Friday, June 10, 2011

El Amor que nos vincula con el dolor.






















Yo sé que es más fácil callar y evitar hablar de lo doloroso que significa para cualquier ser humano, amar a Dios, es un tema que no nos gustaría tocar bajo ninguna circunstancia, pero alguien debe hacerlo, alguien debe traspasar los linderos del miedo con el cual se nos han inculcado la fe cristiana, desde muy pequeños, para decir y hablar de estas cosas que parecen no existir, y que por el hecho solamente de creer en Dios, ello nos inocula para sentir y percibir el dolor con el cual, obviamente nos vamos construyendo.

Dios es un ser Omnipotente, Poderoso y sin el cual no podríamos existir, le debemos por lo tanto, no sólo la vida, sino que además, todo lo que somos y por lo cual vivimos, sin embargo, cuando hablamos del tema de Dios, siempre intentamos como esconder el hecho de que, aunque se trate de Dios, el dolor sí está presente, en todas sus formas, en todas distintas y muy expresivas maneras, es inherente al ser humano, incluido el cristiano, que también es hombre, que también se duele, que también resiste, no puede haber en tanto en este mundo alguna clase de amor que no lleve en sí mismo una muestra del gran significado del dolor, y digo que es inherente por que hoy día, en medio de una sociedad en donde el exitismo y el hedonismo forman parte de la vida del hombre, pareciera ser que esta singular manifestación del espíritu y conciencia del ser humano que llevamos todos, el dolor, como premisa fundamental de la experiencia y conservación de la especie humana, pretende a lo menos, ser ignorado, lo que me parece de una enorme irresponsabilidad y falta de misericordia de parte de quienes tienen la posibilidad de ayudar al ser humano, como son, el cristianismo en particular y todas sus profundas e incoherentes manifestaciones.


Ya hace mucho que se entendió y se demostró que solo en Estados Unidos, la aparición de grandes predicadores y profesionales de la fe, ha permitido una forma de perversión que tiene mucho que ver con el tema que estoy tratando de escribir esta noche, como es el dolor. Muchos de estos seductores de almas han visto en el terreno de los afectos y deserciones humanas, una manera muy cómoda y rentable de obtener ganancias a través del dolor con que tantas personas deben lidiar a diario, desde cáncer, hasta niños en sillas de ruedas, todos entran en esta diabólica política de la miseria espiritual, para aportar con el precario y siempre necesario dinero, a las podridas arcas de estos traficantes de almas, los que indudablemente viven, a destajo y sin poder percibir desde sus indiferentes realidades, el verdadero efecto que tiene en las vidas de los seres humanos, el dolor, el que te provoca la enfermedad por ejemplo. Así viven muchos de ellos, lucrando con el dolor, sin ni siquiera, como se ha podido demostrar, que con ello ayudan a la mitigación de una necesidad tan humana como es la enfermedad.

¡Para ellos, el infierno!


Sin embargo, también, como ha sido la característica de esta forma de vida espiritual que hemos adoptado en este últimas décadas, como prototipo omnisciente y poderoso de vida, la forma de vinculación con Dios pretende, desde la perspectiva del hombre que produjo la mediocridad televisiva y abusiva de los medios, ignorar que la conservación de un Amor como el de Dios, carece de imperfecciones y desequilibrios, es que nos acostumbraron a mantener la boca cerrada por tanto tiempo, que no deseamos hablar de nuestras grandes angustias y problemas que nos llevan directamente al dolor, al dolor incluso del Amor que pretendemos mantener a la distancia, lejos de los demás seres humanos, lejos de la habituales contradicciones de esta vida que nos va cerrando el camino para enrostrarnos nuestras falencias, solo para sentirnos protegidos, exentos de cualquier tipo de intervención humana y disidente. Pero es claro y evidente además, que todos quienes profesamos una fe irrenunciable a los principios de Dios y a Su indestructible Amor, no estamos inoculados para evitar sentir en el alma, esta trágica a veces realidad del dolor como parte de nuestra existencia, para nada, quienes pretenden aislar del cristiano semejante condición, estarían desvirtuando el razonamiento al que nos introduce el propio concepto de La Palabra de Dios, que dice literalmente, en una de sus partes, … que el amor, o mejor dicho, que la caridad es sufrida, por lo tanto, hablar de nuestro dolor y de lo que sentimos, no tiene porque hacernos sentir menoscabados, amar u honrar a Dios no parece ser una tarea fácil, aunque muchos de los partidarios de la economía espiritual lo hagan ver de ese extraño modo, el dolor es una de las partes menos tratadas y menos comprendida por el cristianismo actual, la velocidad en la que nos movemos a diario, no nos permite siquiera detenernos en el dolor propio, menos tenemos el tiempo suficiente como para enrolarnos en el dolor de los demás, entonces, ¿para qué somos cristianos?, ¿para qué nos congregamos si el dolor no forma parte de nuestra experiencia diaria con Dios? A veces me pregunto, cuán difícil debe ser para un padre o una madre que debe absorber la problemática de tener que lidiar a diario con un hijo que ha nacido con una enfermedad incurable, y además, tener que amar a Dios en medio de una realidad espiritual que juzga a los personas, como convictos, de ser ellos los culpables de tal o cual enfermedad. Este tipo de basura es la que me ha ido alejando de la realidad podrida de la fe actual, porque un pensamiento tal, solo me hace entender que para muchos que se jactan de ser intachables, aunque no lo son ni lo han sido jamás, su paso por Cristo nada les ha dejado, el vacío mismo, por ello prefiero la naturaleza, me inclino ante el movimiento de las hojas en otoño y el color de la tierra que mantiene vivas mis constantes esperanzas, tengo mucha más confianza en lo que ella me pueda entregar que en lo que algunos dictadores espirituales pretenden hacerme comprender.


Quien pretende hoy día culparme por la enfermedad que me aqueja a diario, solo puedo decir que Dios se compadezca de él, que cuando llegue el ocaso de su propia existencia, si es que ya no ha llegado, la verdad con la cual me está enfrentando, sea tan verdadera que sirva también para que él reconozca que no siempre tenemos toda la razón en lo que hacemos y decimos, que mayormente en la vida, nos equivocamos, porque somos personas, seres de carne y huesos, espíritus y almas que en algún momento abandonaremos esta enorme cúpula de lágrimas y nos dirigiremos hasta Dios, para que allí, finalmente, sean enjugadas todas nuestras tristezas y lágrimas, mientras tanto, nos queda aún el tiempo necesario como para reconocer, como para arrepentirnos, de todas la “chuecuras” de las que hemos sido parte en esta vida, ¿o no? ¿O es que pensamos que Dios no cuenta con la sabiduría ni el conocimiento de nuestras propias vidas como para ignorar en cuántas veces le hemos fallado? No es tiempo de jugar entonces con estas cosas, porque el dolor finalmente es una demanda del Evangelio verdadero de Cristo, Él mismo dijo:

“Cualquiera que quiera venir en pos de mí, tome su Cruz, y sígame”.

¿Y de qué sirve una cruz sin dolor?

¿De qué sirve una experiencia en la vida sin sufrimiento?


Mientras aguardo la llegada de mi mujer a nuestro hogar, yo en mis brazos acurruco el pequeño cuerpo de mi bebé, Mateo, de solo dos meses, al instante en que Efraím, de 2 años y unos meses, duerme en su cuarto. Los visto y los baño, e intento ser una buena madre y un mejor padre para ellos, aún sin lograrlo, sin haber comprendido el enorme significado de procrear, de llevar en el vientre un pequeño ser para luego finalmente desprenderlo de mi, soy capaz de aquello a pesar de mi dolor, a pesar de mis flaquezas, de mi frágil condición, el intentarlo tal vez una vez más me recordará el día de mi partida, que fui lo suficientemente humilde gracias a Dios, para no escuchar las voces de quienes me agraviaban, de quienes habiendo conocido alguna vez, no fueron capaces de entender un solo y minúsculo segundo de mi existencia. Todo esto es lo que me ha enseñado que la vida no es fácil, que nunca lo ha sido, que nunca lo será, que existimos seres en este mundo que no trepidaremos en seguir luchando hasta el final, día tras día para que los nuestros puedan ver un tiempo mejor el día de mañana, ello pienso yo, sí que tiene valor, seguramente ninguno para quienes pretenden darme cátedra de ética espiritual, ahora que la vida me ha tumbado, ahora que esos años han llegado, y yo en cambio, he decidido enfrentarlos con todo el candor y el valor que sea necesario para que Dios un día, cuando vea mi vida entera, no sienta vergüenza de mis actos. A Él le doy gracias entonces, por la fuerza, incluso por el dolor, por la extraña pero enriquecedora experiencia de haberlo conocido, pero que a pesar de la inmensa desdicha que une como delgados filamentos las vidas de tantos seres humanos en este mundo, nunca dejaré de llamarle Mi Señor, Mi Dios en quien siempre confiaré, ello para mí es suficiente.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Aleluya mi hno Florencio,gracias por escribir "El amor que nos vincula con el dolor" es una realidad que es un tema que no se toca y ni siquiera se habla yaque ,este tema sobre el dolor se le vincula casi siempre con el pecado si a uno lo ven triste ellos piensan enseguida algo habra hecho o simplemente piensan no tiene a Dios en su vida ,cuando es todo lo contrario es cuando uno mas habla y se aferra al Señor, sabiendo que solo de el puede venir el socorro y el conzuelo que necesitamos ,por que si no fuese asi para que quiero a Dios no lo nesecitaria para nada ,pero muchas veces momentos como este, al leer lo que ud escribe aunque paresca raro doy gloria a Dios por esta vida que me a tocado vivir,porque gracias a estos momentos dificiles y angustiantes que he vivido puedo decir que amo mas a Dios porque en esos momentos siempre a estado conmigo y su misericordia la conosco a la perfeccion y es verda el dolor es necesario en el cristiano, sin dolor y necesidades seriamos solo cristianos de pacotilla de mentira porque en nuestras debilidades es cuando el poder de Dios se manifiesta,gracias una vez mas mi amado y amigo Florencio Navarro Dios le bendiga siempre y fuerza Dios esta con ud y su hermosa familia,Cristo le ama.

1:38 AM  

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