Tuesday, July 14, 2009

El cuerpo es el Templo del Espíritu Santo.











Pero si el Templo, como edifico, como estructura, ya existe, y la corporación pasa a tener mucho más fuerza que la propia Palabra de Dios, entonces, ¿para qué sirve el Templo? ¿Cuál es su propósito? Pues bien, como en el lenguaje ni en la enseñanza apostólica está este elemento, obviamente tuvo que dársele uno, y que mejor que convertirlo en una SINAGOGA, porque eso es en buenas cuentas un templo protestante, porque el católico, definitivamente es un invento que no encuentra lugar en la imagineria de La Palabra de Dios. El problema de todo esto después, es que la gente te critica por intentar poner las cosas en su lugar. Así contamos en la realidad, con una infinita cantidad de formas que adopta una realidad que nada tiene que ver con los ladrillos o el cemento sino, con las vidas de las personas y su filiación a Dios a través de Jesucristo. En las poblaciones pobres, de seguro el Ministro de Dios se arma de valor para juntar unos pocos pesos, que en la mayoría de las veces proviene de la venta de “completos, empanadas y sopapillas” que se consume, después de acabada la liturgia.

En cambio, en los lugares con respaldo corporativos potentes, es claro que la necesidad de un templo generalmente, no pasa por los aprietos económicos que tienen los más necesitados, que a veces deben darlo todo para generar los recursos que se necesitan para implementar semejante realidad, por el contrario, allí, como existe personas de clase media para arriba, la condición del templo ahora tiene ribetes de vanidad, se trata entonces de ¿cómo lo vamos a hacer?, ¿cómo serán sus ventanitas?, ¿de qué madera serán sus puertas?

¡Como si Dios estuviese interesado en tamaña idiotez!

En estados Unidos los hay desde, construidos enteramente de roca y mármol, hasta alfombrados y con los lujos más imponentes. Si esto no es basura entonces, ¿qué es? Uno podría estar toda una vida intentando ilustrar esta verdad y no terminaría, debido a que la creatividad humana no tiene ni carece de límites a la hora de emprender este tipo de realidades, pero les aseguro, sin temor a equivocarme, que gran parte de estos templos, y del tiempo que ellos subsisten, permanecen absolutamente cerrados para la comunidad y a la hora en que deberían estar proporcionando algún tipo de ayuda a quienes lo solicitan. Haciendo un catastro aquí sólo en mi ciudad, Valparaíso, me da vergüenza la condición de algunos cara dura que para comunicarse con las personas de afuera, usan hasta citófonos y horarios de atención, es como si un médico le dijera a una madre con un hijo de uno o dos años, que por favor intente por todos los medios de que su hijo se enferme a eso de las 11 o 12 de la mañana, no antes.

Y después no quieren que uno diga las cosas como las siente y las ve, que no hable de pobres de niños que mueren de hambre mientras los señores Ministros viven dando cátedra de La Palabra cuando en sus propias ciudades la ineficacia de lo que predican es evidente. Ello es lo que me mueve a diario a escribir en este espacio, el darme cuenta de lo burocrática y soberbia que se ha convertido la fe cristiana, algo que nació para mejorar la condición de los seres humanos, hoy día necesita toda una infraestructura corporativa y espacial, de lo contrario, LA IGLISA NO EXISTE.

- ¡Bárbaro!

- ¡Medieval!

Es lo que la Prostituta romana ha predicado desde que existe, no hay duda, y quienes no lo han aceptado así, simplemente han sido tratados como lo último, los herejes.

Lo importante para las pequeñas o grandes minorías, las que no cuentan con medios para emprender obras de este tipo, es que todo el andamiaje doctrinal y profético, se encuentra de su parte, y no de las grandes corporaciones, si fuera así, Dios estaría desubicado, dependería del carácter de administrativos y no de hombres de verdad, porque el hombre de verdad al cual siempre hago referencia en mis trabajos, por lo menos en el campo de la vida espiritual, siempre, pero siempre, y escúchenme bien, por no sé qué cosas de la vida, por esas injustitas también evidentes que vienen desde arriba, carece totalmente de ese tipo de “ayudas”, desde dinero a cualquier otra cosa, el hombre que defiende valores y planteamientos profundos de La Palabra de Dios, sufre, no como los grandes predicadores de moda, o los cantantes Light de la cristiandad actual, los cuales hacen todo tipo de contorsiones espirituales y físicas para evadir la responsabilidad ÉTICA que les corresponde, no sólo por recibir el apoyo corporativo del cual hago referencia, sino, por el enorme billete que reciben por hacer lo que muchos hacemos de manera hasta gratuita para el Señor.

De manera que el Templo, si ya existe, es tiempo entonces de que comencemos a darle el uso que corresponde, si es que de verdad creemos que significa algo, no obstante, no será fácil, para nada, porque tanto Pentecostáles como Bautistas, Calvinistas y Presbiterianos, nunca se pondrán de acuerdo en algo de tanta importancia como esto. Yo creo que la autocrítica y el reflexionar en torno a la necesidad de una construcción de este tipo, debiera partir por la necesidad, de los propios cristiano, por aprender acerca del Cristianismo y de su origen, y por supuesto, de cómo nos hemos desviado del cristianismo histórico y sus enseñanzas. He sido testigo presencial de las verdaderas “fiestas” que hoy día hacen dentro de una realidad que para muchos, es lo único sagrado que está quedando, desde reguetón hasta lo que tú puedas imaginarte, entonces, si el Templo debe coexistir con todas estas burdas copias de la realidad de La Iglesia de Cristo, la propia Iglesia, que somos nosotros, los creyentes en Él, deberíamos impedir que semejante porquería llegase a lo que los propios evangélicos llaman, “la casa del Señor”. No estando de acuerdo con ello, por supuesto, sé que no habrá voces que se alzarán para proteger este patrimonio de la cristiandad apóstata, por lo tanto, estoy seguro que más temprano que tarde, muchos grupos alternativos irán emergiendo de la realidad, intentando salvaguardar el único y más importante tesoro con que cuenta la cristiandad y que es, la propia vida de La Iglesia, que somos nosotros, y el legado de Su Palabra, porque el Templo, seguimos siendo nosotros, aunque no les guste.

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