Tuesday, May 18, 2010

El alma humana, un muy codiciado tesoro divino, siempre en peligro.





















¿Pero por qué nuestras almas? ¿Qué representa en el campo de la fe actual nuestra alma? ¿Ignoramos acaso, como cristianos, el valor de nuestra alma y de su importancia en el desarrollo del propósito divino? Desde hace mucho tiempo que el enemigo del alma ha ido cambiando su estrategia, y esto no es nuevo, no es algo que yo mismo haya descubierto, solo es necesario leer un poco La Palabra de Dios, el contexto en que nos movemos, y mirar, de qué modo él nos está limitando nuestro accionar dentro de éste, su sistema, para darnos cuenta que nada nos pertenece, porque nada de lo que hoy nos ofrece puede trascender en la vida del espíritu y del alma, por el contrario, todo aquello que está en oferta, puede afectar poderosa y negativamente nuestra propia relación con el Señor, de ello no hay ninguna duda, y cómo podría haberla, si no es necesario saber tanto para interpretar o entender cuál es finalmente el objetivo de un enemigo que con el tiempo, así como la tecnología, ha ido actualizando su manera de atacar o de afectar la vida del cristiano. Esta modernización, le ha permitido al enemigo número uno de nuestras vidas, avanzar con respecto a la estrategia que se debe utilizar frente a la incursión del hombre en el campo de las ciencias, y por supuesto, en el área de las comunicaciones, específicamente en lo que respecta a la realidad virtual. Aquí, verdaderamente, él es rey y señor, aquí no tiene competidores, más aún cuando el cristianismo, a pesar de haberse habituado y hecho uso de tales medios, en relación a sus estrategias, no ha sufrido ningún tipo de modificación, ya sea en su línea de pensamiento como en su masificación, lo que trasunta en una muy pobre y repetitiva forma de manifestar la fe cristiana, basada sólo en experiencias de carácter sectario y muy apartadas de la realidad contextual, situación que obviamente, no afecta en lo más mínimo a la realidad de quienes necesitan urgentemente otra clase de envestida por parte de los cristianos actuales.


Pues bien, junto con debilitar las defensas naturales que Dios nos ha dado para impedir que él y sus agentes nos invadan con toda su decadente influencia, el gran logro de este lúgubre personaje, es haber puesto en el centro de la vida del hombre, una cantidad enorme de elementos que prueban, bajo su dominio territorial, primero, que Dios no existe o no es verdad lo que decimos acerca de Dios, y luego, que el prójimo, como persona humana, no vale la pena respetarlo y definirlo como imagen de un Dios en el cual radica y se origina la verdad suprema con la cual deberían subsistir los propios hombres. Entonces, su logro se encuentra vigente, él puede exhibir y exhibirse a través de otros seres humanos, dando a conocer que su postura o fundamento, sí posee el recurso que al cristianismo le falta, la demostración, es decir, dar cuenta que una filosofía de vida como la nuestra, es efectiva si la propia cristiandad está dispuesta a permitir que el gobierno de Dios sea un hecho en la vida práctica y diaria de todo ser humano que cree en la existencia de Dios, y que además, no está dispuesto a transar con los principios que ha decidido defender hasta el final.


Pero en la realidad, pareciera que la guerra la estamos perdiendo, que todo esfuerzo que hacemos por mejorar nuestra condición, humana y espiritual, carece de importancia cuando observamos que la humanidad no acepta que la cosa va de mal en peor, es una realidad, uno se podría preguntar, ¿cuál podría ser el propósito que persigue Dios detrás de una catástrofe como la que nos ha acontecido, si de verdad ÉL la ha permitido? ¿Mejorar acaso la condición humana? ¿Hacer de un Chile como el nuestro más respetuoso de los derechos de los demás? ¿Qué nuestra relación con el vecino sea mucho más plena en todo los sentidos posibles? Cuando uno ve la realidad se da cuenta que nada de ello es verdad, si alguien pensó que Chile miraría con mayor respeto las cosas de Dios después de un terremoto y un tsunami como el que arrasó nuestra realidad el verano pasado, está completamente equivocado, lo último que podríamos pensar es esto, porque, como decía, yo no creo que Dios esté permitido todo este enorme sufrimiento para hacer cambiar la dirección de nuestras vidas, por lo menos en forma global o general, porque en la realidad nada ha cambiado, todo, sino sigue igual, incluso, se podría decir que ha empeorado, se siguen cometiendo tantos asesinatos como ayer, suicidios, abusos a menores, prostitución, venta de drogas, y un sinfín de otras cosas más que añaden a nuestra reflexión, un fuerte llamado de atención para pensar que todavía no están dichas totalmente todas las cosas, por lo menos en el plano de Dios, la cadena aún no se rompe, el mal acecha, no dormimos seguros, despertamos para saber que en algún punto de nuestra patria, alguien trasgredió la ley humana y divina, y nuevamente, el circulo decadente se hace visible, aterrándonos, invadiéndonos, de manera que nuestra fe llegue a su límite máximo, sin siquiera tener que tocar el diablo, un solo y pequeño grupo de células de nuestro organismo, esa es la gran tragedia de nuestra verdad, el no saber distinguir la manera de cómo estamos siendo acechados por él, ello es lo que alimenta y produce un tipo de cristianismo en el cual, ni siquiera se condena, ni menos se comprende, la manera en que todo esta barbarie espiritual y moral, acecha de manera artera e injusta nuestras frágiles formas de vivir, a vista y paciencia de ellos, con la venia y permisibidad de los grandes promotores de avivamientos sintéticos, los cuales ni siquiera se hayan interesados en el problema actual de la fe cristiana.


Teniendo toda clase de posibilidades para escapar de la envestida del Evangelio, él y sus agentes, logran zafarse de la crítica y así, formar verdaderos escuadrones que detengan el avance de una verdad que hace tiempo dejo de ser radical para la vida de los propios cristianos, allí se encuentra el efecto de su mentira, allí se encuentra su mayor y más sobresaliente logro, porque mientras algunos descansan en la bendición material, o en los escaparates que ofrece el cristianismo comercial, gran parte de la humanidad, incluida nuestra patria, acceden y abren sus puertas a un sin número de expresiones que relativizan no sólo la existencia de Dios, sino que además, desconectan al ser humano de sí mismo, negándoles la oportunidad de valorizar la vida del alma y así, ocultarnos el daño que causa cualquier forma de pecado que entre en nuestras vidas.
Decidir hacer frente a esta clase de realidad desde el lado de Dios, es sumamente costoso, nada es gratis, la histeria es colectiva, el sistema nos ha programado para que, sentados en el living de nuestra casa, absorbamos todas las mentiras y medias verdades que los noticieros acostumbrados, nos dejan caer a diario como verdaderos bombardeos nucleares, ello nos electrifica contra la verdad suprema, nos genera un espíritu dual que nos pone en medio de la batalla sin tener que tomar ninguna clase de partido, así te llenas de paz, así el conflicto no tocará jamás las puertas de tu existencia, por lo tanto, el problema al trasladarse a la vida espiritual, genera otro tipo de controversias, en las cuales, el cristianismo simplemente pasa inadvertido. Ser honesto en tal circunstancia, puede hacer temblar tus posiciones en este tablero, puedes poner en riesgo todas tus ganancias, aunque el costo haya sido enorme, pero la honestidad no es convincente para nadie, la dualidad, o vivir una doble vida, es mucho más apetitosa en la vertiente de la vida diaria, además, está de moda, ser o no ser hombre, ser o no ser mujer, ¿ser qué entonces? Si el periodismo nutre el ALMA de una nación informándonos que tal o cual cantante de moda si hizo o era GUY. Por ello, si no quieres perder lo ganado, te recomiendo que te quedes como estás, porque te van a criticar, te van a despedazar, usarán todas sus artimañas con tal de destruir tu imagen real, no la inventada por la religión o el sistema, es un hecho probado, todas tus decisiones además, de ahí en adelante van a ser tomadas en cuenta, porque van a aponer en duda todas tus aprensiones con respecto al cristianismo, el hecho de sacarte la máscara y de ver a la vida y a Dios tal cual como lo sientes, según ellos, te deja absolutamente fuera de toda realidad espiritual, es decir, se trata de un verdadero asesinato, te haces un honesto, y
estás muerto, decidida y totalmente muerto.
Antes, eso sí, como te abras dado cuenta lamentablemente que el cristianismo actual, abordado por todo tipo de desidias y orgullos compatibles con el poder de las masas, ha ido perdiendo su efectividad dentro de tus propias líneas de guerra, te dirán qué debes de hacer antes de que ellos te den la oportunidad de oírte, seguramente algún tipo de gimnasia espiritual que pueda poner tu corazón en la línea de la fe convencional, para que no te pierdas. Luego, sin más ni menos, te dirán que estás equivocado, aunque poseas todas estas pruebas de que no es así, los embaucadores a veces se encuentran dentro del propio cristianismo, y esto tampoco es nuevo, ¿pues dónde piensan algunos que empezó a tener sentido la palabra Apostasía? Por ello es que tener claro lo que queremos y creemos en estos días, tiene una importancia vital a la hora de servir a Dios, tratándose la fe cristiana, nuestra fe, de principios heredados por los padres de La Iglesia Primitiva, allí uno podría pensar que en algún momento alguien aparecerá y te derribará porque decidiste alzar la voz en medio de una realidad en donde el silencio cómplice de los propios cristianos, es un verdad de este porte, pero no es así, nadie aparecerá para quitarte la vida o herir tu cuerpo porque anunciaste La Venida de Cristo fuera del contexto de la realidad eclesiástica o dentro de ella misma, por el contrario, es más probable que allá afuera seas más oído y comprendido por aquellos que en su indigencia espiritual y humana, necesitan que alguien, parecido a un buen cristiano, vaya y les declare el amor de Dios en toda su poderosa realidad del perdón.


Es obvio que el diablo no descansa, mientras el cristianismo duerme, nadie podría objetar semejante verdad, la violencia con que a veces ataca al hombre, nos deja perplejos, nos hiela y no deja estupefactos, pues toda noticia que el periodismo amarillista pone en nuestras conciencias a diario, sirve como instrumento para que la sobre-exaltación de la maldad en nuestro mundo, nos haga indiferentes a la verdad que Su Palabra nos revela con respecto a la condición de la humanidad antes de que Él aparezca en este mundo. El diablo en tanto, seguirá ocultando el valor del perdón para el hombre, entonces, la vertiente irá decayendo más y más, sin dejar ninguna pausa para el reecuentro, sin ofrecer un salida a quienes de verdad desean el cambio desde mucho antes del terremoto, aunque ello cueste la vida, la vida del alma obviamente, porque el alma es intangible, por lo tanto, no tiene valor comercial, es una realidad que nos cuesta sobrellevar, igual que la de tener que soportar a diario, a un grupo de ignorantes que no aprendió que el valor supremo de vivir en comunidad, es vivir y dejar vivir a los demás, qué otra cosa mayor nos enseña la Torá, sino el respeto por el prójimo. Lamentablemente nos hayamos muy lejos de aquello, ni siquiera hemos despegado, menos emprendido el vuelo, así que sólo nos resta clamar, seguir elevando oraciones y plegarias que vayan más allá de nuestros propios límites de fe, que con la ayuda del Señor, nos ayuden a mirar la misericordia de Dios como un hecho real y concluyente en el campo de las emociones, que han sido fuertemente dañadas por un enemigo que no descansa, allí debería centrarse toda nuestra atención, porque si una sola alma puede producir un gran gozo en el cielo cuando ella se convierte o cambia de dirección, también deberíamos valorizar la de aquellos hermanos que con tanto esfuerzo, logran asirse a diario de una verdad, ignorada y desvalorizada por acciones de hombres que hoy en día, solo se hayan dependiendo de la bonanza material que les ofrece la esclavitud de una vida basada en la materia más que en la vida del alma.


El alma entonces, seguirá siendo un bello misterio que nos rodea, un misterio inconcluso que a pesar de no comprenderlo muy bien, nos hace tanto bien cuando vemos y entendemos que sin nuestra alma, no sabríamos donde depositar la riquezas que el Señor nos ha dejado para que nuestras vidas se hallen más cerca de su grande y bendita voluntad. Nuestra alma entonces, deposito de las grandes verdades celestiales, debe ser protegida con toda la fuerza de nuestros corazones, sin alma, nada tenemos para compartir, el alma que el Señor nos ha dado, pretende proyectarnos más allá de las mezquindades humanas, el esfuerzo que pongamos para salvaguardar su seguridad, irá en proporción directa con lo que Dios desea que descubramos a través de Él, de esa vida que nos espera allá en la eternidad, aunque el mundo en que vivimos, ya no desee tener este tipo de reflexiones, el caso es que el alma existe, y por lo tanto, un pedazo de cielo y de Dios, se encuentran dentro de nosotros mismos, lo que no es menor, y si rechazamos su importancia, estaremos perdiendo la gran oportunidad de entender hacia dónde y cómo dirigir nuestras vidas sin tener que evadir el fuerte peso de la verdad enraizada en nuestra propia y genuina vida del alma.

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