Monday, June 15, 2009

Sin puntos medios.


















Elegir u optar por ser alguien distinto en esta vida, puede que no sea tan fácil como parece, a pesar de que la Coca Cola en cada esquina, nos siga repitiendo eso de la chispa de la vida y que ahora, por una cuestión de simple propaganda comercial, y con solo destapar una botella de esa bebida, la felicidad aparezca como por arte de magia, y todo porque naciste en un mundo en donde te han hecho creer que no puedes elegir otra cosa que no sea ser feliz, aunque a ciencia cierta, nadie en el mundo ha podido definir con claridad lo que significa en realidad la palabra “felicidad”. Pero bueno, si a eso le añades que no deseas ser como los demás, que no quieres parecerte por nada a ninguno de los que a diario llenan la pantalla de tu televisor, entonces la cosa se pone cuesta arriba, porque debes elegir ser algo o alguien que aún no existe en esta vida, algo que nadie se atrevió a nombrar o pensar, y eso obviamente te traerá muchos pero muchos problemas, porque en este mundo, a nadie le interesa que tú decidas optar por ser algo que los demás no puedan entender, menos en el cristianismo, en donde la tarjeta corre para todos y todos parecen ser una sola cosa, aunque en el fondo, la religión no acepta ni aceptará jamás a los que tengan diferencias con ellos, por nada del mundo, hay mucho en juego como para desistir en algo que ha costado mucho, incluso vidas humanas, es que el negocio no puede acabarse solo porque alguien piense que todo eso está mal, eso sería inútil, existe testimonios históricos de aquellos benditos desertores que se atrevieron a desafiar el poder imperante y que terminaron siendo silenciados.

Pero, la religión organizada y el sistema endurecido, posee sus propios métodos para impedir que algo diferente pueda originarse de pronto, para ello, cuentan con emisoras de radio, programas de televisión, y una inmensidad de medios con los cuales logran empatizar con quienes mienten y están decididos a ejercer sin duda alguna, la profesión de imitadores, están dispuestos incluso, a erradicar y enmudecer, a como dé lugar, a semejantes especimenes que no han aceptado la orden que impide pensar diferente ni hacerse de una responsabilidad propia con la vida y el tiempo que te ha tocado vivir.

¡Verdaderamente medieval e inquisitivo!

Así entonces no puedes componer canciones diferentes con estilos diferentes, tampoco escribir si te place, que la misma mierda nos está “acogotando” de tal forma, que no es posible aceptar en estos días que se nos impida exhalar, a modo de energúmenos, en una postura de vociferantes traidores, que ninguna perversa escuela dogmática de fe, ha cambiado una sola vida en este mundo, que el único que sí ha cambiado y seguirá cambiando vidas se llama Jesucristo, pero no el Cristo que nos ofrece la religión de los acomodados, de los académicos reformados, de los guardadores y protectores de imagen, sino, El único y soberano Dios de todo el Universo, nuestro Señor Jesucristo. ¿Cuál podría ser el valor de alguien que critica tu trabajo en Dios, basado en repeticiones y burdas interpretaciones de algo que ya fue dicho y que las polillas hace rato se comieron a pedazos? ¿Cuál podría ser la conveniencia o el perjuicio para un creador de imágenes poéticas, por ejemplo, el que una realidad religiosa como La Iglesia Evangélica chilena actual, desechara tu trabajo y no le diera importancia alguna? ¿Acaso ellos han producido poetas, actores, pintores, fotógrafos de renombre, escultores, compositores, etc.?
Con suerte algunos han podido, gracias a programas de televisión de muy baja calidad, ser conocidos, y de este modo, ofrecer a la cristiandad lo que son capaces de hacer, aunque, a decir verdad, lo que hagan no ayudará a cambiar en nada la mentalidad de gente que no ve más allá de sus propias narices, semejantes bloques de mármol o elefantes blancos, jamás permitirán, dentro de esa realidad, ejercer con soberana libertad los dones a quienes sí tienen conciencia de las falencias y angustias que forman y son parte de la vida de muchos cristianos que aún sufren y esperan por el Señor. Ellos, particularmente ellos, adiestrados en mutilar sueños y soñadores, que jamás han tenido una sola y pobre visión de la realidad espiritual, lamentablemente son los mecenas que nutren a estas congregaciones, por lo tanto, ningún instrumento o medio que se ha adquirido con el beneplácito y aprobación de estos estorbos de la creatividad, podrá ser utilizado sino, solo en los propósitos que la mentalidad de tales energúmenos espirituales ha decretado para estas circunstancias. De modo que el cristianismo, desde luego, nos ofrece en este tiempo, una pésima propuesta parlanchina y carente de verdaderos argumentos que permitan a quienes necesitan, con urgente insistencia, de un mensaje transformador y contextualizado a la realidad contingente y no a las pretenciosas y casi burlescas dictaduras de mediocridad que han establecidos los ilustres parásitos de la fe actual.


No se trata entonces de una cuestión menor, menos cuando tienes tanto que decir y tanto que aportar a una realidad esimismada y llena de obstáculos religiosos, además, impermeabilizada para comprender trabajos del orden creativo y artístico, sólo así se puede explicar el cómo, existiendo tantos recursos y medios para producir un arte relativo al tema de la salvación, redención, justificación y tantos otros temas de gran importancia no solo para la cristiandad, se ignore el valor y el enorme significado para una realidad como la evangélica, el que exista personas capaces de producir y defender su propia creatividad, justo ahora que la somnolencia y la burda repetición se ha tornado un modo de vivir, esa es la razón por la cual disiento de los propios cristianos, porque no han tenido reacción alguna para defender por lo menos, a todos quienes de verdad han hecho grandes esfuerzos para conservar a lo menos, una identidad que nos permita mirar el presente con cierto grado de optimismo, un optimismo que en las bocas y en las vidas de los radio y telepredicadores solo se traduce a mediocridad, somnolencia, ignorancia, y un medio más para conseguir de los creyentes ávidos de porquería, el vil y siempre esquivo billete que les haga seguir soñando con la tierra prometida.

Así de inmisericordes actúan, como si fuesen ellos los grandes aportes que nos envía Dios desde el cielo, como si ellos tuviesen algo importante que añadir a nuestra búsqueda, como si ellos nos fueran a aclarar en algo el por qué la cristiandad se ha vuelto obsoleta y llena de tabúes que solo alimentan a quienes finalmente han hecho de la vida Ministerial, una cruel e indiferente forma de vida basada en la flojera y en la falta de originalidad para transmitir un mensaje que jamás debió haber caído en las manos de tales personas. En tal condición, disentir por disentir no tiene sentido, una verdadera oposición basada en la verdad y en el argumento que te da el haber recorrido cada rincón de este país conociendo la condición de la cristiandad, es inapelable, no existe impostor que te pueda negar el valor de la sinceridad cuando ella te ha derribado en tu propio instinto, entonces allí tienes sólo dos oportunidades, o ponerte de pie y enfrentarte como hombre que eres a semejantes organismos, o simplemente condescender y hacer como que no ves lo que en realidad Dios te ha estado mostrando hace rato que existe, como es la falta de lealtad para con los Ministerios nacionales, como es el nulo interés que manifiestan los abductores de conciencia cuando tú, desde tus propias diferencias, desde las mismas rocas en donde subes a mirar el horizonte, clamas en este desierto para que alguien, dentro de esa pálida y oscurecida realidad, haga posible aunque sea en un pequeño instante, el sueño de ver algún día a los cristianos del mundo, aceptando la posibilidad de parte de Dios, de que los diferentes también tenemos algo que decir en todo este cuento.

Pero como ello no ocurrirá, y en cambio si sé que la cristiandad seguirá en vías de una completa Apostasía, sólo me remito a objetarlos, en todas sus mafiosas conductas, en su irresponsable dominio que han ejercido por años sobre seres humanos que no tomaron en cuenta el tiempo que perdieron en esa condición, en sus deslealtades tantas veces dadas a conocer en este trabajo, por las frivolidades a que están acostumbrados todos quienes dicen estar representando nuestras conciencias delante de los gobernantes, por ello, vomito ante sus fiestas, ante sus gritos de júbilo, ante sus altares ahogados de sensualidad y hedonismo, ante sus mordacidades, ante la soberbia de sus colegiados hipócritas que jamás pusieron en práctica el viejo pero siempre eficaz sermón de la montaña, ante el descaro de ofrecer su apoyo a este y otros gobiernos mundanos con tal de recibir algún tipo de beneficio para la realidad evangélica, por todo eso y mucho más, seguiré aquí enfrentándolos, conminándolos a cambiar, a dejar la mediocridad y volverse de corazón a un Dios que no tolera la injusticia, de toda índole, mis argumentos de fe no me permiten aceptar semejante espectáculo, sé que en algún momento Dios quitará todo este embuste de sus mentes y verán la realidad, y buscarán, al sincero, al que un día se atrevió a abofetearlos con la verdad, pero ya no estarán, se habrán ido, ¿a dónde? Sólo Dios tiene la respuesta, lo demás, tendrán que imaginarlo.

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