El dolor que solo Cristo puede sanar.
Yo no sé cuánto puede durar el luto de un ser humano cuando
se ha perdido algo valioso, algo como la vida de un ser humano. Existe por lo
tanto, muchas razones por las cuales podemos caer en este tipo de experiencia,
todas relacionadas con el dolor, el intangible, ese que nos provoca el sentir
ese vacío de la pérdida. No obstante, no todos tenemos las mismas capacidades
para enfrentar estas problemáticas propias del ser humano, desde luego que no, algunos
se desvanecen, otros adquieren destrezas, en el alma, en el espíritu, en fin,
los más sufren, una persistente agonía en el alma que los deja sin fuerzas para
seguir luchando, para continuar enfrentando el diario vivir. Es en este momento
terrible cuando algunos toman decisiones desacertadas con respecto a ellos
mismos, y al dolor por el cual están atravesando, el suicidio, como herramienta
de escape, se avizora palpable sobre un horizonte no lejano de este mundo que
incluye imágenes, sonidos, toda clase de emisiones que puedan dejar a la
persona humana, sin ninguna clase de opción en lo referente al poder de decisión.
En este aspecto, los sicólogos, siquiatras, Ministros de
Dios, etc., deben lidiar a diario, con las herramientas con que cuentan para
advertir, dentro de lo humanamente posible, para poder penetrar estas enormes
murallas que el propio ser humano ha levantado con tal de no enfrentar las dimensiones
de la soledad y el menosprecio que siente por la existencia. En ello, juega un
papel importantísimo el entorno, familiares, amigos, compañeros de trabajo,
todos podemos estar siendo testigos de una situación igual o a lo menos
semejante, cualquier indicio, cualquier información podría no solo ayudar a la
persona que se haya padeciendo esta condición, sino que además, podría hasta
salvarla de cometer el acto del suicidio. En tal sentido, los hijos de Dios,
aunque llenos de convicciones, al contrario del pensar de la mayoría, no estamos
exentos de ser afectados por estas grandes problemáticas, por el contrario,
muchos hermanos padecen en la actualidad de depresión, angustia, y otras
definiciones técnicas que ignoro pero que sé que afectan a las personas. Las
drogas, el alcohol, el cigarrillo, y un enorme volumen de otros medios más con
que cuenta este sistema para que el transe de la vida pueda afectarnos lo menos
posible, son algunas de los medios que utiliza el enemigo del alma para
destruirnos lentamente, pausadamente, lo terrible es que el estigma, lo que
provocó el desequilibrio, no desaparece, aumenta, en eficiencia, decretando una
especie de Status Quo que no permite a la persona afectada, determinar cuáles
son los verdaderos alcances del daño que ahora, junto con la adición, ha provocado la pena o el dolor.
Los cristianos, los hijos de Dios, sabemos que estamos de
paso por este mundo, por lo tanto, intentamos desde todos los puntos de vista,
de no alejarnos de la seguridad que nos ofrece El Evangelio en lo que respecta
a nuestras convicciones, Jesús, El Señor, nos ha dejado un enorme cúmulo de
convicciones, para que el impacto de la realidad, no llegue a tocar o destruir
nuestro ser interior, logrando de este modo que nuestra naturaleza, se
encuentre protegida. Aún así, a los hijos de Dios también se nos mueren los
seres que más amamos, padres, abuelos, tíos, compañeros de trabajo, hijos
incluso, nos ocurre lo mismo que a la gente común, y es en esa circunstancia
cuando se pone a prueba lo que de verdad creemos o decimos ser,
lamentablemente, a veces nos alejamos de la gente, dejamos que la pena consuma
a quienes más necesitan de nuestro consuelo, por ello es que la importancia de
nuestro testimoniar, es fundamental en un mundo que hoy día mismo se halla
padeciendo estas y otras miles de deficiencias más, razón por la cual, se nos
exige compromiso, responsabilidad, sensibilidad para entender lo que sufren las
personas que no tienen las herramientas que tenemos nosotros para enfrentar la
vida. El cristianismo tiene mucho que decir en el campo de los grandes dramas
por que atraviesa este mundo, de ello no hay duda, yo mismo, como cantautor y
Ministro Itinerante del Evangelio del Señor Jesucristo, que tengo contacto a
diario con las personas, que tengo la oportunidad de ser hospedado muchas veces
en el año por hermanos de diferentes congregaciones y puntos de vista
escriturales, he sido testigo de las grades deficiencias con que contamos en
nuestras formas de vivir, no las voy a nombrar, por una cuestión Ética, sin
embargo, no hay dudas que por la naturaleza de nuestro Llamamiento y el sentido
de nuestra vocación, a veces dejamos mucho que desear en lo que respecta al
testimonio que deberíamos estar dando acerca de nuestra fe, y por favor, no lo
digo porque me crea un súper cristiano o algo parecido, contrariamente, estoy
lleno de defectos, no obstante, el Amor de Cristo me ha permitido darme cuenta
que con Su Ayuda, puedo ser útil a muchas de las personas que además, conocen
de mis limitaciones por causa de la enfermedad que padezco.
Todos podemos ser útiles en las manos de Dios, todos podemos
ayudar a levantar el estado de constante decaimiento en lo espiritual por el
que pasa este mundo, sin duda que las filosofías y todos los enormes cambios de
que hemos sido testigos en este tiempo como sociedad, traerán fuertes
consecuencias en el área espiritual y moral, ¿nos habremos preparado para ello?
¿Dejaremos como siempre que un pequeño grupo sea el que saque la cara por
todos? No estoy de acuerdo que sea así, si existe algo en lo que podemos como
cristianismo todos colaborar, es en esto, hogares de niños abandonados, de
madres adolescentes, asilos de ancianos, que no aparecen en el horizonte de los
predicadores materialistas, pueden sernos de gran utilidad si nos disponemos a
dejar que Dios, en definitiva, mueva y utilice nuestras vidas en bien de los
que se encuentran padeciendo sufrimientos y lutos que nunca terminan. El hombre
está imbuido en el dolor, esa una inobjetable realidad, tal vez por ello el
corazón del Señor se conmovió al ver a la multitud, porque dice Su Palabra que
los vio como ovejas que no tienen pastor, y Él, en Su Santo proceder, desea
pastorear a esas ovejitas descarriadas, y no lo va a llevar a cabo porque
nosotros no queremos hablar de Jesús a otros, no? Desde luego que no, porque
saben algo, en este momento, como ser humano, me encuentro a travesando una
problemática tremenda, gigantesca, colosal, no obstante, y a pesar del dolor
que impera en mi pecho y desde luego me hace la cosa un poco más pesada, me
encuentro apoyando justamente a esas ovejitas olvidadas por las cuales mi
corazón se llena de tristeza y mi ojos de muchas lágrimas, pero sé mis amados
amigos y hermanos, que mi humilde esfuerzo encontrará rédito en Él, porque
quienes luchamos de este modo y a veces en solitario, tenemos una absoluta
convicción en nuestras vidas, y es que no estamos solos, desde luego que no,
por ello, debemos animarnos a esta clase de obras, no debemos dejar que el mal
de este mundo, pueda avanzar más, de hacerlo, también se habrán mitigado
nuestras ganas de servirlo, y ello, por todo el Amor que Dios AÚN TIENE POR LA
HUMANIDAD Y SU IGLESIA, no puede ocurrir.
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