El costo de llevar vidas proféticas.
Bueno, aquí
estamos de nuevo, caminando con Dios, como Enoc, como aquellos que no
renunciaron a sus principios y vieron la gloria que les esperaba, mucho más
allá del tiempo y del espacio que les tocó vivir, intentando transmigrar en La
Voluntad de un Dios incomparable, inmutable, a veces incomprensible para
nuestras limitadas razones y formas de pensar, pero que sin embargo, gracias a
una enorme misericordia con la cual Él nos ha rodeado, podemos acercarnos
confiadamente a Su Persona. De todas estas cosas Dios ha querido circundar mi
existencia en este tiempo, me ha permitido pasar por pruebas casi insufribles,
no obstante, aferrado a Su Preciosa misericordia, no solo he podido salir
victorioso en muchos sentidos de cada una de ellas, sino que además, fortalecer
mi fe en Él, lo cual se traduce a una mayor fidelidad a Su propia Persona y por
supuesto, servir de una manera especial a quienes tanto necesitan hoy día de Su
Amor y de sus valiosos cuidados.
Es claro
que los tiempos que hoy vivimos, indican a todos los vientos que nuestro
Salvador ya se aproxima, por lo tanto, nuestra esperanza tiene sus días
contados, pronto, muy pronto Él aparecerá y tomará a los suyos, nos llevará en
un viaje sin igual a recorrer el universo, sin quemar un solo galón de petróleo,
solo con la fuerza de sus alas poderosas, así nos tomará y saldremos al fin de
este convulsionado mundo, mientras, en la tierra, el caos será absoluto, tan
así que los grandes templos en los cuales se ha invertido millones y millones
de pesos y dólares por todo el mundo, no tendrán sentido alguno, habrá
culminado el proceso de la Gracia para los gentiles y desde luego, el panorama
no se viene fácil, de ningún modo. Toda esta casta de millonarios que ha
producido la alabanza profesional de la Prosperidad y sus predicadores, se
ahogarán en llanto, al igual que Esaú, por haber omitido los valores
trascendentales del cristianismo en sus formas de vivir y de compartir la fe
del Señor Jesucristo, las riquezas materiales con las cuales nutrieron sus
miserables realidades, de nada servirán, todo aquello servirá como causal en su
contra, porque La Palabra de Dios, en todas sus direcciones Éticas y morales,
indicaban que un Ministro de Dios, debía vivir en austeridad, jamás jactarse de
lo que tiene o de lo que Dios en su misericordia le ha dado. En ese momento,
cuando el Espíritu Santo se haya retirado para dar lugar a uno de los momentos
más angustiantes por los cuales deberá pasar la humanidad, incluida la realidad
actual de La Iglesia en Apostasía, un cantidad de enormes y muy dramáticos
hechos tomarán el control de la vida sobre este planeta, es decir, lo que hoy
día estamos viendo que sucede con el clima y todos los desastres naturales
acontecidos en todo el mundo, son solo una breve y muy clarificadora demostración
de lo que sucederá con el planeta en esos terribles días.
Pues bien,
clarificar más el plano profético nos ayudará a confiar aún más en nuestro
Dios, porque a pesar de nuestras fuertes controversias, ha ahondado en nuestras
almas, el fuerte anhelo de Su añorado Retorno, desde luego que es así, basta
solo con mirar las condiciones en que el cristianismo actual se encuentra como
para pensar que lo escrito hace miles de años atrás, era verdad, por lo tanto,
nos queda aún mucho trabajo de por medio, mucho sacrificio aún por desplegar en
pro de una fe que los propios cristianos han denostado a un nivel incomparable
en la historia, porque La Apostasía en la que vivimos, ya no solo nos habla de
un acto indiferente hacia los valores supremos de nuestra fe, sino que además,
de cómo el cristianismo actual se igualó con un sistema en el cual los seres
humanos, ya no valen por lo que son o significan para Dios, sino que, habiendo
distorsionado el valor y la importancia de Las Escrituras, han ofrecido a la
gente sin realidad de Dios en este mundo, una idea errada de Un Dios que no
tiene comparación alguna con el dios que ellos han producido en su monumental
búsqueda del placer y del poder que les puede otorgar esa clase de experiencia.
Así que no se trata solo de un desliz desde el punto de vista de la doctrina
nada más, sino, de un modo de vida en el que el materialismo, el amor por el
dinero, por el placer y muchas otras cosas más, se apropiaron de los cristianos
en cuestión, otorgando a este sistema, todo tipo de indulgencias en lo referente
a la vida valorica y profética, es decir, con el estilo de vida adoptado
gracias a los deslices de la Prosperidad, La Iglesia de Cristo en su caída,
permitió que el cristianismo no ofreciera ninguna clase de oposición cuando,
uno de los más importantes roles que debió cumplir en el proceso de la
esperanza del Retorno de Cristo a este mundo, fue precisamente este, resistir
hasta la muerte contra los ofrecimientos del sistema corrupto, a lo cual,
inevitablemente, La Iglesia vendida al sistema, no pudo con semejante prueba.
La suerte
que habrán de correr todos estos servidores de la arrogancia entonces, está
dictaminada por la propia Palabra de Dios, aunque nos denosten, aunque quieran
ignorar el valor de nuestras palabras, el caso es que el cristianismo debe su
realidad a una histórica confrontación entre el bien y el mal, es decir, entre
Cristo y satanás, para lo cual, la historia y profecía que desarrolló Israel en
el acontecer de toda su historia, debió haber servido para frenar esta
lujuriosa propuesta de una forma de cristianismo decadente como es La Prosperidad.
Lamentablemente, ellos no aceptaron la corrección que venía del Señor a través
de sus siervos, al igual que Israel, al contrario, el arraigo y el poder embaucador
del dinero, por el cual según El Apóstol Pablo ya en su tiempo muchas almas se
perdieron, se convirtieron, en sus mentes cauterizadas, en razones para ir en
pos de la fama mundana, en cualquiera de sus caracteres, probando que La
escritura, en su espíritu y letra, no mienten cuando dictaminan que la Iglesia
apóstata tendrá que pasar por La Gran Tribulación. No somos nosotros los
embaucadores entonces, tampoco hemos levantado ningún tipo de calumnia al
respecto, decir la verdad para mí, que llevo todos estos años declarando a
través de mis escritos, mis canciones, mi forma de vida, es la manera en que
Dios ha querido confrontar a estos duros oponentes del verdadero espíritu que
movió a los Apóstoles de Cristo en un tiempo en donde las cosas en relación a
la vanidad y al amor por lo material, simplemente no existía, y cuando por
alguna razón alguien se desviaba, Dios, utilizando a sus instrumentos corregía.
Pero como lo he venido planteando a través de todo este duro y dificultoso
viaje, ellos no aceptaron corrección alguna, no oyeron al que Dios enviaba para
anunciarles que Él está dispuesto siempre a perdonar el pecado del hombre, por
el contrario, en sus obstinados corazones, solo hubo lugar para la soberbia y
la arrogancia, permitiendo de este modo que La Palabra de Dios, se cumpla a
cabalidad en todos sus aspectos, tanto morales como éticos, proféticos, y que
por esta simple razón, nuestros ministerios en este tiempo, cobren una profunda
y significativa importancia a la hora de evaluar el tiempo o el contexto en el
cual La Iglesia de Cristo se encuentra antes de Su Venida.
No estoy
solo, jamás he sentido que yo solo peleo esta batalla, para endurecerme y
enfrentar los desafíos de la fe que me ha correspondido defender en este siglo,
he tomado como experiencia la fe de otros grandes y enigmáticos hombres de
Dios, hombres que con su tenacidad dejaron para la posteridad un incomparable
legado de valor y de amor por la causa de nuestra fe. Entre ellos siempre
habrán de resaltar la vida de los Profetas y patriarcas, la fe de aquellos casi
extintos hombres que con sus valiosas vidas fueron capaces de sobreponerse al
dolor del EXILIO, de la indiferencia o la dureza con que fueron tratados
mientras declaraban al pueblo la verdad inigualable de Dios. De ellos aprendí
que esta inversión que he hecho de mi vida en Dios, algún día será
recompensada, de manera muy diferente a como estos grandes exponentes de la
avaricia espiritual y material que produjo esta forma de cristianismo, han
logrado capitalizar en este mundo sus ganancias. “Porque el Reino de Dios no
consiste en comida ni bebida, sino en justicia, paz y gozo en El espíritu
Santo.” Romanos 14 : 17 De tal modo que estoy añorando Su Retorno, sé
que Dios guardará a cada uno de sus hijos de todas las cosas que habrán de
acontecer, para que nosotros también podamos gozarnos algún día, mucho más allá
de todas nuestras dolencias y enfermedades, distantes de todo el mal que nos
hizo tanto daño mientras permanecíamos en este mundo, lejanos del pecado, de
cualquier forma de pecado. Por ello es que aguardo pacientemente Su Regreso,
sabiendo que todo lo que hoy día está sucediendo, solo anuncian una cosa, que
nuestra esperanza ya se cumplirá, a cabalidad, Cristo regresa por su pueblo,
¿nos queremos de verdad ir con Él, o no añoramos su regreso? Para mí ya todo se
habrá de cumplir en su totalidad, mientras, animo a quienes aman al Señor de
verdad, sobre todo a quienes no dejaron que sus vidas fueran llevadas por cualquier
tipo de viento de doctrina, sino que amando al Señor, se guarecieron en Su
Amor, a ellos, mi cariño, mi confianza, y por supuesto, una inquebrantable
acción de fe y fidelidad a este humilde Ministerio que ustedes, gracias al
cariño con que me han tratado, si Dios así lo quiere, permanecerá en pié hasta
el día de Su Bendito Regreso.
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