¡...VIGILANDO POR AMANDA...!
Amado Padre,
en la humildad de este cuarto en el cual, esta
noche, mi vida se ha volcado con todo mi ser a Tu Persona, recurro a Ti Padre amado,
porque sabemos que Tú eres un Padre bueno, un Padre que se apiada de nuestras
vidas, que estás constantemente preocupado de nuestras necesidades, las del
alma, las del diario vivir, y por lo tanto, por esa confianza que Tú has
depositado en nuestras vidas, es que esta noche clamo a Ti, clamo junto a todos
mis hermanos, junto a todos los que a estas horas de la madrugada, aún tenemos
nuestras lámparas encendidas, rogándote por la pequeña “Amanda”, quien, en unas
cuántas horas más, será intervenida clínicamente en la ciudad de Rancagüa.
Señor, Tú nos has enseñado que para Ti, nada hay imposible,
que todo lo que pidamos con fe y creyendo con el alma que lo vas a hacer, Tú lo
harás, con esa convicción amado Dios, rogamos esta noche, clamamos, pedimos, solicitamos
Tu Misericordia, esa misma ternura que hemos visto a lo largo de todo nuestro
caminar en Ti, porque sabemos que eres un Dios bueno, un Dios que se compadece
de nuestras vidas, y por lo tanto, no dudamos de ello, sino, confiamos,
plenamente, y nos dejamos elevar en Tu Presencia en Fe, como lo hacen las aves
sobre el mar, como un niño coge las manos de sus padres y confía.
Hemos dejado atrás nuestros propios problemas, nuestras propias
ansiedades, las hemos puesto a tus pies mi buen Señor, para dar lugar a esta
necesidad que hoy nos mantiene despiertos clamando, intercediendo, como vigías,
como verdaderos atalayas tuyos, porque sabemos que sin Ti, nada podemos, porque
la pequeña “Amanda” te necesita, te requiere, y porque además sus padres,
también han puesto toda su confianza en Tu Amor, de manera que esta noche
Señor, junto a todos los que somos padres, junto a todos los que hemos creído
en Ti, rogamos, por la salud de “Amanda”, sé Tú con ella Señor, acompáñala,
dale las fuerzas que ella necesita para enfrentar esta nueva dificultad, llena
su mundo de energías, acompaña a los médicos que tratarán su pequeño cuerpo,
pon en ellos la sabiduría, y por favor nuestro Padre amado, no permitas que
nada entorpezca La Buena Obra que Tú un día comenzaste en su vida.
Por todas y cada una de las cosas que hay en Tu Amor y ahora
en nuestras almas, gracias Padre, gracias por darnos la oportunidad de pedir
como hijos tuyos, de acercarnos confiadamente a Tu Persona, esperamos solamente
en Ti, confiamos solo en Ti.
Tus hijos que te aman y te ruegan por “Amanda”.
¡Gracias Señor!
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