Tuesday, February 26, 2008

Chile en la mira de Dios.



En algún momento teníamos que volver a la realidad, bajarnos de la nube hedonista que todos, sin exclusión alguna, hemos colaborado a construir con nuestro estilo particular de vida. También, afectada fuertemente por la cultura relativista y gnóstica de este siglo en cuestión, vuelve a sus labores cotidianas nuestra Presidenta, en frente, un panorama intoxicado de problemas que debieron, hace algún tiempo atrás, haber permeado en algo las sólidas defensas intelectuales con que cuenta ella para evadir una realidad tan potente como es la vida espiritual.

El materialismo, el individualismo, la religiosidad, el consumismo, en fin, toda esta cadena enorme de esclavitudes que dan forma al pensamiento y vida del hombre actual, colabora a que una persona como nuestra Presidenta, sostenga una forma de vida en donde los canales espirituales en torno a ella, no colaboren en nada en la transmisión de un mensaje que bien podría beneficiar a toda nuestra nación.

La Biblia, La Palabra de Dios, en sus libros históricos da cuenta de Reyes y Faraones que dieron la espalda a Dios, y en su conducta soberbia, dañaron los intereses de sus propios conciudadanos. El caso del Faraón de los días de Moisés es elocuente en cuanto a ello, desde pestes a plagas, desde un mar convertido en sangre hasta uno de los momentos más terribles con que cuenta el recurso bíblico para advertirnos de qué cosas nuestro Dios, el Dios de Israel, es capaz de llegar a poner en marcha con tal de contender con quienes gobiernan naciones y hacerles entender finalmente, quién es El Dios verdadero de todo el Universo, “la muerte de los Primogénitos.”

Pues bien, el secularismo parece estar ganando cada día más terreno, juega además en contra de la revelación bíblica, la potente envestida de la famosa Nueva Era, esa extensa manifestación del más puro sincretismo actual que logra, con sus respectivas aristas, desnaturalizar la idea y el concepto original de Un SOLO Dios Universal gobernando los destinos del mundo. Pero en medio de esta expectativa histórica, también se encuentran los verdaderos hijos de Dios, los que no se han vendido al sistema y luchan, exhortan, asumen el costo en momentos en que la sequía, las pestes, las langostas, el frío, la muerte progresiva de nuestra agricultura, la falta de energía, problemas de carácter políticos, parecieran oscurecer más el panorama que se encuentra frente a nosotros.

Allí, inmóviles también, están los que nada hacen, los que no gastan una célula de su cuerpo por cambiar en algo nuestra realidad. También se encuentran dentro de esta misma realidad los zánganos, los parásitos de esta sociedad, aquellos que se acostumbraron a vivir de los que otros hacen para no tener que gastar un miserable esfuerzo en sobrellevar el peso de una realidad a veces, abrumadora. Los chupasangre entonces, pululan dentro de nuestras propias casas, ya sea los que viven dentro de la pantalla o los que son producto de nuestras débiles formas de enseñanza. En el ámbito de la vida espiritual, están los que no pueden vivir con lo justo que Dios les da, y viven adheridos a los lomos de la gente para que en el Nombre del Señor Jesucristo procedan, delincuentemente, en una especie de catarsis espiritual que sólo entienden quienes se sirven de esos sistemas.

Todo ello y mucho más colabora, en mi modo de pensar, a que nuestro pueblo cristiano, dueño de un llamamiento PROFÉTICO de este porte, viva como un allegado y no como una Nación de Dios elegida para anunciar, dentro de esta realidad relativizada por nuestros propios gobernantes, “las verdades de Aquél que nos llamó …” La sequía se manifiesta entonces de manera cruel, violenta, dolorosa, hay países que llevan muchos años viviendo con esta realidad, pero nosotros, en qué momento hemos alzado la voz para exigir a nuestros gobernantes: “Voz de Dios y no de hombres”. Estamos demasiado complacidos con el estilo de vida que nos trajo la Prosperidad económica como para pensar en la Sequía, como para ponernos en la brecha y declarar proféticamente, que Dios ha dicho a este país ¡basta! La lectura que uno puede hacer es simple, los cristianos hoy día no quieren problemas, no desean inmiscuirse en circunstancias que podrían ponerlos en conflicto con el propio sistema, entonces, de este absurdo modo, ¿cómo puede una persona como nuestra Presidenta recibir Palabra de Dios y revelación si se encuentra rodeada de magos y hechiceros de la economía tanto material como espiritual, que no le permiten advertir el problema que ella, personalmente, tiene con Dios? Sí señores, ella tiene grandes problemas con Dios, como cualquier ser humano en este planeta que no quiera, por decisión propia, aceptar el recurso inobjetable del Evangelio de La Gracia de Dios, y porque además, dirigir un país no es sólo una cuestión política o social, se trata de un asunto espiritual, ¿o vamos a pasar por alto la inmensa cantidad de ejemplos que La Escritura muestra en relación a este puro tema? No hay duda entonces, los consejeros espirituales que ella tiene deberían hacer su pega, ganarse el mugroso dinero y adoptar una actitud menos religiosa para advertir a la Sra. Bachelett que el tiempo corre en contra, que el Dios de los Ejércitos Celestiales ha comenzado a reclamar su lugar, un lugar que le ha sido usurpado por una religión que en vez de glorificar a Cristo, ha puesto a María en su lugar.

Puede resultar hasta violento pero es la verdad, es la misma verdad con la cual predicó el Señor, su violento mensaje no tenía preámbulos, y quienes vean o deseen ver al Señor sólo como un predicador del amor, se han equivocado, todo se encuentra escrito, todo absolutamente profetizado, y quienes no tengan en cuenta la verdad de este mensaje, tendrán que sobrellevar el costo de rechazarlo, le pasó a los judíos, por ahí por el año 70 d.C., la invasión de los romanos fue terrible y sangrienta. Pero hoy nuestros enemigos no son como los de ese tiempo, la soberana y siempre perfecta Voluntad de Dios, ha querido ponernos ahora en medio de esta verdadera encrucijada profética e histórica, aunque Chaparro no sepa qué hacer con tanta plata, aunque los señores Ministros del Evangelio del Señor Jesucristo de nuestro país no estén ni ahí con la verdad de La Palabra Profética, lo real es que Bolivia está inundado, Ecuador también, pero no olvidemos que en menos de dos años hemos sufrido desde sequías, hasta fríos y lluvias torrenciales, ¿o acaso se nos olvidó?

Ciertamente la soberbia humana puede mucho, desde construir inmensas torres de cristal, hasta jactarse y decir que tenemos una billetera suficiente como para sobrellevar los graves problemas que está dejando solamente la sequía. Pero La Palabra de Dios es inobjetable, ella cae por su peso, le está ocurriendo al propio Estados Unidos, una nación que decía ser de Dios, New Orleáns es sólo una muestra, hoy la recesión es una realidad, y la noche de nuevo se nos viene. Pero hay una diferencia entre ellos y nosotros, ¡no! ¡no es el poder económico! Lo que sucede es que, como nosotros nunca tuvimos tantos recursos materiales, tenemos algo superior a ello, pero nada de qué jactarnos sí, es la vida del espíritu, la vida que muchas ancianas, niños, adolescentes, jóvenes, dueñas de casa, obreros y muchos más, cultivan en silencio, no la de las religiones rimbombantes de hoy, sino las humildes, las que no cuentan con un solo recurso para jactarse frente a la Autoridad y Divinidad de un Dios Misericordioso como el nuestro, allí está la clave, por lo tanto, el sosiego debe llegar, para que nuestra Patria deje de ser blanco de los desastres, para que la maldición de poseer uno de los más grandes centros de idolatría como es el Templo Votivo de Maipú en Santiago, deje de influenciar a nuestros propios gobernantes con su hechicería. Para que finalmente los Ministros de Dios se pongan como Elías, a orar, si ello ocurre habrá perdón, habrá amor, habrá mejores días, y tal vez, alguna pequeña nube se verá que sube en el horizonte, una nube que nos ha de traer nuevos y mejores augurios para nuestra amada Nación.

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