Wednesday, February 27, 2008

Harry Potter, sin tregua alguna.

















Con 400 millones de libros circulando por el mundo entero, Harry Potter vuelve a la lucha, dando su mayor y última batalla en sus Reliquias de la muerte. Constatar la influencia ejercida por el mago y hechicero moderno no debe ser difícil en ninguna de las realidades en donde esta clase de literatura es absorbida como pan caliente. El desconcierto es total, ¿es que acaso, la sociedad neoliberal y globalizada nos ha vencido? ¿Es que ya no tenemos más que aceptar que nuestros hijos han sido entregados a esta forma de brujería actual, y que la fe religiosa nada hará para salvaguardar el alma y la mente de nuestros pequeños?

Frente a tales circunstancias, pareciera ser que el gran perdedor en todo esto, es el propio cristianismo, que a pesar de su aparatosa infraestructura comercial, no es capaz de detener una marea tan dañina e intoxicante para el alma como es esta terrible realidad literaria. Si, porque Dios no dejó a La Cristiandad toda sin herramientas ni armas para defenderse de tales enemigos de la fe, por el contrario, la simple manifestación de dones en nuestra vida son una pequeña pero contundente demostración de ello, entonces, ¿qué está ocurriendo? ¿Qué es lo que desencadena en nuestra sociedad un apetito tan voraz por consumir literatura infectada y claramente desafiante al Espíritu de la verdad Bíblica?

Lo cierto es que tanto Inglaterra como los Estados Unidos parecieran estar bajo un gran maleficio del cual difícilmente podrán librarse, es que el esoterismo y la propia brujería ya no espanta a nadie, aquí mismo en nuestro país los niños de cualquier colegio, sean estos públicos o privados, llevan en su mochila una “huija”, para pasar el rato, es decir, nosotros mismos, tercermundistas, no estamos lejos de lo que en otros lugares está aconteciendo. Entonces, el análisis surge de inmediato y la reflexión no tolera el silencio cómplice, es que como Sociedad, nos hemos vuelto cada día más ocultistas, esa es la verdad, más amantes de la lectura del Tarot, de saber el destino, la sola Industria de los amuletos y el esoterismo en general, logra capturar y mover diariamente en todos los países que han adoptado esta practica como normal, miles de millones de dólares, aunque nos parezca increíble, de otro modo, ¿cómo iban ellos a tener el éxito que tienen en la tele programas en donde abiertamente se enseña a la gente a estar despiertos a esta clase de realidad absolutamente prohibida por la Palabra de Dios?

Es el relativismo entonces el que ha dejado sus secuelas, en una especie de túnel, el hombre, y su enorme y confusa realidad, viviendo una vida totalmente predecible, absorbe todo cuanto le ofrece el mercado de la magia con tal de salir de tales circunstancias, las religiones, encargadas de sustentar y proteger la realidad espiritual de miles de personas en el mundo entero, sólo aplican algunos medios de defensa para protegernos, tanto católicos como protestantes se encuentran demasiado ensimismados como para sumir el problema en su real envergadura, no lo ven como peligroso, no creen que la lectura de Harry pueda provocar un daño irreparable en la mente y el alma de los más indefensos. Ellos mismos esperan el último libro con tal de mantenerse al día y no quedar de ignorantes o fomes a la hora de enfrentar a sus compañeros de clase, o simplemente porque se sienten atraídos por la literatura esotérica. De este modo, Harry, y su artillería de magia cinematográfica y literaria, logra embaucar a todos y a quienes necesitan esta clase de parámetros para vivir, con el propósito de que ellos sigan soñando y jamás nunca puedan despertar a esta realidad de carne y huesos, de desvíos y horarios restringidos, de responsabilidades no sólo en el campo de los estudios sino, de las responsabilidades que tenemos para con Dios en el campo de la vida espiritual.

Si las religiones institucionalizadas y potentemente estructuradas de hoy, carecen de poder y fuerza para enfrentar tales realidades, entonces ya podemos estar hablando de una deserción en el campo de batalla, porque es a estos enemigos y no a otros a los que Dios nos ha mandado enfrentar, es fácil desafiar al diablo desde un pulpito o en un recital lleno de cristianos hambrientos de placer, lo difícil es ver hoy día cristianos dispuestos a poner en jaque a una sociedad que en su soberbia, pretende hacernos creer que nuestra fe en el Señor Jesucristo debe pasar inadvertida, o lo peor, que debemos guardar compostura mientras se venden millones de libros con esta basura del ocultismo, de ser así, el cristianismo actual ha dejado, en primer lugar, de afectar a nuestra sociedad, y en segundo lugar, que es más importante, ya no cuenta con el respaldo poderoso de Dios para enfrentarse a este gigante de la hechicería moderna que ha puesto en jaque a los sensuales cultores del gozo espiritual, en este caso, el cristianismo ya no estaría afectando ni a los propios cristianos.

Pero no quiero ser tan pesimista, siempre creo que las batallas espirituales deben ganarse en el campo de la vida espiritual, por lo tanto, habrá que tomar medidas, antes que la marea de la hechicería nos ahogue, antes que el tsunami de la incredulidad nos cubra por completo, el sólo hecho de asistir a un templo los Domingo por la mañana no nos servirá si nuestras convicciones navegan por el mar de las dudas, y además, somos blanco de una de las más poderosas envestidas del enemigo de todos los tiempos. Yo tengo la certeza que vivimos días sumamente importantes en el campo de la fe, y no porque Estados Unidos vaya a elegir un nuevo presidente, para nada, me importa un bledo a quien ellos elijan, para mí es suficiente con que ellos hayan reelegido al asesino de Bush como para darme cuenta de lo separados y distantes que se encuentran viviendo de Dios. El sentido de la vida entonces va por otro camino, Dios nos ha puesto en este mundo para ver, para darnos cuenta de toda esta impiedad y el proceder con que actúan naciones que se supone, deberían ser ejemplares para nosotros, en todos los aspectos, no obstante, la cuerda de tanto tirarla se corta al fin, y se corta porque Dios se cansa, se agota de nuestra indiferencia y de nuestros actos inmunes frente a tanta tragedia que acontece, de la incapacidad de hombres que dicen ser de Dios y sin embargo, están más preocupados de la vida material que del Retorno de Cristo a esta tierra. Así de fuerte, así de simple, y a pesar de lo cruda que es la la relidad, a pesar de lo más honesto que puedo ser en mi propia autocrítica, recibo descargos por el trato que doy a esta clase de personajes que hoy día llenan el escenario espiritual de nuestra fe.
Entonces, no debemos esperar declaraciones públicas de los señores Ministros del Evangelio para un tema tan sensible para el mundo en general como es la invasión Potter, ellos creen tener controlada a la Bestia del Apocalipsis, sin embargo, algo tendremos que hacer al respecto, no podemos quedarnos con las manos cruzadas, deberemos entonces, desde nuestras propias trincheras espirituales, comenzar a disparar para que este enemigo del alma no se acerque a los nuestros, para que su poderosa infraestructura hechicera no cobre más inocentes vidas, en fin, para que los niños y gente común sepan que Dios no está de acuerdo con esta clase de literatura. Cual sea el lugar que hayamos elegido como trinchera, un Blog, una canción, una poesía, o simplemente desde la humildad de nuestro cristianismo, todo sirve, en una batalla hasta los soldados heridos tienen importancia, nada aún está perdido, sé que nuestros guías espirituales se encuentran contando el vil billete, pero aquí, en nuestra Patria, aún existe un pequeño, pero comprometido ejército de valientes dispuestos a dar la batalla para que en el Nombre del Señor Jesucristo, el espíritu de hechicería propagado por los propios cultores del gozo se vaya, a lo profundo del mar, a las inmediaciones del abismo, allí en donde aguardan esa inmensa turba de demonios el día del juicio final, en donde, junto al mismísimo diablo serán enviados al infierno que Dios tiene preparado para él y sus secuaces.

Y a ti, Harry Potter, en el Nombre del Señor Jesucristo, ni siquiera intentes acercarte a los nuestros, un ejército de valientes hombres de Dios, ignorados por la religión actual, ignorados por quienes dicen estar representando el carácter de Cristo aquí en la tierra junto a un millar de ángeles poderosos enviados por Dios, ha salido a tu encuentro, tu fin se acerca, nada impedirá tu condenación, absolutamente nada, no creas en tu redención, no hay una sola posibilidad para ello, tu alma se corrompió y jamás verás el descanso, tus días están contados.

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