Wednesday, February 27, 2008

Cuando el dolor nos enluta y nos une.

Porque una nación no sólo es economía y desarrollo, también es vida espiritual, sino, el Evangelio del Señor Jesucristo estaría de más. Cierto es que, no sólo “de pan ha de vivir el hombre, sino, de toda Palabra que sale de la boca de Dios.” Es decir, todos los cristianos de este país tenemos una enorme responsabilidad sobre nuestras conciencias, una responsabilidad que ya no se puede ocultar con el pretexto de estar evangelizando, " a la chilena", a todos nuestros compañeros de colegio, de Universidad, o de trabajo, el Evangelio es uno sólo, y cualquier intento de desnaturalizar su mensaje y demanda, está totalmente prohibido por la propia Palabra de Dios. No obstante esta mañana, apenas terminaba de escribir mi último blog con respecto a Harry Potter, nuevamente las noticias me hacían temblar, me llenaban de dolor, del mismo dolor que en este instante sacude mi alma.

Ayer no sabía que título poner al Blog dedicado a nuestra presidenta, sabía qué escribir, pero a veces, no es tan fácil poner títulos a un trabajo que sale del alma, me pasa también con las poesías, con las canciones, sé cual es su carácter pero no sé como rotularlas, en fin, logré finalmente desconectarme de este problema y decidí meter el dedo en la llaga una vez más, y por inspiración de Dios, determiné llamarlo, “Chile en la mira de Dios”, y no porque me tincara, ya lo dije, sentí una gran inspiración por parte de Dios para llamar, con ese título, una reflexión que pretende ponernos al día en lo que respecta a nuestro real estado, como nación chilena, y como nación de Dios, dentro de una realidad que a diario reclama de nosotros una actitud y un carácter mucho más comprometido con los problemas de la realidad.

Nuestro Llamamiento a ser Nación de Dios en nuestro querido Chile, sin duda que es uno de los mayores y más importantes llamados que Dios nos está haciendo a todos nosotros, a todos quienes deseamos ponernos al servicio de Dios a pesar de nuestras propias tragedias diarias, entendemos el valor y el peso del compromiso que una vez hicimos con Él, por ello es que hemos defendido con diente y muelas nuestras creencias en un tiempo en donde el comercio de la fe abrió sus puertas sin horarios, sin límites de ninguna naturaleza. Por lo tanto, no es de extrañarnos que los sistemas religiosos imperantes, con sus sabidas prohibiciones y limitaciones, quiera excluirnos de una reflexión siempre necesaria para intentar mejorar en algo nuestra pálida realidad.

Pero hoy día todo fue distinto, nadie podía creer lo que las noticias nos decían, nadie, en su sano juicio podía prever algo tan doloroso como lo que se encuentra viviendo hoy nuestra nación. El caso es que esta mañana, un avión Cesna se vino abajo allá en Peñalolén, dejando una estela de muerte y de dolor inconmensurable en el corazón de muchas familias chilenas que a esa hora de la mañana, se encontraban practicando gimnasia dentro de un recinto deportivo. La noticia despertó violentamente a muchos chilenos que aún se encuentran de vacaciones y que de seguro se transformará, en una de esas pesadillas con que sueña a veces uno y que resulta imposible de olvidar.

Hoy día Chile entonces dejó de pensar en las antorchas de Viña, en los premios que fueron entregados a los que ganaron las competencias tanto del Folclor como del género Internacional, a esta hora Franco de Vita estará luciendo sus antorchas ganadas esa noche en la Quinta Vergara sobre su piano. Bosé seguramente se encontrará ya en Madrid ideando una próxima venida a Chile. Y así, seguramente todos seguirán sus cotidianas formas de vida y jamás llegarán a saber del inmenso dolor que hoy día nos embarga como chilenos, todo porque un grupo de compatriotas perdieron la vida y muchos de ellos aún no habían alcanzado siquiera a ver el umbral de sus propias existencias. La luz y el calor del sol por tanto hoy día, ha sido mucho mas hiriente que todo el verano en que brilló desde lo alto dejando sobre nuestra amada patria, la huella inolvidable de un verano que nos abrigó a todos, que nos dio fuerza para volver nuevamente a nuestras cotidianas desdichas y alegrías, pero sin olvidar la inmensa tragedia de millones de chilenos que estamos directamente afectados por la Sequía, y en especial, la que viven hoy día nuestros agricultores que son los más perjudicados con este desastre natural.

Una nación entonces no es sólo estadísticas, no es sólo progreso y economía, no es sólo Festival de Viña, querámoslo o no, somos parte de una enorme familia que hemos llamado Chile, y que tiene sus propias encrucijadas por donde debe atravesar. Formamos parte de una realidad en donde las diferencias se encuentran a nuestro lado, y que por lo tanto, ello mismo debería hacernos cada día más tolerantes con el prójimo, pero que lamentablemente a diario vemos como se escapa de nuestras manos la oportunidad de conocernos y querernos un poco más. Por ello pienso que el dolor, cualquier dolor en el ser humano tiene como principal motivo, purificarnos y hacernos comprender la verdad de nuestras honestas tragedias y miserias, las que a veces pretendemos ignorarlas de muchas maneras, cerrando tal vez la oportunidad para que nuestros vecinos no sepan jamás ni como nos llamamos. Pero también está la tragedia de la indiferencia que nos produce cuando toda una nación se prepara para un evento como el Festival de Viña, niñas que se desnudan y los medios dispuestos a publicarlo todo, absolutamente todo, programas que farandulizan hasta los sueños, cantantes que sobornan al público exhibiendo su más patética destreza de lobo hambriento sobre el escenario de la Quinta, para que al final la gente acepte premiarlos ya no por la calidad de su espectáculo, sino más bien, porque les ha caído super bien que éste u otro artista haya hecho tal o cual movimiento sobre el escenario viñamarino.

En tales circunstancias nos encontrábamos evaluando, recuerdo en este momento haber escrito ayer, algo así como, “…hemos vuelto a la realidad…”, lo que nadie pensó, fue que jamás habríamos de retornar a ella de manera tan fuerte, tan terrible como el golpe que recibimos todos los compatriotas de este país en esta mañana. Sin embargo, a pesar de la tragedia, la reflexión se torna difícil, no es fácil en este momento sacar conclusiones apresuradas, he llorado mientras escribo esta página porque he sentido como propio el dolor de mis compatriotas, entonces, todo lo que nos queda es simplemente reflexionar, pensar en la dimensión de este nuevo dolor, en el "cómo" nos ha de afectar en nuestra vida cotidiana una herdiad semejante, como una nación que crece y se desarrolla, pero que además, aparte de los logros económicos, posee un alma y un espíritu que la mueve.


Porque nada de lo ocurrido pase inadvertido entonces, propongo, que por un tiempo, la miseria del reguetón y los programas de farándula nacional, cesen, que el luto en el cual Dios ha querido que nosotros nos encontremos hoy, nos sirva, que la muerte y el dolor de nuestros hermanos no sea en vano, por nada podemos despreciar este momento histórico y dar vuelta la página, como si las vidas de las personas fueran sólo recibos de la luz. Esta es la hora de la tranquilidad, la tragedia nos enluta, si no comprendemos el valor de la vida, ¿cómo podremos comprender el valor de una tragedia como esta?

El año pasado nuestra presidenta se encontraba celebrando y participando de la fiesta que nos trajo el francés ese con su gigante de madera, cuando fue informada de la tragedia en Concepción. Hoy, ¿en qué estaba nuestra presidenta? ¿En qué estábamos nosotros los chilenos? ¿En qué estaban los encargados de proteger la vida espiritual de nuestra patria en el momento en que esa nave se precipitó a tierra? Cada cual deberá evaluar en conciencia el valor de estas duras experiencias que la vida nos da, sin embargo, desde este humilde espacio, deseo enviar mis condolencias a todos aquellos familiares de los hermanos chilenos que perdieron la vida en este terrible accidente, y que la paz de Dios pueda estar calmando en estos momentos los espíritus, y que nosotros, desde nuestras particulares realidades cotidianas, haremos todo lo posible porque las vidas que se han perdido en esta tragedia no sean en vano.

Suplico al Dios Misericordioso del cielo que su amor y la fuerza consoladora de su Santo Espíritu, pueda tomar control de las vidas de todos aquellos que han perdido a una de sus familiares en esta tragedia. Al Cuerpo de Carabineros, que una vez más ve enlutado su ejército de valiente protectores de los ciudadanos, consolación y nuestro más sentido pésame y respeto por esa Institución. Y a todos quienes tienen acceso a este Blog, consolación, fraternidad para que pasemos juntos, en un solo espíritu y alma, los difíciles momentos por lo cuales nos vemos obligados a hacer un alto en nuestros quehaceres diarios.

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