Friday, October 03, 2008

Una nación sin voz profética.















Si hubiese que escribir algo acerca de los patanes en la historia, desde luego hay algunos imperdibles, pero, debido al tiempo que ello nos tomaría, he decidido sintetizarlo tan sólo, en un solo hombre, porque es ejemplar, porque nunca la historia contó con uno igual. ¿Apuesto que ya saben a quién me refiero?

- ¡Por su puesto, es el gran bobo del siglo!

Cuando este personaje apareció en la historia, era seguro que en algún momento la estupidez tocaría fondo. De eso no cabe ninguna duda. No es extraño entonces que a estas alturas de la vida, nos encontremos con esta nueva crisis al modo gringo de lo que parece ser, una de las tantas en las cuales estos babilonios modernos nos han metido a todos como si fuéramos animales. La nueva crisis económica hoy día, eso sí, tiene algo de Apocalíptico, claro que sí, porque ella nos retrata en forma casi profética, la manera exacta del momento en el cual el Anticristo bíblico, hará su aparición en la historia, tomando el control absoluto de los aconteciemientos, partiendo de una declave económica propia de los días que vivimos. Por lo tanto, no podemos tampoco desmerecer el momento histórico que estamos viviendo, considerando que la realidad mundial, con toda su inmensa estructura social y económica, nos avisora un hecho que desde luego dará inicio a uno de los más terribles y escalofriantes sucesos que la Biblia ha venido profetizando, desde hace varios siglos.


Por ello además, es que el personaje en cuestión, a pesar de su mala imagen y del escaso recurso intelectual con que cuenta para atender problemas de enorme envergadura, debe ser tomado en cuenta, todo porque tal vez, gracias a la estúpida forma de gobernar, ha puesto en las manos de los grandes capitalistas y economistas del mundo, el futuro de la humanidad. Así es que lamentablemente tendremos esta vez que tomarlo muy en serio, aunque nos cueste, aunque hablar de él nos resulte tedioso e infructuoso, la historia debe escribirse, y por supuesto, los grandes historiadores no admitirán que La Palabra de Dios, una vez más, ya lo había predicho.

Las piernas entonces comenzaron a temblar, ningún lugar en la tierra parecía ser seguro para alguien que una Nación como la Norteamericana, había elegido por segunda vez para dirigir los destinos de ese país. Nadie podía prever lo que habría de acontecer, todo se basaba en el poder político, militar y económico que esa sola nación es capaz de ostentar en cualquier circunstancia, porque si existe algo en el mundo que pueda representar a la realidad norteamericana, es el poder, siempre ha sido así, ellos hacen y seguirán haciendo lo que quieran, nada ni nadie podrá impedir que actúen como sólo ellos saben hacerlo. Ahora, si agregamos que para actuar de ese modo necesariamente debe existir realidad espiritual que avale tales conductas, nos vamos a meter en un enorme forro, imposible de solucionar, debido a que la propia Nación de Dios, esparcida sobre todo el inmeso territorio estadounidense, lamentablemente ha tenido que retorcer cuanta Escritura existe para que el gobierno de turno dirigido por el patán, pueda, sin sentimeintos de culpa ni temor absoluto del Dios de la Misericordia, invadir, destruir y pisotear naciones mucho más pequeñas que ellos, a eso simplemente la Biblia le llama, corrupción, degradación, iniquidad, porque no es posible con una mano abrir Las Escrituras y dar cátedra al mundo acerca de la fe Cristo, cuando en la otra mano el olor a metrallas no parece desvanecerse absolutamente con nada. Es el estilo con el cual siempre actúan ellos, como poderosos, son capaces de ir en el Nombre de Dios a destruir la tienda y las vidas de un par de beduinos que comparten silenciosamente un té en medio del desierto, con tal de encontrar a quien ellos mismos enseñaron el valor absurdo de la muerte y de la guerra.





Pues bien, al conocer él la situación de los bancos norteamericanos y de los otros, el susto era poco para alguien que ha declarado la guerra a quienes viven mucho más allá de nuestras narices. El terror y el espanto se apoderó de su alma y el infierno era poco considerando que la mismísma economía norteamericana parecía desvanecerse en pocas horas como una nube en el cielo. Comenzaron los delirios, las pesadillas, había llegado el Apocalipsis al mismo Wall Street, los caballos del Apocalipsis asomaban sus narices por la mismísima calle 34, haciendo perder el sentido a quienes se habían preparado para tenerlo y poseerlo todo. Pero si mal no recuerdo, acaso, ¿no fue bajo el mismo gobierno que cayeron Las Torres Gemelas? ¿Y los grandes desastres como el Katrina y todo lo que la natutaleza a dejado caer a esa sola Nación? ¿La guerra contra el Islam? Y ahora, este enorme bloque de problemas económicos que aún es muy temprano para evaluar con claridad, ¿cuánto costará?



Sin duda que el destino existe, eso está más que probado, en el hombre éste se demuestra que esta idea no pasa de ser solo una idea del judaísmo, sino más bien, un hecho, palpable, tangible, porque si te pasan todas estas cosas e insistes que lo estás haciendo bien y que jamás nadie podrá probar lo contrario, entonces ya no eres un hombre, un mortal más que pulula en medio de este mundo sino, un dios, una divinidad como la de los griegos, pero, con la diferencia que la de los griegos pertenecen a una cultura, a un trasfondo en donde floreció una de las civilizaciones más extraordinarias que la humanidad haya conocido, en cambio, la del dignatario norteamericano, tu puedes hallarlas en los estúpidos programas que los gringos producen a diario y que se trata simplemente de basura, nada más que basura televisiva, una realidad que refleja y da cuenta de la decadencia norteamericana, no la decadencia económica que habría de provocar esta nueva hecatombe, sino, la valorica, aquella que comienza en la vida del gringo común y corriente que es capaz de elegir dos veces al miso estúpido para sufrir dos veces la misma desgracia. Es como para pensar si las próximas vacaciones voy o no voy a pasar un par de días a ese país, aunque no tenga ni cobre para hacerlo, total, soñar no cuesta nada.



Así como este gringo común que bebe cerveza y mantiene su mundo lúdico atado a un juego de mierda que nadie entiende y en donde los que miran sólo se dedican a comer mierda, así de estúpido es quien ha creído que un patán como ese sería capaz de llevar a esa nación a los lugares de mayor importancia en el ámbito económico. La Guerra estúpida como la que él inventó, tendría que pagarse, ¿o pensaban que iba a ser gratis? ¿Cuánto cuesta equipar y mantener a un solo soldado en Irack? Desde luego, todos fuimos invitados a esta nueva y corrupta forma de envenenar y maldecir más a este mundo. Recuerdo que en esos días, el Presidente Lagos, no apoyó la idea de una invasión a un país como Irack, nuestro compatriota, amante de los procedimiento protocolares, a pesar de sus grandes equívocos, es un hombre de paz, y eso se le respeta. Y pensando en ello, tal vez por eso mismo es que nuestra realidad, si Dios así lo quiere, no tenga que sufrir el efecto próximo de tal enredo creado por esta super potencia mundial, Dios, en su enorme


misericordia, ha traído a su memoria aquella decisión que representó a todos los chilenos, NO A LA GUERRA, NO A LA INVASIÓN. Esto que pareció una bofetada en su momento a las oscuras y escalofriantes intenciones de un corazón no reformado como el de Bush, tal vez sea ahora el mayor recurso moral que nuestra Nación posee para enfrentar la crisis por la que hoy, el mundo entero, parece encontrarse, de ello no tengo ninguna clase de dudas, es que no se puede andar peleando con todo el mundo ni menos andar invadiendo la casa de los demás con el pretexto de que por ahí debe estar el que un día entró a tu casa y te derribó un par de esos grandes edificos en la gran manzana. Si embargo, no todo queda tan claro, porque el problema en cuestión, no se trata solo de un patán, sino de la miseria humana, de la miseria de los que administran y tienen el poder de decidir por los demás, de los que son capaces, aún teniendo realidad de Cristo, de defender, apoyar y dar vida a una sociedad en donde la vida humana simplemente, nada vale.

Y aquí viene mi punto esencial, porque para mí el problema no pasa por lo económico, no señor, a otro perro con ese hueso, y porque además sé que quienes leen este blog, tienen conceptos de profecía y contexto de la Biblia, por ello entonces es que mi última reflexión está dedicada exclusivamente a quienes con gran esfuerzo sirven a Cristo en este país, y por tener una posición clara y objetiva de la realidad, sufren hasta persecución dentro de la propia realidad evangélica. Pues bien. Si el problema de Estados Unidos sólo se limitara al ámbito económico, está demás haber escrito tantas veces que esa Nación ha caído de la gracia de Dios, su deserción en el campo valorico espiritual no es algo nuevo, es la progresiva destrucción de un sistema antropófago que es capaz de enviar al otro lado del mundo a morir, a sus propios jóvenes, con la idea de proteger los intereses de una realidad que ha basado toda su cultura en el poder militar y económico, mientras tanto en el mundo, millones de personas se debaten entre la vida y la muerte por causa del hambre que aún, a pesar de los enormes sueldos con que la Babilonia moderna
paga los favores de las prostitutas que le brindan favores, al Presidente de la Nación más poderosa del mundo se le ocurre armar una guerra contra un país que todavía pelea con arco y flechas. Pero la pregunta es simple:

- Una vez más, ¿dónde estaban los profetas de la Prosperidad cuando ese hombre necesito un consejo de Dios para evitar más dolor a ese sólo país?

- ¿Los gritos de Júbilo dados por los arrogantes soldados del nuevo ejército cristiano de la indiferencia, no anunciaron lo que venía?

Alguien dijo por ahí: "La vida es Circo". Por ello la vida espiritual de esa Nación no sirve para nada, hasta el más humilde hombrecito que camina por los campos de África con su arco y su flecha, intentando cazar algo para llevar a su familia, me parece más honesto que cualquier payaso que la política, la economía o la religión norteamericana haya producido, porque la vida si carece de valores, ya no es vida, y sólo se sobrevive, y eso es lo que hoy día están viviendo todos los ciudadanos norteamericanos, una pesadilla, una mal sueño que quieren traspasarnos a todos y del cual, ellos, y todos los potentados económicos del mundo son culpables, culpables por crear un sistema de vida horrible, en donde las almas nuevamente son llevadas como esclavos a una forma de economía que solo busca el enriquecimiento de unos pocos, olvidando que en el mundo hay millones de seres humanos sufriendo la desdicha del hambre.

Por lo tanto, los grandes culpables del estado actual de esa sola Nación, no son solamente los grandes economistas, sino, los propios cristianos, por no haber ejercido vidas sacerdotales de acuerdo al Llamamiento que Dios les hizo en la historia. Ellos debieron haber orado para que su Presidente no hiciera una guerra contra un enemigo impredecible como es el pueblo árabe, debieron haber previsto los costos económicos de toda la mugre de vida que viven, acaso, ¿no es eso lo que nos enseñan Las Escrituras con las vidas de hombres como Daniel, José en Egipto, y la de los propios profetas? Pero, una realidad en donde no se le niega nada a nadie, y en donde todo es permisividad, ¿puede acaso producir algún tipo de defensa espiritual que fortalezca la moral de la gente para estructurarse cuando venga lo malo? Por su puesto que no, mil veces no. Porque en todos estos días de vaivenes económicos, no he oído decir una sola plegaria al que dice ser un cristiano, al que dice estar dirigiendo la Nación que nos envía a diario toda su basura espiritual convertida en libros estúpidos que no hacen mejores cristianos a quienes ya lo somos, videos, DVD, y toda la mierda musical que produce la mugre espiritual norteamericana, que no sirve para nada, ni siquiera en su propio país. El hombre sólo atinó a pedir un dinero de rescate para la tambaleante economía norteamericana, porque él sí confía en el poder del dinero, lo aprendió de su padre, de su abuelo banquero, de todos sus ancestros que usaron la religión para ocultar todas sus malditas iniquidades, es un problema de raíz, de cómo ser, de cómo entender la vida diaria, sin poder, no se vive, pero ahí los tenéis, frente al poder, al poder de la estupidez de un solo hombre avalado por una oscura y destructiva vida espiritual que concede de todo con tal de no perder nada de nada. Eso no es cristianismo, eso, no es lo que el Señor Jesucristo enseñó, la austeridad de su Ministerio hoy día ya nadie desea vivirla, menos los ministros cristianos norteamericanos, porque si hay algo que pueda identificar a tales personajes, es la codici y la avaricia de la cual nos habla aún el Apóstol Pablo en una de sus cartas. Lamentablemente, lo he dicho otras veces, ya no están ni los Pedros, ni los Pablos, ni los Juan para decirle al mundo cristiano en cuáles o qué cosas estamos fallando, tampoco hemos accedido al discernimiento para comprender de qué modo el Espíritu Santo desea hablarnos hoy, es mejor mantenerse mediocre, sin proyectos, sin cometer errores, nadar a favor de la corriente, todo eso es basura, nada de ello permanecerá, ni en los cristianos que con sus estilos de vida a holganza acceden a que un tipo como ese los gobierne dos veces, ni en nosotros que admiramos a todo lo que viene del extranjero olvidando que Dios nos ha dado también, a nosotros, el último rincón del mundo, espíritu profético.
Pero como debo terminar, yo sólo deseo que la gente que sufre, ya no sufra más, y como eso parece tan lejano, de seguro esta nueva crisis mundial terminará por ser una más de tantas otras. Sin embargo, yo estaré aquí, esperando el día en que las cosas cambien por completo, cuando eso ocurra, yo sé que mi Salvador habrá venido a este mundo, y habrá saneado las economías y problemas de la gente, mientras tanto, sigo confiando no en la fuerza que emana de un grupo de hombres corruptos y ávidos de poder, como el Congreso Norteamericano, que con un par de firmas podrían solucionar el problema del hambre en el mundo, sino, en la que viene del Dios Vivo, el cual en Su Palabra me dicta que crea, que mientras él exista, ¡nada ha de faltarme! ...Y es Palabra de Dios.

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