Tuesday, August 02, 2011

La vocación profética y su implicancia en el devenir histórico.























Las realidades espirituales actuales, colapsadas y eclipsadas por el gozo proveniente de las alabanzas, han invertido nada en la exposición y comprensión del planteamiento profético, no entienden que no son ni sus bailes ni sus fiestas las que dan sustento a la vida espiritual, de lo contrario, habría que extirparle una gran cantidad de textos a La Biblia, en especial, aquellos que dicen relación con la enseñanza y el carácter pedagógico del planteamiento bíblico. El gozo espiritual, consecuencia de la experiencia diaria con Cristo, no es en ningún caso la única medida o parámetro con que contamos los cristianos de éste y otros tiempos, para cuantificar y concluir si la vida que estamos viviendo con Cristo, es o no totalmente confiable de ser creída y aceptada, son tantas y tan diferentes las circunstancias que debe enfrentar a diario un cristiano, que la pura idea de pensarse gozoso a la medida de la fe que propone de la vida espiritual actual, no representa a mi modo de pensar, ninguna seria condición que nos haga creer que el cristianismo protestante se halla pasando por un muy buen momento como quieren y desean hacernos creer los Harry Potter del Evangelio actual.

El argumento profético va mucho más allá de la minúscula observancia y práctica de una forma de fe que se encuentra regida por normas prácticamente fuera de nuestro contexto. Allí es donde la verdad profética adquiere la importancia que los recaudadores de mediocridad espiritual, simplemente pasan por alto, porque no es el acuerdo de ciertas partes lo que le da vida a lo que llamamos “vida o realidad espiritual”, sino, nuestra sumisión al plan maestro y único para que nuestras almas reciban el apropiado tratamiento que Dios ha jurado, en Su Nombre, cumplir con lujo de detalles hasta el final. Por ello, cada vida que transcurre en esta perspectiva, adquiere un profundo valor, es imposible avanzar sin antes tener que recibir lo que Dios nos quiere entregar a través de hermanos que para este perverso sistema, no tienen ninguna importancia, y en ello deseo ser tajante, ninguna vida en Cristo, por humilde que sea, transcurre en esta vida sin que Dios se encargue de preparar las circunstancias que darán forma a tal existencia, está escrito además, se encuentra en la genética misma de nuestro Llamamiento, seguimos a Dios por que ÉL nos ha hecho comprender el valor de cada instante de nuestro pasar por este mundo, en donde, nada para un hijo de Dios ocurre porque sí no más, sino por el contrario, cada segundo y experiencia diaria con su Amor, nos acerca un poquito más al destino que alguna vez, allá lejos en la eternidad, Cristo mismo trazó para nuestras inquietas y errabundas almas.

Esto no les gusta a los usurpadores y traficantes de almas, el que un hombre de este mundo, cualquiera sea, descubra finalmente que su vida tiene sentido y propósito en Cristo, ello les enfurece, los enoja y los llena de cólera, porque no pertenecen a este propósito, porque carecen de un sentido de vida que solo el Espíritu Santo y a través de Su Bendita Palabra, es capaz de revelar a todo aquél que ama al Señor Jesucristo. Así que, mantenerse como observante y jamás ejecutante de algo en Dios, prácticamente no tiene valor, la única fe valorable es aquella que es capaz de vencer los obstáculos que va poniendo el sistema con su intrincada maquinaria de dolor, y no permite que los sueños ni las visiones que establece Dios en el corazón del cristiano, se queden solo en eso, en sueños, porque siempre habrá en este mundo, estando en Cristo, el tiempo suficiente para abrir las brechas que la vida y el propio mundo ha levantado, y dejar el camino abierto para que otros, con menores recursos tal vez, puedan utilizar ese camino para llegar a donde tanto nos ha costado a muchos llegar. Los fuertes en tal condición, deben manifestarse misericordiosos con aquellos, cualquier forma de orgullo y de soberbia puede hacer que todo se derrumbe, y dejar prácticamente sin posibilidad a aquellos que también, a pesar de todas las dificultades que la vida pone por delante, siguen creyendo en una realidad que en su mayor y más importante expresión, basa su existencia en el bien del prójimo.

Pero es claro que dentro de una realidad en donde el hedonismo y la experiencia superficial del gozo implantado a costa de miles y millones de dólares invertidos en tal expresión, la única vida transformada por el poder de Dios, no tendrá el valor que corresponde, es más, será ignorada, pasada por alto, por lo tanto, lo único que podría blindar a los cristianos aún dispuestos a contribuir en la manifestación y establecimiento del Reino de Dios aquí en la tierra, es Su Bendita Palabra, otra cosa no es posible, los ejercicios espirituales son solo eso, ejercicios, necesarios sí, pero la evidencia de que Dios ha dicho y ha cumplido todas sus promesas en la historia, se encuentra en Su Palabra, no en la alabanza de moda, Su Palabra es la que contiene la fuerza Ética y Moral suficiente para que el ser humano, cualquiera sea su condición, emprenda con total y absoluta confianza el desafío de la fe, aunque el mundo parezca oponérsele, de ningún modo, ello es lo que sintieron hombres como los profetas, el mismo Señor, Pablo, Pedro, Juan, Jerónimo de Savonarola, William Tyndale, todos ejemplos de caracteres irremediables frente al Llamado divino en condiciones adversas, ninguno de ellos claudicó al mayor propósito que era, “mantenerse en la posición que Dios los puso”, sin esta claridad, el gran propósito de Dios habría fracasado, y nosotros, sin tales herramientas a nuestra disposición, no sabríamos qué hacer con nuestro cristianismo, de manera que tendríamos la obligación de hurgar en las siempre turbulentas aguas de la fe comercial, y quedarnos simplemente con lo que tanto cantantes como predicadores de moda nos ofrecen, con el único objetivo de que aceptemos esta clase de vida, está clase de experiencia con Dios en este sistema, como la única y verdadera experiencia posible.

El Éxodo, en tal condición, no se justifica, tampoco el “salid de ahí pueblo mío”, ni menos, “deja ir a mi pueblo.” ¿Para qué salir de un lugar si se está bien, si se está viviendo plácidamente, si no hay contradicciones con lo que establecen leyes humanas perversas, como la acumulación de la riqueza por parte de unos pocos? Allí, el pensamiento profético puede hasta hacernos tambalear, no podríamos imaginar el peso de una figura profética investida de toda esa naturaleza confrontando gobernantes, no sólo por el hecho de que en el mundo los homosexuales estén ganando derechos que nunca tuvieron, sino que además, por leyes injustas, por decisiones partidistas, por la corrupción de los propios medios de comunicación, que con sus líneas de edición totalmente fundamentadas en el engaño y la miseria de sus programaciones, solo infectan y allanan el alma de este mundo para que en un momento a otro, ya no seamos capaces de discernir cuál es el lado derecho del izquierdo. Por ello es que los levantamientos sociales de este último tiempo revisten de gran importancia para el cristianismo, y en especial, para su contexto profético, porque ahora son muchos los que están dando a conocer su desencanto contra los que tienen la responsabilidad de llevar a cabo profundos cambios sociales y políticos, cambios que tengan como medida, ya no a los que nada deben soportar en sus condiciones de privilegio en las cuales han establecido sus realidades, sino más bien, comenzar desde abajo, quitarle en cierto modo el derecho a los que siempre han usufructuado del sistema, para permitir que los marginados de las decisiones gubernamentales entre muros, tengan alguna vez en la vida, la posibilidad de experimentar una mejor condición humana y ya no solo subsistir como lo hacen millones en este mundo.

Por ello es que la propuesta de cantantes de moda cristianos y predicadores en general, tiene tanta influencia en el corazón y en el alma del cristianismo actual, al no hablar los exponentes de la mercadotecnia espiritual de temas tan relevantes para la vida del cristiano como, la iniquidad, social, la decadencia de los medios, el proselitismo religioso, la depravación, en todas sus formas, el negocio de la fe, el comportamiento del cristianismo frente a la desdicha humana, la vulnerabilidad en que viven millones de seres humanos en el mundo entero cuando, en solo Estados Unidos el negocio de la fe produce millones y millones de dólares anualmente; impermeabiliza a quienes deberían, por Llamamiento, abordar la realidad profética como una herramienta para defender los principios que dan vida a la Ley de Jehová. Eso es lo que hicieron hombres como Isaías, Habacub, Amos, Jeremías, etc., sin ellos, estaríamos perdidos, perdidos en medio de una noche sepulcral, sin saber a dónde dirigir nuestras vidas, sin saber en dónde poner nuestros pies para darle sentido y razón a nuestras existencias, ese es el gran legado de estos grandes hombres de Dios, ese es el gran discurso de sus dificultosas pero valiosas vidas, por ello mismo no considerados por los sensuales propagadores de alabanzas como temas para enseñar valores al pueblo.

El camino entonces se nos ofrece aún más lleno de dificultades, escarpado, estrecho a veces, agotador, agobiante, no podría ser de otra manera, Cristo ya lo había señalado, estamos al parecer enrolados en una muy difícil circunstancia, todo nos ha de costar, incluso la paz, la tranquilidad, a donde nos movamos las dificultades han de seguirnos, nada será de fácil obtención, todo nos ha de costar la vida, sin embargo, en medio de toda esta convergencia de contradicciones y dificultades, el más significativo y valioso ángulo de Su Carácter, el del Amor, con toda seguridad nos está aguardando para que nuestras vidas sean tocadas y reconquistadas por ÉL, de tal modo que la Luz impenetrable y poderosa de Su Bendita Presencia, llegue a irradiar nuevamente nuestras vidas quebrantadas, dejándonos al fin sin otro rumbo ni camino que tomar, más que el destino de seguir y continuar tras las pisadas del que un día, sin límites posibles, Su Vida derramó para que el canto y la verdad de los profetas que murieron, no se duerma ni se extinga entre las horas siempre oscuras de una historia que parece lentamente estar llegando a su final.

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