Sunday, October 30, 2011

El silencioso mundo de los mercenarios de la fe.


















Subsistir de este modo no es fácil, para nada, las cátedras dictadas por algún complaciente y misceláneo publicista de bendiciones a domicilio, casi no tienen efecto en nuestras vidas cuando se nos pide de todo, uno puede ver cómo los profesionales de la fe, armados y protegidos por fuertes estructuras tras de sí, son capaces hasta de jactarse frente a las cámaras o detrás de algún solitario micrófono cuando se trata de hablar de La Palabra, y si actúan así, lo hacen porque simplemente carecen de temor, de ese sano temor de Dios que nos hace sabios, ese es el más grande dolor que ellos han producido con ese tipo de Evangelio al corazón del pueblo cristiano, un dolor que ha perdurado y seguirá perdurando por mucho tiempo más, tal vez hasta cuando nuestro Salvador y Señor haga su bendita aparición por segunda vez sobre esta triste y maltratada realidad. Ellos por lo tanto, no desean personas que los haga pensar en el dolor, para nada, el dolor lo relacionan siempre con el pecado, culpan al miserable ser humano que ha nacido en la pobreza más extrema de ser él, el autor de esta tragedia, y no los insidiosos y farsantes políticos que amenizan con el sueldo que le proporciona el podrido sistema, sus bailes y fiestas llenas de mierda imposible de describir en este solo trabajo.

Por ello es que no les creo, no puedo entender cómo es que aún hoy, con toda la evidencia sobre la mesa, exista personas que nos quieran hacer creer que los verdaderos políticos sí existen, que son necesarios. Pero los políticos no actúan solos, todos lo sabemos, son financiados, los capitalistas de este sistema son capaces de sobornar hasta la más humilde alma de este mundo con tal de salirse con la suya, así logran desarrollar toda su miseria, así logran impedir que exista justicia verdadera, educación igualitaria, de calidad para todos los seres humanos, porque eso es lo que somos, seres humanos, no simples consumistas, y como personas que somos, también portamos valores, ideales, sueños, somos capaces incluso de defender lo que creemos, hasta el límite de dar nuestras propias vidas con tal de dejar en claro que para unos pocos en este mundo, el alma humana no tiene precio, sí señores, pero eso a los cultores del gozo espiritual como Witt y todo ese séquito de vagos ello no tiene importancia, de hecho, jamás en la vida he recibido ni siquiera una pequeña colaboración de estos grandes ministerios para continuar con mi trabajo anónimo en bien del Evangelio verdadero de Cristo.

¿Pero qué puede significar la verdad para alguien que busca capitalizar en dinero el bien de La Palabra? ¿Qué valor puede tener para esta clase de mercaderes una sola vida que se atreva a desafiar la corriente actual? Nada, es claro, absolutamente nada, no están capacitados para entender el significado de la verdad en medio de un mundo en donde la mentira gobierna el alma del ser humano, ellos, en vez de declararla, la ocultan, ¿para qué?, para que sus billeteras no pierdan un centavo de lo que han ganado con toda la farsa que durante todo este tiempo han estado fomentando a través de sus movimientos que llaman espirituales, y que no son otra cosa más que el cumplimiento exacto de La Palabra de Dios en aquellos pasajes que anuncian que para este tiempo, el hombre de Dios sería víctima de todos los ardides de un enemigo que ha sabido permear las más férreas defensas que pretendían mantenerlo alejado de nuestras realidades. Pero el golpe ha sido duro, el propio cristianismo ha colaborado en todo esto, la comodidad, instalada como norma de vida, no solo ha debilitado el poder de La Palabra en la propia vida del cristiano en cuestión, sino que además, la credibilidad de éste frente a una sociedad que día a día parece estarse hundiendo más, mientras, quienes deberían estarse jugando la vida por salvarla, disfrutan de las bendiciones materiales.

Un asco impresionante me produce el Evangelio y la forma de vida del cristiano actual, débil, pusilánime, lleno de ambigüedades, capaz de cantar las más profundas alabanzas a Dios dentro de un templo, pero que cuando sale de él, es capaz de ignorar con la misma y mucho más poderosa fuerza con que canta a Dios, a aquél ser humano que sufre en este mundo. Seguramente la palabra “vomito” no corre para esta clase de cristianismo, no señores, ellos juran de güata que Dios pasará por alto todas estas deserciones en el campo de la vida valorica, creen, Witt y sus seguidores, que el respaldo económico que reciben, es la muestra más exacta de que Dios está con ellos, en todas sus podrida conductas, pero no es así, a Cristo le importó un bledo la plata, no vino a este mundo a capitalizar dinero sino, A SALVAR ALMAS, pero ello no les importa, el negocio tiene que seguir creciendo, por ello los cantantes disidentes casi no producimos música, mientras los cristianos de derecha y capitalistas mercenarios poseen todos los medios, y lo peor, no están dispuestos a prestar ningún tipo de colaboración con aquél cristiano que no desea vivir en un mundo en donde la fe solo sirve para lucrar, igual que la educación en mi país, en donde solo algunos tienen la posibilidad de llegar hasta donde muchos hijos de papitos son capaces de llegar gracias al vil y poderoso dinero, y además, al sistema corrupto en el cual, la educación y la propia fe, son un producto comercializable.

Si no es verdad lo que digo, díganme, ¿en qué me equivoco, en qué miento? ¿O piensan que soy un principiante en toda esta cuestión? Yo he visto y he vivido demasiado como para darme cuenta de qué forma ellos mienten, ustedes también lo saben, pero como el sistema se alimenta de mediocridad, los días pasan como si nada, pretenden ignorarnos, hacer como si no existiéramos, como si nosotros valiéramos nada. Yo no estoy dispuesto a ceder en mis principios, en nada, creo en la rebelión que fomentó el propio Señor Jesucristo cuando, con una virilidad incomparable, enfrentó a los religiosos corruptos de su tiempo, esa es la clase de fe que hoy día necesitamos para sacudirnos de la somnolencia en la que se encuentra el cristianismo, el cual no sana, no reivindica, no perdona, no ayuda al que tiene Llamamiento, peor, nos dejan solos, para que los lobos hagan con nosotros charquí. Pero aquí estoy hermanos, en pie nuevamente, como ven, sin una pizca de miedo, ¿por qué habría de temerles? – Si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros? Esa es la verdad, yo llevo, al igual que mis hermanos que dan la lucha diaria, mucho tiempo luchando porque las cosas cambien en el mundo de la fe, pero me temo que nada va a cambiar, el cristiano no desea cambios, los cristianos actuales solo desean cantar alabanzas a Dios, mantenerse a distancia de dolores como el hambre, las injusticias sociales, los abusos sexuales por parte de curas pedófilos, las esclavitudes de un sistema económico que nos ha traído de vuelta al cumplimiento exacto de La Palabra en su más asertiva interpretación, “solo los que tenían la marca podían comprar y vender”. Muchos cristianos están en eso, ¿o no? ¿Miento? Por ello están de cuello alzado, por ello miran nuestros ministerios para abajo, ¿y qué dirían si vieran al constructor de carpas con sus manos todas cortadas y llenas de cicatrices? ¿Querrían imitarlo? ¿Cuántos querrían ser como él?

Yo sé que hay muchos hermanitos que les cuesta todo esto ganarse un par de pesos en este cochino sistema, a ellos, solo quiero decirles, Cristo ya viene, ese mensaje no es para el cristianismo actual sino, para todos aquellos cristianos que deben hacer esfuerzos sobrehumanos a diario para ganarse el sustento, los demás, obviamente, no están interesados en el Retorno de Cristo a este mundo, no es tema, en sus casas no se habla de estas cosas, otros son los temas, el fútbol, una buen película, un buen CD de música, etc., pero Cristo y su Regreso a este mundo, ¿para qué? En ello está el cristianismo actual, detenido, sin poder avanzar un paso más con todo este enorme peso de la realidad sobre sus lomos, haciendo alarde de sus conciertos de alabanzas cuando la tercera parte de este mundo sufre el hambre que ha producido una minoría de hombres poderosos que creen ser los únicos dueños de todas las riquezas que produce a diario este perdido planeta. La Ética de Cristo simplemente no corre, eso es lo que me hace vomitar, eso es lo que me produce mucho más dolor que esta enfermedad que me consume, la manera en que la inmoralidad del cristianismo actual, logra hacer enmudecer las voces de valientes hombres que en forma de cantores, predicadores, escritores o artistas, pretender disuadir al cristiano de hoy a que se vuelva Dios, a que se vuelva a Su Bendita Palabra, en donde encontrará la verdadera esencia de lo que debemos ser como hijos de Dios dispersos en este mundo. Pero para ello hay que ser valientes, como Pablo, como Pedro, como Esteban, no hay que tenerle miedo al ridículo ni al que dirán, porque los que difaman pronto serán cortados, eso es seguro, al menos para mi, en mi Ética, en mi Moral, la justicia de Dios se acerca velozmente a ser manifestada, por algo murió el Señor, por algo entregó Su propia vida, por algo resucitó, y obviamente, por algo vendrá a este mundo en uno de estos días, créanlo o no, según mi Evangelio, Cristo viene a este mundo, y si viene, es para poner en orden las cosas que el mismo cristianismo ha desacreditado con su proceder materialista.

Sé que muchos de ustedes no estarán de acuerdo esta vez conmigo, lo lamento mucho, de verdad, pero Su Palabra no miente, y yo debo, por Ministerio y Llamamiento, darle crédito a Su Bendita Palabra antes que a las mentiras que se han dedicado a propagar todos estos mercenarios de la fe actual, los cuales además, ustedes mismos conocen. El Señor no los dejó hacer lo que quisieran, Él fue la piedra que los edificadores desecharon y en quine tropezaron, bueno, hoy día Su Palabra se ha convertido en esa misma piedra, porque las verdades que proclama este libro santo, simplemente no corren para una gran cantidad de cobardes mercenarios como el mismo Witt. Lo he dicho en muchas ocasiones, yo no les tengo miedo, sé que muchos los defienden, porque no tienen ministerios, porque jamás han asumido responsabilidades en el campo de la fe, solo han visto de lejos a un hombre que sirve honestamente a Cristo en este mundo, a ver, ¿qué me podrían enseñar estos mercenarios actuales, a pasar hambre por Cristo, a pasar frío, a tener necesidades? ¡No me hagan reír! Muchos ni siquiera le trabajan un día a nadie, vegetan, esperan sentaditos que los diezmos les lleguen a sus manos, mientras, en medio de la urbe, hermanos en Cristo, deben partirse las espaldas a veces en medio de una construcción para llevar el sustento a sus casas. Por eso no les voy a dar licencias, por lo menos aquí, en este trabajo, no señores, porque ellos representan la frescura y la más absoluta falta de misericordia en el campo de la fe cristiana, y de seguir las cosas como están, solo es cuestión de esperar, ustedes saben, porque no solo Chile está ahora en el ojo de Dios, sino, el mundo entero, y si no es así, que Dios enmudezca mi alma en este mismo instante, pero yo sé que no lo hará, porque Él ama al que dice la verdad, al que es capaz de jugarse el alma y la vida con tal de dejar el Nombre del Señor en alto en medio de este mundo.

Sé que el ser honesto ya no corre, los inmorales parecen estar ganando la batalla, ocupando lugares de privilegio, es probable que con el tiempo, ya ni siquiera pueda expresar a través de mi canto, la verdad que Dios me ha dado para que defienda en los propios templos, no me encuentro lejos de aquello, lo sé, sé también que lo más difícil es hacer entender a los propios cristianos que Cristo Vuelve, a la gente que aún no conoce al Señor, o por lo menos que no tiene filiación con ninguna realidad cristiana institucionalizada, me resulta mucho más fácil expresarle esto que mi canto ha pretendido por largos años, y con mucho sufrimiento y sacrificio, hacer ver al cristianismo de turno, el tiempo finalmente ha llegado, ahora son los propios cristianos encargados de valorar o ignorar lo que nuestras humildes pero profundas disidencias, pretenden dar a conocer a través de una forma de expresión que más que en el olvido, se encuentra en plena actividad y evolución.

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