Thursday, April 19, 2007

Cuando La Iglesia de Cristo ya no cumple con su rol profético.





















Cuando la Iglesia de Cristo deja de cumplir con su rol profético, la nación en la cual se haya inserta pierde su capacidad de reflexión y deja de percibir la voz de Dios, entonces, sólo quedan vestigios, aunque tecnológica y materialmente lo tenga todo, el recurso moral y ético no es suficiente como para declarar a esa nación el pecado en el cual se encuentra, es allí cuando hace su aparición la perversión, la perversión en todas sus formas, en toda su espiral genética de depravación, desde el recurso espiritual hasta la más frágil estructura sobre la cual se ha construido dicha realidad social y cultural, todo se ve afectado.

El problema entonces se torna muy difícil, partiendo de la base de que todos aquellos que día a día transcurren única y absolutamente para dirigir la inmensa responsabilidad de gobernar una nación, han llegado a ese lugar no sin antes haber desembolsado inmensas cantidades de dinero para pagar sobornos o algunas de esas corruptelas propias del antro político, esta puede ser quizás, una de las más claras y patéticas imágenes que nos tendremos que llevar hasta la eternidad, la de un político aceptando sobornos o sobornando a quien sea y como sea para poder alcanzar la cúspide de esta inmensa montaña que es la política, la cual le permitirá en un futuro no muy lejano, ostentar un poder que jamás tuvo. Esta es quizás también, una de las formas de corrupción y depravación más constante y menos bullada dentro de nuestra sociedad, debido tal vez, al poder que ejercen los medios de comunicación que tienden cada día, con más fuerza, a abandonar su más enorme e importante rol que es el de investigar y dar a conocer a la sociedad el resultado de esa búsqueda, por muy dolorosa que ella sea. La “farandulización” de los medios ha llegado al punto de privarnos de uno de los pilares fundamentales para la construcción de nuestra vida valórica y ética, se consumen diariamente miles y millones de segundos en imágenes que nos llevan a vidas totalmente predecibles y programas sin ningún contenido, ni cultural, ni valórico.

Sobrepasado entonces el sistema, el alma de ser humano comienza a requebrajarse, no tiene de que tomarse ni que ver, por lo tanto, en una medio tan empobrecido cultural y espiritualmente como el nuestro, sucumbe ante el método más ordinario y bestial con que cuenta el enemigo del alma para subordinarnos, SEXO, imágenes virtuales, cine sin contenido, lecturas sin profundidad ni reflexión, música sin sentido, el escapismo sin límites, pues la sociedad que hemos construido está llena de esos espacios en donde el hombre puede sumergirse y llegar a esconderse si quiere, de él mismo, así, el alma comienza su desprendimiento y su alejamiento, pero son muchas las aristas, y muchos los agentes que concurren al triste y final epilogo de una sola, pero vital existencia, el contundente arsenal de basura con que cuenta el oscuro mundo de las almas sin destino, es impresionante, en Japón existe ciertos lugares en donde las mujeres prestan servicios a los hombres, el hombre a veces sólo concurre a esos lugares a conversar, ni siquiera toca a la mujer, el trauma de su vida se ve reflejado en su conducta sexual y no sin secuelas, va dejando e imprimiendo sobre toda la superficie de esa sociedad, el angustiante trauma de un mundo en donde las personas trabajan más de 14 horas y la vida familiar no tiene sentido, y al decir vida familiar, me refiero a la vida con los hijos, que casi no existe, tampoco el sexo para los matrimonios, recuerde que Japón tiene uno de los índices más altos en el mundo en cuanto a ABORTOS y suicidios juveniles e infantiles.

Pues bien, con un panorama tan lúgubre como este, se piensa inmediatamente en una reacción, algo que pueda hacer reflexionar a los componentes de ese mundo creado en conjunto por la maquinaria televisiva y el poder político-militar, entonces surge la idea, la enorme y maravillosa idea de creer que se está enfrentando a algún tipo de enemigo oculto, algo así como una invasión extraterrestre al más puro estilo Spielberg, los blindados cañones comienzan a ser direccionados, una vez más, y se elige un blanco:

- ¡Los cubanos! – sí, los cubanos – no, mejor los afganos – OK, los afganos - no, los iraquíes – claro, ellos, los iraquíes – ¿ pero los iraníes ? – a de veras – los iraníes.

Y así, se buscan responsables, se envían mensajes a todos los corresponsales del mundo. Como todos los medios del gran imperio están al servicio del poder como una manifestación palpable del derechismo y fascismo norteamericano, concurren, obedecen. Así se inicia la búsqueda interminable de responsables, no obstante, los propios creadores de estas invasiones artificiales lo saben a perpetuidad, el enemigo no está fuera de la nación, todo es un chiste, un mal, pero muy necesario chiste del típico y estúpido humor norteamericano.

Sin embargo, y para nuestra enseñanza, está claro que las sociedades cuentan con recursos para enfrentar todo tipo de enemigos, de cualquier naturaleza, pero, lamentablemente, y para las pretenciones de los políticos y estrategas militares, los hay a veces en lugares indetectables para el radar más sensible con que cuenta el país más militarizado del mundo, se trata de aquellos enemigos que se encuentran dentro del alma misma del ser humano, y por ende, en el alma de la sociedad completa. De allí que el absurdo de hacer creer a los demás que atacando naciones más pequeñas que ellos, estableciendo su corrupta religión y su porquería comestible de exportación a la que llaman, “libertad”, en los lugares en donde ellos van estableciendo su Imperio, tenga algo quizás de razonable, según voces indeterminadas, algo que en mi opinión raya casi en la locura.

¿Pero que ocurre cuando una realidad espiritual cualquiera recibe reconocimiento mundano y estatal, cuando no carece de medios porque el sistema le beneficia materialmente? ¿Qué ocurre cuando el propio Presidente de la nación que se ha pervertido dice ser un creyente en Dios y ningún ente reflexivo le declara su pecado? ¿Podrá entonces el pecado borrar el pecado?

Entonces emerge de la oscuridad misma, ese enigmático bálsamo actual con el cual se han bañado todos los entes reflexivos de una Nación que dice ser de Dios, es el bálsamo del silencio, sí, el silencio, el mismo tenebroso y cortopunzante silencio que combatió M. Luther King, el mismo silencio de las miles y millones de alabanzas espirituales con que día a día se antidota a los cristianos del mundo, haciéndoles creer que pensar y reflexionar en el dolor o en el sufrimiento de nuestro prójimo, está pasado de moda, como está pasado de moda el decir la verdad. Antiguamente a los que iban y decían la verdad a un gobernante, o a un hombre en cuestión, eran llamados “profetas”, hoy se les margina, se les destierra, se les olvida, ya no son importantes, y reciben el rótulo de, “conflictivos”.

Por ello es que cuando el recurso espiritual, moral, ético de una nación se agota, no queda más que contemplar su desmoronamiento, cualquier intento por revertir esta situación será vano si es que no hay una actitud semejante o superior a aquellas palabras dichas por ese enorme hombre de Dios del pasado llamado, Jeremías:

… ¡Acuérdate Jehová, de lo que nos ha sobrevenido,
mira y ve nuestro oprobio!

Somos huérfanos, sin padre;
nuestras madres, como viudas.

Ha cesado la alegría de nuestro corazón,
se trocado en duelo nuestra danza.

Ha caído la corona de nuestra cabeza.
¡Hay de nosotros que hemos pecado!

¡Haznos volver a ti, Jehová, y volveremos.
Renueva nuestros días como antaño.
Lamentaciones 5

Puede que el enemigo se encuentre realmente dentro de la nación y no fuera de ella, y ya sea tiempo de que el Gran Imperio vuelva a su verdadera y única guerra que se encuentra en su estilo de vida, en su religión inmoral que pretende, vía predicadores itinerantes, concientizarnos y hacernos creer que el evangelio de ellos, ese sí es importante, y que el nuestro es deficiente, no obstante, asesinos que entran en escuelas públicas y asesinan niños, ya no es un tema no recurrente, Estados Unidos nos tiene acostumbrados a ello, aún así, no darán su brazo a torcer, y por su puesto, siempre habrá gentiles que gracias a un pequeño favor se dejarán sobornar.