Friday, December 28, 2018

TODO LO QUE NOS ATA CON ESTE SISTEMA...


Sin embargo, nuestro cristianismo se halla totalmente afectado por las influencias de una sociedad secularizada y plena de vida hedonista, no hay duda de ello, está en todas partes, en todos los lugares, no es necesario bucear en las profundidades de este inmenso mar como para darnos cuenta de esta gran verdad que daña tanto a quienes deberían estar en algo absolutamente diferente.

Dios, que sustenta todas las cosas, que crea y da vida en donde no la hay, ha provisto para La Iglesia de este tiempo, coronada de placer sensual y llena de materialismo, de todo un depósito de bendiciones espirituales que puedan contrarrestar, el efecto corrosivo que provoca la deserción constante en la cual viven involucrados los cristianos de este hoy, Él, como Dios, no ha dejado de pensar en Su Iglesia, en Su Esposa, en Su Novia, Él desea que ella se nutra, que crezca, pero por sobre todas las cosas, que aprenda, que sea consciente de todo lo que Dios le ha demandado como tarea por hacer.

Para aprender, no obstante, es necesario la humildad, no la pobreza, sino, la humildad, que es un carácter, una cualidad, una virtud moral que está en total oposición a la soberbia, aunque a veces  cohabitan y parecen estar tocándose. La humildad es parte de este gran depósito con que contamos los hijos de Dios para sacar adelante nuestras vidas, nuestros ministerios, nuestros dones, no podemos servir a Dios o a lo menos, intentar ponernos al servicio de Su Voluntad si no comprendemos la importancia de este valor, ello, debido a que en el mundo en que vivimos, precisamente, esta clase de valores se hallan extintos, desaparecidos, lo cual trae graves consecuencias a nuestro cristianismo, porque en cuanto a importancia, la humildad, como otras virtudes más, no tiene homologo.

Los cristianos de hoy, sumidos en la tarea de sacarle a este sistema un cuanto hay para, según ellos, servir a Dios, han olvidado de dónde vienen y se originan todas las cosas, de dónde proviene la fuerza que tanto necesitamos para continuar luchando, quién es finalmente el que provoca este manantial de ríos y cantos dispersos en nuestros corazones, vivimos de esta manera entonces, ignorándolo, creyendo que haciéndonos esclavos de este sistema, cumplimos con la demanda de Dios, sin embargo, el creerse poseedor y centro de la bendición de Dios, no representa para nosotros más que una clara demostración de que el orgullo humano, incluido el de los cristianos de este tiempo, es mucho más susceptible a ser engañado y por tanto, puede ser manipulado a piacere por este sistema.    

Alguien lucra en tanto con esta clase de evidencia, alguien se realiza y se contenta cuando un hijo o hija de Dios, no aprende de las lecciones que El Señor nos dejó y se mantiene en una forma de vida, llena de ceguera, de limitaciones que el propio cristiano es capaz, bajo la influencia de un sistema al cual le ha creído pero absolutamente todo, de imponer en su propia vida, demostrando con ello, ya ni siquiera sutilmente, el desinterés por crecer y aprender a la medida del Varón Perfecto que es nuestro Salvador.

La autoridad y valía que puede alcanzar un hijo de Dios, debido a su arraigo con el crédito, es el ambiente propicio que el enemigo del alma necesita para que, en un tramo muy pequeño de tiempo, logré desperfilar a quienes tienen por modelo de vida moral y espiritual, nada menos que al Señor Jesucristo. No está clara la dimensión del engaño en el cual satanás, padre de mentira, la serpiente antigua, el dragón de Apocalipsis, o como quieran llamarle, influye en las decisiones de los seres humanos de este planeta, La Palabra de Dios dice simplemente:

“…en los cuales, el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca La Luz del Evangelio de La Gloria de Cristo, el cual es La Imagen de Dios.  
                                                                          ll Corintios 4: 4

Ello nos debería claramente poner a resguardo, con urgencia, a todos los cristianos de este tiempo, hacernos meditar constantemente en cuanto a los peligros que vivimos por el solo hecho de haber sido llamados, hijos de Dios, se trata de una conducta que al final, si no ponemos la atención debida, puede transformarse en un peso que obviamente no querríamos estar sobrellevando, más aún cuando la vida, en su proceso social, material y político, ha alcanzado horizontes imprevistos para muchos de nosotros, y desde luego, el planteamiento profético, no cuenta con el respaldo de la cristiandad ensimismada.

Actos de soberbia y de egoísmo los vemos constantemente en programas de televisión, aunque no soy adicto a la Tv., esa es una escuela en donde muchas personas lo aprenden todo, todo lo que necesitan para valerse, incluido el orgullo, porque eso es lo que estos medios te traspasan, orgullo, engreimiento, jactancia, por el solo hecho de que, en algún momento, fuiste capaz de sacarle al sistema, algún tipo de rédito, y de este modo, necesariamente, llegaste a sentir que eras un triunfador, exactamente como lo predican y exigen los selectos interpretes del Evangelio actual, no existe términos medios para ellos, si has de servir al Señor, entonces puedes valerte de todo y de todos, no hay reglas morales ni valores profundos que puedan obstaculizar la compra o adquisición de lo que sea, un instrumento musical, un mueble o un artefacto eléctrico, todo está afectado o influenciado por la maestría que satanás adquirió en sus espinosos estudios acerca del comportamiento del ser humano.

Cristo, El Señor, nos enseñó no obstante a vivir vidas con equilibrio, aún desea enseñarnos a vivir vidas con balance interior, en donde la paz sea una verdadera y genuina pieza de oro que todos admiremos y cuidemos, para alcanzarla no basta creer solamente, lo tengo claro, o por lo menos creer a la manera religiosa, sino, luchar por alcanzarla y luego valorarla, que no se te escape porque en un momento te viste sobrepasado por la realidad, por nada del mundo, eso no es paz, la verdadera paz está en Jesús, ¿pero dónde, en qué parte de Él? En Su Carácter, en su estilo y modo de vida, en su poderosa influencia por sobre las mezquindades humanas, para hallarla entonces, como tantas e importantes virtudes morales más, es necesario detenerse en La Vida del Señor Jesucristo, en Su Poderoso Evangelio, en lo que dijo y enseñó, estoy seguro que al hacerlo, estaremos de acuerdo en una cosa, y es que El Señor, a pesar de todo lo que digan o no los demás, sigue siendo El Camino, La Verdad y La Vida para este mundo.

f. navarro m.
cantautor cristiano chileno       

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