Friday, September 04, 2009

La insigne cobardía de una realidad sin voz profética.
















Y no basta sólo con transcribir lo que uno piensa, ello no cambia nada, apenas es solo una gota en medio del océano. La poesía, el pentagrama musical y otras variables alternativas de la realidad creativa, carecen de importancia, lo he dicho en repetidas ocasiones, “los líderes espirituales que cambiarán a esta sociedad y llenarán de Cristo nuestras calles”, no quieren a los creativos, ni tampoco les interesa un carajo si te duele o no lo que tú piensas.

Lo que de verdad enferma, no es que exista esta clase de pelafustanes, para nada, uno debe aprender a vivir y a convivir con esta clase de parásitos, y hacer como si uno fuera de roca y todo lo que te pudieran lanzar, simplemente rebotara o se esfumara, como la luz de la tarde. Pero en realidad, no es así, cansa por supuesto, esta interminable procesión de mediocres intentando convencerte que te quedaste en el pasado, sólo porque tienes un instrumento tan anticuado como una guitarra acústica y una armónica para decir lo que piensas, ellos la llevan, dicen, ellos están convencidos que cambiarán la sociedad, que sus esqueléticas propuestas lograrán evitar que en las calles de nuestras ciudades, podamos caminar libres a la hora que queramos sin tener miedo a que un maldito de esos, que salen en los noticiarios, ponga una navaja en tu cuello y te deje medio muerto porque cometiste el error de pensar que nada te iba a ocurrir si salías un momento a mirar las estrellas, y que estabas completamente protegido porque adquiriste la última pomada de Marco Witt. Estamos demasiado cansados de soportar, interminables y agotadoras jornadas de mediocridad e indiferencia, el cristianismo vale hongo si depende de tales constructores, todo se va a desplomar, nada quedará en pie, créanlo, la condición en la que subsisten hoy día muchas de estas realidades, sólo tienen un destino.

Pero bien, como lo he expuesto y seguiré haciéndolo, desde hace mucho tiempo no he necesitado la fortaleza de la curia evangélica apostólica para comunicar a otros lo que estoy pensando o lo que debo decir acerca de Cristo, desafío a cualquiera, hay varios cobardes sí que se han expresado en este espacio, pero que han quedado definitivamente en el camino, para no volverlos a ver nunca más, ellos seguramente, deben pensar que me voy a ir al infierno, que jamás con canciones que hablan de hambre y de dolor voy a convencer a la gente de que Cristo Viene, y peor, que sin la ayuda de gente como ellos, tan ordenaditos y formales, no voy a llegar a ninguna parte, aunque a decir verdad, no es la percepción que yo tengo cada vez que me invitan a algún lugar para, precisamente, compartir mis experiencias. En todo caso, sé que no estoy tan solo, sé que en algún momento, alguien despertará, y ya no tendrá necesidad de ser enseñado por nadie, sino, seguir decididamente a Cristo, aquí, en esta tierra, en medio de este conglomerado de vidas que se conjugan, defendiendo lo que uno cree es la verdad, y no lo que te han enseñado como verdad, sin tener que pasar por las agotadoras críticas de personajes que jamás escribieron ni han realizado algo importante con sus vidas.

Una realización de esta envergadura, no ocurre todos los días, es cierto, no obstante pedantes y antropófagos de la economía espiritual es posible hallarlos en cada esquina, no hay que urgar demasiado, no son como aquellos cristianos que para sobrevivir, tenían que habituarse a respirar el aire húmedo y críptico de las antiguas catacumbas, es decir, si no morían por la persecución, finalmente morirían por el dolor a los huesos o por un simple resfriado que en tales condiciones, dejaba los pulmones destrozados.Olvídense entonces, por lo menos mientras haya pan, vino y circo, esa clase de seres bipolares, no será posible encontrarlos aquí, la huella dejada por los carismáticos cantantes y predicadores del gozo, es demasiado tenue como para que se escriba algo importante acerca de ellos, cosa que nuestros nietos y familiares recuerden algo digno de tal realidad.


El problema se me plantea de forma visceral y abierto, no hay tentáculos posibles que logren desviarme del propósito, ni la pornografía en Internet, ni la desidia con que los cantantes del gozo invaden y asestan las conciencias adormecidas y confusas de muchos creyentes, podrá evitar que mis palabras se cristalicen, al igual que mi pecho, y ya no tengan absolutamente nada, pero nada que decir, cuando ello ocurra, ya no seré el mismo, habré desertado de Cristo, estaré colaborando con mi silencio a que la verdad se vuelva un monumento y no tenga vida propia, como las grandes catedrales que hay esparcidas por todo este mundo, en donde las imágenes o iconos de algún “santo”, recibe mucho más cuidado y protección que el más humilde de los necesitados que sobran por cierto, en todos los lugares de este mundo. Pero como no voy a renunciar, al carajo con las medidas rancias de propuestas sin un poco de conciencia por el dolor humano, al carajo con todos aquellos que dicen ser lectores de La Biblia, pero que cuando pasan frente a un hambriento, nada les recuerda el dolor del crucificado y la angustiante desigualdad que existe hoy día por culpa de verdaderos mercenarios del poder, establecidos y acomodados dentro de la propia realidad espiritual, evadiendo conceptos fundamentales en lo que respecta a la verdad profética del mensaje de Cristo.

Con una lengua así entonces, difícilmente podrás abrirte camino dentro de la realidad evangélica, los cobardes no te permiten excesos tan grandes como decirle a la gente lo que piensas, que estamos cansados de realytis y cuanta mierda la televisión chilena nos ha acostumbrado a mostrarnos, mientras, nuestro país, adolece de grandes y perversos males que tarde o temprano terminarán por agobiar a la gente. Muchos grandes admiradores y amigos míos, terminan por evitarme, ya nunca más me escriben, no quieren saber de un deslenguado como yo, prefieren la seguridad que les brinda el indómito silencio, prefieren dormir bien, despertar fresquitos después de haber tenido una buena relación sexual con o sin sus mujeres, y luego ir a trabajar sin tener que sobrellevar el peso del enorme significado de una fe vapuleada y pisoteada a diario por quienes dicen estar “ministrándonos” con sus porquerías.


Admito, finalmente, porque ustedes ya lo saben, pero deben entender que se han ido añadiendo nuevos lectores, que no necesito la opinión ni la crítica de los educadores del canto espiritual para ejercer mi derecho, el cual fue ganado a precio de sangre por el Único y Verdadero Dios allá en la cruz del Calvario. Eso me basta, además, muchos que hoy día se jactan de espiritualidad, en nada han colaborado a la creatividad, son repetidores, son económicos, son seguidores de ciegos, no se subordinan a los preceptos de la vida cristiana, leen a sus escritores favoritos, escuchan a sus cantantes elegidos, buenas grabaciones, harto billete, eso es suficiente para mirar en menos a un pobre cantor de verdades que sólo atina a mirar desde afuera, una realidad que antes bendijo mucho a muchos, y que hoy, por un estado de inmovilidad, carece en absoluto de importancia.


El tiempo nos acongoja, la condición de la humanidad nos vuelve a La Palabra, nuestros espíritus han de colaborar, con fuertes y decidoras plegarias, lo inevitable tiene su tiempo, nada podrá ser mejor, Jesucristo lo anticipó hace dos mil años atrás, con una certeza imposible de igualar, sentenció a la humanidad a vivir un estado de total apostasía, debido a los desertores y cobardes que jamás se jugaron un solo pedazo de su piel por decir alguna verdad frente al mundo. Por lo tanto, mucho está en juego, mucho es lo que podría cambiar también, si es que el propio cristianismo se volviese humilde, sencillo, sin ostentación alguna, que no fuera un mero instrumento de censura para proteger a los poderosos que hoy atornillados y apernados han hecho sucumbir el Espíritu de La Verdad, en la persona de siervos de Dios que sólo se han remitido a transmitir a los creyentes, lo que La Palabra y El Espíritu de Dios nos ha declarado como inevitable.

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