Monday, February 04, 2019

EL BIEN QUE NOS PRECEDE EN PLENITUD...


Pero, ningún lugar en la tierra, por bello que sea, carece sin embargo de males, ninguno está falto de mezquindades o ruindades humanas con las cuales tengamos lidiar todo el tiempo que permanezcamos en esta tierra, en este sentido, la comunidad de Miguel Riglos, como muchos otros lugares que derrochan paz y tranquilidad en el mundo entero, no es la excepción, desde luego que no, en esta bucólica y casi prístina realidad, están dadas las condiciones para que la mentira, la falsedad o la hipocresía; enquistadas a veces con magnánimo silencio en el corazón de nuestras sociedades, tal como una de estas casi invisibles agujitas que uno de los miles y miles de insectos que pernoctan en nuestras espaldas, son capaces de inyectarnos mientras divagamos y nos echamos a andar; puedan pasar inadvertidas y sin duda alguna, provocar el mismo o tal vez peor daño que este tipo de faltas nos hace cuando, al merodear distraídos por las esquinas de nuestras endebles realidades, intentamos con nuestro caminar, hacer sucumbir la ironía del tedio y la congoja de lo absurdo.

La sublimación por la naturaleza entonces, pasa por mi parte, asumo esa responsabilidad, soy yo el que adolezco de esta gran necesidad, no tiene otra explicación la constante importancia que doy a mi entorno y al valor de lo que Dios ha creado en casi todos mis escritos, cantos y reflexiones, y ello se debe esencialmente a mi forma de entender y de vivir la vida, así que por lo tanto, se trata de mi alma, del estado en el cual mi propia alma se encuentra cuando decide transmigrar y desprenderse de lo cotidiano, de lo trivial y pasajero, la que mientras se allega y se aferra poderosamente a La Mano de este Dios Creador y Misericordioso, y que en su estado natural pretende producir en esta vida y en este momento, el vuelo final que le ha de llevar a lo divinamente inconmensurable, paralelamente genera instancias oníricas dentro de sí, a la misma hora en que la mayoría de los que viajamos en metro, somos capaces de ascender a él infectado de malos olores, y sin considerar o tomar en cuenta que nuestras vidas, por orden divino, es capaz de impregnarse de sueños y de visiones divinas que nos vuelven o nos hacen sentirnos eternos.   

Es algo inherente en mi ser, estoy constituido de esta forma, lo tengo claro desde que hice uso de mi razón por primera vez, más aún cuando descubrí que el hecho de ser un hijo de Dios en este mundo, es la oportunidad precisa que te da Dios y la vida para ofrecer a tu ser, todo un enorme panorama de fuertes y poderosas alianzas que nos han de arrastrar inevitablemente, y con lo puesto a veces solamente, hacia todas aquellas cosas verdaderas que existen en medio de todo este universo y que jamás han dejado ni dejarán de ser, por el solo hecho de que pertenecen a Dios y al Eterno despliegue de Su Fuerza manifestada en lo creado y perfeccionado por Su Amor.

Escribir entonces, es parte de esta prodigiosa propuesta que nos hace el mismo destino cuando aún no sabíamos hablar ni comunicar lo que había en nuestras almas, es un regalo fortuito de Dios que me mantiene incorporado a las demás realidades, y de esta manera, los distintos escenarios no logran dispersarme, salvo cuando un mal sueño parece recordarme o traer a mi memoria, algo que no deseo por nada del mundo recordar. Pero así constituidos o hechos los seres humanos, de contrariedades, de incongruencias a veces, por ello, por bello y perfecto que sea el entorno, está claro que el mal pasa por y en nosotros, ineludiblemente que es así, tal como al principio, como cuando nuestros primeros padres, enrolados dentro de una atmósfera irrepetible de paz, y con la compañía de Dios produciendo toda clase de bienes para que la estadía de nuestros padres fuese perfecta en ese lugar, nada impidiera además que ellos fueran atraídos e inclinados hacia lo que hoy día aún, pasados miles de años, mantiene separados a los hombres del Amor Bondadoso de Un Dios Inconmensurable y Misericordioso como es nuestro Dios.

Ello es lo que nos trae a recorrer estos lugares, no solo hemos venido a intentar descansar o retrotraernos de nuestras actividades cotidianas, por el contrario, el afán por las almas, por beneficiar al hombre en su búsqueda de la verdad, es nuestra principal necesidad, lo demás, es solo migrar, vacacionar, sin propósitos a veces. Pero esta no es la ocasión, por ello escribo a estas altas horas de la noche, me dejó atrapar por esta humilde insinuación del Espíritu Santo, y escribo, proyecto mi alma en lo maravillosamente Eterno y me dejo atrapar, y con ello, fructifico, por sobre todas las cosas, fructifico, no hay tiempo perdido en mi rutina diaria, menos en lo que respecta al Reino de Dios, todo está inmerso en ello, nada quedará sin propósito, en Dios, todas las cosas tienen sentido.

Pero el pecado siempre será pecado, es indiscutible, no obstante, el mal siempre conseguirá arroparse y mimetizarse, y la manera en que los cristianos de este tiempo podemos colaborar para que nuestras sociedades no terminen como la vieja Babel, es simplemente dando a conocer el mensaje de Cristo a otras personas, por allí se da comienzo recién a nuestras actividades solidarias, porque no hay mayor ni mejor solidaridad en esta vida, que el hablar a otros del Amor de Cristo, luego, intentar una integración, hacer lo posible por introducirnos en un mundo en el que tal vez, nunca hubiésemos querido estar, pero que en Dios si tiene sentido, para ello, la praxis o la práctica de nuestra fe, solo tiene una manera clara de no resultar embotada ni tampoco afectada por estratagemas humanas o religiosas, y esa es, siendo lo más honesto y sincero de lo que podamos en nuestra exposición o manifestación externa de nuestras convicciones en Dios.

En eso estamos, en ello nos encontramos invirtiendo gran parte de nuestras energías, hemos compartido nuestra fe con otras personas, sin embargo, aún pretendemos con nuestras evidentes limitaciones, dar mucho más testimonio del Señor y de Su Bendita Paz, La Palabra de Dios es un rio que no debe dejar de fluir por nada del mundo, están las personas absortas en sus propias y limitadas condiciones sobreviviendo, pero Dios, como Dios, siempre tiene propósitos, mucho más intensos incluso que la lluvia y los granizos que cayeron a raudales sobre la superficie y los campos verde–amarillos que ahora tapizan los valles de esta tierra. De modo que no podemos dejar de considerar que este solo viaje, con el paso ineludible del tiempo, alguna buena nueva nos habrá de proporcionar, La Palabra está siendo sembrada, y cuando hablo de sembrar, hablo de expectativas reales, no del circo y de la fábula comercial que hoy día precede La Venida de Cristo a este mundo de manos de los comerciantes de la fe, concedida y respaldada por un cristianismo pusilánime que no reflexiona ni se interesa en las condiciones sociales ni humanas de quienes tanto necesitan en este momento del Amor de Dios.       

Aún a pesar de ello, a pesar del sosiego en el que se encuentra el cristianismo actual, el ser humano, objetivo de tragedias y de dramas por miles en esta vida, aún provoca en el corazón del cristianismo sincero, verdaderos y profundos intereses, no estamos confundidos como para evadir semejante realidad, desde luego que no, cada persona es una posibilidad de aportar a que el cristianismo veraz, pueda ejercer dominio finalmente y comenzar La Buena Obra que El Señor, alguna vez comenzó y de seguro terminará, el peligro está en las mismas personas, en el Amor que cada una de ellas pueda poner por sobre lo que hemos tratado de entregar, en la humildad con la cual puedan ellos trabajar sobre estas mismas premisas eternas, allí, de seguro florece en nuestros corazones, una especie de temor, no sabemos qué ocurrirá con ellos cuando partamos, a pesar de esta circunstancia, nos hemos atrevido, le hemos creído al Espíritu Santo y desde luego, seguiremos navegando en esta vertiente luminosa de fe genuina que nos precede y nos hace bienaventurados al momento de ejercer lo que El Señor, con tanto Amor y sinceridad nos demanda.

Florencio Navarro    
Cantautor cristiano chileno

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