Vivimos entonces, al borde de un gran
precipicio de hechos que nos mantienen en vela cada día y a cada momento, y no
es que yo quiera exagerar o intentar con lo que escribo, atraer la atención de
todos quienes aman la palabra, por ningún motivo, una de las cosas más
importantes que he aprendido al leer los escritos proféticos de La Biblia y
todo lo que concierne a sus enseñanzas, es la brutal honestidad con que todos
ellos dejaron para la posteridad este importantísimo testimonio de lo que Dios,
en un momento de la historia, dijo a través de estos grandes hombres de
Dios.
Así que no pretendo atraer la
atención de nadie ni tampoco exagero al decir que nuestras vidas se encuentran
en peligro, en un grave y latente peligro que ya nadie puede ocultar o mimetizar,
porque en definitiva, la vida que vivimos, ha sido alcanzada por los hechos que
profetizaron los antiguos interlocutores de Dios, y ello, no pertenece ni es
fruto de algún tipo de alocución relacionada con la adivinación o el esoterismo
que carcome el alma de nuestra sociedad, no queridos amigos, ello está dentro
de lo que la humanidad no ha querido aceptar ni menos creer, y es el hecho de
que Dios, como un ser extraordinario, se ha adelantado una vez más a todo el
derrotero que la ciencia atea y nihilista, sembró en los jardines de la vida
que este mismo Dios nuestro, creó alguna vez con el poder de Su Sola Palabra,
así de simple y perfecto a la vez.
Es lo que convierte a Dios, al Dios
nuestro, en Alguien diferente, en un Ser que no tiene iguales en todo el
Universo, porque su capacidad para adelantarse a nuestra conducta de saberlo
todo sin saber nada, es simplemente impresionante, estrictamente sorprendente,
porque cuando me refiero a que el peligro se ha hecho parte de nuestra forma de
vivir, ya sea en el comportamiento de la naturaleza, con todas sus poderosas
demostraciones de poder, o en la conducta de los hombres que no entienden o no
desean comprender que fuimos creados para Obedecerle, solo estoy retratando
hechos que normalmente hoy día estamos viendo a nuestro alrededor como,
“asesinatos por cantidades indescriptibles, violencia y desintegración de la
familia, destrucción de la vida valórica y moral, desprecio por la vida humana,
migraciones y desolación en países
devastados por la guerra, hambre, dolor, miseria, soledad”, y un sinfín de
otros hechos más que todos ustedes conocen, y que por cierto, debemos intentar
poner en un cierto orden, para que al final podamos comprender de algún modo,
cuál es el verdadero sentido que deben seguir nuestras vidas con tal de no caer
en el absurdo de creer que las cosas ocurren porque sí nada más.
Mucha es la tinta que gastan los
periódicos del mundo entero intentando dar cuenta a la gente de las catástrofes
que hoy día asolan a la tierra, CNN, y grandes cadenas informativas de todo el
mundo, hacen esfuerzos increíbles con tal de mantenernos al tanto de lo que
ocurre en países como México, Puerto Rico, o donde sea, la idea es que lo
sepamos todo, que no nos quedemos con ninguna duda al respecto, con tal de que
la información, nos mantenga al día en lo referente a lo que sucede en gran
parte de este mundo. Lo que alarma desde mi punto de vista, es la casi nula
comprensión que estas mismas cadenas informativas, poseen en lo concerniente al
plan de Dios y del desarrollo del ambiente profético, me resulta casi alarmante
el hecho de darme cuenta que esta sociedad, es realmente incapaz de canalizar
toda esta montaña de información, y por consiguiente, darle un sentido a todo
lo que hoy nos sucede.
Obviamente algo extraordinario está
aconteciendo con nuestro mundo, algo está por ocurrir, algo que sin duda es
mucho más enorme que todo lo que hemos visto y esperado, quienes nos ocupamos
de enseñar y estudiar lo referente al plan de Dios y Su Propósito Redentivo, sabemos
que los tiempos de Dios se cumplen, siempre, con exactitud impresionante, Dios,
cada cierto tiempo, interviene el acontecer histórico de la humanidad, hay
testimonio de ello, la evidencia es elocuente, sin embargo, el descaro y la
indiferencia de los hombres por no relacionar los hechos que hoy están
sucediendo con lo que Dios está haciendo, impresiona también, conmueve ver a la
humanidad intentando tomar decisiones sin considerar el consejo de un Dios que
lo ha dado todo a la humanidad, Amor, Misericordia, Gracia, Perdón, es decir,
entristece darse cuenta de cómo el hombre, imbuido en su propia compresión de
las cosas que le rodean, ha dejado de confiar en lo verdaderamente
trascendente, y que no es otra cosa que La Persona de este Dios dispuesto a ayudarle
en todos los ámbitos.
Pero la Palabra de Dios acertadamente
ya lo decía, con claridad extraordinaria:
“Y los otros hombres que no fueron
muertos con estas plagas, ni aún se arrepintieron de las obras de sus manos, ni
dejaron de adorar a los demonios, y las imágenes de oro, de plata, de bronce,
de piedra y de madera, las cuales no pueden ver ni oír, ni andar; y no se
arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación,
ni de sus hurtos.” (Ap. 9: 20 – 21)
Se trata de un estilo de vida, de un
modo de ser en el cual el concepto de arrepentimiento es visto como un síntoma
de debilidad y no de honestidad, así que, por lo tanto, no solo seguiremos
siendo testigos de cosas tremendas que habrán de suceder en el mundo entero,
sino que además, seguiremos oyendo el silencio con respecto a lo que Dios ya ha
dicho en lo relacionado con estas mismas cosas que hoy están sucediendo. Cristo
está a la vuelta de la esquina, es innegable que todo apunta a Su Retorno, es
una verdad a voces que la humanidad no desea aceptar, nunca la aceptó, incluido
el cristianismo apostata que hoy día, guardando un silencio cómplice, se alineó
con el sistema para adquirir riquezas y poder mundano que nunca antes La
Iglesia de Cristo, aspiró a poseer.
El cristianismo, entonces, se haya en
medio de toda esta enormidad informativa, si no logra liberarse de la conducta
retrógrada que le ha impuesto el sistema y la religión imperante, si no logra
separarse del circo inventado por los adoradores de turno y predicadores en
general que no dicen nada con respecto a la verdad, tiene su futuro
absolutamente contado y definido, está escrito, y por lo tanto, es algo que no
se puede obviar, pero tampoco debemos olvidar que el cristianismo lo hacemos
nosotros mismos, con nuestras formas de ser y de vivir, no hay más sobre la
tierra que quienes dicen poseer la evidencia de Cristo en sus corazones, todo
lo demás es solo información, un espejo de palabras y hechos que a diario se
multiplican y nos anuncian algo mucho más enorme como La Venida de Cristo a
este mundo, dejar sin explicación profética lo que hoy nos acontece, puede que
deje tranquila a gran parte de la humanidad que no se interesa en lo que Dios
está haciendo o hará con la humanidad, no obstante, el cristianismo verdadero,
el que es guiado por El Espíritu Santo, el que ha obedecido verdaderamente a
los dictados de Dios y no ha mutado, sino que se ha mantenido fiel a los
principios divinos, aguarda y cree con claridad absoluta que los
acontecimientos solo indican que la hora está lista, Cristo Viene a este mundo,
la pregunta es importante y preocupante a la vez:
¿Quiénes le verán?
¿A quiénes viene a buscar?
¿Quiénes se irán con Él?
Quiera Dios que muchos de los que
alcancen a leer estas sencillas palabras de fe, podamos tener la oportunidad no
solo de verle, sino que también, de irnos con Él.
Florencio Navarro
Cantautor Cristiano Chileno.
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