UN RECUENTO NECESARIO.
Mantenerse en un espacio como este por tantos
años, ciber, impersonal, sin rostros, sin olores, sin tacto más que el sentir el
suave teclear de la computadora para emitir la próxima palabra, intentando
poner un tipo de reflexión basada en fundamentos bíblicos, para mí resulta
impresionante, de habérmelo propuesto, creo que no lo habría creído ni tampoco
resistido, porque todo lo que he tenido que hacer para llegar a este momento, es incalculable. No hay
diplomas, reconocimientos de ningún tipo, es la cruda y absoluta realidad que
debes comprender desde un principio, más aún si tu estilo, directo, honesto,
dirige su reflexión a puntos de verdad fundamentales para el cristianismo que
hoy vivimos, no debes perder el tiempo en frugalidades, debes ahorrar energías
y compenetrarte en lo que es valioso, el tema de la reflexión, lo que te mueve finalmente
a estar en este lugar.
Estaba en mi hogar en ese tiempo, recién
comenzaba a tener los primeros síntomas importantes de la enfermedad que me
aqueja, estábamos llenos de ilusiones y así asumíamos todo lo que emprendíamos
con la ayuda de Dios. Teníamos lo más importante, la fe, la confianza en Dios,
lo demás, era solo esfuerzo, y así procedimos con la que fue mi compañera.
Lentamente fuimos comprendiendo que Dios tiene su propia forma de trabajar con
nuestras vidas. Llegaron los hijos, Efraím primero, y después, mateito, que no
estaba ideado para nada, fue fruto de un milagro y así lo entendimos, y dimos
gracias a Dios. Así nos fuimos llenando de bendiciones, espirituales y
materiales, de sueños y anhelos bellos que rondaron nuestro espacio familiar.
En ese momento, que no estaba concentrado en lo
musical para nada, sino en trabajar, había que alimentar a dos hijos, pagar el
costo de vivir, porque no es gratis, recibí del Señor mis primeras indicaciones
que algo habría de cambiar en mi modo de entender El Propósito de Dios. Fue así
como a través de sueños, visiones que despertaron mi conciencia espiritual,
volví a reencontrarme con lo mío, con esa parte que había dejado atrás por
razones obvias, era el momento de volver a escribir, de intentar publicar lo
que El Espíritu Santo estaba entregándome a raudales. De este modo llegué a
este Blog, con la ayuda de mi ex compañera le pusimos un nombre, y de ahí en
adelante, antes de que naciera Facebook, a la semana ya estaba recorriendo los
hogares de miles de personas con mi reflexión.
Pude tomar temas para mi relevantes, como el
hambre, la desdicha humana, las enfermedades, en fin, todo lo que da forma y
sentido a mi canto y mi poesía, y de este modo, la gente lentamente pudo tener
un contacto más íntimo con mi persona, lo cual redundó en bendición también
para mi vida, ya que muchas personas comenzaron a hacerse parte de esta página,
“elrecolector.blogspot.com”, y comenzaron a llegar ofrendas, pequeñas, pero de
un valor enorme para alguien como yo. De a poco comencé a comprender hacia
dónde deseaba Dios que apuntara con mis escritos, y fue de así como pude con la
ayuda de Dios, entender que este pequeño espacio en Internet, era el propicio
para entregar a los cristianos de hoy, una reflexión directa, honesta, y no bajo
la mirada ni el rigor del estilo norteamericano ni centroamericano, sino, al
más puro estilo chilensis, pero con la seriedad y la dedicación que merece todo
proyecto que viene de Dios.
No ha sido fácil, para nada, cada tema que publico,
tiene algo de dificultad con la cual debo lidiar hasta en mis noches más
plácidas, si es que las hay. Si bien escribir es una vocación, ya sea escribir canciones,
reflexiones cristianas, poesía, o lo que sea, hacerlo para el Señor, es algo
diferente, si, muy diferente a todo lo que uno pueda imaginar, porque la gente
que ha de leer lo que escribes, se trata a veces de gente que se ha
instruido para confrontar lo que al modo de pensar de ellos, no está correcto o
simplemente se encuentra fuera de sus propios parámetros, ello le añade una
dificultad mayor a todo lo que haces, más en un momento cuando recién estás
asumiendo ese rol que te ha dado Dios para que defiendas en ciertos aspectos,
lo que otros simplemente han obviado.
Es mucho más fácil desde un punto de vista del cristiano
actual, dejar que las aguas continúen su curso, para nada hay que removerlas
porque te patearán, te lanzarán escupitajos, y así ha acontecido conmigo, para
quedarme en este espacio y hacerle frente a todo lo que el cristianismo ha
creído debe defender, aunque ni La Biblia lo requiere de este modo, he tenido
que hacerme fuerte, darme cuenta que muchas cosas están en juego, porque a eso
te lleva Dios, en un principio, lo crees un poco distante de ti mismo, pero
luego, pasados los meses, te das cuenta que estás defendiendo algo que tiene
que ver contigo, con tu piel, con tu ser, con lo que amas, que la fe que
profesas, es mucho más intensa y personal de lo que te imaginas, mucho más que
todo lo que hayas aprendido en tus correrías como predicador itinerante en tu país
o en un Instituto Teológico, es algo que está metido en tu sangre, y por lo
tanto, corre por tus venas, circula por tu ser.
En ese caminar, fueron apareciendo amigos de
verdad valiosos, amigas que demostraron desde un principio que nuestra fe, sí
tiene coraje y mensaje para comunicar todo lo que Dios le manda, que por muchos
años hemos estado sobreviviendo con profecías y enseñanzas prestadas, con una
canto que procede de gente que jamás conocerá ni reclamará tu origen en ninguna
de sus composiciones, a menos que sea de tu país, eso es lo que hace valioso mi
trabajo, me importa un carajo si lo entienden o no los ministros actuales o del
pasado, el trabajo está hecho, quedará, la religión siempre tendrá excusas,
pretextos para evadir lo auténticamente venido de Dios, le pasó a los profetas,
al propio Moisés, al Señor Jesucristo, por qué no le habría de suceder a un
pequeño hombre como yo.
He ganado muchas cosas en este caminar, mucha
experiencia, muchas grandes amistades en Dios, como también he perdido cosas de
verdad importantes para mí vida, mi familia, mi hogar, mis hijos, por los que
luché honesta y de verdad, con todas las fuerzas de mi ser y mi alma, no obstante, el
destino y Dios me tenían preparado otro devenir, algo que era impensado para mí
hasta el último momento cuando debí dejar ese lugar que suponía era nuestro hogar.
Pero la vida es así, siempre estamos aprendiendo, siempre debemos crecer y no
quedarnos como enanitos espirituales, Dios siempre apunta lejos cuando toma
nuestras vidas, y para mí, comprenderlo, ha sido formativo, educativo, y
doloroso, porque es Dios el que está tratando con tu vida, porque también
tenemos un enemigo que hará lo posible e imposible por desintegrar lo que haces con tanta
pasión y amor para el Señor, es inobjetable, el enemigo de Dios no nos da
chance alguna, estamos sentenciados los que servimos de este modo al Señor, a
perderlo todo por Él, es bíblico.
De ahí en adelante, mi vida ha sido distinta,
diferente, he debido aprender que lo que más amamos en la vida tiene costos,
enormes, puedo comprender la vida de muchos de ustedes que tal vez lo han
perdido todo en esta vida también, casa, familia, hogar, todo, a mí me sucedió,
en realidad, me sucede, porque es algo con lo cual debes lidiar todos los días,
cada hora que pasa, en cualquier momento te arrebata un recuerdo, y caes en esa
atmósfera de la cual a veces nos cuesta tanto salir. Pero es así la cosa, no
hay modo de que sea diferente, te ha tocado algo difícil y debes ser capaz de
enfrentarlo, de plantarte frente a ello y darle con todo, eso es la vida, al
menos la vida de los que nacemos para luchar, no de los que tienen la suerte de
nacer y que todas las cosas lleguen fáciles a sus manos, no, ninguna reflexión,
ningún canto llegó hasta mí flotando desde el cielo, no amigos, en esto no hay
magia que pueda funcionar, todos los días debes andar por quebradas, por
desiertos, por la periferia de las vidas que forman parte de tu mundo para
alcanzar ciertos elementos que después, con el paso de las horas y los días,
pueden llegar a convertirse en canciones y poesías, en reflexiones que a lo
mejor llegarán a vuestras vidas si Dios así lo quiere.
Mi proceso no ha sido fácil entonces, y no
dejará de serlo, porque tengo nuevas metas en Dios, nuevos proyectos, El
Propósito de Dios no se queda estancado en los templos o en las vidas de
ciertos cristianos que desean vivir en paz sin dar la batalla, no, la fe del
Hijo de Dios ha sido vapuleada en este tiempo por la propia cristiandad, por lo tanto, queda
mucho por hacer, mucho que escribir y cantar, no han sido dichas las últimas
palabras ni se han escrito las últimas canciones, y hablo de canciones no de
alabanzas, porque de alabanzas, hay mucha tela que cortar, mucho qué decir al
respecto, ya que los millones y millones que corren solo por esta causa, me
deja perplejo frente a la austeridad con la cual, he debido abordar mi realidad
humana y ministerial, y ese, ese es tema para otra ocasión.
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