Sunday, August 09, 2015

Los Cerdos de la prosperidad engordados por La Iglesia de Cristo.


Es en el desierto entonces, en donde Israel debió haber aprendido las mejores y más importantes lecciones, allí, en ese enorme espacio, bajo el alero de Dios, fue tratado en lo más íntimo de su carácter, Dios no iba a permitir que los estragos producidos por la esclavitud en sus corazones, terminara por hacer fracasar sus verdaderos planes, eso pone de relieve la implicancia   que tuvo para Dios, la toma de decisiones mientras dirigió sus pasos por esa inmensa soledad. Llevarlos a la Tierra de la Promisión no iba a ser fácil, de ningún modo, todos los elementos que habrían de participar en esta epopeya, aparecen en nuestras biblias, y por lo tanto, no son en absoluto desconocidas para la cristiandad, así que el drama de la Nación en cierne, no se ciñe en absoluto a imágenes superpuestas o de alguna otra naturaleza, como que si el hecho en sí no hubiese ocurrido, las especificaciones de esta dramática experiencia, serán las que tomarán los profetas en el futuro para dar a conocer a Israel, La Nación de Dios, las infinitas razones que tuvo Dios para declararles que ese momento, allá en la expansión y lejanía del desierto, cuando Él los tomó como un especial tesoro, ha dejado de tener valor, y no porque Dios haya dejado de amarles, por ningún motivo, como lo explican estos valiosos instrumentos de Dios, los profetas, es el propio Amor de Dios, declarado como un esposo a una mujer infiel, Israel, el que también conmoverá el corazón de Dios para perdonarles y después, a través de un proceso doloroso, volver a poner a Israel en el centro de toda expectativa espiritual y profética, no sin antes proporcionar al mundo entero, en especial a La Iglesia de Cristo, de una historia incomparable de Amor entre Dios y Su pueblo.

Es por esta razón que la implicancia que ha de tener el mensaje profético para la cristiandad en el día de hoy, reviste el carácter de “trascendente”, son los profetas como Amos, Habacub, Isaías, Jeremías, etc., quienes se encargan de asumir el costo ético por una realidad afectiva entre el creador y sus criaturas, es decir, entre Dios e Israel. Ellos en tanto, toman las diferentes variables de esta relación, y a través de imágenes poéticas, cargadas de sentimientos y múltiples expresiones del alma o del ser, acuden hacia el dolor más estremecedor, y nos dan a conocer la inmensa soledad, ya no de los hombres que viven la ausencia del amor, sino que por el contrario, los que rodeados por una clase de Amor Incomparable y Eterno, no han sido capaces de percibir la enorme misericordia con la cual, el Dios que los llamó desde Egipto y luego los guio por el desierto para traerlos hasta Canaán, hoy día se encuentra sufriendo por la infidelidad con que ellos han respondido al llamado de Su Hacedor. Israel, en su pecado, carece de discernimiento para comprender la ilimitada forma de perdón que hay en El Señor cuando, el corazón abatido, es capaz de humillarse frente a Su Redentor, lo cual explica el que estos iluminados de la historia como son los profetas, tengan que pagar hasta con sus propias vidas por el rechazo de Israel a esta prerrogativa de una forma de Amor incomprendido y denegado a un Dios que día a día, solo quiso el bien para ellos y sus descendientes, no obstante, no estaba en los planes de esa nación el que Dios, con la misma energía que los amó y los bendijo, les hiciera desde el momento en que abandonaron Egipto hasta establecerse en La Tierra Prometida, una serie de demandas relacionadas con la obediencia y los planes de Dios con respecto a ellos mismos y a las naciones que habrían de ser alcanzadas a través de ellos por Misericordia puramente divina, Israel no fue capaz de comprender que Dios, es Un Dios de Carácter, de principios, de valores, de Propósito y por lo tanto, como creador, conoce la naturaleza humana y la imposibilidad que tenemos los hombres para mejorar nuestros caminos por nuestra propia voluntad, de manera que, casi todo el Antiguo Testamento, basa su experiencia en imágenes conmovedoras y otras sumamente fuertes, incluso sangrientas cuando la experiencia humana no permite que la claridad de Dios, o la inspiración de Él, en la persona de los profetas, pretenda a lo menos iluminar el corazón de los hombres, y de esta forma, evitar el sufrimiento en todas sus formas.

Pero la narrativa escritural, no nos permite otra cosa que estremecernos frente a semejante expectativa, los profetas, son hombres elegidos Personalmente por Dios, han sido extraídos desde la multitud para cumplir con el rol que Dios les asignara, muchos de ellos con grandes e inevitables dramas en sus propias vidas, otros simplemente, declarándose incapaces frente al mismísimo Dios, para ejercer el Ministerio desde el punto de vista humano en el que ellos se encuentran, como el caso de Moisés. Pero bueno, son los profetas en tanto los que nos dan a conocer, de qué o cuál manera el pecado de Israel, ha dañado la relación y confianza de Dios en ellos, como interlocutores, está claro que ellos tuvieron que experimentar en sus propias vidas con el Amor profundo de Dios, de manera que la reflexión o la figura que habrán de utilizar para declarar a Israel su pecado, lleve una enorme carga emocional y por supuesto, una relativa a las razones y explicaciones que dan forma al juicio o castigo de Dios por el abandono de ellos a los Pactos establecidos con Su Persona. Israel en tanto, como experiencia espiritual, nos sumerge en un itinerario fantástico, a veces dulce, piadoso, tierno, no obstante, con la misma ternura con que a veces es tratado por Dios, también debemos tener claro que a Dios, no le tiembla la mano cuando se trata de ponerlos en el lugar que corresponde, y en este aspecto, podemos decir con toda seguridad, que el mismo Dios que guió los destinos de Israel en su proceso por el desierto, inevitablemente es el mismo que ahora dirige nuestros destinos, no existe otra prerrogativa que pueda hacernos cambiar de idea, Dios no ha cambiado, Su Palabra asegura que Él es el mismo de ayer, de hoy y de siempre, así que por lo tanto, la invocación profética, ya no se trata solo de ideas con respecto a Israel solamente, sino que ahora se añade Su Iglesia, es decir, nosotros, los cuales estamos siendo alcanzados por Él, a través del trazado profético y por medio de la Obra intercesora del Espíritu Santo, un recorrido que no obvia las enormes implicancias del tiempo que nos ha tocado vivir, por el contrario, lo contempla, es la forma en que Dios trata con los suyos, y por lo tanto, el carácter de Su Llamamiento y la respuesta que Él demanda, no ha sufrido, a pesar del mundo virtual en el cual se halla sumida la cristiandad toda, ninguna clase de variantes, son los cristianos los que piensan que, debido a los cambios que hemos sufrido en estos milenios que lleva la humanidad recorrida, Dios también ha cambiado en Su trato para con el hombre.

El espíritu del Profeta por consiguiente, no ha desaparecido, por ningún motivo, aunque la cristiandad actual haya pretendido hacer como si La Gracia iluminadora del Espíritu Santo, ya no tenga ni la fuerza ni el interés en tocar nuestras fibras del alma, tal como lo hiciera en el pasado con nuestros antecesores, o peor, que para ser tocados o tratados por Dios, Él necesita de toda una súper estructura comercial y económica como lo hace la industria de fe norteamericana y todas sus meretrices, quienes postulan semejante incredulidad, son los mismos a quienes apunta la reflexión de Su Palabra con respecto a las interpretaciones que hoy día han dado a una gran cantidad de textos y pasajes importantes de La Biblia. En su afán carroñero, el espíritu profético ha sido desplazado, una vez más, como lo hizo Israel con los Profetas que Dios levantó para hablarles, los religiosos modernistas actuales, saturados de elementos tecnológicos como Tablet, celulares, y otras más, ni siquiera comprenden la importancia o el valor de LA PALABRA, hoy día, como una caja de cigarrillos, La Bendita Palabra de Dios, por comodidad, se puede llevar en un bolsillo, causando un daño irreparable a la imagen o al carácter que Dios ha tratado de imprimir en nuestras conciencias de Su Propia y Bendita Palabra, la comodidad, hija y baluarte de la prosperidad, en este caso, logra suplantar la preparación que debe tener todo cristiano que hoy día se haya enfrentado a tan difíciles contextos, proporcionándonos una forma de estudioso Light que, a pesar de manejarse con estas nuevas tecnologías, no es capaz de comprender la profundidad de estos escritos heredados por nuestros antepasados de la fe, realidad que suministra a nuestras vidas, un formato de cristiano que con solo el toque de sus dedos, es capaz de introducirse a la realidad bíblica y profética.

Está claro que en este sentido, los propios Ministros de Dios son los encargados de desvirtuar el valor de la enseñanza bíblica, acudiendo ahora, cuando utilizan el púlpito, ya no con el LIBRO para compartir la enseñanza misma, sino que por el contrario, con un tipo de tecnología que no nos advierte acerca de las grandes diferencias éticas y espirituales que existe, particularmente, cuando se trata de Su Bendita y Eterna Palabra, frente a cualquier otro uso que se da a esa clase de tecnología, nivelando el mensaje de Dios, ahora como si se tratara de cualquier mensaje, y ya no como un elemento específico de la Bondadosa y Reveladora Gracia de Nuestro Señor para la salvación de nuestras almas y el crecimiento espiritual, pasa de este modo a ser La Biblia, un elemento más dentro de los muchos que tiene un celular u otras tecnologías, lo que a mi modo de pensar nos da a conocer como evidencia, la liviandad con que el cristianismo actual enfrenta el mensaje Eterno de Su Palabra. Entonces, son ellos, los señores Ministros de Dios, los que no desean que el contenido de la verdad profética, presente en nuestras vidas, pueda alcanzar sus protegidas realidades, de manera que la cristiandad toda, sepa y tenga claro que la empresa en la cual han convertido el camino de la fe, no tiene ni ha tenido jamás, el carácter de una realidad fuertemente intervenida por una Conciencia mucho mayor que el estilo de vida impuesto por los arrogantes defensores de la Alabanza actual, y por supuesto, sin dejar de lado a los profesionales de la predicación comercial.
Los profetas actuales en tanto, no logran penetrar a pesar del fuerte respaldo de Dios, semejantes murallones de incredulidad, ellos se ven obligados a renunciar o tal vez a escoger algún modo que les permita, con mucha inteligencia, atravesar el amasijo de orgullo que los propios Ministros han construido, para hacerles llegar el mensaje de parte de Dios, ya no de que Cristo Vuelve Pronto, sino que, para aclararles que la última y más dura prueba para el cristianismo desposeído de verdades y conciencia de lo eterno, se haya a las puertas, y que no será el enorme conglomerado de personas abducidas por las artimañas de una Babilonia forjada en las escuelas del saber bíblico norteamericano, el que llegará a alcanzar las firmes y perfectas promesas hechas por el mismo Dios que en la antigüedad fue rechazado en Su Carácter de formador por el pueblo de Dios, sino que tan solo será, un pequeño REMANENTE, SI, UN PEQUEÑO REMANENTE sacado de una forma de cristianismo que, a través del sufrimiento y las disyuntiva con que la propia realidad espiritual trató sus vidas, mientras sobrevivió en esta tierra, el que Jesús, nuestro Señor y Salvador, viene a pronto a buscar, no a las industrias de fe comercial, no a los adictos a la fe virtual, no a los que perseveran en menoscabar la importancia de nuestras sufridas realidades, por el contrario, Dios ha establecido ya de antemano, quiénes son o forman parte de Su Iglesia, y por consiguiente, no está en la mente ni propósito de Dios, dejar fuera de tan importante evento como su Retorno, a los que, por causa del Reino y del mensaje de La Cruz, lo dieron todo en este mundo.

Fueron entonces las verdades dichas en el Nombre del Señor por lo profetas, recuerde, ellos decían: ¡ASÍ HA DICHO JEHOVÁ!, lo que determinó el destino de estos valientes defensores del Derecho de Dios, ¿de cuál derecho se preguntarán? Pues bien, del derecho de gobernar a quien Dios creó, eligió y luego Llamó para que le sirvieran delante de las demás naciones. Dios, en Su Eterna Sabiduría, no Llamó a Israel solamente para mostrarles la libertad y el valor de ella, sino que además, para que en el tiempo que duró el proceso de liberación y luego de caminata hacia la Tierra Prometida, La Nación hebrea comprendiera qué clase de Persona era Jehová, y que al comprender, Israel fuera capaz de hacer lo que Dios les mandó que hicieran. Una tarea realmente incomprendida por los judíos, a pesar de los escritos, a pesar de La Ley, a pesar de Los Mandamientos, Israel fue capaz de evadir los planteamientos de Dios al convertir, un trayecto de solo un par de meses o semanas, en cuarenta años de caminata por un desierto agónico y áspero. Ello debe tener un valor profundo para nuestra fe cristiana, porque en medio de este enorme desierto que llamamos mundo, estamos nosotros, nosotros que en la actualidad, luchamos para sobrevivir, y para que la realidad en la cual estamos inmersos, no termine por destruirnos y hacernos desaparecer, como quisieran muchos de los desertores que hoy día ha producido el cristianismo de la indiferencia, porque al parecer, de eso se trataba todo, de deserción, de abandono, de no mirar al que está a nuestro lado, por el contrario, al igual que Israel en el pasado, el cristianismo en su forma más legible, ha logrado que los principios o postulados de Dios, solo sigan siendo parte de un tiempo histórico, pero que en la realidad, en nada puedan afectar nuestras experiencias de vida, o por lo menos, ¡ciertos aspectos nada más, nada demasiado profundo, no hay para qué sumergirse tanto en algo que ya pasó, total, ya somos salvos!

Pero dentro de esta realidad, como lo he venido planteando claramente, por un lado se encuentran los que ya no dan más de gordura, apenas respiran, porque el sistema los ha diseñado así, llenos y rodeados de bendiciones, henchidos de diezmos y de ayudas materiales que provocan dentro del pueblo de Dios, desigualdades económicas y sociales peores que las que vemos a diario en el mundo sin Cristo, estos son los que se han encargado de capitalizar en cuentas bancarias, todo el recurso que muchos de nosotros necesitamos para ejercer nuestros sencillos Ministerios. Por otro lado, estamos todos nosotros, los pequeños Ministerios de Dios, los ridiculizados por la fe prostituida de la arrogancia moral, que a pesar de la fragilidad de nuestras realidades, somos capaces de hacer verdaderos milagros con la escueta y muy precaria ayuda que recibimos de Dios y sus fieles, juntamos las monedas para calentarnos en invierno, o simplemente para cancelar nuestras deudas y continuar sobreviviendo, nada más. Es lo más cruel que me ha tocado ver en toda mi vida, lo más patético, lo más denigrante, el ser testigos de Ministros que ya no pueden más de tanto engordar, que a pesar de las grandes y dramáticas realidades por la que atraviesa el mundo entero, hambre, frío, deudas, niños en las calles, prostitución, tráfico de drogas, micro tráfico, delincuencia juvenil, catástrofes naturales inconmensurables, solo por nombras algunos estigmas de esta sociedad, ellos aún siguen ignorando el peso de la realidad, y lo verdaderamente vergonzoso para todos los que amamos al Señor, es que esta clase de patéticos comerciantes de la fe, sigue siendo bendecido por una clase de cristianismo pusilánime y defensor de cantantes que en nada han aportado a la reflexión siquiera de nuestra fe, la cual ignora, voluntariamente, el valor y la luminosidad que nos ofrece La Palabra de Dios, cuando en sus aspectos más fuertes con respecto al enriquecimiento y a las prohibiciones éticas que demanda Su Palabra para que un Ministro de Dios, no acceda a semejantes perversiones, es capaz de condenar a quienes operan en el mundo de la fe de esta manera. El ruego constante, la labor profética que ejercemos en bien de nuestro pueblo, pasa inadvertido entonces por estas aspiradoras de conciencias y de DINERO, A DESTAJO, SIN LÍMITES NI ÉTICA, ya ni siquiera son consideradas nuestras plegarias, ya ni siquiera son tomadas en cuenta nuestras vidas, carecemos de todo, mientras, ellos son capaces con los diezmos que en su contexto bíblico eran utilizados para otros propósitos, de cambiar autos, de viajar, darse ciertos lujos y hasta ignorar La Voz Profética que no deja de vibrar en aquellos oídos que sí han comprendido el valor bíblico de nuestra fe cristiana. Por ello pienso, ¡si esto que vemos a diario era el Reino que el Señor ofreció, entonces yo no quiero ser parte de semejante realidad, prefiero el mundo, allí he encontrado más conmiseración por mis problemas que dentro de la realidad de La Iglesia de Cristo! Es doloroso por lo tanto, ver la condición actual de un cristianismo que ha basado toda su experiencia en sensaciones y toda esa porquería que los MINISTROS DE ADORACIÓN, HAN UTILIZADO para embaucar al pueblo de Dios, porque todo aquello, distante de la pura verdad de Dios, no permite al cristianismo darse cuenta de los peligros en que se encuentra hoy, no hay que ser profeta o haber nacido iluminado para darse cuenta que esta forma de cristianismo, a pesar de la inmensa crueldad con que nos definen y nos ignoran los desertores, tiene sus días contados, desde luego que sí, y esto también es Palabra de Dios, porque los verdaderos culpables de esta tragedia, no hay que cavar muy hondo para darse cuenta quiénes son, o dónde se encuentran, los propios Ministros, agazapados en esta forma de crueldad espiritual sin igual en la historia, son los encargados de dictarle al pueblo de qué modo y a quienes hay que bendecir, esa es la razón de por qué existe Ministerios en la realidad que ya no dan más con las bendiciones, mientras, personas como nosotros, como mi familia, que a través de grandes sacrificios aún tenemos fuerzas para servir al Señor de señores, nos vemos a diario impedidos, debido a la indiferencia con que somos tratados por la cristiandad actual, a defender nuestra fe cristiana con mucho más rigor. Mientras tanto, he entendido que si no puedo trabajar con mis propias manos, que ni siquiera he podido levantarme para servir con todas mis fuerzas a Dios, no es porque estoy en pecado, “cretinos de la prosperidad”, lo aceptaría si ignorara qué clase de personas son ustedes y de qué están construidas sus vidas, pero como yo tengo otra naturaleza, diferente a la de ustedes, porque un día si conocí Personalmente al Autor y Consumador de nuestras fe, sé que ha sido Él, el que me ha puesto en tal condición de indefensión, solo para que nada de lo que salga de Dios en mi vida, pueda servirme como para arrogarme algún derecho, no obstante, no son las riquezas como el oro, la plata, o La propia Gloria de Dios lo que Redimió a la humanidad en la Persona de Cristo, sino que, su humanidad quebrantada por las heridas que le provocamos con nuestros pecados.

53  ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos.
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Isaías 53

El cáncer espiritual del cual se haya afectado una gran parte del cristianismo actual, no es el que hoy día aqueja a mi cuerpo o a mi alma, y doy gracias a Dios por ello, lo mío es una enfermedad incurable que Dios, al igual que El Apóstol Pablo, no ha querido curar, solo para que los demás me vean doliente, sufriente, con aflicción buscando Su Presencia hasta el día en que Él Venga a buscarnos. Los profetas de Dios en este tiempo, son los que me han dado fuerzas para seguir luchando, ellos, con el testimonio de sus vidas y de lo que debieron soportar por causa de Su Palabra, me han inspirado para cuando llegue el momento en que Dios, El mismo Dios de La Misericordia, me levante de esta condición y me permita servirle con toda la fuerza del alma, que es lo que más anhelo, por lo tanto, estamos en sus brazos, sé que muchos quisieran ayudarme a sobrellevar esta inmensidad, pero Dios no lo ha permitido, otros simplemente, sabiendo de mi estado, se han dejado llevar por la indiferencia, no obstante, y gracias a Dios, los fieles a Dios primeramente, y luego, los que se acordaron de mí en esta circunstancia, sean bendecidos por Él, porque cuando un Ministerio como el nuestro, no recibe de la ayuda para subsanar todas las inclemencias propias de una condición como esta, está pronto a desaparecer, pero Dios, una vez más, no lo ha querido de este modo, a pesar de los desleales de siempre, a pesar de los desertores, El Señor, El Dios de toda Sabiduría, tiene todavía el control de nuestras vidas, y seguramente, algo más tiene que decir a través de esta sencilla pero persistente existencia en ÉL. Tal vez por ello es que aún nuestras vidas no se resuelven en su aspecto material, no obstante, si la realidad de la Iglesia se comprometiera con esta clase de Ministerios y dejara de apuntar con sus diezmos y ofrendas a quienes ya no dan más de gordura, les aseguro que otra sería la historia, otros los sueños y planteamientos, dudo que El Señor esté protegiendo y bendiciendo a esta clase de desertores, lo dudo tenazmente, Él no persiguió ni respaldó con Su Vida esta forma de plagio de la verdad, Él abogó en su corta vida en esta tierra, para que todos los que de verdad le amaron y le sirvieron, pudiesen alcanzar también las bendiciones, lamentablemente, hoy día el mensaje de Cristo ha sido vapuleado y usurpado, de manera que los buenos diezmos y las ofrendas, caigan por montones en donde puedan ser usados para otros diferentes fines, diferentes para lo que inventado. A muchos se les olvida que El Señor inclinó su corazón por la necesidad, por ello dijo lo que dijo, de otro modo, los comerciantes actuales de la fe, tendrían razón para no ser cuestionados, sin embargo, esto también es parte del mensaje de Cristo, las últimas sentencias al respecto lo dejan claramente establecido, evadir el sentido y la exposición de Su Mensaje, resulta en estos momentos para mí, en un enorme subterfugio que solo traerá a esta forma de cristianismo, desolación, tristeza y una angustia incomparable por haberse desviado del verdadero y único Evangelio de Salvación.            

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