Saturday, July 11, 2009

Las corporaciones al servicio del engaño.



















La Iglesia entonces no es el Templo, y se ha equivocado deliberadamente en la enseñanza de este concepto para producir adeptos, sin embargo Pablo, El Apóstol de los Gentiles, plantea algo muy diferente a lo que se nos ha enseñado, para el, el único Templo que existe es el cuerpo, ningún otro más, porque no hay otro, porque si lo hubiese, lo habría dicho.

1 Corintios 6: 19

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?

2 Corintios 6:16

¿Y qué concierto el templo de Dios con los ídolos? porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré en ellos; y seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo.

¿Pero quién ha seguido está enseñanza? ¿Quién ha puesto en práctica esta escritural verdad? ¿A quién le ha interesado el que un hombre como Pablo enseñara que el único lugar en donde Dios habita es el cuerpo del hombre, y dentro de él, su alma?

Hechos 17 : 24 - 25

El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos,

Ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues él da á todos vida, y respiración, y todas las cosas;

¡Vaya, vaya!

¿Por qué entonces los señores Ministros se esfuerzan tanto en la construcción de los templos? ¿Por qué las corporaciones hacen inusitados esfuerzos en mantener vigente está desvirtuación bíblica? Porque simplemente allí están sus intereses, porque toda la realidad espiritual depende de tan buenos que seamos cuando debamos aportar para la construcción de un edificio que pasa a usurpar el lugar que sólo Dios ha consignado para el cuerpo o el alma humana, aún el alma de un perdido pecador, Dios es capaz de residir en el corazón del más perverso de los hombres si este ha sido transformado por el poder de su Espíritu Santo.

Han sido muchos siglos de ignorancia y de engaño, ya no se puede volver atrás, es imposible, sería una locura el que intentáramos hacer desaparecer todos los edificios mal llamados “templos”, en donde el Nombre del Señor es invocado, tampoco estamos para eso, Cristo no nos ha llamado para convertirnos en una nueva Inquisición, bástale al mundo con haber sido testigo de lo que la GESTAPO católica romana, fue capaz de emprender en la historia, bajo la tutela y dirección de hombres perversos que utilizaron toda forma de engaño para sacar producto de una realidad espiritual como la Iglesia, la cual Dios estableció en el templo del cuerpo y no en la estructura física, condición que le ha permitido a muchos seudo-representantes de Dios de variadas corrientes "espirituales", vivir en holganza material y económica. Nos debiera bastar entonces con las verdades bíblicas, pero una realidad espiritual ejercitada para engañar y ser engañada, no nota el poder de la persuasión cuando los principios que defiende ya no surgen de la verdad revelada, allí no hay conflictos, todo aparenta ser bueno y por lo tanto, nadie corre riesgo alguno cuando se le enseña que ir al Templo es ir a La Iglesia. Pues bien, los primeros cristianos e incluso los Apóstoles del Señor, tampoco entendieron aquello, recuerde:

Los Hechos 3

Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración.

Esto no era lo que Jesús les había enseñado, Él jamás les dijo: "vayan a orar al templo", es que ellos estaban demasiado judaizados como para aceptar tremenda realidad, el propio Apóstol Pablo pensó que las sinagogas eran el mejor lugar para exportar el mensaje de Cristo a otras latitudes, sin embargo, la experiencia lo llevó a claudicar y a aceptar que estaba equivocado, y que por lo tanto, cualquier lugar era bueno para establecer la revelación de Cristo en el corazón del hombre. Cuando ello ocurrió, el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo comenzó a correr, libremente y sin impedimento, pues los conceptos estaban claros, ya no tenía la oposición de los discípulos que se encontraban en Jerusalén, él era libre para predicar y exhortar en donde él lo estimase necesario, Dios se iba a encargar de demostrarle y enseñarle cómo y dónde. No obstante, en toda la vida de este extraordinario hombre de Dios, no aparece ni se insinúa la realidad del templo, para nada, Pablo está convencido que todo lo que debe ocurrir en el hombre con respecto al Señor y su mensaje, debe impactar y suceder dentro de él mismo, ese es el Evangelio de Cristo y no otra cosa. Se trata de una realidad intangible y no material.

¿Pero qué tenemos hoy? ¿Acaso somos mejores espiritualmente que aquellos que jamás tuvieron reductos para reunirse? En ningún caso, lo único que la historia sí nos aclara con total certeza, es que cuando La Iglesia de Cristo, es decir, los creyentes, fueron más poderosos en todo, fue cuando no tuvieron nada, ni siquiera un lugar de reunión. Esta demostración de indiferencia a la verdad Bíblica ya aceptada y en uso por siglos por parte de los cristianos, hoy día se encuentra blindada para escuchar el mensaje que Dios desea darle a los propios cristianos que están dentro a través de sus instrumentos, situación que complicará aún más la realidad espiritual de millones de cristianos en todo el mundo, debido a que la institución y la corporación no son más que usurpadores y no el instrumento que Dios dejó para la manifestación y revelación de Su Palabra. Esto, en la medida que los hechos mundiales vayan tomando un carácter ya indescriptible, para lo cual, el cuadro profético y escatológico, no deja sombra de dudas en lo que respecta a la condición del mundo y a la de la propia cristiandad.

La religión entonces, ha colaborado y fomentado con la mimetización del pecado y la maldad, gracias al mundialmente conocido movimiento ecuménico, éste, debido a su inmenso y desproporcionado poder, proporciona a la realidad espiritual sólo valores relativos, ya que no busca la confrontación ni reflexión en torno a textos fundamentales para la comprensión de la verdad bíblica, por el contrario, pone un manto de oscuridad justo en aquellos pasajes que son pilares de toda la verdad proclamada por los Apóstoles y hombres santos de Dios. Tampoco desea cuestionar el error en que ha caído la propia cristiandad, lo que provee al mundo sin revelación de Dios, de una forma de mensaje que sólo ofrece alternativas provisionales y no modos o formas de vida basadas en verdades relevantes. El concepto es claro y categórico, nada podrá evitar que la religión organizada abandone su lujuria y su propuesta corporativa, ello dejaría prácticamente a la realidad espiritual, sin alas para volar dentro de un espacio en donde la vida material, no puede prescindir de tales instrumentos para sobrevivir.

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