Sunday, October 25, 2009

La fuerza corporativa por sobre el poder de las convicciones.






















¿Qué mayor significado para un cristiano de este tiempo puede tener el ser parte de una realidad espiritual con raíces y sustento corporativo? ¿Te hace más cristiano aquello que los demás? ¿Te hace más hijo de Dios? ¿Te ofrece una mejor perspectiva del Reino? En ningún caso, si hubiese sido así, El Señor parte diciéndole a los discípulos que construyan templos, en primer lugar, y luego, que soliciten la ayuda del sistema para emprender la realidad de La Iglesia. Lo absolutamente claro es que nada ni nadie podrá someter la realidad verdadera de La Iglesia de Cristo, a algún tipo de manipulación política o de cualquier otra naturaleza sin que los verdaderos cristianos antes, algo tengan que decir al respecto, porque la verdadera y única Iglesia del Señor, siempre careció de infraestructura material, Dios se la entregó al hombre como una posesión espiritual y no como un burdel, aunque duela, aunque hiera, de otro modo, ¿cómo íbamos a saber que somos o no hijos de Dios?

Por muchos años los cristianos organizados y vendidos a las corporaciones religiosas, han vivido creyendo que sin esas prerrogativas políticas o legales, La Iglesia de Cristo no existe, y te preguntan en las calles, por no sé cuántas veces, ¿a qué Iglesia asiste?, ¿cuál es su congregación?, ¿porque dice que hay que estar congregados? A lo mejor La palabra lo dice, pero no para que te pases la vida metido allá dentro dando una pésima demostración de lo que puede y es capaz de hacer la religión por ti, a esa realidad no se refirió el Señor cuando dijo que ni el hades podría contra ella, cuando Él, el Único Dios verdadero dijo que ni el hades podría contra ella, se refería a las convicciones, a lo que te hace ser un hijo de Dios y no a lo que te han impuesto como medida espiritual, todo aquello es simplemente la herencia de una corrupción nacida en el corazón de un Estado vendido a las mentiras y a los vaticinios como es Roma, Roma y su sistema perverso que le ha permitido manipular conciencias y dictar al mundo, sin respaldo valórico ni moral, lo que debemos hacer y lo que agrada o no a Dios. Pero, la peor lacra que estableció La Puta Romana, y que los Protestantes han tomado como regla espiritual, es sin duda, el hacer pensar a todos sus feligreses que quienes no tienen comunión con ellos están perdidos, prácticamente, se ha sentado en la VERDAD y han ignorado el valor de la misericordia, católicos y protestantes, la misma hediondez solo que los diferencia el nombre, piensan que nosotros estamos solos, que sin ellos no tenemos a Dios de nuestro lado, que ellos sí están cerca de ÉL y que nada malo tiene Dios en contra de sus castas y jerarquías organizadas que ocultas y manifiestamente actúan sin considerar que todo será tomado en cuenta.


Pero veamos, ellos que han sido los patrones a seguir en la historia, los que supuestamente ejercen el fideicomiso espiritual que dejó Cristo antes de su partida, ¿cómo pudo una realidad basada en la misericordia y amor al prójimo, llegar a IDEAR y EJERCITAR tan espantosas formas de imponer un dogma? La inquisición no fue un cuento, y aún no sigue siéndolo, porque tal vez su lenguaje a cambiado, pero no así el método, ellos siguen ignorando el dolor humano, ellos siguen segregando, igual que los protestantes, “porque si no te congregas con nosotros estás perdido”.


En tal condición, los protestantes también fueron embaucados, a ellos les enseñaron que asistir todos los Domingo a La Iglesia y no al Templo, les daba tiro y cancha para arrogarse derechos y creer en todo el menú y vino religioso que han propagado naciones tan desperfiladas del propósito de Dios como son los Estados Unidos y otras aledañas. Por ello es que cuando te encuentras con uno de ellos, es como si estuvieras hablando con un Testigo de Jehová, no los mueves con nada, aunque les digas verdades enormes, aunque les digas cosas que jamás escucharán desde sus trincheras, los han adiestrados para medir la espiritualidad de otros basados en parámetros ínfimos e inocuos para la realidad que tenemos que enfrentar a diario, y tratan de convencerte, que tienes que escuchar La Palabra, que no debes dejar de congregarte, que debes sentir el calor de otros hermanos. ¡Al carajo con todo eso! Cuando la deserción y la incompetencia de la obstinación hace sucumbir el espíritu del amor y de la verdad, no te queda otra cosa que perseverar en tu corazón y olvidarte de todo lo otro, porque te dañan, porque han creído que toda la basura religiosa con que nutren sus escuetas y muy precarias vidas espirituales, serán capaces para guardarlos cuando la tormenta comience a arreciar y no quede mono parado.


A este tipo de cristianos no le interesa nada, la ignorancia es perpetua, creen a pie firme en lo que dice el pastor, en lo que dice o dijo el predicador, no se dan el trabajo de investigar, porque se cansan, no resisten la demanda, la apologética les es totalmente inadecuada, sólo aceptan la vida espiritual, la pócima que los mantiene inoculados en contra de la degradación que vive este mundo. Lo curioso, no es que este cristianismo impuesto a fuerza de ignorancia se encuentre vigente, lo realmente asombroso es, la potente segregación que ejercen contra todos los que no tenemos realidad corporativa y sustentamos nuestras vidas tan sólo en los dones que Dios nos dio, y por supuesto en las fuertes convicciones que el Santo Espíritu de Dios nos ayuda a tener, las cuales, mantienen nuestras vidas en una constante y siempre sigilosa actitud de alerta. Pero eso no es parámetro para ellos, hay que estar allí metidos en sus realidades para que El Dios en el cual ellos han creído te acepte, porque no aceptan a cualquier persona, a cualquier ser humano, más ahora que toda la realidad se ha vestido de cordero mientras que en su fuero interno la perversa doctrina de la prosperidad incita a los hombres de Dios a corromper aún más el espíritu humano.


El problema radica entonces en la incomprensión y casi nula aceptación de las fuerzas corporativas y sus agentes, MINISTROS DE DIOS, para aceptar que ellos han fracasado, que tienen mucho miedo de perder todas y cada una de las franquicias que el sistema corrupto ha puesto en sus manos, que sin toda esa extraña y virulenta investidura de poder que los políticos les han regalado por portarse bien y no tener nada contra la el sistema, La Iglesia de Cristo no existe. Si piensan así, es porque simplemente forman parte de un gran ejército de cobardes, de personas que jamás han entendido el valor de la misericordia, ni tampoco el destino que tienen nuestras almas el día que salgamos de este mundo. Siendo de esta forma, uno puede comprender el por qué tanta mediocridad, el por qué el cristianismo que debió haber sido una fuerza extraordinaria, hoy día ya no tiene, dentro de los propios cristianos, la fuerza ni la convicción para defender lo que realmente tiene importancia.