Saturday, November 28, 2009

Una sociedad al borde del abismo.


















Sin duda que éste, nuestro tiempo, es un tiempo de continua e interminable erotización. Erotización en el cine, en la literatura, en el Internet, en nuestras relaciones interpersonales, en cuanto medio de comunicación exista, el concepto de la erotización está inmerso en ello. ¿Pero qué significa realmente esta compleja realidad? ¿Se nos ha escapado de las manos? Nosotros, por pensar diferente, ¿estamos a salvo?


El problema no es nuevo, al parecer, se encuentra en nuestra genética, y decir que nuestro tiempo es más “erótico” que el pasado extinto, es una completa mentira, una mentira que no nos ayudará a ver el problema en la medida que merece ser medido, sino que se convertirá en una excusa más para evadirlo. No hay duda entonces que la erotización de nuestra sociedad es una realidad que nos toca a todos, cual más cual menos, vivimos en medio de una urbe que no se ha guardado nada para mañana, la televisión, que partió siendo un medio de “comunicación”, sirve como medio para la exacerbación de la vida de los sentidos, y en tal condición, no nos permite ver al ser humano y su circunstancia en la dimensión que corresponde, lo cual, ayuda a la distorsión valórica y moral de nuestra sociedad, ofreciendo a quienes tenemos otra clase de iniciativas, una muy pobre perspectiva de una sociedad que si basa su experiencia en esta clase de imágenes, simplemente se encuentra la borde del precipicio.

La imagen entonces, pasa a ocupar el lugar de la palabra, el ser humano ya no se mide por sus palabras o sus ideas, por sus planteamientos, por sus sueños o anhelos, el cuerpo ha sido idealizado de tal forma, que la sola industria de la pornografía, produce miles y millones de dólares al año, dólares que pueden comprar conciencias, enmudecer autoridades y por supuesto, dejarnos atónitos cuando somos testigos de que grupos organizados en el mundo, ejercen el papel de malditos mercenarios con las vidas de pequeños indefensos que simplemente, no tienen la manera para defenderse de semejantes enemigos. El problema se transforma ahora en una cuestión no solo valórica, sino que además, en un drama de carácter jurídico, pues quienes piensan que la vida humana posee valores irrenunciables, estamos concientes de la baja penalidad que se da a quienes cometen delitos relacionados con cuestiones sexuales, sobretodo a los violadores y abusadores de niños.

Los estamentos que deberían propagar la vida valórica en nuestra sociedad, han ido perdiendo la confiabilidad, el daño causado por sacerdotes católicos a niños en casi todo el mundo, ha provocado un debilitamiento moral para cuestionar y debatir un
problema que no solo atañe a católicos romanos sino que a toda la sociedad, dejando en la más absoluta orfandad, precisamente, a quienes fueron el centro del llamamiento del Señor Jesucristo, los niños:

“Dejad que los niños vengan a mi y no se los impidáis.”
Jesús

Todos estamos involucrados en el problema, y si bien no lo creamos nosotros, hemos ido más rápido que lentamente, aceptando la intransigente propuesta de los cultores de programas basura de televisión, en donde el cuerpo se transforma en un medio para adquirir la tan preciada fama, y por supuesto, el pago correspondiente a quienes se atreven a “sacarse la ropita frente a las cámaras”. En tal medida, no existe parámetro, no hay una explicación a las fiestas, al jolgorio, nadie explica el por qué un simple animador de televisión con un mediano o muy bajo nivel intelectual, es capaz de recibir un millonario sueldo que a veces, como es el caso de varias DIVAS de la televisión chilena, ni siquiera lo ganan trabajando como los demás. La televisión por lo tanto, se pasa a ser el campo mediático en donde los niños y los jóvenes aprenden lo que los padres no pueden o no saben explicar, la vida sexual, prácticamente ofrecida como una cajita feliz a los televidentes, se le da un valor tan mínimo que incluso, llega a carecer de Alma, lo que se transforma en una verdadera tragedia para nuestra sociedad.

Pero no es sólo la realidad de La Iglesia Católica la que debería atacar el problema en profundidad, no le podemos pedir peras al olmo, en un mundillo como en el que vive toda esa casta de viejos retrógrados que se beatifican unos a otros, y que jamás han ejercido el don de procrear, difícilmente la vida de un niño pueda tener la importancia que el Señor Jesucristo le dio, así que aceptémoslo, nuestros hijos están en peligro. La casta evangélica también tiene sus propias responsabilidades, pastores poco menos que abducidos por la idea de ser reconocidos en este país y en este mundo, han olvidado precisamente, que su labor debería estar centrada en mayores y más importantes causas que aquellas que en este último tiempo ha movido al corazón de esta realidad. Sus cantantes, ajenos a esta importantísima disyuntiva moral y social, simplemente desean ignorar el dolor que provocan estas mafias que hoy corrompen el espíritu y el alma de nuestra sociedad en la persona de los niños. Yo sé que existe hombres de Dios luchando y dando la cara, de eso no tengo dudas, y oro a Dios para que su clamor sea oído, pero quienes tienen la posibilidad de escribir y dar cuenta de estos problemas a la cultura evangélica, no desean inmiscuirse en esta clase de transe, para ellos es mejor hablar del amor de Dios y no hablar del dolor que destruye a las criaturas que Dios creó con amor.

De tal modo que nada podemos esperar de estas instituciones, nada que pudiera hacer cambiar en algo a nuestra enferma sociedad, por lo tanto, la solución parece estar en nuestras manos, y me alegro que así sea, que alguna vez en la vida tengamos que arroparnos de la misericordia de Dios y debamos clamar, día noche, mañana y tarde, porque nuestros hijos, nuestros benditos niños, sean guardados y protegidos cuando no estén con nosotros, y cuando sean otros los que pasen gran parte del día afectándolos e influenciando sus pequeñas mentes con cosas que no sabemos de donde son.

Así, la erotización de nuestra forma de vida, nos ha llevado a vivir una forma de degradación moral que nos silencia y no nos deja vislumbrar el futuro, cada uno en su miserable trinchera dirá finalmente lo que le parece, la prensa escrita tendrá su propia explicación al problema, al igual que los editores de programas de televisión. El problema entonces, lejos de terminarse, irá creciendo, irá carcomiendo aún más nuestras bases espirituales y morales, todo ha de ocurrir frente a nuestras propias narices, sin que nada ni nadie ponga un grito en el cielo, sin que nadie se la juegue por los más indefensos, aunque la frontera con el absurdo se encuentre solo a unos cuantos metros, a una muy ínfima distancia de nuestras domesticas y siempre frágiles realidades de vida cotidiana.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Hola:
Me da gusto encontrarme con lugares donde se discutan estos temas, porque la degradacíon de la conciencia humana se nota, se propaga rapidamente y la unica manera de frenala es asi discutiendo,
mostrando lo mal qe estamos, para que asi,se tome conciencia, sobre esté y muchos otros temas que nos tienen hartos,para asi avanzar en una revolución de ideas, pensamientos, y lo mas importante de acciones.No solo bastan las palabras.
Con respecto "Una sociedad al borde del abismo", Lamentablemente, todo en este mundo se volvio tranzable, el dinero corrompe hasta lo mas ingenuo y puro del alma humana, los valores qe antes estaban ligados al amor, ahora, lo hacen al dinero, como conclusión tenemos estos males:prostitución, raiting, pornografia y quien sabe cuantos mas,beneficiando a los inescrupulosods quienes los venden.Mi critica es aquien los consume pq mientras haya mercados ,se seguiranran ofreciendo estos y muchos otros males, ya que el dinero mueve al mundo.
NUestros joves con mentes inquetas , ingenuas avidas de quien les mustre el camino, se ve envueltos por estas nubes toxicas, que terminan por envenenar sus almas, mezclado con adultos sombies qe no tienen juicio, ni para su existencia, pues asi ,se cierra los circulos viciosos.

8:48 AM  

Post a Comment

<< Home