ESA POESÍA QUE FLUYE EN MI SER, COMO RÍO CAUDALOSO.
He terminado de escribir mi segundo libro de poesía. Se
trata de un trabajo intenso, de mucha reflexión, un trabajo que me permitió
sumergirme, en aspectos desconocidos de la naturaleza humana, aspectos que
seguramente todos vivimos o tenemos, pero que sin embargo, no nos damos cuenta
de la importancia que ellos tienen. Cada palabra, cada oración, cada frase,
responde a un tiempo particular, a momentos en los cuales todavía disfrutaba
del nacimiento de mi tercer hijo, y que por lo tanto, aún contaba con el
respaldo de una vida familiar, de un hogar en el cual, podía incluir todas
estas variables como es la poesía y la música, y de este modo también,
compartirlas con mis pequeños hijos, y obviamente con la que fue mi esposa.
Nadie con buena salud mental y del alma, puede prever cosas
como una separación, desde luego que no, más aún que lo nuestro, era un
proyecto hermoso, lleno de arte, de formas, figuras, colores, olores, tamaños,
pintura, música, poesía, en fin, una vida colmada de la experiencia de dos
artistas que se unieron para compartir una existencia. Pero la vida no es como
uno la entiende o cree estarla comprendiendo, nadie es dueño del alma del otro,
a veces lo que parece estar bien, carece de cosas que no nos damos cuenta en el
diario vivir que son importantes, así nos vamos quedando con tremendas
necesidades, con insuficiencias que en algún momento deberán aflorar, y que en
esos momentos seguramente, nos sorprenderán por la dimensión que adquieren.
El trabajo poético a veces, consta de muchas y diferentes
alternativas, en verdad, no hay esquemas que te digan cómo o de qué manera
debes emprender tu oficio, simplemente te lanzas, te sumerges, a veces sin
saber siquiera nadar, pero lo logras, porque el instinto, la vocación con la
cual te dotó El Dios que sabe todas las cosas, sabe que funcionará, eso es
fundamental, porque de lo contrario, tendríamos que esperar que otros dieran
valor a lo que hacemos con nuestras vidas o nuestros dones, y eso, realmente
para mí, carece de importancia, porque al final de cuentas, escribir en mi
caso, es algo tan habitual como respirar, y la experiencia me ha enseñado que
uno debe hacer lo que el alma te dicta, de manera que las opiniones o críticas
de los demás, a veces ni las considero, salvo las que están hechas con un buen
espíritu y por supuesto, entiendo que ellas pretenden abordarme con respeto y
transparencia.
Me encontré en este trabajo tan intenso, con problemas
realmente enormes, por ello tuve que detenerme muchas veces, lo cual me
permitió trabajar en él, lentamente, como una hormiga, palabra tras palabra, y
ello seguramente hizo que cada intento, tuviese el valor que creo tiene este
trabajo. En medio del proceso creativo, hubo de todo, dolor, mucho dolor debido
a mi enfermedad, así que por lo tanto, mucho de lo que he sufrido con este mal,
ha quedado impreso en un gran porcentaje de este trabajo, es más, creo que
llegué a la conclusión que le debía, a mi vida y a mí cuerpo, el tiempo y las
palabras que son tan necesarias para definir en la realidad, lo que sentimos, o
lo que nos cuesta sobrellevar, sobre todo a los que padecemos enfermedades
incurables, una realidad tan profunda como esta. Por su puesto que mi segundo
libro de poesía, habla del dolor, del mío, del dolor que sienten muchas
personas en el mundo, no es una apología del dolor, para nada, es la
experiencia de amor de un ser humano que se ve enfrentado a sus limitaciones,
ahora que la vida le ha puesto en esta circunstancia, allí, cuando las cosas no
parecen marchan como deben, el valor de la vida, el sentido de la existencia,
cobra una importancia fundamental, entonces el dolor puede transformarse en un
canto, en una prolongación de hechos poéticos que ilustrarán, con toda su
marginal precariedad literaria y emocional, lo que sentimos aquellos que hemos
sido desechados por la ciencia médica.
Ahora deberé buscar la manera de editar este voluminoso
proyecto poético, este que ya no es un proyecto sino, una auténtica realidad,
deberé encontrar la manera de hacerle volar, de disgregarse en el espacio para
ir en busca de las almas, de las que a diario necesitan de este tipo de
experiencias, yo lamento que en el mundo del Evangelio, tenga tan poca
importancia el ser creativo, que no sean capaces los Ministros de Dios, de
proteger a los que tenemos este tipo de dones, que a diferencia de lo que
enseña La Biblia, fueron protegidos y guardados por las castas sacerdotales, es
decir, no cuento con el respaldo de La Iglesia de Cristo para editar, tendré
una vez más que abordarlo todo yo mismo, no obstante, sé que tengo el apoyo de
Dios, sé que el más interesado que nosotros dejemos la flojera intelectual y
espiritual, es Él, así que, no estoy solo, no naufrago para nada en el mar de
las dudas, por el contrario, creo en los dones que Él ha puesto en nuestras
vidas, triste sería que teniendo esta clase de conciencia, solo me remitiera a
copiar, como la hacen muchos, como lo hace la mayoría de los que hoy suelen
llamar, “MINISTROS DE ALABANZA”, que jamás ponen un solo canto propio en el
corazón de la cristiandad.
Me remito ahora a agradecer a Dios, por la fuerza, por la
salud que Él me dio, mientras duró el proceso creativo, mientras tuve la
intención de abordar esta inmensidad creativa, porque sin su ayuda, jamás lo
habría asumido, y por lo tanto, tampoco terminado. No busco con este nuevo
trabajo la gloria personal, de ninguna manera, primero, deseo poner en práctica
lo que Dios me ha dado, por gracia, y luego, dejar constancia que una persona,
aunque abocada diariamente a tener que enfrentar y sobrellevar el costo de una
enfermedad que no te deja vivir, es capaz como yo en este momento, de producir frutos,
no de adquirir solamente los frutos de otros, sino, DE PRODUCIR LOS PROPIOS,
dar a luz una forma de entender lo que nos pasa, lo que como personas, la vida
nos ha puesto por delante, lo cual, a mi modo de pensar, constituye también, un
acto valiente, casi heroico en estas condiciones, por la decisión de invertir
todo el tiempo que fue necesario para ello, por la valentía de continuar, a
pesar del dolor que la separación instada por mi ex esposa, produjo a mi alma, no
me he quedado sentado llorando solamente, este trabajo está hecho precisamente
de lágrimas, de tiempos de silencio, de soledad, de días interminables que
finamente, dieron forma a este nuevo y voluminoso capítulo en mi vida como ente
creativo.
Doy gracias a Dios y a todos mis amigos por el apoyo y
comprensión entonces, y dedico a todos ellos, este nuevo trabajo literario que
espero, prontamente, pueda tener una cara visible que permita a muchos de
ustedes, alcanzar con su fragilidad, honestidad, y toda su implicancia valórica
que de seguro, bendecirá grandemente sus vidas.
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