Tuesday, December 23, 2008

Una Navidad sin historia no es Navidad.
























Este es un mundo de apariencias, eso está demasiado claro, desde que el mundo es mundo, desde cuando nuestros primeros padres comieron del fruto que Dios les había dicho que no comiesen. Pero todo parece indicar que nada realmente nos hará cambiar, nada por lo menos a corto o largo plazo que nos pueda hacer reflexionar en este instante, en el verdadero valor y sentido que debería tener la Navidad para los propios cristianos del mundo, y eso es realmente penoso para un mundo que se esfuerza en esta época, precisamente, en disimular una felicidad que no es tal, comprando de un cuanto hay para intentar demostrar a los demás que la navidad es una fecha que, decididamente, se ha instalado en nuestra conciencia para fomentar el consumo. Pero acerca del consumo y todas sus perversiones ya se ha escrito bastante, lo realmente asombroso, es que la fecha en cuestión, nada tiene que ver con la realidad que la propia Escritura nos determina, no obstante, nada de eso importa, como muchas cosas que hacemos, el sentido de las cosas ya no tiene importancia, el porqué y para qué hacemos todo tampoco, el sistema de vida en el que hemos nacido, nos ha programado para aceptar toda la farsa que nos ofrece, incluso, con respecto de la propia Navidad, papá Noel, que es una de las perversiones y mentiras más enormes que los hombres hayan inventado con respecto a esta fecha, suma y suma adeptos en todo el mundo, mientras tanto, Jesucristo, el que nació en un pesebre, el que vino a este mundo para salvar a la humanidad perdida, pasa absolutamente al olvido, ofreciendo este sistema a la humanidad toda, un espectáculo macabro en donde las propias religiones del mundo, colaboran a la deificación de un sistema corrupto que acostumbra a vulnerarnos en toda las áreas de nuestra existencia.

Los ricos del mundo entonces, se adueñan de esta experiencia espiritual, ellos, ubicados en todos los rincones de este mágico pero perverso mundo, con todo el poder que les brinda el crédito y el acceso al mercado de consumo, no tendrán ningún ápice de vergüenza cuando, con bolsas inmensas cubiertas de marcas conocidas en el mundo entero, abandonen los grandes mall de la ciudad, provistos de regalos para celebrar eso que ellos han llamado “La Navidad”, y que no es otra cosa más que la llegada del Viejo de Pascua. Lamentablemente, el cristianismo, que nació precisamente para eso, para contradecir a un sistema que se vale de la ignorancia para ejecutar sus perversiones, también celebra la llegada de Don Santa, enseñando a sus propios hijos a no reconocer que esta fecha, si queremos que se parezca a la del nacimiento de Cristo, nada tiene que ver con semejante farsa. Sin embargo, como lo he venido sosteniendo por muchos años, el propio cristianismo se ha contaminado de todas las perversiones que este corrupto sistema ofrece, generando una forma de cristianismo aparente que no se nutre de verdades supremas, ni menos las defiende, ocasionando con ello, un medio apto y seguro para quienes no ven en el Dios del cristianismo, la Respuesta a todos los males que hoy llenan de miseria espiritual y material al mundo entero.

Cristo, o Jesucristo, o mejor dicho, El Señor Jesús, nace entonces en un pesebre, y no se trata de una coincidencia, ya los profetas del Antiguo Testamento auscultaban el futuro y nos hacían prever que algo semejante podía ocurrir con la llegada del Mesías. Así, llegado el tiempo, Jesús nace, El Salvador del mundo ha hecho su aparición, como haya sido, Él está aquí, ha venido desde la eternidad para redimir al hombre, Dios, en Jesucristo, nos ha dicho que aún Él no ha olvidado a la humanidad. De este modo la llegada de Jesucristo se convierte en un hecho histórico que marcará a la humanidad toda, sentenciando su futuro, en tanto, la llegada de Cristo a la tierra será el comienzo de un plan que se había mantenido casi en oculto y que ahora, gracias al trabajo de los apóstoles y hombres santos de Dios, intentará llegar al corazón de todos los hombres y no sólo a un grupo de ellos. De este modo, la expansión del cristianismo comienza con crueles y profundos dilemas para los propios cristianos, las persecuciones de los emperadores romanos y de los propios religiosos judíos no se hará esperar, sólo hasta cuando aparece en la historia un hombre llamado Saulo de Tarso, el cristianismo dejará de ser algo regional para convertirse en un mensaje universal, es decir, Pablo será el encargado de exportar el mensaje de Cristo a todo el mundo conocido, pero no será algo fácil, porque el mismo Pablo, de perseguidor de los cristianos, se convierte a Jesucristo en el camino a Damasco y se transforma así, en el mayor y más importante hombre que jamás produjo la fe cristiana. De allí en adelante quedará sentenciado para siempre el destino de la humanidad, no habrá jamás entonces, desde allí en adelante en el mundo entero, nada que pueda impedir el que los hombres conozcan y comprendan, el enorme y terrible precio que debieron pagar estos grandes hombres de Dios por dejarnos como herencia, el precioso mensaje del Evangelio de Salvación.

La historia no obstante, no se queda allí, luego de la muerte progresiva de los discípulos de Cristo, nos muestra una decadente experiencia en donde se mezclan los elementos paganos con rudimentos del cristianismo original, dando origen a una forma de fe que en nada se parece al cristianismo propagado por los fieles seguidores de Jesucristo, es lo que todos han llamado, La Iglesia, o El Catolicismo. Así, por muchos siglos de historia, perdura en el mundo conocido, una errónea forma de cristianismo que pretendiendo hacer preservar los valores de la fe original, sentencia las vidas de miles de personas en todo el mundo (La Inquisición), y no hablo sólo de la Edad Media, sino que hasta cuando el Protestantismo hizo su aparición con fuerza en los países que nacían bajo el dominio de esta poderosa forma de religión que en nada se asemeja a la fe de los primeros cristianos. Pero el cisma se produce y no tarda en dejar ver sus consecuencias, era demasiado, la corrupción no tenía límites, la degradación moral y espiritual de la llamada Iglesia de Cristo o Catolicismo Romano, había manifestado todo lo que había sembrado por largos siglos de historia, era el tiempo de la Reforma, la que en el pensamiento de un hombre como Lutero, logra desligarse de la Degradación Romana y crea una nueva escuela que se llamó, El Protestantismo. Allí se dieron a conocer comunidades cristianas tan importantes como Los Valdenses, Los Cátaros, y muchos otros más, los cuales fueron cruelmente asesinados y martirizados por la propia religión romana.




La historia, sin embargo, no niega ninguno de estos hechos, es más, los confirma, la degradación entonces era y es un hecho, nada que, no siendo originalmente establecido por Dios mismo, permanece, aún así, aún a pesar de esta sentencia de la degradación de los príncipes de la religión romana conocida por todos en nuestros días, ellos tienen el descaro de afirmar que esa religión fue la que estableció el propio Señor Jesucristo, oscuro destino para la humanidad entonces, un destino plagado de seudo-imágenes que intentan vía sobornos, mentiras, compras de conciencia, silencios embaucadores y cómplices, acallar la verdad establecida hace dos mil años atrás por los verdaderos herederos de la floreciente secta de los “del camino”, la cual, por acciones que rayan en la demencia misma, nos han impuesto un tipo de creencia que no permite a la gente común discernir, entre la verdad y una muy mala copia de la misma verdad. Por lo tanto, una verdadera Navidad carente de la verdad esencial, la histórica, la bíblica, la profética, la escatológica, no puede jactarse de ser una Navidad real, el haber cercenado con el paso de la historia verdades cruciales para el cristianismo, y de haber, en su lugar, instaurado una fe impostora que ha engañado y se ha enriquecido a costa de la propia ignorancia de los millones de seguidores que tienen por todo el mundo, no les da derecho a quienes impulsan y permiten este tipo de creencia, a erigirse como los protectores o interlocutores de un Dios que nada tiene que ver con sus atrocidades y perversiones. Si el mundo apostata desea celebrar la Navidad cristiana, no puede hacerlo intentando ignorar estas enormes verdades y pilares de una verdad que la historia no ha podido ni podrá esconder jamás, el peso de la evidencia es demasiado contundente, y no se crea que con ello estoy validando la fe evangélica o apostando a alguna creencia en particular, para nada, no es el propósito del que escribe, sino, simplemente, manifestar que una verdadera Navidad en un mundo como el que hemos construido en la actualidad, ocultando verdades supremas como las violaciones de Sacerdotes Católicos en el mundo entero a niños indefensos, no pueden ni podrán impedir, aún a pesar de la solemnidad de sus príncipes en estas “tradicionales fiestas”, evitar que la memoria colectiva ignore el enorme daño que estos seudo-ministros de Dios han hecho a la memoria del propio cristianismo fundado por el mismísimo Señor Jesucristo, a los miles de cristianos honestos que aún quedan sobreviviendo en muchas congregaciones repartidas en el mundo entero, y a los propios niños, a los cuales el Señor dijo:

“Dejad que los niños vengan a mi y no se lo imipidáis, porque de los tales es el Reino de los Cielos”.




Los cristianos del mundo entero entonces, tenemos aún una enorme tarea por delante, la cual, no será fácil para nada sacar adelante, lo único que tenemos a mano es la verdad que la historia nos muestra, y por supuesto, la inspiración que el Santo Espíritu de Dios nos entrega cuando, al leer las páginas del libro sagrado, nos emociona saber que el testimonio de los grandes paradigmas de la fe cristiana, aún se mantienen vivos y latentes, y que más que ser olvidados en estos tiempos de confusión y de ceguera espiritual por causa de religiones y religiosos corruptos que han usado la fe cristiana para extirpar del alma al verdadero Cristo de los Milagros, nosotros, los que luchamos porque las verdades bíblicas e históricas no se mantengan en oculto, no claudicaremos por causa del amedrentamiento de unos pocos que dicen estar poseídos de la verdad, pero que cuando hay que dar testimonio de ella, simplemente callan, a ellos, a los cobardes, las cosas algún día cambiarán, ténganlo por seguro, a los demás, que esta Navidad sea realmente el momento en que retomemos las fuerzas para continuar en esta enorme disputa que sin duda, honra y dignifica la memoria de los miles que antes que nosotros, murieron por causa de esta fe que algún día, allá en la historia tal vez, se llamó, “verdadero cristianismo”, y no otra cosa.

Wednesday, December 10, 2008

Lo que el viento aún, no se lleva.
























Sé que al cristianismo actual le incomoda el que una conciencia más o menos despierta, les esté enrostrando constantemente todo aquello que no son capaces de denunciar, o decididamente dejar por culpa de la llamada prosperidad o cualquier tipo de mierda espiritual que en nada aporta a la vida valórica. Para ello se arman de valor y se ofrecen como inquisidores, de modo que la perra con alestin, mil veces pateada y escupida, no llegue a contagiar a nadie con su enfermedad.

Ellos, maestros del disfraz y la vulgaridad, cambian de voz y de escritura, con un esfuerzo casi sobrehumano logran esbozar un par de palabras, que más que palabras parecen balbuceos, balbuceos que a ellos, sin mediar siquiera una mínima reflexión u honesta autocrítica, llaman lenguaje, desde allí me enfrentan, se envalentonan, muestran sus dotes de inquisidores, porque eso fue lo que le heredó la puta de Roma, porque de ahí vienen, no son hijos de los verdaderos como los profetas, como los apóstoles, como el mismísimo Esteban, el primer mártir del verdadero cristianismo, que por declararles la verdad a los corruptos religiosos de su tiempo, pagó con su vida. Pues bien, luego de una jornada casi imposible en donde el trabajo, no el de predicador, no el de conformista o placentero adulador de las alabanzas, sino el de verdad, te vence en todo el ámbito de tu existencia, viene el Espíritu de Dios a refrescar tu alma para que te olvides de todo lo que pudiera ensombrecer tu vida, con tal de que cuando mires el azul del cielo, comprendas que todo eso lo ha hecho Dios para ti. Allí te olvidas de los mediocres, de los falsos aduladores, de los desertores de la verdad, logras llenarte de la dulzura de su Presencia y te fortaleces en el silencio, dejando tus herramientas a un lado, para que la paz de Dios inunde por un momento, aunque pequeño, el enorme y apacible momento que te ha brindado Él, tan sólo con Su Presencia, y nada más.


Pero no todo ocurre porque sí no más, hay señales en el camino, señales que a veces ignoramos o no queremos comprender, son las señales que nos envía Dios para que tomemos en cuenta lo frágiles que son nuestras vidas en este planeta, que nadie tiene la vida comprada, ni por creer o no creer en Dios, la vida simplemente ocurre, y que cuando empiezas a encontrar las respuestas, no te das cuenta que has pasado más de la mitad de tu vida buscándolas. Pero ya, las tienes, y eso basta, al menos eso es lo que uno cree. Vivir en tanto, cimentados y arraigados de lo que somos y anhelamos ser, sin mediadores humanos posibles, sin escarnecedores de conciencias de por medio, puede resultar un verdadero desafío en este tiempo, un tiempo en donde todos desean el producto terminado y nadie se construye para crear lo que otros no están dispuestos a hacer, sólo porque no tienen ni las fuerzas ni la creatividad suficiente como para lograrlo, desde allí se envalentonan, pero jamás produjeron sus propias obras, viven de lo que otros hacen, tal vez podría justificarlo cuando eres un bebé cristiano, tan sólo un embrión, pero no cuando te has pasado la vida creyendo y sustentando lo que otros dicen que debes creer y no lo que Dios te demanda creer, los otros, simplemente olvidan, olvidan sus vocaciones y adquieren el producto desde la misma fábrica, esos son los despreciables. Finalmente, existe gracias a Dios en este mundo, unos pocos que sí están dispuestos a pagar un precio por todo lo que la vida les demanda, sea bueno o sea malo, cual sea la imposibilidad, ellos enfrentan, porque no se nutren con la porquería ni la basura que han inventado hoy día para anestesiar las conciencias, sino más bien, buscan en la propia naturaleza de la cual se han rodeado para adquirir algún tipo de conocimiento que les haga comprender un poco más, el por qué y hacia donde vamos, el por qué vamos a ir al cielo, el si seremos merecedores de tal experiencia, el de cuándo ello ocurrirá.


Creo que sólo una vez en la vida he vivido y visto la vida a través de los ojos de otros, cuando ya me cansé, comencé a ser yo mismo… y listo, era al fin una persona, con criterio, con decisiones propias, con una manera de decir y de hacer las cosas, aunque a los demás no les gustara, uno debe vivir y velar por lo que uno es y no lo que dicen o desean los demás que nosotros hagamos con nuestras vidas, porque al fin y al cabo, de eso es lo que tendremos que dar cuenta algún día a Dios, de lo que somos y elegimos ser, y no de lo que otros quisieron o pensaron que debíamos ser, por eso no comprendo al cristianismo de hoy, por eso me declaro un apóstata de sus costumbres, de sus ritos, de sus predicadores y predicaciones, algunos pensaban que no se puede vivir así, a ellos les digo, están equivocados, Dios nos ama aún cuando no tenemos opiniones muy condescendientes con quienes tienen la responsabilidad de aclararnos en algo el propósito de Dios, aún así, yo he aprendido a prescindir de toda el circo y la epidemia religiosa que hoy dice estar representando el pensamiento de Dios, para no intoxicar mi alma, con impostores, con predecibles parlanchines, con religiosas y costumbristas modas espirituales, solo para hacerme responsable de lo que soy y no tener que depender de lo que diga el próximo predicador que visite estos lugares, sólo así he aprendido a ser un hombre de verdad, un hombre libre, con conciencia, con mis propias falencias, con mis honestas deserciones, con toda mi ensimismada realidad, desde donde puedo ver la realidad tal y cual es, y no como me la ofrecen los embaucadores de moda, pintada, disfrazada, hermoseada, sino, al desnudo, esquelética a veces, desnutrida, pero realidad al fin y al cabo, una realidad que a pesar de ser concebida allá, justo donde pare el lodo neuronal, nos ofrece encantadores momentos de alegría, momentos inolvidables que retornan para recordarnos que en esta vida, Dios ha sido fiel, y no porque hayamos cambiado en algo nuestras formas de vivir, para nada, sino porque a ÉL simplemente le ha placido darnos un poco más de eso que algunos llamamos amor, afecto, pero no el que se precipita como un raudal de intoxicantes alabanzas, sino el amor que nos revalida delante de un Dios que jamás ha podido ni podrá ser burlado, porque Él no ha cambiado, porque sigue y seguirá siendo parte de este mundo, aunque rechacemos su verdad, aunque menospreciemos con nuestras actitudes a los verdaderos, a los honestos, a los que se atreven a declararnos aquellas cosas que sólo un hombre, con verdadero Espíritu de Dios, es capaz de decirnos por el sólo hecho de que algún día, entendamos realmente por qué y para qué vivimos, eso es suficiente, eso es finalmente lo que deberíamos buscar y anhelar, y no a capacitarnos para tornarnos cada vez más predecibles, como la gente de mundos, de mundos ya construidos, de mundos ya conocidos, infinitamente aquí en mi conciencia, aquí, dentro de este pedazo estridente de átomos idiotas que hacen posible la estupidez, a miles de kilómetros distante, por eso yo me opongo, por ello no tomo en cuenta consejos, voy y vivo, vivo y voy, para descubrirme aún, para conocerme, no soy para nada el ser que se aburre de sí mismo, el hombre que hay dentro de mi, urge ser conocido, urge ser rodeado de afectos que hoy día un par de miserables idiotas videntes de Internet, no podrían dar aunque la tierra volviera al Genesis, todo porque el alma tiene sentido y ellos aún no han comprendido para qué y porqué la tenemos.


Es obvio que la miseria ha de continuar en este mundo, pero yo no he colaborado a que ella cunda y se extienda más, hay quienes tienen más que responsabilidad en ello, a ellos deberían interrogar los inquisidores, a ellos deberían preguntarles el por qué la miseria espiritual continúa, yo no soy el encargado de cambiarles el pañal cunado se hacen, ya tengo mi propio bebé, yo digo las cosas por su nombre, y asumo el reto, pero estar todos los días respondiendo a predecibles que me envía la religión, eso si me cansa, y más que sus preguntas, me cansa la ceguera de ellos, la cobardía para enfrentarse conmigo a través de esta máquina estúpida, ¿cuando han dado la cara?, ¿cuándo se la han jugado por algo importante en la vida?, ¿quién los conoce?. Yo he dejado en este país una huella, imborrable para la gloria de Dios, lo he dicho una y otra vez, lo dejé todo en el evangelio, pero que ví, sinvergüenzas y descarados, emblemáticos desertores de la verdadera fe que lo tienen todo pero que nada importante han producido con lo que Dios les dio, siempre igual, predecibles, aburridos y sin creatividad, repitiendo las mismas palabras que alguien dijo alguna vez, solo eso, eso cansa, eso te desgasta, y yo aún no quiero cansarme de todo porque aún tengo fuerzas para pararme en un escenario y entregar lo que Dios me ha dado, tengo las fuerzas aún para crear una nueva canción, comprometida y llena de dolor como ninguna que ha escrito aún el títere que tienen para entretenerse. ¡Cobardes! Eso es todo lo que ha producido eso que llaman evangelio, un montón de cobardes, sin nombres, sin descendencia, sin palabra, sin pensamientos, sin dolor, sin encrucijadas, sólo cristianos que se nutren del pavoroso espectáculo que les brinda la derecha religiosa, eso nada más, ¿pero quién los va a recordar a ustedes?, ¿a los que me critican porque digo la verdad? Si quisiera, podría hacer una lista interminable con personas que solamente, en este país, ganó y bendijo el Ministerio Dúo Sal, y me quedaría muy corto, pero a ustedes, ¿quién los va a llorar cuando se vayan a la Presencia de Dios?

El silencio y nada más, como dijo Shakespeare, sólo el silencio. A mi, en cambio, me van a recordar los que alguna vez me abrazaron y me tuvieron cerca para compartir una humilde taza de café en invierno, a los que junto a nosotros revivieron momentos maravillosos de la Vida de Cristo a través de nuestras canciones. Eso es bastante para mi, me voy a llevar bellos recuerdos cuando me vaya con el Señor, pero a ustedes no los voy a recordar, por cobardes, por gallinas, por pararse conmigo y creer que con ello están sirviendo a Dios. La única persona honorable y bella que he conocido a través de este medio se llama, Marta, hermana Marta, a ella la respeto porque ninguno de ustedes valentones que me critican porque despedazo a su ídolo idiota, ha tenido el valor de encararme con madurez espiritual y con altura de miras, todos los demás son unos cobardes, vendidos al sistema, muchos dicen pensar igual que yo y sin embargo jamás me defienden ni se la juegan con una verdad, cobardes, pero a mi no me importa que me defiendan o no, si tengo en el mundo a una hermana cerca como esta Madre ejemplar, eso es suficiente para continuar, eso es suficiente para creer que un día Dios les pueda correr el velo y les permita, por misericordia, que entiendan lo que nunca, de verdad, han podido entender.

Finalmente, no hay todavía fecha para mi retiro, la urgencia de verdad en este mundo es enorme, a pesar de mi cansancio físico y de mi enfermedad, aún estoy dispuesto a dar mil batallas en el Nombre de Mi Señor, y como no hay fecha de retiro, dejo hasta aquí estas líneas, salieron de mi alma y seguramente volverán a ser repudiadas por los cobardes de siempre, los otros, los que yacen en la verdad, de seguro hallarán en este blog fuerzas para continuar, eso nada más.

Monday, December 01, 2008

La miseria espiritual y sus retratos.
























Miseria espiritual es lo que hoy está de moda cultivar. La propuesta del gozo nos indica con mucha claridad, que la derechización de la fe cristiana ya es toda una realidad, los títeres como Marco Witt y toda esa casta, lo han entendido de este modo, por ello es que hoy día se encumbran por sobre humildes ministerios que a veces nada tienen de nada, pero que no obstante, colaboran con la propagación de una fe literalmente en extinción, una fe vapuleada por los propios instrumentos de Dios en sus versiones criollas, centroamericanas y cuanto surja en este peligroso pero suculento negocio de vender hasta el alma, con tal de que la gente no tenga nada más que reflexionar.

Así fue establecido por los colonizadores de conciencias, así se construyó una realidad que muy poco nos ha hecho ver acerca del drama de la existencia. Absolutamente plagada e intoxicada de placer espiritual, no tiene herramientas para valorar un mensaje de cuatro a cinco líneas que podrían ayudar a comprender de verdad cuál es nuestra verdadera condición frente a Dios, y por supuesto, frente a una sociedad que rápidamente se nos desmorona así, como convertida en polvo delante de nuestros propios ojos. Mientras tanto, la disidencia es tratada como lo último, los corruptos son tratados como hombres especiales, reciben honra, bendiciones materiales, invitaciones, reconocimiento, en fin, una montaña inmensa de adulaciones improcedentes para una fe prostituida y sin posibilidad alguna de retorno, justo cuando la palabra comienza su libre vuelo sin que nadie pueda ahora detener su ambiciosa emigración de supervivencia, en medio de un mundo que ha resuelto dar, virtualmente, la espalda a un Dios que en la práctica, lo ha dado todo para que la condición del hombre cambie, porque al cambiar el hombre en su interior, cambia también la sociedad, en todas sus estructuras, en todas sus infinitos matices con los cuales logra hilvanar una forma de vida casi en el límite, casi en la misma periferia de la existencia.

En este punto de la vida, nuevamente, y con una hilarante condición de inquisidores de segunda y de tercera, me piden arroparme con los trapos que porta la religión decadente e indecente de la actualidad, me ven desnudo, hambriento, en harapos, por ello, algunos me nombran textos bíblicos para que yo acepte el soborno, en tal condición, me creen predecible, dispuesto a no comprender que la lujuria y la seducción de una música perversamente construida, podría ser capaz de envenenar mis convicciones y alejarme de la luz con la que un día el verdadero Cristo de La Gloria infinita, llenó mi corazón y subyugó mi alma de modo que nada ni nadie podría en este mundo, hacerme renunciar a sus palabras, a su mirada, a su incondicional misericordia que nutre diariamente el presente de mis adoloridos huesos. Aquí estoy entonces, detenido por una fuerza mucho mayor a la que podría yo enfrentar, se trata de una fuerza incontenible y luminosa como el sonido de los ríos, como el sentido que mueve a los pájaros mutantes, preso en tal condición, me dejo llevar, en todas las direcciones posibles, simplemente me dejo llevar hasta que el cuerpo adolorido de mis noches infinitas, me deje descansar por un momento, sin infiltraciones, sin medicamentos, y pueda al fin contemplar la llegada de ese nuevo día, que de seguro, aliviará para siempre mi vida de este mal.

Con hombría entonces me sumerjo en esta nueva aventura, en este nuevo capítulo de escenas incomprensibles para mi, mi cristianismo derrotado jamás predijo mi caída, jamás ofertó salidas a mis convicciones, de modo que estoy aquí porque así lo he comprendido, porque así lo he decidido, nada ha sido fácil para mi, nada ha llegado luego de una plegaria, la voz de esta divinidad a veces se ha vestido de silencio, carcomiendo mis esperanzas, haciéndome dudar, de mi fe, de mis dones, humildes, pero dones al fin y al cabo. Logro ver delante de mí, una sombra, una enorme y distractiva sombra que pronto se disipará, sin antes penetrar con frialdad y crudeza mis huesos que se hielan, que se enfrían como las rocas que a nadie pertenecen ni se nombran todavía.



No he de renunciar aún, todavía el alma tiene tintes de melancolía, todavía el alba se escabulle en la mirada de mis ojos que interrumpen la alborada. Los años no han llegado a su final, permanezco en actitud de confrontación, sin un ápice de debilidad para combatir contra la arrogancia de los abductores, de los inquisidores, de los Torquemada, de los que un día aceptaron una forma de fe corrupta que los mantiene ciegos y sin poder diferenciar entre qué o cuáles cosas debemos hacer ahora en el Nombre de un Dios muy mal representado por las huestes de la soberbia espiritual.

Huelo ahora desde mi realidad, la hediondez, el mal olor de las fecas que va dejando la propuesta del Gozo y La Prosperidad, mientras la danza no culmina, no hay manera en que puedan obligarme a comprender, no será fácil, antes muerto, pero no tan muerto como el cuerpo de las desidias, de las venenosas y contaminantes danzas de una forma de alabanza que no dijo nunca lo que Dios quería, lo que Dios amaba, lo que Dios deseaba, simplemente se abstrajo, se ocultó detrás de una postura orgullosa para no ser nombrado, aún así, fue descubierto, su danza de millones y vergonzosa condición, había sucumbido, todos lo vieron danzando para el ecumenismo que propagó por este sistema la puta romana, aunque él lo negó, aún así, hubo valientes jóvenes y personas que lo denunciaron, que lo investigaron, pero él, una vez más, haciendo uso de su mal gusto y poca honestidad, lo negó, dio una enorme explicación que nadie con sentido común aceptó, aunque las pruebas eran evidentes, aunque el peso de la verdad no mereciera más explicaciones, él había bailado con la puta de roma y lo negó, sólo debía confirmar y reconocer su error, eso nada más. Pero no importa, él es especial, él es una de las tantas y tantas vacas sagradas que no pueden ser tocadas, porque al ser tocadas, se tocan convicciones profundamente inútiles, tan inútiles como cada uno de los que propagan por este mundo la fe de la indiferencia con que se nutre la realidad de millones de cristianos en todo el mundo, en todos los Continentes, en todas las lenguas.

Al final, mis huesos comienzan a recibir calor, un calor especial que me asegura que en las próximas horas, la jornada volverá a ser normal, aunque a decir verdad, ¿qué hay de normal en la vida para un verdadero hijo de Dios? ¿Para uno que no ha vendido su conciencia a la religión imperante? ¿Para el que sólo necesita el rumor del viento para contemplar y contemplarse?

Vuelven ahora los días como bellas y enarboladas metáforas de paz, me subyugan de palabras, de versos interminables y constantes, como los rayos del sol, como el brillo de las límpidas estrellas. Aquí me quedo con mis plácidos recuerdos, con mis auroras, con mis plegarias, un eco de lúcidos sonidos me acompaña y me renueva, para que una vez más disienta, me oponga, hasta que la vida finalmente silencie y deje sin movimiento mis armaduras, sólo así voy a callar, sólo así dejaré de soñar, nunca antes.