Wednesday, March 30, 2011

El millonario negocio de la fe actual.























Entonces, ¿quién le ha dado toda esa montaña de dólares a los Ministros actuales de la alabanza, a los grandes predicadores? ¿Dios? ¿Quién ha tenido tanto amor por sus “sesgados y sufridos ministerios” como para donarles tanta plata? Estos Aladinos actuales, sí que la han sabido hacer, pero no han actuado solos, es claro, han necesitado del respaldo de la propia cristiandad en su estilo protestante como para evadir el peso ético de la demanda de Cristo, el que simplemente no han tomado en cuenta, trasladando el campo del canto cristiano a la forma más decadente jamás conocida por los seguidores Cristo. El negocio prolifera, es cierto, cada día, tanto como para no tomar en cuenta ninguna clase de objeción escritural, tanto como para obviar cualquier tipo de llamado de atención, Cristo, el crucificado, el lleno de pruebas y verdades evidentes, el que hace demandas, el inconformista, el que toma un látigo y expulsa a los negociantes del templo, ha desaparecido, ahora, para dar a conocer un tipo de Cristo que todo lo acepta, que no posee en sí mismo un carácter que nos haga reflexionar en cuanto al modo de proceder, de los propios cristianos, de los Ministros que no son capaces de explicar y dar a conocer al pueblo, lo que de verdad deberían, más aún cuando el tiempo que nos ha tocado vivir, urge absolutamente el que una voz de alerta pueda poner en movimiento una forma de cristianismo comprometida y sometida a los principios divinos.


La oferta para que tú claudiques de tu lucha venida del sistema secular y espiritual, que ahora parecen estar operando en concomitancia, no es despreciable, cuando debería, porque el precio que Cristo pagó en la Cruz para darnos lo que ahora los ministros y cantantes de moda no han tomado en cuenta, es incomparable, sí, Cristo es el que ha desaparecido de toda esta cuestión, Cristo se ha tornado una especie inubicable, porque ni todo el dinero acumulado gracias al beneplácito de la cristiandad por parte de los profesionales de la fe actual, ni el dinero con el cual hacen funcionar sus sectas las denominaciones tradicionales, podría hacerme cambiar de opinión, no tengo otra opción más que esperar, aguardar su retorno, no estoy en condiciones de dar nada a nadie, es a Cristo a quien deben buscar, ÉL es el que tiene todas las respuestas que este perdido y desequilibrado mundo necesita para que de una vez por todas comprendan que Su Venida a este mundo, es solo cuestión de tiempo, ya ni siquiera de profecías, porque la expectativa profética simplemente no corre, si así fuera, no tendrían cantos cristianos como, ¡cuán bello es el Señor y toda esa basura!, ¡la belleza de su poder! Pregúntenle a los Japoneses y a los Haitianos, a los mismos compatriotas nuestros que han sufrido el poderoso embate de la naturaleza si encuentran que el poder de Dios es bello o algo parecido.


¿De qué está hecho el cristianismo actual? ¿Qué esperan los cristianos actuales de Dios? ¿Qué representa para ellos el que un día Cristo viniera a este mundo y muriera en una cruz? ¿Qué resucitara? ¿Qué dijera que iba a volver? No sé realmente, no tengo herramientas para saberlo, no me interesa, ya el tema de la Apostasía actual parece estar diluyéndose en mi mente para dar lugar a la experiencia de Cristo en la realidad cotidiana, ello nada más, y en esa esfera, les aseguro, no hay pirotecnia, no hay mayores intereses que el de sobrevivir, con mucha humildad, con cierta resignación frente a hechos sublimes como el de dar gracias a Dios en compañía de tus hijos a la hora en que tienes que servirte un almuerzo o cena con ellos. Es la bendición de los desposeídos, de los segregados, de los que carecen de grandes oportunidades para capitalizar, a través del cristianismo, lo que otros han convertido en un negocio, estoy seguro que la oración del que nada tiene, o poco, o casi nada, es mucho más grata, mucho más intensa que la de los que pertenecen a este verdadero Circo espiritual, porque allí no se necesitan todas esas cosas que necesitan hoy día los hombres de Dios para dar a entender a los demás, que ellos tienen algo que decir, algo que comunicar al mundo. El Evangelio de Cristo en mi opinión, ya desapareció, por lo menos una versión que nos bendijo poderosamente en otrora, lo triste, es que los propios cristianos han colaborado para que ello ocurra, para que la verdad no tenga ningún efecto en las vidas de ellos mismos, la seducción ha cumplido a cabalidad con el propósito de desperfilar al hombre de Dios y dejarlo sin herramientas para confrontar.


El poder monetario de estas grandes empresas religiosas, ha terminado por dividir aún más el ya dividido cuerpo de Cristo, es una gran y muy penosa tragedia que le ha acontecido al cristianismo protestante, lo terrible es que muchos cristianos aún ni siquiera lo notan, piensan que las cosas deben continuar, así, como siempre, con la misma y rutinaria forma de hacer las cosas, de ese modo, nada los ha de mover de lo que están, se trata por lo tanto, más que de una vivencia, de un arraigo, de un “de aquí no me muevo ni me voy”, así, las personas no pueden percibir ni el daño, ni menos la manera en que se debe enfrentar a los reales enemigos de la cristiandad, que no son ni los tsunamis ni los terremotos, sino, esa enorme colonia de bacterias y virus que la nueva fórmula del cristianismo mundial, ha adoptado como verdad.


En casi todo mi trabajo en este blog, por no decir en todo, he venido afirmando que yo, el que escribe, soy un desertor de la realidad actual de la fe, si señores, lo digo de frente y sin ninguna clase de culpa, lo hago porque creo que el tiempo que vivimos, no tiene reparación, el daño es tan grande que se necesitarían miles de años para comenzar de nuevo y poner a un grupo de creyentes a practicar los principios de Cristo, de tal manera que, toda vez que tengo la oportunidad de participar en algún programa cristiano, ya sea en una reunión de culto u otra clase de expresión, puedo comprender que ésta es la forma en que de a poco me voy despidiendo de una realidad que pronto, muy pronto, ya no tendrá nada en común con lo que yo creo es la verdad de Cristo, y créanme, no es fácil, no es tan fácil desprenderse de algo tan enorme como esto, pero es real, como lo que estamos viviendo, como lo que tenemos que vivir, Cristo ha de retornar a este mundo, no antes que sucedan muchas otras cosas más que de seguro harán que el cristianismo ya no tenga ningún tipo de efecto en la sociedad, salvo, seguir sumando a las cuentas de los grandes ministros de la alabanza, muchos más ceros, de tal modo que los cristianos ya no tengan salida alguna para enfrentar lo que deberán enfrentar, es una realidad, absoluta, cabal, escritural, y les puedo asegurar, pero con toda, o la poca luz que tenga en mi alma, que quienes vivan la experiencia de Cristo alejados de toda esta mugre, apartados, serán totalmente guardados para que el día del Señor no les sorprenda, y así, dejar definitivamente atrás toda esta realidad que nos hiere y nos destruye un poco, diariamente.

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