, nos ofrece encantadores momentos de alegría, momentos inolvidables que retornan para recordarnos que en esta vida, Dios ha sido fiel, y no porque hayamos cambiado en algo nuestras formas de vivir, para nada, sino porque a ÉL simplemente le ha placido darnos un poco más de eso que algunos llamamos amor, afecto, pero no el que se precipita como un raudal de intoxicantes alabanzas, sino el amor que nos revalida delante de un Dios que jamás ha podido ni podrá ser burlado, porque Él no ha cambiado, porque sigue y seguirá siendo parte de este mundo, aunque rechacemos su verdad, aunque menospreciemos con nuestras actitudes a los verdaderos, a los honestos, a los que se atreven a declararnos aquellas cosas que sólo un hombre, con verdadero Espíritu de Dios, es capaz de decirnos por el sólo hecho de que algún día, entendamos realmente por qué y para qué vivimos, eso es suficiente, eso es finalmente lo que deberíamos buscar y anhelar, y no a capacitarnos para tornarnos cada vez más predecibles, como la gente de mundos, de mundos ya construidos, de mundos ya conocidos, infinitamente aquí en mi conciencia, aquí, dentro de este pedazo estridente de átomos idiotas que hacen posible la estupidez, a miles de kilómetros distante, por eso yo me opongo, por ello no tomo en cuenta consejos, voy y vivo, vivo y voy, para descubrirme aún, para conocerme, no soy para nada el ser que se aburre de sí mismo, el hombre que hay dentro de mi, urge ser conocido, urge ser rodeado de afectos que hoy día un par de miserables idiotas videntes de Internet, no podrían dar aunque la tierra volviera al Genesis, todo porque el alma tiene sentido y ellos aún no han comprendido para qué y porqué la tenemos.


Es obvio que la miseria ha de continuar en este mundo, pero yo no he colaborado a que ella cunda y se extienda más, hay quienes tienen más que responsabilidad en ello, a ellos deberían interrogar los inquisidores, a ellos deberían preguntarles el por qué la miseria espiritual continúa, yo no soy el encargado de cambiarles el pañal cunado se hacen, ya tengo mi propio bebé, yo digo las cosas por su nombre, y asumo el reto, pero estar todos los días respondiendo a predecibles que me envía la religión, eso si me cansa, y más que sus preguntas, me cansa la ceguera de ellos, la cobardía para enfrentarse conmigo a través de esta máquina estúpida, ¿cuando han dado la cara?, ¿cuándo se la han jugado por algo importante en la vida?, ¿quién los conoce?. Yo he dejado en este país una huella, imborrable para la gloria de Dios, lo he dicho una y otra vez, lo dejé todo en el evangelio, pero que ví, sinvergüenzas y descarados, emblemáticos desertores de la verdadera fe que lo tienen todo pero que nada importante han producido con lo que Dios les dio, siempre igual, predecibles, aburridos y sin creatividad, repitiendo las mismas palabras que alguien dijo alguna vez, solo eso, eso cansa, eso te desgasta, y yo aún no quiero cansarme de todo porque aún tengo fuerzas para pararme en un escenario y entregar lo que Dios me ha dado, tengo las fuerzas aún para crear una nueva canción, comprometida y llena de dolor como ninguna que ha escrito aún el títere que tienen para entretenerse. ¡Cobardes! Eso es todo lo que ha producido eso que llaman evangelio, un montón de cobardes, sin nombres, sin descendencia, sin palabra, sin pensamientos, sin dolor, sin encrucijadas, sólo cristianos que se nutren del pavoroso espectáculo que les brinda la derecha religiosa, eso nada más, ¿pero quién los va a recordar a ustedes?, ¿a los que me critican porque digo la verdad? Si quisiera, podría hacer una lista interminable con personas que solamente, en este país, ganó y bendijo el Ministerio Dúo Sal, y me quedaría muy corto, pero a ustedes, ¿quién los va a llorar cuando se vayan a la Presencia de Dios?

El silencio y nada más, como dijo Shakespeare, sólo el silencio. A mi, en cambio, me van a recordar los que alguna vez me abrazaron y me tuvieron cerca para compartir una humilde taza de café en invierno, a los que junto a nosotros revivieron momentos maravillosos de la Vida de Cristo a través de nuestras canciones. Eso es bastante para mi, me voy a llevar bellos recuerdos cuando me vaya con el Señor, pero a ustedes no los voy a recordar, por cobardes, por gallinas, por pararse conmigo y creer que con ello están sirviendo a Dios. La única persona honorable y bella que he conocido a través de este medio se llama, Marta, hermana Marta, a ella la respeto porque ninguno de ustedes valentones que me critican porque despedazo a su ídolo idiota, ha tenido el valor de encararme con madurez espiritual y con altura de miras, todos los demás son unos cobardes, vendidos al sistema, muchos dicen pensar igual que yo y sin embargo jamás me defienden ni se la juegan con una verdad, cobardes, pero a mi no me importa que me defiendan o no, si tengo en el mundo a una hermana cerca como esta Madre ejemplar, eso es suficiente para continuar, eso es suficiente para creer que un día Dios les pueda correr el velo y les permita, por misericordia, que entiendan lo que nunca, de verdad, han podido entender.

Finalmente, no hay todavía fecha para mi retiro, la urgencia de verdad en este mundo es enorme, a pesar de mi cansancio físico y de mi enfermedad, aún estoy dispuesto a dar mil batallas en el Nombre de Mi Señor, y como no hay fecha de retiro, dejo hasta aquí estas líneas, salieron de mi alma y seguramente volverán a ser repudiadas por los cobardes de siempre, los otros, los que yacen en la verdad, de seguro hallarán en este blog fuerzas para continuar, eso nada más.

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