EL MERCANTILISMO DE LA FE ACTUAL.
Han robado cuanto han querido, sin límite alguno, sin
objeción incluso de los que se supone, deberían salvaguardar como verdaderos
“atalayas de La Iglesia” el patrimonio de Dios, y aunque La Palabra de Dios
hace indicaciones al respecto, a ellos nada los ha detenido, nada les ha
impedido continuar con sus negocio lucrativos en torno al mensaje de Cristo,
tanto así, como el hecho de convertir esta realidad, en motivo de burla para
los que creemos que Dios, no puede ni podrá jamás ser burlado, de ninguna de las
formas que el hombre ha conocido. Es el momento entonces, en donde el
cristianismo que todos conocemos, se verá pasado a llevar por esta enorme
industria del comercio de la fe, a modo de predicadores, sobre todo “cantantes
cristianos de moda”, expositores, y un sin fin de otras disciplinas más que hoy
día, han vulnerado prácticamente, casi todos los mecanismos de defensa con que
contaba el cristianismo para detener este tipo de enemigos.
La realidad no parece declinar o hacer retroceder esta
novedosa industria de fe, es peor, ha crecido, ha ido en aumento en la medida
que la necesidad espiritual de las personas en el mundo entero, crece
exponencialmente, imprimiendo sobre nuestras realidades, una poderosa huella de
egoísmo y materialismo que ni siquiera el cristianismo de hoy, armado de un
potente arsenal doctrinal y espiritual, ha podido dar de baja, es lo que La
Biblia llama, La Apostasía, el volverse atrás, el retroceder, el no querer
sufrir la realidad con las herramientas que nos la proporciona el verdadero
Evangelio de Cristo, para convertir esta misma realidad, en un enorme mercado
en el cual te puedes encontrar con predicadores a la medida, cantantes y
predicadores sin mensaje, solo cantantes de alabanza, sin reflexión, ministros
avaros, dueños de un poder material que nunca jamás los cristianos del primer
siglo, aspiraron tener o soñar con alguna vez adquirir.
Allí, en medio de todo el lodazal, se encuentran miles de
cristianos honestos que no han vendido su alma a las riquezas, a las aparentes
luces con las cuales, suelen nutrir sus vidas los mismos ministros encargados
de alertar al pueblo del peligro en que se encuentra La Iglesia de Cristo,
corriendo riesgos cada día, exponiéndose a cualquier tipo de oposición que
genera la misma religión, dejándolos en una especie de “exilio espiritual” en
donde intentan mantenerse a salvo, como los Valdenses de la historia, como Los
Cátaros en la Europa medieval, dejando en claro que tal vez, la resistencia, no
logrará impedir finalmente que sean detectados y tratados como traidores, como
renegados, como desertores.
Y dentro de esta enorme cloaca, que en un principio fue
barrial, anestesiados contra la miseria que vive este mundo, rodeados de un
espíritu religioso que generan los creadores de avivamientos artificiales, sobrevive
también, una supuesta aleación de cristianismo con paganismo, la cual no
defiende nada, no dice nada, ni menos advierte de nada a nadie. Toda una
inmensa y colorida alfombra de bellos matices alardeando de espiritualidad, sin
el más mínimo sentimiento de compasión por la gente que de verdad sufre en este
mundo, todo trasunta en religión y baile, baile y religión, apariencia de
reino, mercantilismo al más puro y decadente estilo de los nuevos centros
comerciales, en donde hay de todo y para todos, al precio que sea, con tal que
resistas sus maquinaciones, todo está bien, todo anda miel sobre hojuelas. La
realidad del águila en este lugar, simplemente no corre, no hay para qué, el peligro
no existe, bajo la cobertura de un templo costoso y de una institución que lo
sabe y lo posee absolutamente todo, no haya nada de qué temer.
La voz profética entonces allí no existe, no hay reflexión
alguna que logre extraer de las vidas de los cristianos de esa realidad, un
pensamiento que vaya más allá de la vista de los líderes que solo piensan en
sus horarios y reglas que nunca jamás estableció ni insinuó Su Palabra, la
corbata y el terno son parte del estandarte que ellos enarbolan, un cristiano
con pelo largo y sin corbata es inconcebible, el testimonio que ellos defienden,
trata esencialmente de imagen, del retrato que muchos ofrecen a sus hermanos
cuando asisten a sus congregaciones, la vida interior, el cambio que opera
Cristo a través del Espíritu Santo en el corazón del ser humano, no existe en
la reducida mente de estas personas, solo son aceptados como cristianos los que
visten un terno al modo Pentecostal, los demás, no existen.
La Educación, la Enseñanza quedó postrada en el más absoluto
olvido, y de este modo, las tradiciones pasaron a ser mucho más importantes que
las demandas de Su Palabra. Jesús dijo, “enseñándoles que guarden…”, pero ellos
pasan por alto este principio y dicen, “que obedezcan nuestras prácticas,
nuestras usanzas primero.” No hay modo que los cristianos sumidos en esta forma
de cristianismo, puedan ver un poco de luz al respecto, solo es posible si
alguno de ellos, guiado por El Espíritu Santo, logré escabullirse de en medio
de toda esa basura religiosa, y pueda contemplar la manera como el Señor
verdaderamente, llama, hace y forma sus propios discípulos. Por ello es que la
maestría, como Ministerio, no existe, el predicador, que es una forma del tipo
youtube de la información para los cristianos de templo, es mucho más cotizado
que un formador, al cual, en la práctica, no se valora en lo más mínimo, sin
poder discernir la diferencia entre, “informador y formador.”
De todo esto se han aprovechado los mercaderes de la fe, no
hay duda para mí, esta caída o accidente sufrido por La Iglesia actual, ha
servido para que estos mafiosos, puedan enriquecerse hasta más no poder, más
aún cuando en su deserción, los propios cristianos no defienden la verdad ni a
los que son capaces de alzar la voz en dichas circunstancias, sino que por el
contrario, se fortalecen y pasan a ser parte del gran circo, colaborando con la
ignorancia, alimentando la mediocridad, dejando sin una bandera real de lucha
al cristianismo. Por ello es imposible casi hacerles frente, porque los medios
están totalmente cebados de ese tipo de carne, porque a los Ministros de Dios,
les fascina cuando un mentiroso logra embaucarlos, pero no así a los que de
verdad defienden los principios de Dios, eso sí que no, nos llaman resentidos, rencorosos,
envidiosos, malos cristianos, porque alzamos la voz y no nos quedamos sentados
viendo cómo la marea se nos viene encima, y de un momento a otro, aparece El
Señor y corta la cuerda que por años, ha alimentado a todos estos parásitos y
explotadores de la cristiandad.
Florencio Navarro
Cantautor Cristiano.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home