Saturday, July 30, 2011

La gran inversión de Dios en la historia.



















El gran recurso de Dios, su gran inversión en la historia humana, es Su Bendita Palabra, y en ella, la profética, mucho más importante que los milagros, más que todos los planteamientos o desacuerdos teológicos, sé que el cristianismo actual quedará estancado en las bendiciones materiales y en el poder de la alabanza sensual, que no tendrá recursos para enfrentar el acontecer histórico, menos para comprender la dimensión de una expectativa profética, es claro, no desean en sus centros a quienes son portadores de este importantísimo recurso espiritual y teológico, por el contrario, son denostados, al igual que la vida de los profetas, por lo tanto, alguna vez tendrán que asumir el costo, ya que no podrán evadir el peso de la responsabilidad que les concierne, no hay dogma ni doctrina creada por hombres que pueda inocularlos contra la fuerza que adquirirá de un momento a otro, el poder de la bendita palabra profética.

Sin duda que habrá lloro, crujir de dientes incluso, pero todo estaba allí, siempre estuvo cerca de nuestras vidas, tanto como para no haberla ignorado, la desolación será absoluta, los agoreros de la fe actual, los vendedores de ilusiones, todos cuanto se prostituyeron para servir a los egoístas intereses de instituciones fundamentadas en el poder del dinero y la vanidad humana, verán el fruto de su engaño, verán la exactitud con que los profetas acertaron en todas las visiones venidas de Dios. Todo finalmente será desmantelado para dar lugar al justo juicio de Dios, y todo, aunque no lo piensen de este modo, ha de comenzar por la propia casa de Dios, acaso no fue eso lo que trató de decir el Señor cuando expulsó a los saqueadores, entonces, dónde se van a ocultar todos aquellos que a costa de engaño han hecho sus fortunas dentro del mundo cristiano, quién los defenderá cuando el Señor aparezca.

No se tarda, a veces pareciera que sí, el sistema nos quiere hacer creer que nuestra dependencia de Dios, es totalmente absurda, que nada sacamos con esperar en Él, que toda nuestra inversión en sus propósitos se encuentran lejos de la realidad, no obstante, La bendita Palabra de Dios nos anima a creer en Él, a superar los obstáculos y ponernos en la dimensión de Su Amor, “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10). Si Él es nuestro Dios, entonces no debemos temer, porque toda la fuerza que necesitamos para vivir y continuar luchando, viene de ÉL, no hay duda al respecto, el trato para con los suyos siempre será especial, distinto, la diestra de su justicia no es como un tipo de justicia que hayamos conocido en este mundo, sino, la verdadera y única justicia que envuelve y rige los destinos del hombre y del universo, sin ella, nada tendría sentido, Cristo es esa diestra, Él es la mejor y más solemne demostración de cuánto Dios nos ha amado en ÉL, el engaño de Satanás no podrá con aquellos que se han adiestrado en este mundo para soportar y sobrellevar el peso de la verdad, solo ellos tendrán la oportunidad de ver cómo Dios, a través de Jesucristo, volverá el corazón de los seres humanos y los hará rendirse a ÉL.

Mientras tanto, el corazón del cristianismo actual, no advierte la peligrosidad de los días que nos encontramos viviendo, juran que Dios ya no habla a través de profetas, que solo se vale de predicadores y enviados institucionales para declarar al pueblo Su Verdad. Pero lejos de Dios está el pensar de este modo, Dios no ha cambiado en nada su proceder, cada hombre en sí, es una piedra preciosa en la cual Él ha depositado su confianza y por quién, además, hará retroceder las tinieblas si fuere necesario para que la luz de Cristo se establezca en el corazón de un solitario ser humano. La vida humana no ha dejado de ser importante para Dios, los representantes actuales de la fe mercenaria lo han hecho parecer de este modo, sin embargo, está claro que cada persona, cada ser humano, es una criatura especial para Dios, y por lo tanto, le concierne a cada uno la responsabilidad de valorar o no su propio y único Llamamiento al convertimiento y servicio a Dios, este es el Evangelio, no hay otro, lo demás solo es costumbres, religión, comercio, el verdadero Evangelio se instala en el alma del ser humano, allí edifica su realidad y se expande, echando raíces en diferentes circunstancias, sin perder el centro que es Cristo y Su Verdad proclamada hace dos mil años atrás. Los grandes peligros que se ciernen para el cristianismo entonces, se hallan en su propia comprensión del Llamamiento, de la aceptación o no de todas las variables que conlleva el creer en Jesucristo, para ello es que el recurso bíblico y profético con que contamos en la actualidad, se nos ofrece como un pedregoso caminar sobre una inhóspita ladera de una montaña, de otro modo, nos volvemos a casa y seguimos con nuestras vidas rutinarias enarbolando y defendiendo el calor de una forma de vida que no tiene asidero alguno con la realidad profética que se nos exige para sobrevivir en esta realidad.

El árido desierto que nos rodea, no es una idea preconcebida ni tampoco producto de nuestras alucinaciones, hemos sido incluidos en este programa, al igual que Israel cuando Dios ha procedido en su liberación, por lo tanto, cada uno de nosotros está colaborando con su clamor, a despertar una forma de vida basada en la dependencia de Dios, en el abandono a Sus deliberaciones, aunque nos parezcan incomprensibles a nuestra forma humana de entender la fe, lo realmente admirable, es que Dios está actuando, dentro de la historia humana, de nuestra propia historia de vida, y en tal caso, no existe enfermedad alguna que pueda frenar el avance de Su Poder, la verdad profética no se detiene porque los hombres ya no recurran a este especial aspecto de Su Palabra, Dios sabía de antemano que todo esto terminaría por debilitar la fe de muchas personas, sin embargo, al igual que en los tiempos del Profeta Elías, Él guardaría intacto un ejército enorme de personas llenas de convicciones dispuestas a dar incluso sus vidas por defender el derecho de Dios. Así, cada sol quemante en la arena desértica de la fe errante y migratoria, propone una acción liberadora con respecto al sistema en el cual Su Iglesia parece hallarse cautiva, ahora, ya no solo en las tenebrosas manos del sistema anticristiano, sino, en las mismas destructivas garras de un sistema religioso que nutre y sustenta su realidad de engaños y artimañas.

Si la gran inversión de Dios en la historia humana es Su bendita Palabra, entonces la respuesta nuestra ha de ser concluyente, sin embargo, ¿seguiremos o no creyendo a pie firme en lo que nos dicta Su Palabra? ¿Será capaz el cristianismo actual de velar por la seguridad que nos brinda el ejercer fe sobre los escritos proféticos por ejemplo? Ahora, parece ser que todo se halla en una especie de nebulosa, una especie de oscuridad que no permite ver e paso de la luz, porque cada respuesta de este sistema a nuestras plegarias, es solamente muerte, ya sea en Noruega, de una forma horrible y siniestra como los jóvenes ejecutados por un loco enfermo, o en forma de bebés que son dejados en el camino para que simplemente mueran, como en Somalia, de la forma que sea, se trata de muertes, todas importantes, aunque carezcan de registro algunas, por parecernos mínimas, por creer que la vida de un newyorquino es más valiosa que la de un africano, en tal caso, solo nos resta hacer mucha más fuerza para que nuestro salvador Retorne, para que el Señor tenga de nosotros misericordia y nos libre de este sistema que no parece cambiar, por el contrario, con cada día que pasa, es probable que el conflicto de la fe ya esté formando parte de la vida de muchos más buenos cristianos, y de ser así, el recurso de la Bendita Palabra no se ha estancado, seguirá fluyendo en nuestras vidas como un rio que desborda, eternamente.

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