Thursday, January 25, 2007

El triunfo de la indiferencia


Cuando todo marcha bien en nuestras vidas puede resultar hasta rentable el ser cristiano, sobretodo en una realidad plasmada de hedonismo y de materialismo como la nuestra. Los conceptos transmitidos por los defensores de un caracter o de una identidad apostólica, sufren en este tiempo los embates de una religión prácticamente insuficiente para observar de qué manera los movimientos espirituales de actualidad, han permeado las últimas defensas con que contaba una forma de cristianismo ya en vías de extinción.
El descaro y la inmunidad con que cuentan todos y cada uno de los expositores del "evangelio actual", nos hablan de conceptos bíblicos vertidos hace más de 20 siglos atrás, en donde claramente se expone de manera hasta profética, que este tiempo sería sacudido por una inmensa e impactante tormenta de plagiadores de la verdad, quienes, viendo la oportunidad de enriquecerse, serían capaces de introducir todo tipo de herejías destructoras que bien describen la situación de cada uno de los "predicadores y cantantes del gozo", que en la actualidad reciben algo más que admiración y seguidores por presentar un evangelio prostituído y basado en los réditos económicos que produce la masificación del error, que ya a estas alturas se ha constituído en "horror".

Pudiera ser que esta página, virtual por lo demás, no contenga nada que afirme o contribuya a la deificación de una religión basada en el egoísmo y en la indiferencia por el dolor del prójimo, y si es así, su gran aporte, creo yo, es el hecho de que el valor de decir la verdad nos pone en un lugar de privilegio, privilegio con que no cuentan, ni aún con sus cargas de dinero y prostitución espiritual, los Ministros de la decadencia actual. Ellos, que pretendían cambiar el sentido de la profecía, no pueden más que sacar buenas cuentas a la hora de la autocrítica, para ellos, todo ha salido perversamente mejor de lo que esperaban, sus hijos, sus esposas, sus seguidores fieles y prolijos, cuentan con la seguridad que les brinda el poder, poder que sabemos todos, corrompe.


Sin embargo, no está todo dicho, una llama espiritual no se apaga porque alguién o algo la extingue, para apagar un espíritu y una mente despierta se necesita algo más que una religión prostituída, algo más que proporcionarle al corazón de quien se atreve a decir la verdad, una herida imposible de cerrar. Esto me hace pensar en los alcohólicos, no en los borrachos de la nada, sino en quienes fueron derribados cruelmente por un sistema perverso de la fe organizada que no respeta ni contiene los parámetros verdaderos de una forma de vida, por lo menos cercana al contexto bíblico. Pienso en aquellos que ven a diario como se escapa la oportunidad de dejar en la gente, una clara exposición de la verdad, y por el contrario, no han cedido a los intereses de "cantantes tipo hamburguesas" que no han encontrado un mensaje mayor para un pueblo como el nuestro, que bailar regetón en la Quinta Vergara.
Quiera Dios que algún día su mirada se pose en esta clase de personas, y que algún día, por una cosa de JUSTICIA DIVINA, Dios se digne desde el cielo, a bendecirnos para entregar a la gente sin Cristo, un evangelio de acuerdo a las reales circunstancias en las que hoy vivimos, y no esta clase de Shows a que nos tienen acostumbrados "cantantes como Marcos Witt" o como Predicadores tipo Chaparro o quién sea.