El Don creativo no está en venta.
Sin
embargo, mi salud no permite hacer todo lo que quisiera por el Señor y Su Obra,
la Obra en los seres humanos, no la de las instituciones religiosas, desde
luego que no, dependo de los medicamentos, de los efectos que ellos puedan
dejar sobre mi cuerpo, de los innumerables desafíos que te provoca la propia
enfermedad, todo ello constituye para mí, una muy enorme y dificultosa muralla
que a diario debo intentar por lo menos salvar, de manera que al lograrlo,
pueda llegar a hacer ciertas cosas que permitan, a mí y a mi familia,
sobrevivir con dignidad. Así debo enfrentar el día a día, no hay otra
alternativa, por ello es que mi fe, mis convicciones se encuentran tan
arraigadas en Dios, de otro modo simplemente, fracasaría.
Por
ello es que la fe en el Señor Jesucristo para mí, no tiene semejanzas con los
aparatosos discursos televisivos de algún temerario predicador, o algún
paradigmático interlocutor radial, por el contrario, me alejo poderosamente de
todos ellos, no hay manera en que una persona como yo, pueda llegar siquiera a
pensar como uno de ellos, están demasiado centrados en la materia, en la plata,
en lo que se puede o no lograr con el poder del dinero, que no los puedo tomar
en cuenta, simplemente los ignoro, y si llego a necesitar el frescor de Su
Palabra en un momento determinado, que no son pocos en mi condición, abro Las
Escrituras, y pido en oración al Señor que me de inspiración, la cual llega, y
es la manera en que Dios, en todo este tiempo, ha hablado a mi vida,
proporcionándome todo tipo de posibilidades en el entorno de Su Mensaje, para
que yo no pierda las esperanzas ni las fuerzas para seguir luchando.
Pero
también es cierto que existe el desgaste, por supuesto que sí, desde el día en
que los médicos te dicen que no hay siquiera un tratamiento para lo que te
sucede, tu mente sufre un desgaste, para ello es que te debes armar, para
confrontar la incredulidad e indiferencia con la cual te das cuenta, te habrá
de tratar el sistema, un sistema que carece en absoluto de trato especial para con
los que padecemos males tan extraños como el que a mí me aqueja. Lo realmente
deplorable, no es que exista en el mundo esta falta de preocupación o interés
por lo que te está matando a diario, no señores, eso es casi normal en un mundo
como el nuestro, en donde los parámetros éticos y espirituales nada tienen que
ver con la verdad o el valor de la justicia, allí simplemente las cosas son
como son, y si no tienes dinero, tú verás como resuelves la cuestión. El caso
es que, según creo yo, esta misma condición se ha de manifestar dentro de los
prototipos de vida de La Iglesia de Cristo, lo cual, a mi modo de pensar,
constituye una aberración, desde todos los puntos de vista, desde todas las
maneras y formas de pensar, y ello no es poco en el marco en que se desarrolla
mi mundo creativo, de hecho, he finalizado con mucho sacrificio mi último
trabajo poético, el cual se basa, en toda esta experiencia del dolor y de cómo
la realidad de tu entorno, el espiritual en mi caso, colabora en la
desintegración de la persona humana, y de cómo la persona humana, a través de
sus propias convicciones, logra reconstruir un mundo que la religión organizada
y patética, simplemente ha ignorado.
Por
ello es que, a pesar de todo lo dificultoso que me ha sido este tiempo, Dios no
me ha permitido descansar ni adormecerme sobre los laureles de un trabajo
pretérito, desde luego que no, en mi caso por lo menos, ello no ha sucedido, ÉL
no ha querido que mi música, las letras de mis canciones, ni tampoco mi poesía,
puedan tener acceso a ese mundo plagado de posibilidades en donde los dones de
Dios, simplemente son ofertados al mejor postor, como productos, el Dios de mis
convicciones, mantiene a raya mi creatividad, de manera que nunca existe una
conformidad total sobre lo cual estoy pensando desarrollar mis ideas, Dios
tampoco permite que otras personas, con intereses superfluos acerca del acto
creativo, puedan afectarme con sus mediocridades, así que por lo tanto, enfermo
o no, el camino por el cual deben transitar todas mis aspiraciones creativas,
no son para nada accesibles a la mayoría, es decir, cuando tomo mi guitarra,
podría fácilmente anudar un par de textos y escribir una bella alabanza a Dios,
no obstante, no es el propósito por el cual tomé en principio el instrumento,
no queridos amigos, el adorador no entiende de problemas contextuales, a él
solo le importa mantenerse lo más lejano posible de los dolores que aquejan a
los seres humanos de CARNE Y HUESOS, así que, la adoración no es precisamente
un mensaje en el cual yo deba pensar, y de este modo, deshecho tal instigación
espiritual, y retomo esa vieja conducta de compositor de textos, contradiciendo
una vez más, a toda ese mortífera cadena de comerciantes que hoy día, solo por
entonar un par de alabanzas, se han hecho millonarios.
¿Injusto
no creen?
¡Ah,
pero con la complicidad de los propios cristianos de hoy!
Pero
qué le vamos a hacer, así son las cosas, a veces el engaño se viste de veracidad,
lo terrible es que exista todavía dentro del mundo del evangelio, personas que
no advierten las diferencias, y peor, que no son capaces de discernir cuándo
una verdad puede llegar a ser tan poderosa, que ni ellos mismos tienen
capacidad para detenerla. En fin, creo que nunca, pero nunca, en casi 35 años
de vida ministerial en este país remoto llamado,
CHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIle, me han invitado a algún lugar para enseñar,
compartir o lo que sea, de cómo se las arregla uno para escribir un canto que
nada tenga que ver con la alabanza, eso sí que no, muchos lo dan por hecho, es
decir, que Dios en un momento, me dicta las letras, con notas y todo, y que yo
solo debo entrar en un transe, algo así como un mantra, y desde allí, así como
Dios habló a Moisés, Él también me habla a mí. La verdad es que si fuese de
este modo, hace tiempo que me habría enfrentado a Dios, no habría dejado pasar
la oportunidad para hacerle unas preguntas que todavía no he podido hacérselas,
en realidad se las he hecho, pero no me ha respondido, sin embargo, hay cosas
que simplemente me parecen ridículas en el mundo de la fe cristiana o
protestante, de verdad que sí, como por ejemplo, el pragmatismo de los
supuestos ministros de Dios, sus corbatas, sus ternos, su zapatos lustrados, cuando
se tiñen el pelo por no mostrar sus canas, sus viajes al extranjero, sus
acentos centroamericanos, la cobardía para hablar de Cristo, y tantas cosas más
que no quiero nombrar, alguien podría salir lastimado, y yo, en lo más íntimo de
mi persona, no deseo por nada del mundo provocar ningún tipo de daño a nadie.
La
creación entonces, por lo menos, mi creación en Dios, no tiene su origen en mis
emociones puramente, es decir, no escribo si siento o no algo rico en mi ser,
escribir de pobreza y hambres, ustedes comprenderán, no es rico para nadie,
pero alguien debe hacerlo, el caso es que, cuando uno de nosotros lo hace, de
inmediato te dicen que eres “comunista o estás resentido”, pero si lo dice y lo
hace uno de los que ustedes ya conocen, “les llaman profetas u hombres de Dios”,
distintos a nosotros, así de caras duras, así de hipócritas, de esta forma es
imposible poder desarrollar cualquier proyecto en Dios, y lo que es peor,
mejorar de algún modo tus perspectivas en todo ámbito. Es claro, a nadie le
interesa esta clase de problemas, nadie predica a favor de nuestras realidades,
nadie habla de nuestras necesidades ministeriales, solo de las ministeriales,
porque si hablamos del costo de la enfermedad que me aqueja, allí hay otro
tema, el caso es que, por lo menos dentro de los límites de este trabajo, deseo
que quede muy claro, hace 25 años por lo menos dejé de cantar en el Dúo Sal,
jamás he recibido un solo peso por los derechos de mis canciones, jamás, y yo
no me iba a quedar esperando que otros resolvieran por mí, así que, por
canciones, por música, por poesía, yo no me quedo inmóvil, ni siquiera la
enfermedad ha sido causa de una deserción en mi creatividad, contrariamente,
Dios me ha enseñado a ver, en mis propias dificultades, las grandes
problemáticas que debieron enfrentar los ejemplares hombres que produjo Su
Bendita Palabra, los cuales, al igual que muchos de nosotros, debieron hacer
grandes esfuerzos para dejar, para la posteridad, un trabajo que,
lamentablemente, muchos de los seudo mistros actuales, han simplemente
ignorado. Por ello es que yo no escucho al pobrecito de CHAPARRITO. ¡Pero si no
tiene ni siquiera un mensaje! Ni a muchos como él, tampoco a los de la Radio
Armonía, te cobran por escucharlos, eso si son caras duras.
La
verdad, es que la enfermedad me ha formado, como hombre y como hijo de Dios,
Dios, en Su Gran Misericordia, me ha puesto en el punto en el cual Él me
necesitaba, y aquí estoy, enfrentando la mediocridad, la misma que predican y
practican los predicadores de moda, los propios cantantes de alabanzas
predecibles, y por ello, estoy seguro, no me van a dar un premio ni tampoco la
hermandad se volverá a mis necesidades, para nada, lo tengo asumido, nadie va a
poner el cascabel al gato, no hay pantalones para ello en nuestra realidad, no
obstante yo, a estas horas de la madrugada, cuando un poco de silencio envuelve
a las indoloras a veces realidades de la ciudad, me vuelvo a interiorizar en
las letras de mis canciones y en mi poesía, y desde esta austera pero alegre
condición, olvido el estigma del dolor por un largo período, y consigo retomar
ese maravilloso acto creativo que sigue siendo, por lo menos en mi vida, un
fiel reflejo de lo inmutable y poderoso que debe ser El Señor en toda su
magnánima Presencia.
1 Comments:
Florencio soy deborah, necesito contactarme urgente contigo. Tengo el mismo correo por favor escribeme para pedirte un numero telefonico.
Bendiciones.Deborah barrios.
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