Vida espiritual sin contacto con la realidad.

Pero la vida cristiana no consiste sólo de alabanza y vida espiritual, aunque muchos quisieran que
nuestras vidas estuviesen limitadas sólo a escuchar y disfrutar de las predicaciones y adoraciones que algún exitoso exponente de la realidad espiritual nos ofrece en estos momentos, pensar de este modo, ha sido la práctica constante que la propia cristiandad protestante ha utilizado como forma para capitalizar, si es que lo hubiera, el mensaje de Dios y la enseñanza apostólica. Sin embargo, dudo que en los tiempos actuales, semejante realidad pueda haber incorporado a sus estructuras verdaderos cambios en lo que respecta a la enseñanza y manifestación del mensaje cristiano, aún si fuera como yo pienso, es todo un misterio, el cómo tantas y tantas dispersas realidades logran sobrevivir dentro de un sistema en donde la fe cristiana, ha sido vapuleada y pisoteada por los propios creyentes.


Yo tengo mis reservas en cuento a todo esto, pero no dudo de la honestidad con que muchas de estas periféricas realidades logran impedir que sus miembros emigren hacia las hedonistas realidades en donde el bienestar espiritual y material, es el principio que mueve a estas verdaderas aspiradoras religiosas. El tema entonces no concluye si tú estás o no en tal o cual denominación o congregación, el problema va mucho más allá, porque detrás de estas inexpugnables locomotoras espirituales, se yergue la imagen de algún consolidado APÓSTOL que en la vida real, no lava platos ni sabe freírse un huevo. Pero la gente ya no necesita modelos de vida, la gente actual no vive por principios, eso no es necesario cuando el tema de Dios pasa por grandes cofradías económicas que son capaces de cualquier cosa con tal de alcanzar el codiciado éxito material a costa de la ignorancia de la gente.

Por ello es que la deserción en el campo de la pedagogía es total, uno ve grandes Ministros de Dios hablando siempre de lo mismo, con el mismo lenguaje, con los mismos miedos de siempre y las mismas metodologías, pareciera ser que el arte de la palabra ya no tiene sentido para los expositores actuales, ni siquiera para los grandes exponentes de la música cristiana, basta con un par de compases y ya, a ponerle teclados y arreglos que siempre concluyen el lo mismo. Esta suma de repeticiones burdas y estrechas en lo relativo a la creatividad, es lo que me impide respetar los modos y las formas con que algunos “hermanos” se defienden a veces de mis excesos, pero no es lo único, me dan listas de responsabilidades que jamás yo he leído en un solo párrafo de La Escritura, este fariseísmo virtual del cual, muchos escritores somos blanco, realmente me tiene sin cuidado, no me hiere, ni menos logrará emancipar ni detener mi espíritu, pero, lo que me duele de verdad de todas estas personas que cobardemente dicen estar defendiendo el derecho de Dios, es que jamás los ví en nada, jamás han escrito algo por lo cual alguien tenga algo que decir, jamás han defendido algo digno, una canción, un poema, una novela, lo que sea, siempre son personas que se escudan de estar viviendo poco menos que en el paraíso porque pertenecen a alguna de estas periféricas realidades en donde cualquier cosa puede ser o no ser, total, ¿a quién le puede interesar semejante realidad?

Esa actitud de prepotencia contra los que escribimos desde la disidencia, me parece totalmente desmedida y fuera de todo contexto, porque uno no escribe para congraciarse con nada ni con nadie, es decir, el conocimiento que se adquiere de tal realidad, logra darte un respaldo cuando sientes que jueces de la nación, policías, sacerdotes, pastores, y una lista así de enorme, transgreden la ley y quedan poco menos que impunes frente a la sociedad, eso mismo te obliga a jugártela, a “mojarte el potito”, a no permitir que el acto del amor te silencie en circunstancias que hoy, en este mismo instante, hay niños maltratados que ni el Sename toma en cuenta, menos lo harán estos seudoreligiosos que tratan de moralizar mi vida con textos bíblicos que debieran ser usados para aturdir las conciencias de jueces que dejan a los criminales libres y a los

Entonces yo me pregunto, ¿por qué no apuntan a ellos, a los sinvergüenzas, a los sensuales, a los que utilizan la fe como modo de ganancias? No, por supuesto, ellos están impermeabilizados para recibir cualquier tipo de crítica, es mejor criticar o despedazar al pobre, al que clama, al que se resiste a creer que Dios te puso aquí, en medio de este lodazal solo para que le alabes y le bendigas, semejante basura me parece inconsciente, solo para gente enferma, de la cual, obviamente, está llena la realidad evangélica, yo la he visto, la he palpado, he visto niños a las tres o cuatro de la tarde de un día soleado de Domingo detrás de una corbata y un terno que sofoca hasta el alma, cantando alabanzas a Dios en medio de una calle en donde nadie, pero absolutamente nadie los escucha, cuando a esa hora ellos debieran andar detrás de una pelota en compañía de sus padres disfrutando de la vida. Si eso no es crueldad pura, entonces; ¿qué es? Después esos mismos niños dirigirán a los niños del mañana, ¿qué les espera a ellos entonces? Por eso a muchos no les gusta lo que digo ni como lo digo, que a veces digo ¡mierda, a la mierda! y ya están pensando en mandarme al infierno. ¿Cómo se le debe llamar entonces a un pedófilo? Señor, caballero, Usted. Ven, a la mierda con eso.
Ahora bien, otra cosa que no entiendo, ¿por qué se preocupan por una persona que apenas la

¡Basura, sólo basura!
¿Y el Espíritu Santo?
La Caca hedionda que expelen algunas realidades espirituales, a veces me obligan a cambiarme de vereda y evitar el contacto con los cagones, con los que no son capaces de oír un solo ápice de la verdad, que engordan sentados en el templo y jamás visitan o ayudan a alguien cuando está enfermo o en problemas. En este cristianismo entonces, la minas ricas son codiciadas, las con


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