Wednesday, October 20, 2010

¡Discernir o perecer, esa es la cuestión!






















Pero el planteamiento profético no se detuvo allí, ni siquiera por haber en su entorno personas que no estaban de acuerdo con su mensaje, aquellos hombres, simplemente, no estaban de acuerdo con el sistema ni con la religión del momento, estaban demasiado despiertos como para desertar de las grandes verdades implantadas por Dios en su genética espiritual, ellos, por el contrario, esperaron con ansias el desencadenamiento final de lo que creyeron, era la verdad suprema de Dios. Por supuesto, los defensores de la hipocresía, nuevamente fueron seducidos para ignorar el mensaje que llevaba sobre sí, esa vieja estirpe de valientes que produjo el insomnio, lo que ya se constituía en una gran perversión, pero ellos fueron más allá, haciendo caso omiso de la verdad revelada y del fuerte contenido de aquellos mensajes, las arremetieron contra los profetas, demostrando que la casta privilegiada, era suficientemente poderosa como para arreglárselas cuando Dios enviaba a unos de estos hombres a dar el ultimátum en aquellas escuetas pero libertinas realidades.

Así, el mensaje profético se aglutina en nuestras historia, impidiendo que las nuevas generaciones de creyentes escapen al Propósito Universal, lo que demuestra que el concepto redentivo, no ha quedado truncado en la memoria colectiva ni se ha envejecido para desaparecer como suelen desaparecer las modas o las circunstancias, por el contrario, ninguna moda de la cristiandad actual, amparada por las exequias ya extintas y otras en uso de una fe tan corrupta como la católica, podrá impedir que la realidad profética del plan maestro de Dios, se cuele por las alcantarillas y quedemos a expensas de un sistema que no discierne en qué o cuáles procesos debe entrar La Iglesia de Cristo, para ello están los profetas de hoy, para recordarle a la cristiandad que Cristo Viene, que este espacio no nos pertenece, que todo esfuerzo por establecernos y asentarnos a modo de los grandes imperios, no tiene futuro, todo carece de verdad, la realidad no es suficientemente concluyente en lo que respecta a nuestra estadía mientras dure la esperanza, Cristo nos dejó un inimitable ejemplo al decir que “el Hijo del Hombre no tenía dónde reclinar su cabeza”, lo que da testimonio fehaciente de cómo la concentración del poder, ya en ese tiempo, alimentaba las vidas de quienes decían estar ejerciendo la dignidad del Sacerdocio, dejando a la cristiandad mundial, en una inmejorable posición para declarar el mensaje que Dios ha destinado para esta sociedad.


En tal circunstancia, los emisarios de doctrinas como La Prosperidad y otras, es claro que para alcanzar los innumerables logros materialistas de los cuales dicha realidad hasta se jacta, han tenido que distorsionar y erradicar conceptos fundamentales en lo que respecta a la verdad profética y doctrinal del Evangelio de La Gracia de Dios, lo lamentable, es que esta clase de movimientos, al parecer, no han tenido al frente hombres con capacidad profética de verdad como para generar cierta confrontación, bíblica por lo demás, que permita el intercambio de ideas y la autocrítica de la cual, ni siquiera los propios Apóstoles del Señor Jesucristo se salvaron, solo hay que recordar el suceso público ocurrido con el Apóstol Pablo y Pedro. La fricción por lo tanto no existe, ¿y cómo habría de haberla, si el propio cristianismo, sensualizado y arrogante de la realidad actualidad, ha colaborado a la emancipación y a la ayuda irresponsable que el creyente presta en todas estas importantísimas áreas, a una forma de cristianismo decadente y fuera, absolutamente, del concepto bíblico? De esta manera entonces, se deja expuesta a toda la cristiandad a esa clase de males que a simple vista no se advierten, pero que con un poco de observación, si se puede presumir o conjeturar en cuanto al tipo de elección que el cristiano común hace, en el día de hoy, cuando, sin referentes serios en relación a La Palabra de Dios, acepta las ofertas siempre vergonzosas e inmorales que le brinda la realidad del mercantilismo espiritual vigente.
Seguramente, para esta clase de creyentes, problemas tan graves como el hambre, las guerras, las pestes, los homicidios, los parricidios, robos, asaltos, enfermedades, terremotos, aguaceros, corrupción, abusos, economías en quiebra, suicidios, y toda esa enorme lista de precedentes que nos proporciona la realidad, son solo cosas que

tienen o que deben ocurrir, sin recibir ellos el más mínimo rasguño. Pensando de este modo, se extingue entonces, uno de los conceptos fundamentales de toda la estructura profética y sacerdotal del Antiguo y Nuevo Testamento que es, La Misericordia de Dios, la cual, de una manera casi imposible de nombrar, los grandes Apóstoles de la miseria actual, han convertido en un triste mercado de demandas y ofertas, así, muchos buenos cristianos, acomodados y petrificados en sus bendiciones materiales, con todo el apoyo moral y material que dan a sus costumbristas realidades espirituales, han colaborado para que la verdad de Cristo en su aspecto puramente evangélico y profético, pase sencillamente inadvertido, y que la experiencia con Cristo en la vida del creyente, jamás signifique o contenga vestigios de sacrificio. Ello es lo que hace que la realidad espiritual actual, particularmente la de los defensores de tales perversiones, huela a putrefacción, a una forma de cristianismo que se vale de principios bíblicos distorsionados para lograr enmudecer al cristiano común, alcanzando como meta final, las miles y millones de vidas de creyentes inflados de orgullo por sus logros en el campo del materialismo y el consumismo, y por supuesto, la vida propia de los Ministros de Dios que, por contar en entre sus filas con gente pudiente y sin ninguna clase de discernimiento para ver la realidad, han dado vuelta las espaldas no solo a los principios divinos, sino que además, al propio y Bendito corazón de un Dios que nos ha enviado a Su Hijo Jesucristo a morir por nuestras culpas y nuestros pecados.

La versión profética del Ministerio de Cristo entonces, no existe, hombres que plagian, y lo hacen mal, el Espíritu de Cristo, logran alcanzar multitudes con lo que ellos llaman, el evangelio de La Prosperidad, que no es más que un subproducto de la ya en exterminio, “religión norteamericana”, la cual ofrece una salida cómoda y llena de éxito al hombre que debiera tener, en una realidad como la nuestra, un fuerte llamado al compromiso con la verdad profética y de Su Evangelio. De esta manera se va conformando entonces, un clarificador panorama que antes solo yacía entre las páginas de La Biblia y de la conciencia de Su Pueblo, más allá, era una cuestión que no inquietaba mayormente a muchos buenos creyentes, pero hoy día, tratándose de éste, de un mundo globalizado, las cosas han cambiado mucho, rara vez a un acontecimiento histórico no le precede una verdad profética, es como un reloj, es como si Dios nos estuviese diciendo que la verdad cae por su peso, dicho panorama, por lo tanto, que por mucho tiempo solo habíamos detectado en la lejanía, ya en el atardecer de la humanidad, se advierte claramente su influencia en el pensamiento y en la reflexión de muchos cristianos que aún no han sido arrastrados por el curso de las turbias y truculentas aguas de la mediocridad espiritual, aunque las tinieblas del mundo y las que se encuentran dentro del propio cristianismo apostata, no permitan discernir, en todo caso, como lo he planteado anteriormente, algunos eventos proféticos arraigados fuertemente en La Palabra Bendita de Dios, sólo están reservados para que ciertos conglomerados que La Palabra llama, “Remanente”, los cuales podrán dar crédito y testimoniar algún día, “que La Palabra de Dios, nunca ha mentido.”

Pues bien, tratándose de un tiempo de tanto conflicto como el nuestro, es claro que el antecedente histórico da luz en lo que respecta a lo que venimos diciendo, por lo que la cristiandad no debiera dejar pasar una vez más, esto que en algún momento se constituirá en lo que ya todos sabemos, Dios ha sido claro, no sólo con esta nación, aunque los medios no comprendan qué hay detrás de estas catástrofes tanto naturales como económicas, los disidentes profetas de la economía global lo han advertido, “solo un puñado de hombres acumula toda la riqueza que en el mundo existe”, lo que nos pone en una igualdad y panorámica semejante a la de naciones e imperios que desaparecieron y se extinguieron en la historia, no solo por no haber escuchado el mensaje profético, sino que también, por haberlo rechazado en la persona de los profetas de Dios.


Por ello entonces, todo este espíritu materialista reinante dentro de la vida de La Iglesia actual, hace que a muchos ni siquiera le importe ni tengan opinión alguna cuando un “siervo de Dios” dice estar amasando una gran fortuna valiéndose del Evangelio de Cristo, al cual ni siquiera le facilitaron un lugar donde reclinar su cabeza, no advierten el peligro, tampoco desean oír a los disidentes que Dios ha levantado para contradecirlos y llamarlos al arrepentimiento y decir: “vende lo que tienes y dáselo a los pobres”, solo porque ellos entienden que la naturaleza del cristiano verdadero, no está llamada ni diseñada por Dios para amontonar materia mientras peregrina por este mundo, los Apóstoles del Señor, aunque nos parezca increíble, lo entendieron así, ellos también pudieron haber colapsado con todas las ofertas que el diablo puso delante de sus vidas mientras duraron sus Ministerios, pero obraron conforme a Dios, y los que no lo hicieron, terminaron mal, “muchos verdaderos cristianos, por amor al dinero, se desviaron de la fe”, lo dijo el Apóstol Pablo. ¿Pero qué significado puede tener para los avaros de este tiempo un mensaje semejante?, aunque leyeran un par de tomos contra la doctrina de La Prosperidad no renunciarían a ella, es demasiado engorroso tener que pararse frente a la cristiandad y declarar que se ha estado equivocado por mucho tiempo, hay muchas cosas que perder, mucho de lo propio y poco de Dios en juego como para soltar todo ello y pedir perdón, pero ellos no pueden comprender que tal decisión contribuiría a que el poderoso mensaje profético y contextual, por una sola vez en la vida, tomara el lugar que le corresponde, desmantelando este verdadero mercado de ofertas y sensualidad que han propagado por todo el mundo los inoperantes apóstoles de la miseria espiritual.

Así que, el pensamiento profético no está detenido entre las páginas del libro sagrado, por ningún motivo, la dinámica profética ejerce su Soberana disidencia en estos días, confrontando a las escuelas fatídicas, a volverse a Dios, a arrepentirse, a salir de todo ese basural en que se encuentran y a volverse definitivamente a la defensa de los principios que hacen finalmente del cristianismo, una de las más poderosas fuerzas presentes con que cuenta aún Dios sobre esta tierra. Créanme, uno podría con exactitud milimétrica, al igual que Isaías o un Jeremías, ofrecer un panorama escatológico adecuado para este tiempo, tanto así como para asegurar que en Chile no está todo escrito, que aún Dios tiene mucha hebra que cortar, que la arrogancia con que disfrutan de la bonanza material los Ministros de La Prosperidad, pronto será desarraigada y cortada, y así, una tras otras, podría incluso teñir un mapa completo con ciertas cosas que deben ocurrir pronto y sin temor a equivocarme, pero, no es ese mi espíritu, en esta ocasión, solo deseo confrontar a quienes se visten con las miserias de este podrido sistema religioso, a que se arrepientan, a que consideren todo el daño que han causado a la propia cristiandad con todos sus millones enrostrándolos por Internet, como si todo se tratara de una feria o un mercado, Dios nos ha llamado a Predicar El Evangelio, Su Evangelio, el de Pedro, el de Juan, el de Pablo, ¿tendrá este sistema algo mejor que ofrecernos que estar en el lugar de esos santos hombres? Creo que no, creo que nada hay en este sistema que pueda despertar con tanto ahínco el alma del cristiano, de ser así, el Espíritu Santo ya no podría ejerce su función de parácleto, dejando en su lugar, en la vida de los creyentes, a ese eterno usurpador que nos conjura grandes posibilidades si somos capaces de aceptar las magnificas ofertas que nos hace a través de los propios Ministros inoculados contra la verdad Suprema y Soberana del Dios Eterno.

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