Jueces pusilánimes, Pilatos modernos.

... Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? Y Él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra ... (Libro de Genesis 4 : 9 - 10)

Todo vuelve entonces a donde comenzó, quizás como una forma de retractarse y de dar conocer a la sociedad chilena, que quienes tienen el deber de establecer con herramientas jurídicas la verdad de los hechos que hoy nos convocan, proceden, de modo que no se ponga en cuestión, una vez más, el modo que han elegido hoy día los jueces para absorber el enorme peso de tener que juzgar, investigar y finalmente, condenar, si es el caso, a quienes cometen actos que nuestra legislación penaliza. Y digo quizás, porque en mi opinión, los jueces que fallaron contra Aarón Vásquez en primera instancia, nos dejan una enorme sombra de dudas con respecto a lo que debe ser en verdad la labor investigativa y conclusión final de un proceso tan serio como es la muerte de un ser humano por mano de otro ser humano.

No obstante, no puedo comprender como, en mi limitada y siempre poco luminosa mente, jueces, hombres de Derecho, hombres leídos y preparados para enfrentar esta clase de eventos, pueden llegar a pasar por alto tan enormes elementos que son inherentes al concepto de justicia, y no voy a hablar de Derecho porque me fatiga, me cansan los predicadores, me agotan esa clase de abogados que defienden, por dinero a veces, a quienes de verdad no tienen ninguna defensa frente a los actos que estos han cometido contra la dignidad o la vida de otros seres humanos, pero seria injusto también dejar a estas personas expuestas y sin ningún tipo de resguardo dentro de un sistema en donde dicen, impera “el Derecho”, lo justo es que si tengan una defensa, eso es justicia, poner en manos de estas personas, aún a pesar de nuestras conjeturas u opiniones, todas las herramientas jurídicas posibles para que quede establecido con suma claridad, delante de los tribunales mismos, y por supuesto, delante de la sociedad que observa silenciosa el desarrollo de los eventos, que todos los que vivimos en este país tenemos acceso a la justicia y podemos contar con una defensa en el momento en que la circunstancia así lo requiera.

En este particular caso, emblemático por lo demás, las cosas al parecer fueron de mal en peor, los jueces que condenaron a Aarón Vásquez, tuvieron en sus manos todas las posibilidades para dictar una sentencia definitivamente ajustada al acto cometido por éste, sin embargo, algo ocurrió, algo paso que hizo que estos señores dejaran de lado su labor y acometieran el caso desde una perspectiva puramente pedagógica, para dejar de lado su verdadero rol que era, condenar a quien después de visto el caso en tribunales y luego de haber oído a los testigos y a las partes, encontraron que Vásquez era culpable. Al parecer, según entiendo, la figura jurídica establecida en el caso por la defensa de Vásquez, era que el joven no actuó con alevosía, que el golpe dado a Alejandro Inostroza, en esa circunstancia, fue fortuito, es decir, que no hubo intención de matarlo, y si no hubo intención, ¿para qué lo condenaron entonces? ¿para qué establecieron penas irrisorias? ¿para dejar tranquilos a los familiares?¿para decirle a los sociedad que contamos ahora con jueces comprensivos a la hora que se nos pase la mano en alguna rencilla familiar? No señores, sino para dejar en claro que, para esa clase de jueces, el asesinato de un ser humano en el contexto de una riña está plenamente justificado, y que de ahora en adelante podemos actuar como animales, y cuando alguien nos ofende, podemos reaccionar hasta quitándole la vida a otra persona si fuere necesario, total, la penalización de este delito es un viaje pagado al mundo de fantasía que inventaron quienes tienen a cargo lo que hoy día llaman, La Nueva Justicia Chilena, pero, en mi humilde opinión, lo que se esta haciendo aquí, es simplemente instaurar, definitivamente en nuestra sociedad chilena, la antigua ley de la selva, por lo tanto, como sociedad, como conjunto valorico, comenzamos a retroceder y volvemos al tiempo de las cavernas.

Según la nueva defensa de Vásquez, este será el argumento que ellos exhibirán mientras dure el nuevo juicio que deja virtualmente a Vásquez expuesto a una condena de verdad por el asesinato de A. Inostroza. El Sr. Soto, abogado de Vásquez, hablo para la televisión, y dijo que todo lo sucedido en ese fatídico día sucedió en el contexto de una riña, y por lo tanto, la muerte de Alejandro Inostroza debe ser comprendida sólo dentro de este contexto. Las Palabras de este hombre de Derecho, muy respetado por lo demás, tienen si, en mi opinión, el tinte de esas típicas expresiones de aquellos personajes que serian capaces incluso de abogar por sacar al diablo desde el mismísimo infierno, con tal de dejar establecido, más allá de si están verdaderamente interesados en esclarecer la verdad de los hechos, el que todos sepamos que en el ámbito del Derecho ellos son los que la llevan, nuevamente sin importar si es verdadero o falso lo que ellos van a defender, total, en el mercado del Derecho, así como existen los agoreros también existen los alquimistas, o también, aquellos que están dispuestos a hacer cualquier cosa incluso, retorcer los hechos pero al máximo sin medir en cuánto y cómo el dolor de quienes llevan el estigma del sufrimiento provocado por la irresponsabilidad de un ser humano, es capaz de transformar sus vidas y provocar un vacío tan enorme como la pérdida de un familiar. La pregunta para estos Harry Potter del Derecho cae de cajón, ¿dónde están ellos cuando un pobre necesita ser defendido en los tribunales? ¿Cuándo aparecen ellos para prestar un servicio a quienes más necesitan en nuestra querida Patria de un Abogado experto en leyes? Nunca están, los pobres de mi Patria no los conocen, son demasiado costosos y no tienen tiempo para pequeñeces, un poblador, un maestro rural, o un simple ciudadano no tiene para esta clase de personas un poder como el de la familia Vásquez, ellos sí pueden acceder a sus servicios, entonces el problema del Derecho pasa a transformarse solamente en un problema de dinero y de poder, pero no valorico o ético, eso no está en juego. No me extrañaría entonces que finalmente, este nuevo juicio absolviera por completo de todos los cargos a Vásquez. Está dentro de las posibilidades.

Aquí es donde pienso yo, se separa el Derecho de la Justicia, y quien toma un caso como éste, debe tener muy claro que éste, no es cualquier caso, no se trata de un delincuente común, no se trata de alguien con un prontuario, no señor, para nada, se trata de una reacción instintiva e intensificada además por el uso del alcohol, el si Vásquez le dio o no varios golpes a Alejandro ya no es relevante, la estadística aquí no cuenta, ya no se trata de cantidades, el nuevo juicio deberá establecer con mucha claridad si Vásquez dio o no un golpe alevoso que quito la vida a Alejandro Inostrosa, el Derecho en tanto deberá proceder con respecto a esto, y doblegarse finalmente frente a la evidencia contundente de que una riña, por grosera que sea, en las circunstancias que sean, no da derecho a nadie a quitarle la vida a otro ser humano, menos si este no tiene ninguna posibilidad de defenderse.

Lo ejemplar para estos jueces entonces, se encuentra en que el valor de la Justicia no es una pertenencia de ellos ni de ningún Magistrado de nuestra Republica, intentar sustentar esto seria ridículo, el conocimiento del Derecho si, no exime de responsabilidades éticas mayores a quienes las circunstancias convocan para estas eventualidades, los jueces que condenaron a Vásquez por haberlo encontrado culpable, son responsables ahora de que en nuestro país, la apreciación ciudadana acerca de La Justicia chilena, sea más mal catalogada que antes del juicio de Vásquez, y es de esperar que este nuevo juicio no condene a Vásquez a una pena mayor solo por retractarse o por limpiar un poco la imagen ya deteriorada de nuestros Tribunales de Justicia, eso sería gravísimo, prepotente y además, grosero, no se trata de limpiar imagen alguna, aquí simplemente deben ser constatados los hechos y dejar que la justicia aflore y que el Derecho, de una vez por todas, guarde silencio para dejar que el peso de la vida valorica nos hable y nos declare su verdad, porque la Justicia, como valor Universal, como una cualidad del Carácter de Dios; porque es imposible separar a Dios de ella, porque son inherentes; del Dios de todos nosotros, no de algunos solamente, debe seguir imperando, aun por sobre el espíritu comercial de quienes se involucran en estos casos. La sociedad chilena necesita una explicación del por qué, jueces de la República, son incapaces de absorber el peso que involucra el condenar a alguien con un fuerte respaldo social, y además, con un arsenal económico considerable.

Esta sentencia, finalmente, aparte de definir el futuro de Aarón Vásquez, va a proporcionar un elemento reflexivo potente a nuestra sociedad, si es que los medios de comunicación lo permiten, sobretodo a quienes reaccionan con violencia sin medir consecuencias cuando se ven atacados u ofendidos por otro, lo que convierte a este particular caso en emblemático, en lo valorico, en lo moral, en lo espiritual, porque, aunque no se diga, Aarón Vásquez, por su orientación espiritual Evangélica Pentecostal, jamás debió haber reaccionado de ese modo, ni menos haberse encontrado en estado de ebriedad, como lo sustento su defensa, pero que para mí, conocedor del Evangelio y de estas realidades, constituye en agravante, eso mismo hace que este caso no sea un caso cualquiera, es que él mismo no podrá safarse de una situación como esta con tanta facilidad, la cuestión valorica esté inserta en la realidad bíblica y él, como partícipe de ella, y con este asesinato, entró en un plano en el que Dios no puede hacer vista gorda con esta clase de conductas gravísimas que llevo a la muerte a otro ser humano, el costo de ser un buen cristiano en esta realidad es sumamente alto, muchos lo pagan, pero otros no llegan jamás a comprenderlo y se quedan allí, porque no se trata solo de llevar un apellido conocido, no se trata solo de asistir dominicalmente a La Iglesia o a las reuniones de jóvenes de una determinada congregación, Jesús, el creador del cristianismo, habló de frutos, de consecuencia, de efectos, lo demás, es simplemente un invento del hombre y de su propio orgullo, si Aarón Vásquez desea salir de esto, lo que es más delicado, deberá ahora exhibir o tener algo mejor que un buen abogado defensor pagado por todos sus ricos familiares, o de lo contrario, el estigma de haber quitado la vida a otro ser humano lo habrá de seguir por el resto de su triste vida.