A los profetas de Walt Disney.

Es claro que está de moda el profetizar cosas terribles para Chile, desde terremotos hasta maremotos, al parecer, eso le da consistencia a lo que no tiene nada importante que decir en el Nombre del Señor. Pero esto nos parece muy conocido, ¿o no? También, “que la palabra profética correrá por todo este país”, como si ahora, porque ellos lo dijeron, ahora sí que habrá palabra profética, ¿y lo que hemos recibido hasta esta hora, qué es? Esto también lo he escuchado miles de veces, hasta el cansancio, sin embargo, siempre son los mismos los que terminan yendo a otros países y se reciben de predicadores o profetas itinerantes en donde nadie los necesita.

Pero bueno, por una cosa de incredulidad pura, de cuando en vez, hay cosas que la realidad evangélica pone como esteriotipo para darse ánimo o intentar decir que aquí, en este país, Dios sí tiene algo que decir a través de los que ya todos conocemos. ¿No sabré de ese tema? El problema de los profetas entonces, de los de moda, porque verdaderos hay, es que AHORA, ahora que ya todos lo sabemos, aparecen con el cuento éste, justo que los geólogos han dicho que es muy posible que se den nuevos movimientos sísmicos en nuestro país, en especial, en el Norte y la zona centro, como si el que tuvimos no fuese suficiente como para poner al pueblo de Dios en vigilia, pero acerca del planteamiento moral y su contexto, nada, absolutamente nada, acerca de la pedofilia y el dolor causado por los sacerdotes católicos a miles de niños en el mundo, nada, es decir, según estos profetas, Chile tiene que pagar el pato por los males causados por la puta romana, evadiendo los demás castigos que Él mismo ha dejado caer en diferentes lugares por razones que sólo Él conoce.

Me enteré de esto recién ayer, que en el movistar arena de Santiago, caleta de evangélicos se reunieron cual Testigos de Jehová, para orar por Chile. Súper original, algo así como intentar reparar el techo de tu casa cuando la lluvia ya se ha dejado caer. ¡A la chilena! Creo que quedó toda esta gente afuera, no me sorprendería ahora que el miedo es parte de la vida cotidiana de muchos compatriotas, en especial, de aquellos cristianos que aún no entienden nada del propósito de Dios y de su plan redentivo – profético, basado no en los movimientos de tierra ni en los tsunamis, sino más bien, en toda la expectativa profética escritural que nos ofrece el panorama bíblico. Pero enferma que vengan de otros países a decirnos lo que ya todos sabemos, y desde Brasil más encima, un país que está lleno de brujos y macumba, una nación que ha ofrecido al mundo las maneras más ocultistas de ver la realidad, desde allá, pretenden un par de “profetas que nadie conoce”, decirnos que la justicia de Dios será más potente el día que el Norte y el Centro del país se revienten con el terremoto que se nos viene.


¿Entonces para qué luchamos, para qué seguimos orando, para qué leemos la Biblia? ¡Váyanse al carajo, todos esos mariquitas que lloriquean para que el pueblo de Dios entienda su llamamiento! El único camino que dejó el propio Señor Jesucristo y el mayor de los apóstoles, Pablo, es el de la enseñanza, del discipulado, en vez de venir a contar cuentos ahora que la gente necesita paz y sanar del dolor que nos ha provocado a todos la tragedia que ha acontecido, ¿por qué no salen a discipular?, ¿por qué se reúnen en ese lugar y no eligen mejor el estilo del Señor? Alguien debe estar detrás de todo eso, alguien tan maléfico como para poner en la conciencia de toda esa gente un terror de esta envergadura.

Pero yo no tengo miedo, ni siquiera que se parta el mundo, cosa que no va a ocurrir, porque Dios sí tiene misericordia, y benditas son cada mañana, no porque esta sarta de aparecidos que hoy disfrutan con esta clase de males, voy a dejar de hacer lo que Dios me ha mandado a hacer, al carajo con ellos, pregúntenle a los “profetas brasileños”, ¿cómo está su país, si han encontrado todos los cadáveres en la tragedia ocurrida en Río de Janeiro, si es que los gobernantes han solucionado el problema de la delincuencia y la tragedia de la pobreza en ese solo lugar? Apuesto que no, apuesto que esos temas no fueron tratados en esa asamblea de cobardes. ¿Dónde estaban antes de la tragedia, dónde señores Chaparrito, Edito Espinoza, Lucas Márquez, por qué Dios no los usó a ustedes para profetizar lo que venía a Chile? Lean mi blog, lo dije antes, antes que lo dijera cualquiera, y no porque sí no más, sino, porque una tragedia de este tamaño es parte de una profunda reflexión en donde la vida valórica de una nación, debe ser analizada y comprendida de acuerdo a los parámetros que Dios nos da aquí, en este terruño, entiéndalo bien, en Chile, toda esta sarta de sinvergüenzas solo viene a cortar billete, a repetir lo que otros han dicho, hubiese tenido valor si es que lo hubiesen dicho antes, pero nunca estuvieron en la brecha, a esa hora de seguro estaban viendo televisión por cable, o degustando alguna exquisitez en algún restaurant conocido.


Pero yo sé que hay pueblo de Dios en mi país, un pueblo que está orando y que no será movido fácilmente de su modo de pensar, que no necesita influencias de otros lugares para entender La Bendita Palabra de Dios, a otro perro con este hueso, que se jodan todos los que fueron a orar como señoritas a ese lugar, los verdaderos hijos de Dios no necesitan esta clase de movimientos para ejercer la fe, ellos son movidos tal como el viento, no se sabe de dónde vienen ni a dónde van, por ello creo en la fuerza que Dios pondrá en todos sus hijos para que ya la tierra descanse, y entendamos que Cristo viene, y que la verdadera Iglesia de Cristo no está enredada en asuntos gubernamentales o peripecias políticas, los hijos de Dios esperamos con ansia la Venida de nuestro Salvador, y para ellos, El Espíritu Santo tiene su propio lenguaje para hablarnos y revelarnos Su Palabra, por eso no tengo miedo, porque Su Palabra dice:


Salmos 91 -Morando bajo la sombra del Omnipotente-

1 El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
3 El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
7 Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
8 Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.
9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
10 No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
12 En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
13 Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
16 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.


¿Y qué hago con esto? ¿Sigo a los profetas entonces? ¿Dejo de creer en las promesas de Dios para mi vida? ¡Qué frescos son! ¿De cuánto estamos hablando? ¿O piensan estos pelafustanes que aquí en nuestra patria Dios no tiene profetas ni Palabra profética? Y entonces, ¿de dónde sacamos para formar nuestro panorama espiritual? ¿Deberemos seguir esperando un nuevo terremoto?

¡Jódanse profetas de la mendicidad!

Aquí en Chile también hay Palabra de Dios y gente que está orando profundamente para que Dios tenga misericordia, ustedes no han inventado nada, antes que anunciaran algo, Dios ya había revelado a sus santos hombres lo que venía a nuestro país, pero venir ahora a decir que viene algo fuerte para nuestro país, que viene un avivamiento, al carajo, yo no creo en los avivamientos, más si detrás están los mismos de siempre, los apitutados, los verdaderos hijos de Dios no vivimos de avivamientos, sino, por convicciones, y si Dios decidió enviarnos algo tan grande como este terremoto, es parte del proceso en el que está el mundo entero, ¿o no leyeron las noticias del terremoto en China, del Volcán en Islandia, o de los granizos inmensos que han caído sobre Buenos Aires? ¿Quiénes piensan que somos todos nosotros estos chanchitos, que no tenemos idea de La palabra de Dios? ¿Qué no sabemos nada? ¿Qué Dios no nos habla?


Sepan que una semana antes de toda la tragedia, conversando con un hermano que cuida autos en la calle, Dios nos reveló lo que venía a este país, pero la pregunta cae por su peso:

¿Por qué no a los profetas de la Prosperidad?

¿Por qué no a los apitutados de siempre?

¿Por qué Dios revela esto a gente sencilla y no a los catedráticos de la fe actual?

O sea, están hechos de letra nada más, pero en la realidad, no le achuntan a nada, así que no levanten tanta polvareda, las cosas siguen estando bajo el control de Dios, y a pesar de todo, les puedo asegurar que en esa reunión inmensa que tuvieron los hermanos en el movistar, nadie tocó siquiera el tema de la PEDOFILIA, nadie se indispuso con La Puta Romana, ¿o estoy equivocado?

Pues bien, yo también oro, y también Dios me revela cosas enormes, desde hace mucho tiempo, podría enumerarlas todas, una por una, no obstante, estoy sumamente tranquilo con respecto a lo que viene, un hijo de Dios no debe temer, sino, creer, nada más que creer, así que yo no les tengo miedo a los que profetizan después que todos sabemos que puede pasar algo. Devuelvan la plata entonces, váyanse con el pasaje de vuelta para la casa, porque en este país, hay Palabra de Dios, hay testimonio de que Dios SALVA, de que hay un pueblo que intercede no porque se hizo una reunión en el mismo lugar donde el Chino Ríos y otros hacen lo que quieren, sino, porque han sido llamados por el Señor a ejercer en forma sacerdotal su bendita fe. A esos respeto yo, a las ancianas que se abren paso para alabar y bendecir a Dios, a los hermanos que, a pesar de sus cargas y enfermedades crónicas, mantienen inalterable su fe en el Señor, a todos los que son capaces de hacer frente a la vida y están dispuestos a salir adelante con la ayuda de Dios, pero no en los señoritas que mandan a buscar profetas de donde nadie sabe para estar seguros que podrán con el problema si alguien de allá afuera les da una manito.
Así que hermanos, a sostenerse en La Palabra de Dios y no en falsos agoreros que han llegado atrasados al baile, ¡y más encima quieren que bailemos el baile que ellos eligieron, así de caras duras!

El encanto de La Palabra entonces me subyuga, Dios me hace saber que nada me ocurrirá, que ÉL está con nosotros, y que su bendita paz es una realidad en nuestras vidas, que su Santo Espíritu seguirá bendiciéndonos, acogiéndonos, consolándonos, ¿acaso hay algo más enorme en Su Palabra que la Misericordia de Dios?