Monday, May 04, 2009

La Identidad espiritual en jaque
























Poseer tu propia identidad en medio de un mundo en donde todos quisieran tenerte como un corderito detrás de un pastor, debe ser uno de los pecados que los costumbristas religiosos jamás te van a perdonar, ellos no desean que tomes tus propias decisiones, que te hagas responsable de tu vida espiritual, no quieren gente pensante ni menos que contribuyas con tus hechos y vida a la emancipación del hombre, para muchos que aún no entienden de qué te ha liberado Jesús, debes dedicarte toda tu vida a moverte como un perro fiel junto a tu amo, pero sin olvidar que la cadena que te ponen al cuello, debe recordarte todos los días que vivas, que no eras tan inmensamente libre como tú pensabas, que algo le debes a la religión, que por sobre todas las cosas que existen, ellos han hecho demasiado por ti como para que los abandones y te decidas a vivir tu propia existencia, libre de ritos, sin culpas de por medio, sin un CAMINO establecido por donde debas andar tus día.

De este modo, para la religión, nadie es totalmente libre, o por lo menos, nadie que yo conozca, todos le debemos algo a alguien, y en esa realidad, suelen desenvolver sus vidas todos quienes viven y se nutren de los sentimientos de culpa de otros seres humanos, los que no tienen vida propia, los que nunca se hacen responsables de sus propios actos y ven los defectos de otros como estigmas imposibles de borrar, aunque ellos estén llenos de otra clase de basura como:

La envidia
El odio
La codicia
La soberbia
La lujuria
La mentira
El desamor
La rabia
La vergüenza
El miedo
La altivez.

Y una lista de este porte que desde luego, se queda chica frente a todo ese inmenso y voluminoso archivo de porquería que algunos juran no tener en sus vidas solo porque Dios les ha cambiado. Pero la realidad es distinta, nadie cambia tanto en el día de hoy, si La Biblia afirma que justo hay uno solo, entonces los demás somos todos aspirantes a una perfección que tan solo es un ideal, un bello ideal que en la mente de Dios ya no resiste más cuestionamientos, debido a la gran deserción que ofrece como plato diario esta pobre y casi esquelética demostración de cómo no debemos vivir nuestro cristianismo, todos los seguidores, enfermizos y fonomímicos del canto y predicación actual.

La deslealtad, premisa que mueve el corazón de muchos seudocristianos, es una condición que ya se encuentra totalmente patentada dentro de la realidad espiritual actual, hoy día se puede ser un Apóstol Juan y un Judas a la vez, el cariño y el amor que profesamos a otros, no tiene ya la fuerza que en algún momento sirvió para que comunidades completas de hombres transformados por el amor de Cristo, sirvieran como escondite, o simples abrevaderos por donde uno pasaba y al otro día emprendía el vuelo hacia algún lugar desconocido de este largo pero extraño país, así conocí seres humanos, así aprendí a no mentir en los sentimientos, mirando a la gente a los ojos, deteniéndome a contemplar las estrellas en cualquier lugar en donde la mano de Dios me llevase, observando el desierto, rodeándome de árboles y ríos cuando anduve por el Sur, siempre sobreviviendo al frío, a las tempestades, a la ironía de la vida, a las contradicciones, por ello es que no puedo escribir de otro modo, porque sólo de esta manera se conoce no sólo la verdad, sino que también a los verdaderos, porque ellos están dispuestos, a pesar de todos sus enormes precariedades, a ofrecerte un poco de calor cuando te entumeces en invierno, o un plato de sopa caliente cuando los huesos se congelan. Pero esto no es cine norteamericano, es la realidad, no la de los aspirantes a Apóstoles, no la de de los que nada han sufrido y lo tienen todo, sino, la realidad pura que me ha tocado vivir desde que recibí a Cristo en mi vida, y no creo ser la única persona, no me jacto, no tengo motivos para ello, no obstante, a veces quisiera tener veinte años nuevamente y perderme en aquellos bosques de Osorno o de Puerto Montt, o en las mismas y tristes realidades de Lota y Coronel, cuando en la mañana, casi al despertar el día, corría como un niño y me iba en busca de Tu Nombre, de Tu Voz, de Tu Palabra, y toda la problemática de servir a Dios de ese modo, era absorbida por la bendita Presencia de Dios para llegar a donde nadie llegó.

Construido de este modo uno no se puede equivocar tanto, no puede ser que la comparsa sea lo suficientemente perfecta como para engañarte y hacerte dudar o creer que perdiste en algún lugar de este viaje el rumbo, no hay modo que puedan desarraigarte de tu forma de pensar usando ciertas bisuterías espirituales cuando ya conociste la verdad, y te hiciste esclavo de ella para no vivir jamás la vida que tú querías sino, la que Cristo te ofrecía.

Pero hoy día, ¿qué hemos construido a cambio de esto, qué tenemos para ofrecer a los caminantes de antes, a los que están dispuestos a pagar el PRECIO? ¿Puede acaso un caminante de la fe desprenderse de todo lo que le rodea y pensar que los cristianos actuales serán capaces de mover un solo podrido dedo de sus manos para vencer la invasión extranjera y así demostrar que los evangélicos chilenos son fieles y se puede confiar en ellos? Difícil, imposible, por decir lo menos, el corazón del chileno ha cambiado, el cristiano actual ya no desea ser visitado ni menos abrazado, el pensamiento actual lo lleva a pensar en cosas diferentes, cosas que transgreden abiertamente el compromiso que una vez hicimos cuando aceptamos a Cristo en nuestras vidas y decidimos cambiar de rumbo. Pero el cristiano no está solo en esta nueva empresa, solo no podría, necesariamente debe recibir cierta ayuda de quienes deberían aclarar el panorama, la situación entonces se vuelve enigmática, incomprensible, cada día tenemos la ocasión de oír a ciertos predicadores enfatizando en la necesidad de ver a los cristianos luchando por alcanzar lo que esta sociedad ha llamado “el éxito”, se trata ahora de metas, de alcanzar lo inalcanzable, de competir, de logros, sobretodo, materiales, profesionales, académicos, políticos incluso, es decir, este tipo de Evangelio da para todo, futbolistas mostrando sus camisetas con lecturas dedicadas a Jesús en el mundo ya no son extrañas, hasta cantantes que hacen bailar a la gente se han pronunciado por Jesús, políticos, etc. Para ellos, el camino del éxito está completamente asegurado, pero, ¿cuántos lo logran? ¿Cuántos de verdad alcanzan sus metas en este mundo? ¿Puede esta regla regir para todas las comunidades del mundo? Por ejemplo en África, Sudafrica, en la misma India, en países Latinoamericanos, en toda esa enorme sangría geográfica que nos ofrecen los documentales que se atreven a mostrar al mundo entero, que más de la mitad de la población del mundo carece de alimentos para vivir.

Aunque ustedes no lo crean, para los gestores de tales supuestos bíblicos, nada de ello debe ser un impedimento para que el hombre de Dios logre centrar su vida, en enormes propósitos materiales antes que ofrecer a la humanidad y a Dios, un servicio en donde se pueda apalear en parte el gran dolor que las cofradías económicas del mundo han ocasionado a comunidades enteras en este mundo globalizado. Estos hombres, definidos por el Apóstol Pablo como, sin afecto natural, soberbios, blasfemos, amantes de los deleites más que de Dios, cuentan entonces, en la actualidad, con el apoyo de una realidad espiritual que no disputa ni contradice el modo en que tales representantes del poder económico mundial, opera en condiciones totalmente inmorales, como la llamada “concesión de las aguas”, comunidades de países muy pobres han tenido que vivir verdaderas pruebas del infierno debido al espíritu carroñero y déspota con que han actuado las multinacionales que se han apoderado de las aguas en países en donde la gente prácticamente vive sólo de lo que cultiva y come, allí, el perjuicio es transversal, sólo en Bolivia, un país casi ignorado por nuestras castas de economistas chilenos, desde el año 2000, una comunidad de más de 250 mil personas se vio obligada a beber y sobrevivir con aguas totalmente impuras o contaminadas, recibiendo en su propio país, un trato inhumano y déspota debido a la indiferencia y perversión de estas grandes compañías extranjeras, sólo el 2007, el Estado boliviano logró impedir que estas babilonias de la Economía mundial, tuviesen el derecho total de las aguas. Pero hay países que aún no logran comprender tal situación, el poder de tales empresas es tal, que ningún Estado del mundo puede contra ellas, Chile mismo, vendido hasta no sé cuantos años más, deja que este tipo de compañías haga uso de estos recursos que nos pertenecen a todos los chilenos, pero las ganancias no se quedan en nuestro Chile, lo que convierte a este truco comercial en perverso, sino que salen de nuestras realidad y van a parar a los bolsillos de estos magnates de la miseria.


Habiendo leído y reflexionado La Escritura respecto al tema, uno solo puede tener clara una sola cosa, junto con La Globalización, las grandes compañías del poder, se hayan preparando el ambiente político y económico para que cuando el anticristo haga su aparición, el camino se halle expedito, y toda su estrategia anticristiana y antisemita puedan dar a luz, el verdadero y único propósito que hay en el corazón perverso del enemigo más letal de La Iglesia de Cristo, y que no es otra cosa que, impedir que la cristiandad comprenda el Propósito de Dios en su aspecto profético y escatológico, y además, “abortar a cualquier precio” el establecimiento del Mesías cuando éste descienda a tomar el control del mundo en su Segunda Venida, teniendo como centro de Su gobierno, a la mismísima Jerusalén. Tal condición profética, me lleva a pensar que las comunidades cristianas, en su aspecto individual y profético, poco a poco han ido perdiendo el verdadero rol, o propósito para el cual Dios las estableció, ello, porque en gran proporción, aunque pequeñas muchas de ellas, también han sido afectadas por la teología actual, y porque además, guardando lealtad con el sistema de donde muchas de ellas se descolgaron, han persistido en las formas actuales que han servido para dejar, a la realidad evangélica mundial, bajo la misma techumbre en que se encuentran casi todas las realidades eclesiásticas del mundo, es decir, el ECUMENISMO. El canto cristiano, bandera de lucha utilizada por La Iglesia Evangélica chilena y Latinoamericana, ha sido, según el propio precursor de este movimiento, el mexicano Marcos Witt, “un camino más para llegar a Cristo y no El Camino como se les llamó a los primeros cristianos”, dejando virtualmente unida, a la realidad católica, con la evangélica mundial a través de la ALABANZA DEL GOZO.


Habiéndose definido estás y otras cosas más dentro del marco puramente espiritual, porque de profecía ni hablar, la situación comienza a presentar claros indicios de Apostasía, lo que me hace pensar en la pronta Venida del Señor a la tierra por segunda vez, problema que los grandes Apóstoles del poder evangélico mundial, sólo han utilizado para engordar y conservar las ya suculentas cuentas bancarias, y nunca para explicar o enseñar a la comunidad mundial, cuáles son los verdaderos propósitos “históricos, proféticos y teológicos” que han de traer al Señor de nuevo a la tierra, exponiendo a toda la realidad espiritual mundial, a lo que antes ya se ha dicho, “el ecumenismo”, y, a una manipulación de conciencias sólo comparables con los métodos utilizados por la curia romana en lo que va corrido de los siglos en cuestión.


La identidad entonces, esa que uno se ha ganado por pensar diferente y por decir lo que otros no se atreven a decir, no es una cosa cualquiera, porque el predicamento en su esencia, siempre será el mismo, lo que hace diferente a una comunidad de otra, es el carácter con el cual se define y manifiesta al medio lo que piensa y cree, en tal circunstancia, la religión evangélica, como hoy día se le llama, no ofrece panorama profético adecuado para creyentes que desean o tienen las cosas claras, lo que torna a estas realidades en un peligro serio para aquellos que ignoran el verdadero rol que cumple La Iglesia verdadera de Cristo en medio de la historia humana, sin la representatividad o reconocimiento legal que hoy día le ha dado, en el caso de Chile, el propio Estado chileno. El peligro entonces está latente, la emigración es un hecho, pero muchos se preguntarán: ¿a dónde ir? Quienes lo hagan de este modo, siendo cristianos profesantes, es claro que no han entendido aún que la única y verdadera Iglesia que Cristo dejó aquí en la tierra, se encuentra en el alma y el corazón de las personas, todo lo demás, es lo que el hombre, en su necesidad religiosa, ha construido en torno a una verdad muy mal enseñada y creída por largos y oscuros siglos de historia. Poseer una identidad espiritual entonces, puede, en circunstancias como las actuales, dejarnos sin una realidad corporativa eclesiástica que respalde nuestras decisiones personales e inspiradas en Dios, no obstante, a la hora de la verdad, quizás lo único que tenemos para validar o defender finalmente nuestras propias convicciones sea, esa identidad, todo lo demás es probable que jamás sea tomado en cuenta, porque a pesar de todas las cosas, aún por sobre el precio que deberemos pagar por ello, seguiré pensando que ser un cristiano en este mundo, no se trata más que de una identidad, otra cosa, no podría ser jamás.

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