Los Cerdos de la prosperidad engordados por La Iglesia de Cristo.
Es en el desierto entonces, en donde Israel debió haber
aprendido las mejores y más importantes lecciones, allí, en ese enorme espacio,
bajo el alero de Dios, fue tratado en lo más íntimo de su carácter, Dios no iba
a permitir que los estragos producidos por la esclavitud en sus corazones,
terminara por hacer fracasar sus verdaderos planes, eso pone de relieve la
implicancia que tuvo para Dios, la toma
de decisiones mientras dirigió sus pasos por esa inmensa soledad. Llevarlos a
la Tierra de la Promisión no iba a ser fácil, de ningún modo, todos los
elementos que habrían de participar en esta epopeya, aparecen en nuestras
biblias, y por lo tanto, no son en absoluto desconocidas para la cristiandad,
así que el drama de la Nación en cierne, no se ciñe en absoluto a imágenes
superpuestas o de alguna otra naturaleza, como que si el hecho en sí no hubiese
ocurrido, las especificaciones de esta dramática experiencia, serán las que tomarán
los profetas en el futuro para dar a conocer a Israel, La Nación de Dios, las
infinitas razones que tuvo Dios para declararles que ese momento, allá en la
expansión y lejanía del desierto, cuando Él los tomó como un especial tesoro,
ha dejado de tener valor, y no porque Dios haya dejado de amarles, por ningún
motivo, como lo explican estos valiosos instrumentos de Dios, los profetas, es
el propio Amor de Dios, declarado como un esposo a una mujer infiel, Israel, el
que también conmoverá el corazón de Dios para perdonarles y después, a través
de un proceso doloroso, volver a poner a Israel en el centro de toda
expectativa espiritual y profética, no sin antes proporcionar al mundo entero,
en especial a La Iglesia de Cristo, de una historia incomparable de Amor entre
Dios y Su pueblo.
Es por esta razón que la implicancia que ha de tener el
mensaje profético para la cristiandad en el día de hoy, reviste el carácter de “trascendente”,
son los profetas como Amos, Habacub, Isaías, Jeremías, etc., quienes se
encargan de asumir el costo ético por una realidad afectiva entre el creador y
sus criaturas, es decir, entre Dios e Israel. Ellos en tanto, toman las
diferentes variables de esta relación, y a través de imágenes poéticas,
cargadas de sentimientos y múltiples expresiones del alma o del ser, acuden
hacia el dolor más estremecedor, y nos dan a conocer la inmensa soledad, ya no
de los hombres que viven la ausencia del amor, sino que por el contrario, los
que rodeados por una clase de Amor Incomparable y Eterno, no han sido capaces
de percibir la enorme misericordia con la cual, el Dios que los llamó desde
Egipto y luego los guio por el desierto para traerlos hasta Canaán, hoy día se
encuentra sufriendo por la infidelidad con que ellos han respondido al llamado
de Su Hacedor. Israel, en su pecado, carece de discernimiento para comprender
la ilimitada forma de perdón que hay en El Señor cuando, el corazón abatido, es
capaz de humillarse frente a Su Redentor, lo cual explica el que estos
iluminados de la historia como son los profetas, tengan que pagar hasta con sus
propias vidas por el rechazo de Israel a esta prerrogativa de una forma de Amor
incomprendido y denegado a un Dios que día a día, solo quiso el bien para ellos
y sus descendientes, no obstante, no estaba en los planes de esa nación el que
Dios, con la misma energía que los amó y los bendijo, les hiciera desde el
momento en que abandonaron Egipto hasta establecerse en La Tierra Prometida,
una serie de demandas relacionadas con la obediencia y los planes de Dios con
respecto a ellos mismos y a las naciones que habrían de ser alcanzadas a través
de ellos por Misericordia puramente divina, Israel no fue capaz de comprender
que Dios, es Un Dios de Carácter, de principios, de valores, de Propósito y por
lo tanto, como creador, conoce la naturaleza humana y la imposibilidad que
tenemos los hombres para mejorar nuestros caminos por nuestra propia voluntad,
de manera que, casi todo el Antiguo Testamento, basa su experiencia en imágenes
conmovedoras y otras sumamente fuertes, incluso sangrientas cuando la
experiencia humana no permite que la claridad de Dios, o la inspiración de Él,
en la persona de los profetas, pretenda a lo menos iluminar el corazón de los
hombres, y de esta forma, evitar el sufrimiento en todas sus formas.
Pero la narrativa escritural, no nos permite otra cosa que
estremecernos frente a semejante expectativa, los profetas, son hombres
elegidos Personalmente por Dios, han sido extraídos desde la multitud para
cumplir con el rol que Dios les asignara, muchos de ellos con grandes e
inevitables dramas en sus propias vidas, otros simplemente, declarándose
incapaces frente al mismísimo Dios, para ejercer el Ministerio desde el punto
de vista humano en el que ellos se encuentran, como el caso de Moisés. Pero
bueno, son los profetas en tanto los que nos dan a conocer, de qué o cuál
manera el pecado de Israel, ha dañado la relación y confianza de Dios en ellos,
como interlocutores, está claro que ellos tuvieron que experimentar en sus
propias vidas con el Amor profundo de Dios, de manera que la reflexión o la
figura que habrán de utilizar para declarar a Israel su pecado, lleve una
enorme carga emocional y por supuesto, una relativa a las razones y
explicaciones que dan forma al juicio o castigo de Dios por el abandono de
ellos a los Pactos establecidos con Su Persona. Israel en tanto, como
experiencia espiritual, nos sumerge en un itinerario fantástico, a veces dulce,
piadoso, tierno, no obstante, con la misma ternura con que a veces es tratado
por Dios, también debemos tener claro que a Dios, no le tiembla la mano cuando
se trata de ponerlos en el lugar que corresponde, y en este aspecto, podemos
decir con toda seguridad, que el mismo Dios que guió los destinos de Israel en
su proceso por el desierto, inevitablemente es el mismo que ahora dirige
nuestros destinos, no existe otra prerrogativa que pueda hacernos cambiar de
idea, Dios no ha cambiado, Su Palabra asegura que Él es el mismo de ayer, de
hoy y de siempre, así que por lo tanto, la invocación profética, ya no se trata
solo de ideas con respecto a Israel solamente, sino que ahora se añade Su
Iglesia, es decir, nosotros, los cuales estamos siendo alcanzados por Él, a
través del trazado profético y por medio de la Obra intercesora del Espíritu
Santo, un recorrido que no obvia las enormes implicancias del tiempo que nos ha
tocado vivir, por el contrario, lo contempla, es la forma en que Dios trata con
los suyos, y por lo tanto, el carácter de Su Llamamiento y la respuesta que Él
demanda, no ha sufrido, a pesar del mundo virtual en el cual se halla sumida la
cristiandad toda, ninguna clase de variantes, son los cristianos los que
piensan que, debido a los cambios que hemos sufrido en estos milenios que lleva
la humanidad recorrida, Dios también ha cambiado en Su trato para con el
hombre.
El espíritu del Profeta por consiguiente, no ha desaparecido,
por ningún motivo, aunque la cristiandad actual haya pretendido hacer como si
La Gracia iluminadora del Espíritu Santo, ya no tenga ni la fuerza ni el
interés en tocar nuestras fibras del alma, tal como lo hiciera en el pasado con
nuestros antecesores, o peor, que para ser tocados o tratados por Dios, Él
necesita de toda una súper estructura comercial y económica como lo hace la
industria de fe norteamericana y todas sus meretrices, quienes postulan
semejante incredulidad, son los mismos a quienes apunta la reflexión de Su
Palabra con respecto a las interpretaciones que hoy día han dado a una gran
cantidad de textos y pasajes importantes de La Biblia. En su afán carroñero, el
espíritu profético ha sido desplazado, una vez más, como lo hizo Israel con los
Profetas que Dios levantó para hablarles, los religiosos modernistas actuales,
saturados de elementos tecnológicos como Tablet, celulares, y otras más, ni
siquiera comprenden la importancia o el valor de LA PALABRA, hoy día, como una
caja de cigarrillos, La Bendita Palabra de Dios, por comodidad, se puede llevar
en un bolsillo, causando un daño irreparable a la imagen o al carácter que Dios
ha tratado de imprimir en nuestras conciencias de Su Propia y Bendita Palabra,
la comodidad, hija y baluarte de la prosperidad, en este caso, logra suplantar
la preparación que debe tener todo cristiano que hoy día se haya enfrentado a
tan difíciles contextos, proporcionándonos una forma de estudioso Light que, a
pesar de manejarse con estas nuevas tecnologías, no es capaz de comprender la
profundidad de estos escritos heredados por nuestros antepasados de la fe,
realidad que suministra a nuestras vidas, un formato de cristiano que con solo
el toque de sus dedos, es capaz de introducirse a la realidad bíblica y profética.
Está claro que en este sentido, los propios Ministros de
Dios son los encargados de desvirtuar el valor de la enseñanza bíblica,
acudiendo ahora, cuando utilizan el púlpito, ya no con el LIBRO para compartir
la enseñanza misma, sino que por el contrario, con un tipo de tecnología que no
nos advierte acerca de las grandes diferencias éticas y espirituales que existe,
particularmente, cuando se trata de Su Bendita y Eterna Palabra, frente a
cualquier otro uso que se da a esa clase de tecnología, nivelando el mensaje de
Dios, ahora como si se tratara de cualquier mensaje, y ya no como un elemento
específico de la Bondadosa y Reveladora Gracia de Nuestro Señor para la
salvación de nuestras almas y el crecimiento espiritual, pasa de este modo a
ser La Biblia, un elemento más dentro de los muchos que tiene un celular u
otras tecnologías, lo que a mi modo de pensar nos da a conocer como evidencia,
la liviandad con que el cristianismo actual enfrenta el mensaje Eterno de Su
Palabra. Entonces, son ellos, los señores Ministros de Dios, los que no desean
que el contenido de la verdad profética, presente en nuestras vidas, pueda
alcanzar sus protegidas realidades, de manera que la cristiandad toda, sepa y
tenga claro que la empresa en la cual han convertido el camino de la fe, no
tiene ni ha tenido jamás, el carácter de una realidad fuertemente intervenida
por una Conciencia mucho mayor que el estilo de vida impuesto por los
arrogantes defensores de la Alabanza actual, y por supuesto, sin dejar de lado
a los profesionales de la predicación comercial.
Los profetas actuales en tanto, no logran penetrar a pesar
del fuerte respaldo de Dios, semejantes murallones de incredulidad, ellos se
ven obligados a renunciar o tal vez a escoger algún modo que les permita, con
mucha inteligencia, atravesar el amasijo de orgullo que los propios Ministros
han construido, para hacerles llegar el mensaje de parte de Dios, ya no de que
Cristo Vuelve Pronto, sino que, para aclararles que la última y más dura prueba
para el cristianismo desposeído de verdades y conciencia de lo eterno, se haya
a las puertas, y que no será el enorme conglomerado de personas abducidas por
las artimañas de una Babilonia forjada en las escuelas del saber bíblico
norteamericano, el que llegará a alcanzar las firmes y perfectas promesas
hechas por el mismo Dios que en la antigüedad fue rechazado en Su Carácter de
formador por el pueblo de Dios, sino que tan solo será, un pequeño REMANENTE,
SI, UN PEQUEÑO REMANENTE sacado de una forma de cristianismo que, a través del
sufrimiento y las disyuntiva con que la propia realidad espiritual trató sus
vidas, mientras sobrevivió en esta tierra, el que Jesús, nuestro Señor y
Salvador, viene a pronto a buscar, no a las industrias de fe comercial, no a
los adictos a la fe virtual, no a los que perseveran en menoscabar la
importancia de nuestras sufridas realidades, por el contrario, Dios ha
establecido ya de antemano, quiénes son o forman parte de Su Iglesia, y por
consiguiente, no está en la mente ni propósito de Dios, dejar fuera de tan
importante evento como su Retorno, a los que, por causa del Reino y del mensaje
de La Cruz, lo dieron todo en este mundo.
Fueron entonces las verdades dichas en el Nombre del Señor
por lo profetas, recuerde, ellos decían: ¡ASÍ HA DICHO JEHOVÁ!, lo que
determinó el destino de estos valientes defensores del Derecho de Dios, ¿de
cuál derecho se preguntarán? Pues bien, del derecho de gobernar a quien Dios
creó, eligió y luego Llamó para que le sirvieran delante de las demás naciones.
Dios, en Su Eterna Sabiduría, no Llamó a Israel solamente para mostrarles la
libertad y el valor de ella, sino que además, para que en el tiempo que duró el
proceso de liberación y luego de caminata hacia la Tierra Prometida, La Nación
hebrea comprendiera qué clase de Persona era Jehová, y que al comprender,
Israel fuera capaz de hacer lo que Dios les mandó que hicieran. Una tarea
realmente incomprendida por los judíos, a pesar de los escritos, a pesar de La
Ley, a pesar de Los Mandamientos, Israel fue capaz de evadir los planteamientos
de Dios al convertir, un trayecto de solo un par de meses o semanas, en
cuarenta años de caminata por un desierto agónico y áspero. Ello debe tener un
valor profundo para nuestra fe cristiana, porque en medio de este enorme
desierto que llamamos mundo, estamos nosotros, nosotros que en la actualidad,
luchamos para sobrevivir, y para que la realidad en la cual estamos inmersos, no
termine por destruirnos y hacernos desaparecer, como quisieran muchos de los
desertores que hoy día ha producido el cristianismo de la indiferencia, porque
al parecer, de eso se trataba todo, de deserción, de abandono, de no mirar al
que está a nuestro lado, por el contrario, al igual que Israel en el pasado, el
cristianismo en su forma más legible, ha logrado que los principios o
postulados de Dios, solo sigan siendo parte de un tiempo histórico, pero que en
la realidad, en nada puedan afectar nuestras experiencias de vida, o por lo
menos, ¡ciertos aspectos nada más, nada demasiado profundo, no hay para qué
sumergirse tanto en algo que ya pasó, total, ya somos salvos!
Pero dentro de esta realidad, como lo he venido planteando
claramente, por un lado se encuentran los que ya no dan más de gordura, apenas
respiran, porque el sistema los ha diseñado así, llenos y rodeados de
bendiciones, henchidos de diezmos y de ayudas materiales que provocan dentro
del pueblo de Dios, desigualdades económicas y sociales peores que las que
vemos a diario en el mundo sin Cristo, estos son los que se han encargado de
capitalizar en cuentas bancarias, todo el recurso que muchos de nosotros
necesitamos para ejercer nuestros sencillos Ministerios. Por otro lado, estamos
todos nosotros, los pequeños Ministerios de Dios, los ridiculizados por la fe
prostituida de la arrogancia moral, que a pesar de la fragilidad de nuestras
realidades, somos capaces de hacer verdaderos milagros con la escueta y muy
precaria ayuda que recibimos de Dios y sus fieles, juntamos las monedas para
calentarnos en invierno, o simplemente para cancelar nuestras deudas y
continuar sobreviviendo, nada más. Es lo más cruel que me ha tocado ver en toda
mi vida, lo más patético, lo más denigrante, el ser testigos de Ministros que
ya no pueden más de tanto engordar, que a pesar de las grandes y dramáticas
realidades por la que atraviesa el mundo entero, hambre, frío, deudas, niños en
las calles, prostitución, tráfico de drogas, micro tráfico, delincuencia
juvenil, catástrofes naturales inconmensurables, solo por nombras algunos
estigmas de esta sociedad, ellos aún siguen ignorando el peso de la realidad, y
lo verdaderamente vergonzoso para todos los que amamos al Señor, es que esta
clase de patéticos comerciantes de la fe, sigue siendo bendecido por una clase
de cristianismo pusilánime y defensor de cantantes que en nada han aportado a
la reflexión siquiera de nuestra fe, la cual ignora, voluntariamente, el valor y
la luminosidad que nos ofrece La Palabra de Dios, cuando en sus aspectos más
fuertes con respecto al enriquecimiento y a las prohibiciones éticas que
demanda Su Palabra para que un Ministro de Dios, no acceda a semejantes
perversiones, es capaz de condenar a quienes operan en el mundo de la fe de
esta manera. El ruego constante, la labor profética que ejercemos en bien de
nuestro pueblo, pasa inadvertido entonces por estas aspiradoras de conciencias
y de DINERO, A DESTAJO, SIN LÍMITES NI ÉTICA, ya ni siquiera son consideradas nuestras
plegarias, ya ni siquiera son tomadas en cuenta nuestras vidas, carecemos de
todo, mientras, ellos son capaces con los diezmos que en su contexto bíblico
eran utilizados para otros propósitos, de cambiar autos, de viajar, darse
ciertos lujos y hasta ignorar La Voz Profética que no deja de vibrar en
aquellos oídos que sí han comprendido el valor bíblico de nuestra fe cristiana.
Por ello pienso, ¡si esto que vemos a diario era el Reino que el Señor ofreció,
entonces yo no quiero ser parte de semejante realidad, prefiero el mundo, allí
he encontrado más conmiseración por mis problemas que dentro de la realidad de
La Iglesia de Cristo! Es doloroso por lo tanto, ver la condición actual de un
cristianismo que ha basado toda su experiencia en sensaciones y toda esa
porquería que los MINISTROS DE ADORACIÓN, HAN UTILIZADO para embaucar al pueblo
de Dios, porque todo aquello, distante de la pura verdad de Dios, no permite al
cristianismo darse cuenta de los peligros en que se encuentra hoy, no hay que
ser profeta o haber nacido iluminado para darse cuenta que esta forma de
cristianismo, a pesar de la inmensa crueldad con que nos definen y nos ignoran
los desertores, tiene sus días contados, desde luego que sí, y esto también es
Palabra de Dios, porque los verdaderos culpables de esta tragedia, no hay que
cavar muy hondo para darse cuenta quiénes son, o dónde se encuentran, los
propios Ministros, agazapados en esta forma de crueldad espiritual sin igual en
la historia, son los encargados de dictarle al pueblo de qué modo y a quienes
hay que bendecir, esa es la razón de por qué existe Ministerios en la realidad
que ya no dan más con las bendiciones, mientras, personas como nosotros, como
mi familia, que a través de grandes sacrificios aún tenemos fuerzas para servir
al Señor de señores, nos vemos a diario impedidos, debido a la indiferencia con
que somos tratados por la cristiandad actual, a defender nuestra fe cristiana
con mucho más rigor. Mientras tanto, he entendido que si no puedo trabajar con
mis propias manos, que ni siquiera he podido levantarme para servir con todas
mis fuerzas a Dios, no es porque estoy en pecado, “cretinos de la prosperidad”,
lo aceptaría si ignorara qué clase de personas son ustedes y de qué están
construidas sus vidas, pero como yo tengo otra naturaleza, diferente a la de
ustedes, porque un día si conocí Personalmente al Autor y Consumador de
nuestras fe, sé que ha sido Él, el que me ha puesto en tal condición de
indefensión, solo para que nada de lo que salga de Dios en mi vida, pueda
servirme como para arrogarme algún derecho, no obstante, no son las riquezas
como el oro, la plata, o La propia Gloria de Dios lo que Redimió a la humanidad
en la Persona de Cristo, sino que, su humanidad quebrantada por las heridas que
le provocamos con nuestros pecados.
53 ¿Quién ha creído a nuestro
anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el brazo de
Jehová?
2 Subirá cual renuevo delante de él, y como
raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin
atractivo para que le deseemos.
3 Despreciado y desechado entre los hombres,
varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el
rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y
sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido
de Dios y abatido.
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su
llaga fuimos nosotros curados.
6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su
camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca;
como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus
trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su
generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo
fue herido.
9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas
con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su
boca.
10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo,
sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el
pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su
mano prosperada.
11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y
quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y
llevará las iniquidades de ellos.
12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes,
y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la
muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de
muchos, y orado por los transgresores.
Isaías
53
El cáncer espiritual del cual se haya afectado una gran
parte del cristianismo actual, no es el que hoy día aqueja a mi cuerpo o a mi
alma, y doy gracias a Dios por ello, lo mío es una enfermedad incurable que
Dios, al igual que El Apóstol Pablo, no ha querido curar, solo para que los
demás me vean doliente, sufriente, con aflicción buscando Su Presencia hasta el
día en que Él Venga a buscarnos. Los profetas de Dios en este tiempo, son los
que me han dado fuerzas para seguir luchando, ellos, con el testimonio de sus
vidas y de lo que debieron soportar por causa de Su Palabra, me han inspirado
para cuando llegue el momento en que Dios, El mismo Dios de La Misericordia, me
levante de esta condición y me permita servirle con toda la fuerza del alma,
que es lo que más anhelo, por lo tanto, estamos en sus brazos, sé que muchos
quisieran ayudarme a sobrellevar esta inmensidad, pero Dios no lo ha permitido,
otros simplemente, sabiendo de mi estado, se han dejado llevar por la
indiferencia, no obstante, y gracias a Dios, los fieles a Dios primeramente, y
luego, los que se acordaron de mí en esta circunstancia, sean bendecidos por
Él, porque cuando un Ministerio como el nuestro, no recibe de la ayuda para
subsanar todas las inclemencias propias de una condición como esta, está pronto
a desaparecer, pero Dios, una vez más, no lo ha querido de este modo, a pesar
de los desleales de siempre, a pesar de los desertores, El Señor, El Dios de
toda Sabiduría, tiene todavía el control de nuestras vidas, y seguramente, algo
más tiene que decir a través de esta sencilla pero persistente existencia en ÉL.
Tal vez por ello es que aún nuestras vidas no se resuelven en su aspecto material,
no obstante, si la realidad de la Iglesia se comprometiera con esta clase de
Ministerios y dejara de apuntar con sus diezmos y ofrendas a quienes ya no dan
más de gordura, les aseguro que otra sería la historia, otros los sueños y
planteamientos, dudo que El Señor esté protegiendo y bendiciendo a esta clase
de desertores, lo dudo tenazmente, Él no persiguió ni respaldó con Su Vida esta
forma de plagio de la verdad, Él abogó en su corta vida en esta tierra, para
que todos los que de verdad le amaron y le sirvieron, pudiesen alcanzar también
las bendiciones, lamentablemente, hoy día el mensaje de Cristo ha sido
vapuleado y usurpado, de manera que los buenos diezmos y las ofrendas, caigan
por montones en donde puedan ser usados para otros diferentes fines, diferentes
para lo que inventado. A muchos se les olvida que El Señor inclinó su corazón
por la necesidad, por ello dijo lo que dijo, de otro modo, los comerciantes
actuales de la fe, tendrían razón para no ser cuestionados, sin embargo, esto
también es parte del mensaje de Cristo, las últimas sentencias al respecto lo
dejan claramente establecido, evadir el sentido y la exposición de Su Mensaje,
resulta en estos momentos para mí, en un enorme subterfugio que solo traerá a
esta forma de cristianismo, desolación, tristeza y una angustia incomparable
por haberse desviado del verdadero y único Evangelio de Salvación.
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